Te cuento la película

Basada en hechos reales
Basada en hechos reales

D'après une histoire vraie (2017) * Francia / Polonia / Bélgica

Duración: 100 Min.

Música: Alexandre Desplat

Fotografía: Pawel Edelman

Guion: Olivier Assayas, Roman Polanski (Novela: Delphine de Vigan)

Dirección: Roman Polanski

Intérpretes: Emmanuelle Seigner (Delphine Dayrieux), Eva Green (Elle), Vincent Perez (François), Dominique Pinon (Raymond), Camille Chamoux (Oriane), Brigitte Roüan (Documentalista), Josée Dayan (Karina).

Delphine Dayrieux firma ejemplares de su última novela para sus admiradores, aunque está tan agotada que decide marcharse antes, aunque cuando ya se fueron todos, hay una mujer que le pide un último esfuerzo para su mayor admiradora, llegada desde muy lejos, aunque Elle le dice que lo hará en la siguiente sesión.

A pesar de su cansancio, su representante le pide ir a una fiesta de libreros y editores internacionales que están allí por Elle, pidiéndole que al menos haga acto de presencia y se marche enseguida.

Delphine se integra en la fiesta, en la que baila, pasando por la cocina, donde encuentra a la mujer que se presentó en el último momento para la firma, y que le dice que admira toda su obra y que a menudo siente como si escribiera para Elle y le leyera la mente, ofreciéndose Delphine a firmarle el libro, preguntándole el nombre, diciéndole que es Elle, que la invita a un vodka.

Elle le pregunta si toma notas o utiliza un dictáfono, diciéndole que toma notas y tiene muchos cuadernos que siempre lleva encima, pidiéndole que le permita verlos, aunque sin abrirlos, explicándole que tiene uno con cosas del libro que está escribiendo, otro con títulos o ideas y otro para cosas más íntimas.

Elle le dice que comprende que debe estar al borde del colapso por el éxito, su familia, o ser el centro de atención, aunque Elle dice que no se debe exagerar, diciéndole Elle que está segura de que en ocasiones se siente sola.

Cuando llega a su casa se desploma en la cama, aunque entonces suena su timbre y aparece François, su novio, que le dice que descansará en el campo, en su casa.

Por el camino le cuenta que ha conocido a una chica muy interesante a la que se le da bien escuchar y prestar atención.

Los visita por la mañana Raymond, un vecino, que les lleva dos botellas de sidra y le pide que le dedique su libro, lamentando ella no habérselo mandado, contándole el hombre que también su mujer pasó una mala racha unos años atrás y estuvo ingresada, siendo la suya muy parecida a su historia.

Delphine le dice a François que añora a sus hijos, diciéndole él que debe ponerse en marcha, pues hace tiempo que no escribe nada, diciendo ella que está documentándose y que necesita tiempo para reflexionar, pues no quiere equivocarse, aunque le dice que ya está lista y contenta.

Recibe una carta en la que le dicen si cree que saldrá airosa por decir que su libro es ficción y por haber cambiado algunos nombres, pues haber vendido a su madre le ha salido muy rentable, por lo que le piden que mande un cheque para no denunciarla.

Rompe la carta y la tira a la basura, para sentarse e intentar comenzar a escribir.

Recibe entonces una llamada de Elle, que le dice haber dudado de llamarla tan pronto, y que la invita a tomar un café, quedando con ella en un bar, donde le cuenta que ella es también escritora, pero que se dedica a escribir biografías de gente famosa que firman ellos. Un negro de famosos, diciéndole que en ese momento está con la de una presentadora de televisión.

Le pregunta si no le apetece escribir sobre ella, diciendo que su vida no es muy interesante, pues su marido murió tiempo atrás y vive sola y no tiene hijos.

Delphine le cuenta que a ella le asusta la rutina y el compromiso, y aunque tiene una relación con un hombre, no viven juntos y cada uno vive su vida.

Elle conoce la relación y le dice que se critica mucho, pues él es un periodista literario de la televisión y lo criticaron por haberla invitado a su programa, lo que suscita envidias entre otros a los que no invita.

Viajan luego juntas en el metro mientras va a ver a su editor, contándole que su hijo está en Bélgica en una escuela de Arte y su hija estudia para piloto en Lyon.

Al bajarse del metro ve que se le caen varias cosas del bolso, dándose cuenta de que lo tiene roto y que le faltan sus cuadernos, sintiéndose abatida por su pérdida.

Trata de volver a escribir, pero es incapaz de comenzar, sintiéndose angustiada por ello.

