Te cuento la película

Casi 40
Casi 40

España (2018) *

Duración: 87 Min.

Fotografía: Julio César Tortuero

Guion y Dirección: David Trueba

Interpretes: Lucía Jiménez (Lucía), Fernando Ramallo (Tristán), Carolina África (Psicodontóloga), Vito Sanz (Camarero).

Tristán espera junto a una furgoneta con el rótulo de Productos Naturales Jenny.

Lleva el dedo corazón de la mano izquierda entablillado, y por ello cuando aparece Lucía, cargada con su guitarra, se da cuenta de que no puede conducir así, si no es quitando la mano del volante para cambiar de marchas, por lo que decide hacerlo ella, debiendo Tristán darle las indicaciones.

Enseguida le dice que es una pena que ya no se utilicen los mapas, preguntándole ella si se va a poner melancólico, pues le prometió que la trataría como una reina y tiene incluso que conducir ella y le recuerda que le juró que no iba a ponerse nostálgico con el pasado.

En su primera parada, y mientras comen, Lucía le pregunta por una antigua novia de Burdeos, con la que estuvo tres años, y cuya madre era de Gambia y limpiaba los servicios en las estaciones, lo que le llevó desde entonces a procurar mantenerlos limpios.

Él, recuerda que estuvo 5 años dando clases de español en Francia y que conoció a la chica porque era su alumna. Ella quería tener hijos y casarse, y, de repente, y sin que pasara nada, la dejó. También se cansó de Francia porque le horrorizaba la idea de envejecer allí.

Llegan a Plasencia y van a una librería, y ante un público no muy amplio, canta una canción de su primer disco, de la que, dice, cuando la canta le parece volver a tener 19 años.

Cuando acaba la actuación, Lucía le dice que no esperaba tocar en una librería sin amplificación ni luces, cuando ella pensaba que había montado una gira de revival, diciéndole él que solo les pagan viaje y hotel, además de 350 Euros por cada actuación, y, aunque es poco, es mejor que en los bares, pues terminan pronto y pueden ir a cenar con tranquilidad.

Ella dice que cuando la llamó, pensó que quería ser su manager, diciéndole él que pensó que le podría apetecer salir a cantar y hacer un viaje con él.

Ella recuerda que, en sus comienzos, le dieron una paliza a su novio y no les pagaron.

Pero, recuerda él, con su segundo disco les llegó el éxito, gracias a "Todo me recuerda a ti", que él escuchaba mucho.

Le dice también que le gustó más su etapa posterior, cuando cantaba ella sola, y lamenta que lo dejara, diciendo ella que la industria se hundió y se quedó sin discográfica porque desapareció y le dio pereza buscar otra, aunque a su compañero le fue mejor porque era más ambicioso y quería triunfar.

Tristán le dice que cuando iba a sus conciertos se sentía raro y por eso dejó de ir, pues ella hacía vida de famosa y pensaba que su éxito fue su distanciamiento y él se sentía como el primo del pueblo que iba a verla.

Ella rechaza lo de la vida de famosa, asegurando que sus mejores amigas son las del colegio.

Le cuenta que su último disco lo sacó 6 años atrás, pero luego vio que la maternidad era incompatible con la vida de los cantantes, aunque asegura que está bien.

Tristán le pregunta por qué aceptó entonces volver a quedar con él, diciendo que le apeteció pasar unos días juntos y poder dejar por unos días la rutina de su casa y los niños, pues, a veces, dice, son castradores, pues le recriminan por ejemplo que utilice la expresión "guay" o que le diga cómo tiene que vestirse, aunque, reconoce que son muy divertidos y que su hija a veces le recuerda a su madre, por la que Tristán le pregunta por ella, diciéndole que está bien, y que, a veces, teme convertirse ella en su madre.

Mientras van en el coche hacia su siguiente destino, Tristán le cuenta que él durante un tiempo estuvo enseñando a mujeres mayores el funcionamiento de Internet básico, y le llevaban mucha comida., señalando que los hombres creen que lo pueden aprender solo todo y por eso son menos interesantes.

Finalmente cerró porque el contable falsificaba las fichas y se llevaba dinero y él, que no dijo nada, aunque lo sabía, por no perder su trabajo, lo perdió de todos modos, siendo entonces cuando pensó en marcharse de España y probar cosas nuevas.

