Te cuento la película

Creatura

España (2023) *

Duración: 112 min.

Música: Clara Aguilar

Fotografía: alana Mejía González

Guion: Elena Maartín Gimeno y Clara Roquet

Dirección: Elena Martín Gimeno

Intérpretes: Elena Martín Gimeno (Mila), Oriol Pla (Marcel), Alex Brendemühl (Gerard), Clara Segura (Diana), Claudia Malagelada (Mila adolescente), Mila Borràs (Mila niña), Marc Cartanyà (Gerard joven), Carla Linares (Diana joven), Cristina Colom (Aina), Abril Álvarez (Aina adolescente), Biel López (Llorenç), Bernat Roquñe (Guillem).

Mila y Marcel se trasladan a la casa de la abuela materna de la primera fallecida recientemente, pues ella trabaja desde su casa y a él le viene bien porque va a trabajar en una sustitución en el Instituto de Torroella.

Les ayudan con la mudanza Gerard y Diana, los padres de Mila.

Al ver la cama en que dormían sus padres cuando iban a casa de la abuela se recuerda a sí misma de niña descubriendo su cuerpo, y cómo la interrumpen.

Por la noche le dice a Marcel que le apetece hacer el amor, aunque él dice que no es necesario, aunque lo dejan a medias porque nota que no está a gusto, sintiéndose muy mal pese a que él le dice que no hace falta que hagan el amor si no quiere, rompiendo ella a llorar mientras dice que no sabe qué le pasa y le pide perdón, mostrándose molesta de que él se marche y no quiere hablar, haciéndole sentir fatal.

Comienza a apretarse la vulva, debiendo él evitar que se haga daño, preguntándole ella si le ha dado asco, diciendo él que no mientras ella se pregunta qué le pasa y por qué es así, y luego, ve que le ha salido una urticaria, que dice, ya le salía de pequeña, por los nervios.

Al día siguiente se acerca al mar, y se mete en el agua vestida.

Por la noche Van al bar, que atiende Pere, un antiguo amigo de la juventud, al que le cuentan que se han mudado allí, observando él que le estaba mirando los pechos aunque ella pensaba que era la urticaria.

Tiene un sueño en que unas manos acarician su vulva, aunque se incorpora y ve que no tiene vulva y se despierta angustiada preguntándose por qué sueña esas cosas, pues se bloquea. Quiere estar con él, pero no puede.

Recuerda un momento de su adolescencia bañándose en el mar con un grupo de amigos y amigas, fijándose en Llorenç, uno de ellos

Luego con Aina hablan de ello mientras se preparan para ir a la discoteca y luego comienzan a buscar chats en Messenger buscando algún chico que les guste y Aina se sube la camisa y le muestra un momento los pechos, aunque sin quitarse el sujetador, viendo cómo el chico comienza a tocarse, quedándose embobadas viéndolo.

Van en efecto a la discoteca, donde, finalmente Llorenç se dirige a ella y la convence de salir fuera, donde comienzan a besarse y él a tocar sus pechos, tratando ella de besarlo, aunque él parece más interesado en tocarla, diciéndole él que no creía que fuera tan guarrilla con esa cara de niña buena.

Él sigue en su empeño, mordiéndole ella el cuello, apagando así su entusiasmo.

Al día siguiente, durante la comida hablan de la noche anterior y cuenta su experiencia en la playa y en el Messenger como si se tratara de otra chica, comentando la abuela que es un poco fresca esa chica, que se descontrolan y luego llegan las violaciones y su madre dice que a ella le daría miedo, mientras su padre la mira temeroso.

Luego, con su primo trata de bromear, pero lo ve muy serio, diciendo que es que él no gusta a las chicas porque no es malo, y que, de hecho, a ella no le gusta Guillem.

En su habitación, ahora sin Aina vuelve a abrir el Messenger, se quita las bragas y abre sus piernas frente a la webcam, aunque tapándose la cara, comenzando a picarle las piernas.

Vuelve a tener una pesadilla en que cuatro chicos la rodean y besan su cuerpo, viendo cómo la mira Guillem.