Vuelve a sonar su teléfono, pidiéndole que se asome a la ventana, desde la que puede ver cómo la saluda desde la ventana de un edificio del otro lado de la calle, Elle, que la ve desde allí y la invita a cenar el sábado por su cumpleaños.

Cuando llega a su casa le muestra la carta que recibió, y que reconstruyó y pegó con celo, ocurriéndosele a Elle una idea para su próximo libro. Las secuelas del último. Sus consecuencias y lo que provocó, aunque Delphine le dice que está preparando una ficción.

Pasado un rato, Elle le dice que cenarán solas, pues cree que el resto de invitados, no irá ya. Le cuenta que les envió un correo colectivo como cada año y ellos faltaron, como cada año.

Abre su regalo, un fular, y la abraza diciéndole que menos mal que fue, y que significa mucho para ella.

Le cuenta mientras cenan, que después de la muerte de su marido los amigos dejaron de llamar y, aunque les sigue invitando, nunca van, y algún día le explicará la razón.

Delphine le entrega un resumen sobre su proyecto pidiéndole que le dé su opinión.

Acude con François a una exposición de retratos, en el que está el de la portada de su libro, que es la protagonista, ahora en grande, aunque, lejos de sentirse halagada, comienza a sentirse mal y decide marcharse.

Sueña con esa mujer, que coge su portátil y lo lanza por el balcón, impactando contra la ventana de Elle.

La despierta una llamada de esta que le dice tiene un grave problema, pidiéndole que le preste una grabadora, pues la necesita urgentemente, bajándosela a un bar, donde Elle le dice que ha leído su resumen, que le ha gustado mucho.

Le cuenta que la noche anterior hizo el amor con un hombre en un hotel, y al regresar se dio cuenta de que se había dejado las llaves.

Pero luego le dice que le ha mentido, que su texto le ha parecido anodino y que no tiene nada que ver con ella, y, aunque su editor lo acogerá bien, porque quiere exprimir su éxito, tiene que escribir algo más personal.

Habla luego con François, que tiene que salir de viaje a Texas y a Los Angeles para entrevistar a dos escritores y luego pasará por Nueva York, previendo estar fuera 3 semanas, debiendo ir luego a Londres y, aunque, dice, le propusieron renovar, dijo que no, para no tener que separarse tanto.

Él cree que Elle la desestabiliza, aunque Delphine la defiende y dice que le ayuda a clarificar sus ideas, y además le compró cuadernos nuevos.

Vuelve a intentar comenzar a escribir, sin éxito

Recibe otra carta en que le dice que ser de su familia y llevar su apellido es una gran carga, pues lo ha arrastrado por el fango y que incluso se deshizo de sus hijos.

Se lo cuenta a Elle, que le dice que además de las cartas hay cosas en su Facebook, no entendiendo Delphine de qué le habla, ya que ni tiene Facebook ni sabe cómo funciona.

Pero una vez en su casa abre su ordenador, dándole su clave para ello, mostrándole que alguien creó una página a su nombre, habiendo un familiar suyo que ha publicado cosas espantosas sobre ella. Que es una enferma peligrosa y si tuvieran un pariente como ella, la ingresarían como a su madre.

Elle le dice que los ataques en redes sociales son peores que las cartas, pues la gente acaba creyéndose más las mentiras que la verdad, aunque también hay lectores la defienden y otros que dicen que inventa lo que sea para aparecer en los medios. Que solo le importa el dinero y vendería a cualquiera de su familia.

Ella se siente muy mal al escucharla, dándole Elle un ansiolítico, un Xanax poco fuerte.

Cuando Elle la ve al día siguiente le cuenta que se despertó angustiada a las 4 de la mañana y ya no pudo volver a dormirse y aunque se tomó dos pastillas solo pudo dormir luego de 8'30 a 9.

Se pone en su ordenador y observa que hace mucho que no mira su correo, observando que tiene propuestas de artículos y de editoriales, contestando por ella diciendo que está ocupada en su nuevo libro y que, aunque se siente halagada está muy concentrada.

Observa también que se comprometió para ir la semana siguiente a un instituto de Tours donde están trabajando con su libro, señalando que irá, pues se comprometió, y que tiene algunas notas, ya que se comprometió a dar charlas sobre el oficio de escritor.

Elle consigue encontrar sus notas pese a que estaban en la papelera y las rehace y ordena, ya que, le indica, estaban embrolladas.

Luego, le dice que ella también tiene problemas. Que tiene que dejar su piso porque regresó su propietario del extranjero y lo necesita, y le pregunta si puede quedarse un par de semanas en su piso mientras encuentra otra cosa, ya que ahora tiene libres las habitaciones de sus hijos.