Tras su siguiente concierto en una librería, y en el restaurante él le hace un dibujo para explicarle cómo será su siguiente CD y le dice que tiene que volver a grabar, diciéndole ella que ya no le quedan fuerzas para leer lo que escriben de ella porque la mayoría de las críticas no tienen nada que ver con la música que haces, sino con quién eres porque no quieren que seas tú, y si no tienes fuerzas es mejor no intentarlo.

Al día siguiente, camino de su siguiente destino ella le pide que le cuente qué le ocurrió en el dedo, y, aunque le da vergüenza, le cuenta que se le quedó atascado en una tubería tratando de arreglar la caldera riendo ella al ver que tiene que ir a todas partes haciendo la peineta.

Para a comer un bocadillo a orillas del río, y Tristán le cuenta que a su novia no le gustaba el sexo, o que no se dejaba ir, y simulaba disfrutar, pero notaba que no era así y él recordaba a otras parejas, como ella disfrutando y no podía disfrutar al no ser el placer compartido.

Él presenta su siguiente mini concierto y le dice que cante "Todo me recuerda a ti", aunque ella cuenta que nunca canta esa canción.

Él le dice que se cuenta que el amor nació asociado a la literatura y los cantantes son una prolongación de ese invento y no se sabe si los cantantes durarán mientras dure el amor o el amor dura porque duran los cantantes.

Ella debe hacer pis en el campo y mientras lo hace él le pregunta por qué no quiere tocar "Todo me recuerda a ti", diciendo ella que no le gusta tocarla porque se la pedían siempre.

Llegan a su siguiente destino, contando ella que tocó allí varias veces y que tiene amigos a los que llamará si a él no le molesta.

Él le dice que no entiende por qué dejó de cantar y si tiene nuevas canciones, contándole ella que a veces se pasa meses sin tocar la guitarra, que incluso le da asco.

Tras su actuación van a un bar donde toca un grupo de cuerda, comentándole Lucía a Tristán que el guitarrista tocó con ella, invitándola de hecho su amigo a subir con ellos y a tocar uno de sus temas "Despertarme contigo".

El dueño del bar le cuenta que el anterior propietario decidió cerrarlo, harto de perder dinero y se lo quedó él, que ya entonces trabajaba de camarero, y recuerda que estaba también la última vez que ella actuó allí.

Le cuenta también que luego trató de contactar con ella, pero le dijeron que había dejado la discográfica, contando ella que el último disco se lo produjo ella sola.

El camarero fuma, pero para no tener que salir, echa el humo dentro de una jarra para evitar que huela, y además indica que los vecinos se quejan del ruido y la anima a que vaya a actuar allí, ofreciéndose él a organizarlo anunciándolo bien y le dice también que debe volver a grabar, pues tiene algo especial.

Tristán decide retirarse, pero Lucía se queda, diciéndole el camarero que es un tipo muy raro su amigo, pues parece demasiado serio.

Lucía le cuenta que estuvo ingresado por una depresión y luego se fue a vivir fuera de España, indicando ella que quiere echarle un cable.

Lucía se despierta tarareando una canción y Tristán la escucha en la habitación de al lado tocando la guitarra, y la escucha luego también silbando la canción en el coche.

Comen con la siguiente librera, que señala que los libros se venden mal y deben por ello organizar otras actividades, como su concierto para atraer clientes y compradores y el público es muy fiel, aunque solo caben entre 15 y 20 personas.

Aparece entonces una mujer que pregunta si puede hacerle una entrevista para la prensa local, pidiéndole Tristán que la atienda.

Todas las preguntas que le hace son tópicas y de su vida personal, hablándole de su primera pareja, con la que formó grupo, y por la siguiente, un jugador del Real Madrid con quien tuvo sus dos hijos.

Incluso Lucía y Tristán se ríen descaradamente de ella al ver su simpleza, pese a lo cual Lucía le sigue la corriente cuando Tristán la invita a cenar con ellos

De hecho, cuando en la comida les habla de su trabajo en el zoo aventurando que los animales si pudieran decidir, a lo mejor preferían seguir encerrados, contándoles que estudió psicodontología y asesoraba a los dueños de las mascotas.