Hacen un botellón y ve a Guillem tratando de ligar con otra chica, dirigiéndose a él animada por Aina y le pregunta si le gusta, diciendo él que los está mirando su novio, aunque ella niega que lo sea, contándole Guillem que hablan de ella y la llaman guarra.

Vuelve con Llorenç al bosque y vuelven a besarse, diciéndole él que tiene un condón, aunque ella le dice que no quiere hacerlo, pidiéndole él que, entonces, le toque un poco, y, aunque no se siente a gusto, él le anima a que siga con la masturbación, pues dice, no puede dejarlo así, haciéndolo ella, aunque cerrando los ojos con desagrado.

Se despierta en su cama con el cuerpo lleno de ronchas.

Le pide el portátil a su padre, pero ve que ahora instaló un PIN parental.

Va a verla su madre y le dice que, aunque es pronto, como sale por las noches quiere advertirle que debe usar protección. Que sabe que es muy joven, pero debe saberlo.

Ella pregunta si la están espiando, tras lo que su madre le pregunta con angustia si ya lo hizo, pues están muy asustados porque los padres de Aina les dijeron que la vieron muy bebida y le advierte que si pierden el control les pueden pasar muchas cosas, aunque ella se enfada y le dice que no quiere oírla, e incluso que la odia, apareciendo entonces su padre, que, enfadado, le dice que debe pedir perdón a su madre y que le ha decepcionado mucho porque no esperaba eso de ella.

Al día siguiente celebran el cumpleaños de su primo, estando como ausente, aunque toda la familia se anima a bailar y su padre la saca a bailar.

Se va luego con Guillem, al que le dice que no quiere que sus padres la vean con Aina, pues es muy lanzada e incluso enseña las tetas por Messenger.

Van a la playa, sintiéndose muy a gusto, mirándose con muestras de que se gustan y luego les dice a sus padres que Guillem la invitó a cenar en su casa y ver una película y a dormir allí.

Le dan permiso para cenar y ver la película, pero no para dormir. Su padre le dice que irá a buscarla, que no es normal a su edad quedarse a dormir en su casa, llorando ella desconsoladamente sin entenderlo, diciéndole a su padre, mientras este la abraza y trata de calmarla que no entiende por qué no la quiere.

Mientras duerme, ahora ya adulta toma la mano de Marcel, que la abrazaba y hace que la acaricie y empiezan a besarse y a hacer el amor de nuevo.

Pero de pronto se despierta, de nuevo con la urticaria.

Al día siguiente propone a Marcel hacer juntos ejercicios de respiración, aunque nota que él no se lo toma en serio y se siente ridícula, por lo que se marcha.

Sale a pasear por el bosque y llama a Aina para verse con ella.

Se toman unas cervezas en la playa y ríen, yendo luego al bar, y, aunque tiene el cierre echado, siguen de fiesta bailando, bebiendo y fumando muy animadas.

Se acerca a ellas y baila también Pere, que les dice que tiene varias rayas preparadas.

Luego en la cocina él le pregunta qué hacen allí, diciendo ella que es diseñadora gráfica y escribe preguntándole él si sería buena idea besarla, esquivándolo ella.

Al día siguiente ella le dice a Marcel que tuvo una idea. Que simulen ser una pareja de desconocidos que quedan solo para tener sexo, sin más compromiso.

Lo hacen fuerte, y él se siente mal por hacerle daño, y ella se lo hace a él mordiéndole en el cuello, diciéndole él entonces que no cree que eso sea sano, y menos cuando ella le preguntó si le gustaría que estuviera con el camarero del pueblo, no entendiendo él que le excite el camarero y no él, que asegura que no le inspiró el juego.

Él se marcha y por la noche ella se despierta sola en la cama y ve que no está en casa.

Regresa por la mañana y le dice que fue a Barcelona con sus amigos y se quedó sin batería en el móvil y estaba borracho.

Él le muestra su confusión. Le dice que se agobió. Que tienen formas diferentes de gestionar las cosas. Que ella llora y actúa antes de que él puede procesarlo y se siente inútil y que haga lo que haga no es suficiente y no la excita.