Se muda a su casa, viendo cómo atiende un día una entrevista ya pactada con France Culture, con los que habla de su primer libro y sobre la ansiedad en el trabajo.

Pero cuando se van, Elle parece sentir ciertos celos, pues le pregunta si ha hecho una amiga nueva, pues, le asegura, lo único que querían saber era en qué punto estaba su nueva novela, haciendo que Delphine se enfade y le diga que no la conoce tanto para opinar, respondiendo Elle que esa mujer la minusvalora, pues solo ella sabe de qué es capaz.

Delphine no entiende esa escena de celos, pues está bloqueada y le dice que no hay ningún libro oculto en su cabeza como le repite Elle. No tiene nada.

Sale a pasear al parque y le deja un mensaje a Paulo, su hijo, y le pide que le llame de vez en cuando, y luego llama a su hija y se queja de que no la llame ya tan a menudo, encontrándola feliz por haber hecho su primer vuelo sola.

Cuando regresa ve que Elle le ha ordenado todo, pues lo tenía muy desordenado.

Pero también tiene una nueva carta en la que le dicen que empezó por vender a su madre y luego salió con un periodista literario para promocionarse, y, cuando la deje, hará otro de sus libros, diciéndole que ha causado mucho dolor porque todos se creen lo que está impreso.

Le muestra la carta a Elle, deshecha.

Pero Elle le insiste que todos los escritores se basan en hechos reales y ella debe indagar en su interior y recuperar su libro oculto.

Pero una mañana, Delphine descubre a Elle destrozando una licuadora que no funcionaba, a golpes con el rodillo de la cocina.

Una noche que mira las cosas de sus hijos por el insomnio ve que Elle la está observando y se enfada, aunque luego le pide perdón por su brusca reacción.

Elle le dice que debe descansar, pues debe ir a Tours, aunque ella le dice que está muy mal y no puede acudir, ofreciéndose a ir Elle en su lugar, proponiéndole hacerse pasar por ella pese a que no se parecen y hay muchas fotos suyas en Internet.

Pero Elle parece entusiasmada con la idea y, buscando ropa de Delphine para la ocasión observa que guarda en el armario varias cajas con cuadernos.

Tras teñirse el pelo de su color, la imita en su entrevista con la periodista.

Elle sale en efecto hacia Tours, saliendo ella de nuevo a pasear al parque, desde donde llama a François que le dice que está contento porque James Ellroy aceptó verlos, aunque también estaba preocupado, pues le dejó varios mensajes en el contestador que no atendió, y le echa en cara que sea tan cerrada.

De pronto aparece su representante, Oriane con su hija y le dice que ha seguido sus instrucciones y ha parado todas sus entrevistas, viajes y firmas, y está callada desde que le envió el correo pidiéndole que lo hiciera, pues estaba concentrada en su libro.

Delphine se siente desconcertada, no sabiendo de qué correo le habla, aunque simula saberlo, como, si en efecto lo hubiera enviado.

Cuando regresa esa noche Elle, le cuenta que todo fue un desastre. Que acabó en comisaría por suplantar su identidad, aunque enseguida le muestra que era broma y que en realidad fue un éxito, pues nadie sospechó nada, mostrándose dispuesta a repetirlo cuando desee.

Pero cuando Delphine se dispone a guardar su ropa nota que los cuadernos del armario no están en el mismo orden, por lo que le pregunta a Elle si ha tocado sus cosas, lo que niega, explicando que se trata de sus diarios, que escribió desde que tenía 12 años hasta que nacieron sus hijos, diciéndole Elle que tiene mucha suerte de haber escrito tanto, aunque Delphine le dice que no eran sus mejores años, replicándole Elle que no entiende que siga buscando temas teniendo todo eso, replicándole Delphine que eso no le importa a nadie, diciéndole Elle que a sus lectores sí, aunque ella le dice que carecen de perspectiva, son aburridos y angustiosos.

Al día siguiente Elle le explica que tenía que escribir la autobiografía de Depardieu, pero se lo encargaron a otro escritor, sintiéndose traicionada por ello.

Delphine recibe un mensaje de François diciéndole que todavía no vuelve y que tuvo que aceptar la tercera temporada de su programa.

Elle le dice que quizá le venga bien la distancia, pues es frágil y él está siempre alabando a otros escritores, aunque Delphine asegura que no tiene celos.

Queda con su editora, a la que le dice que no recuerda haber escrito el correo que le mencionó Oriane, aunque ella, que también lo recibió, se lo muestra, viendo que en él explica que está bloqueada y eso le hace estar dispersa, por lo que les pide que dejen de contactar con ella e invitarla, durante unos meses.