Lucía logra disimular a duras penas su asombro ante las cosas que escucha.

Luego, en la furgoneta, tras acostarse, la chica, esta le confiesa que pensaba que eran pareja, hasta que vio los dientes de ambos, pues la convivencia iguala el estado dental y sus dientes eran muy diferentes.

Tristán le confirma que fueron novios y que estuvo enamorado de ella de los 12 a los 16 desde que una vez la vio en la piscina agitando su pelo para secárselo, diciéndole que piensa que el primer amor se guarda para toda su vida, como los padres y es insustituible e irrenunciable.

Al día siguiente, y mientras conduce, Lucía le pregunta si no le va a contar nada de lo de la noche anterior, para decirle posteriormente que se le da bien ligar, porque sabe escuchar a las mujeres, aunque lo que cuenten sea una estupidez.

Él dice que la gente se siente muy sola, y, cuando se está en pareja no se es consciente de la soledad de los demás.

Ella dice que lo que les gusta a las mujeres es que les escuchen, diciendo él que odia que digan eso, pues al final acaban con los guapos y poderosos.

Toman una copa en el camino y, aprovechando que hay un piano, Lucía se sienta en este e interpreta, solo para él "Todo me recuerda a ti".

Luego, mientras toman un café ella le habla de la mujer con la que estuvo el día anterior, reconociendo él que le gustan llenitas, diciéndole que ella también ha engordado, lo que Lucía se toma muy mal, pues, le dice, las mujeres se vuelven muy inseguras a los 40, diciéndole él que ella aun no los tiene, a lo que le dice que no hace falta esa edad exacta.

Le pregunta si ella es de las que van al gimnasio, asegurándole que en estos no preocupa tanto la salud, como dice ella, como del aspecto físico y luego ni leen, y concluye que Hitler está ganando la guerra, pues él quería que el mundo entero fuera un gimnasio, y que debería invertir su energía en hacer canciones y actuar.

Su última actuación de la gira la hace en una librería en Segovia, diciéndole luego ella, cuando se retiran al hotel, y, ya en la habitación, que se lo pasó muy bien en la gira y le da las gracias.

Él le dice que no puede creerse que deje de lado lo que más le ilusionaba en la vida.

Ella le pregunta a él por sus ilusiones, pues, le dice él también las tenía, pues era el niño más brillante que ella conociera y le dice que le imponía y estaba segura de que iba a ser alguien importante, mientras que ella se dejaba manejar por los chicos.

Recuerda que solo con él estuvo bien, aunque solo duraron dos meses. A ella le gustaba cómo la miraba, casi reverenciándola y le gustaba ese respeto, hasta que la apartó de su vida y dejó de admirarla y se sintió como una mierda. Rechazada.

Perdió su seguridad, y, aunque a lo mejor se hizo mejor persona, sufrió y dejó de sentirse la más importante e interesante.

Le dice que quería decírselo hacía tiempo, no para hacerle sentirse culpable, pero que siempre que se veían hacía como si no hubiera pasado, y era muy místico pues siempre prefirió el cuento a la realidad.

Él solo le dice que siempre estará a su lado por si le necesita y le solicita que le cante la canción que ha estado componiendo y que titula "Casi 40".

Ya de regreso, y al parar en una gasolinera ella le regala un mapa en papel.

Durante el viaje de regreso a casa juegan a decir cosas que desaparecieron: máquinas de escribir, mapas, agendas, cabinas, fax… y él dice de pronto: el amor.

Llegan al punto de partida y se despiden. Él le dice que cuando haga las cuentas la llamará para darle su parte, que serán alrededor de 1.000 Euros.

Cuando se va a ir, le dice que los futbolistas retirados se aburren al no tener nada que hacer, diciéndole ella que el suyo está muy entretenido, pues entrena a niños de 13 años, diciéndole él que es mejor que tenga tiempo para cuidar a sus hijos, y así podrán volver a hacer otra gira.

Él se niega a entrar a saludar, pero le regala una de sus cremas para las piernas.

Cuando se dispone a marcharse una mujer extranjera de color toca en la ventanilla y le pregunta si puede acercarla a Madrid, entablando conversación mientras lo hacen.

Calificación: 3