Le dice que se siente poco hombre cuando lo presiona, como el día anterior y se cierra en sí mismo porque le incomoda, aunque ella le asegura que lo que le pasa no es culpa de él, diciendo él que las cosas deberían ser fáciles.

Él dice que quizá no esté a la altura, que necesita a otra persona que él no puede ser.

Se queda sola y va a verla su padre por sorpresa.

Le dice que su madre está desbordada en el trabajo y no lo reconoce ni se deja ayudar.

Pasean y él lamenta que no le contara lo de Marcel, que se lo tuvo que contar su madre.

Por la noche ven juntos la televisión y ella le pregunta si él está cómodo con ella, viendo que apenas hace tímidas caricias, y, cuando ella se recuesta en su hombro él simula una contractura para separarse, por lo que le pregunta si cree que han sido cariñosos el uno con el otro físicamente.

Ella dice que ahora es adulta y su relación ha cambiado y no sabe si se dan la mano o se abrazan puede pensar que puede ser confuso, diciendo él que debe pensarlo.

No era así cuando era niña. Se recuerda subida a caballito encima de él y jugando en la playa sin ningún problema y luego recostada sobre su madre y cogida a su pecho.

Recuerda también cómo jugaba de niña con Aina y con Oriol. Recogían flores y se las ponían en las braguitas para "salvarse del monstruo".

Luego, por la noche no quiere que sea su madre, sino su padre el que le cuente un cuento para dormir y le pide a su padre que le menee el culete para dormirse, colocándose luego boca abajo moviendo el culo sola.

Recuerda despertar a Oriol para contarle que le botaba la vulva.

Recuerda su obsesión con su padre entonces, jugando en la playa sin preocupaciones.

También recuerda un día, sentada durante la comida sobre las piernas de su tío y cómo empezó a mover su culito encima de él, mientras hablan de una vecina que dicen va despechugada y sin depilar, hasta que, incómodo, su tío la baja.

Un día sorprende a sus padres en la cama y corre sobre ellos e insiste en ver a su padre desnudo, no queriendo irse pese a lo que le dicen y comienza a mover de nuevo su culito sobre él, que se enfada mucho y le dice que eso está mal.

Van juntos luego por el mar con un patín, pero ella no se divierte nada y solo quiere marcharse e incluso se muestra violenta y dice que le duele la vulva, viendo su madre que le ha salido una urticaria encima de la vulva lavándola con agua del mar.

Va también a visitarla su madre, diciéndole Mila que le costó ir, pues durante unos días ni le cogía el teléfono.

Aprovecharán para guardar en cajas las cosas de la abuela, algunas para vender, y otras para el resto de la familia.

Eso les da la oportunidad de recordar, como fotos y otros objetos, entre los que ve el libro "Vincles feroces" que le regaló ella porque dice, pensó que describían una relación como la que unía a ella y a la abuela, aunque la madre le dice que creyó que se lo regaló porque pensaba que reflejaba la relación entre ellas dos porque la madre del libro es muy bruja, aunque ella le dice que no es cierto.

Le pide luego perdón por ser arisca a veces, pues no lo merece, haciendo que llore, tras lo que se tumban juntas en la cama, diciéndole su madre que echa de menos a la abuela.

Le cuenta luego que unos días antes soñó con la abuela y con ella, que estaban en esa misma cama y ella era todavía una niña y le pedía que le meneara el culete para dormirse.

Le pregunta extrañada si también a ella le pedía que le meneara el culete, diciendo ella que sí, constantemente, aunque solo lo recuerda con su padre.

Le da crema sobre la urticaria.

Se reúne toda la familia, como antaño y comen juntos para repartirse las cosas, y, de pronto, su padre, tras cruzarse con ella en la cocina la abraza sin decir nada.

Esa noche se despierta y atraviesa el pueblo, en ese momento vacío y se acerca hasta la playa, donde se desnuda y se mete en el agua, así, esta vez ya sin ropa.

Se tumba entre las rocas y se pasa el agua del mar por los granos de la urticaria que tiene sobre el pubis, tal como hizo con ella su madre de niña y se siente libre, nadando luego y recordando esa sensación de libertad de adolescente y de niña.

Calificación: 3