Cuando vuelve a casa está muy enfadada tras comprender que fue Elle quien escribió en su nombre el correo, algo que Elle reconoce y que, dice, hizo para que no se dispersara, aunque Delphine le dice que está yendo demasiado lejos sin consultarla.

Elle le dice que necesita tranquilidad para su libro, preguntando Delphine qué libro, insistiendo Elle en el libro oculto que le debe a su público.

Delphine le dice que nunca escribió para complacer a nadie, respondiéndole Elle que, aunque no lo quiera, es responsable del amor que provoca, diciéndole Delphine que ella no tiene que decirle lo que tiene que escribir.

Enfadada, Elle tira los macarons que había comprado a la basura, y al día siguiente, antes de que se levante Delphine entra para informarle que ha encontrado un hotel y hecho las maletas, que pasará a recoger más tarde, ya que ha notado que su presencia es una carga, pese a que solo trataba de ayudarla a recuperar su confianza.

Ya sola, sale a comprar, y está tan nerviosa que, tratando de encontrar las llaves, que llevaba en la mano, acaba dando un mal paso y cae por las escaleras, llamando una vecina una ambulancia, viendo Elle cómo se la llevan.

Será su acompañante en el hospital, donde le escayolan la pierna por una fractura y luego la ayuda a subir a su casa, donde no tiene ascensor, diciéndole que no cree que pueda afrontar cuatro semanas así, sugiriéndole Elle que se vaya a casa de François, aunque Delphine le dice que este sigue en el extranjero y no puede hacerlo sola, por lo que Elle se ofrece para acompañarla.

Camino de la casa de campo de François, Elle se queja de que llueva tanto, aunque recuerda que pasaba lo mismo cuando conoció a su marido. Llovía también mucho y él golpeó su cristal y subió al coche, y se sintió de inmediato atraída por él y pasaron una noche apasionada en un hotelucho. Tenía 19 años y él 28.

Él era guía de montaña, pero por un accidente le obligó a dejarlo y trabajó de mensajero y camarero entre otras cosas.

Paran en una gasolinera, y mientras repostan, Delphine parece ver la luz y llama a François y le cuenta que ahora tiene claro que debe escribir sobre Elle, pues su vida es como una novela.

Luego, mientras Elle va a pagar y a buscar un café, de pronto otra mujer que echaba gasolina junto a su coche se aproxima a Delphine al reconocerla y le dice que es la documentalista del instituto Balzac, de Tours, que lamenta que se olvidara de su compromiso y que nunca fuera al instituto y, ni siquiera les avisara ni se disculpara, por lo que, le dice, no volverán a animar a sus alumnos a interesarse en su obra.

Pero no le cuenta nada a Elle.

Esta le sigue contando que habían decidido pasar un mes en los Alpes, pero él ya no deseaba ir, pese a lo cual ella insistió y dice que se culpa por ello.

Delphine le dice que no son responsables de las vidas ajenas.

Le cuenta que un día estalló una tormenta. Estaban solos y aburridos y ya ni hacían el amor y el ruido del viento era enloquecedor, y, cuando amainó la tormenta, ella salió y comenzó a caminar por el bosque, cuando escuchó un disparo, por lo que regresó al refugio, encontrándolo con la cabeza reventada.

Poco después murió su madre y empezó a sentirse muy sola.

Entonces la casa ardió, aunque por suerte tenía a su mejor amiga, Kiki. Aunque reconoce, que era una amiga imaginaria con la que soñaba escaparse.

Instalados en la casa de campo de François, lo llama y le cuenta que ha ocurrido como esperaba y Elle mordió el anzuelo, habiéndole contado algunos episodios, aunque de forma desordenada, que cree tendrá que enlazar luego ella y no quiere grabarla porque sería demasiado arriesgado.

Luego le cuenta a Elle que ha comenzado a tomar notas para un nuevo proyecto de libro, algo muy personal e íntimo, aún poco desarrollado y parecido a una confesión.

Le cuenta a Elle más tarde, paseando, que su madre también se suicidó. Se la encontró tirada en el pasillo. Ella tenía 4 años y se acurrucó contra ella y se quedó así horas.

El 7 de febrero comienza a grabar algunas notas en su móvil, señalando que Elle se abrió por fin y empezó a contarle sus recuerdos., abriendo además uno de sus cuadernos que titula "Elle".

Una mañana la despierta un grito de Elle y se asusta por lo que sale precipitadamente y se cae, enterándose de que los gritos se deben a que, dice, vio ratones, pidiéndole a Delphine que cierre ella la trampilla del sótano.

Por la tarde baja al pueblo para comprar ratoneras y veneno, aunque, le dice a Delphine que tendrá que colocarlo ella, pues tiene fobia a los ratones, debiendo hacerlo pese a que le cuesta hacerlo con la escayola.

Esa noche toman dos langostas y varias botellas de vino, mientras le cuenta que su padre se tomaba tres botellas al día.

Cuando murió su madre se quedó sola con él y le tenía miedo porque era violento y, todo lo malo que hay en ella, le dice, lo sacó de él.

Recuerda que la encerraba con llave, y por ello, cuando murió en el incendio, se sintió libre.

Dijeron que el incendio fue provocado, aunque nunca encontraron al culpable.

Delphine le pregunta si sospecha de alguien, diciendo ella que cree que fue Kiki.

Varios días más tarde se despierta vomitando y en mal estado, notando Elle que tiene fiebre, por lo que debe cuidarla, escuchando Delphine cómo la llaman, aunque no puede responder, diciéndole Elle al que llama, que le dice lo hace desde Wyoming - François -, que tiene una intoxicación alimentaria por una sopa de pescado.

Pero tras responder, y aprovechando que tiene el teléfono de ella escucha lo que grabó en el teléfono sobre su historia, decidiendo romper el móvil con el rodillo, rompiendo también la escayola de Delphine de un golpe, aunque esto ve era una pesadilla.

Ella trata de darle un caldo, pero pensando que trata de envenenarla, lo vomita todo, enfadándose Elle, pues, le dice que después de haberse molestado en hacérselo, no entiende que no se lo tome, aunque cuando sale de la habitación la tira para simular habérselo tomado.

Al día siguiente, cuando despierta, la ve sentada junto a la cabecera y le pide que avise a sus hijos, diciéndole Elle que ya lo hizo.

Trata de darle un chocolate, pero lo rechaza también, haciendo que Elle se enfade y estrelle la taza contra la puerta.

Se levanta muy débil por la enfermedad y por la debilidad, tratando de buscar el teléfono, aunque no lo encuentra, viendo las hojas de su cuaderno arrancadas.

Tirada en el suelo, escucha cómo alguien llama a la puerta, dándose cuenta de que es Raymond, que grita su nombre, aunque es incapaz de hablar por la debilidad, escuchando cómo aquel se marcha poco después.

La que abre la puerta es Elle, que la ve tirada en el suelo, aunque no hace nada y se va de nuevo, consiguiendo ponerse en pie finalmente gracias a las muletas y salir, acercándose, pese a la fuerte lluvia, hasta el pueblo.

Se acerca un coche a toda velocidad, y, para evitar morir atropellada se lanza a una zanja, de donde no consigue levantarse y donde se queda bajo la lluvia.

A la mañana siguiente llega un grupo de obreros para trabajar en la canalización y encuentran el cuerpo de Delphine.

Unos días después la visita François en el hospital, muy asustado y le pide que se lo explique, preguntándole si es por culpa suya, por estar siempre fuera de casa.

Le cuenta que tomó el primer avión y le pregunta por qué quiso suicidarse, diciéndole ella que no quería hacerlo, contándole François que vieron que había tomado una mezcla de somníferos y de sulfato de talio, es decir, de veneno para ratas.

Unos días más tarde, y con ella ya muy recuperada, y mientras pasean por los jardines del hospital, Delphine le pregunta si no recuerda haber hablado con Elle por teléfono, asegurando François que no, pues, le dice, nunca habló nunca con Elle, pues la llamó al menos 10 veces y tenía siempre su móvil apagado, y por eso llamó a Raymond, que vio que todo estaba cerrado pese a que llamó a las puertas y a las ventanas, preguntándole por qué no le abrió, diciéndole que porque Elle la había envenenado y no podía moverse.

Unos meses más tarde ve a su editora, Karina, que está encantada con su nueva obra, que le dice, es la mejor de todas, diciéndole ella que lleva 3 años sin escribir nada y que no le ha mandado ningún manuscrito, diciendo que lo escribió otra persona, Elle.

Pero poco tiempo después se anuncia su nueva obra: "Basada en hechos reales", que promocionan como "Una obra que da vértigo".

Delphine comenzará a firmar los ejemplares de esa nueva novela, pasando decenas de lectores ante ella, diciéndole una de sus admiradoras que escriba: "para Elle", viendo que es Elle, aunque en realidad es una fan más que nada tiene que ver con ella, un producto de su imaginación.

Calificación: 2