Te cuento la película

El callejón de las almas perdidas

Nightmare Alley (2021) * USA

Duración: 150 min.

Música: Nathan Johnson

Fotografía: Dan Laustsen

Guion: Guillermo del Toro, Kim Morgan (Novela: William Lindsay Gresham)

Dirección: Guillermo del Toro

Intérpretes: Bradley Cooper (Stanton Carlisle / "Stan"), Cate Blanchett (Lilith Ritter), Toni Collette (Zeena Krumbein), Willem Dafoe (Clement Hoatley / "Clem"), Richard Jenkins (Ezra Grindle), Rooney Mara (Mary Margaret Cahill / "Molly"), Ron Perlman (Bruno), Mary Steenburgen (Felicia Kimball), David Strathairn (Peter Krumbein / "Pete"), Peter MacNeill (Charles Kimball), Holt McCallany (Anderson), Mark Povinelli (Comandante).

Stanton Carlisle arrastra un cadáver hasta un hueco del suelo del salón de una desvencijada casa, lanzando luego una cerilla sobre el cadáver, haciendo que arda la casa entera.

Mientras esta arde, él se aleja con una maleta, y sube a un autobús, en el que se queda dormido, bajando al llegar al final de la línea.

Al llegar llama su atención un enano, y ve que se dirige hacia una feria cercana, decidiendo seguirlo hasta la misma, llamando su atención al llegar una bella mujer.

Ve también a un charlatán que trata de llamar la atención de la gente para que entren a ver una extraña criatura, un engendro al que darán de comer delante de los que entren a verlo a cambio de 25 centavos.

Cuando entran pueden ver cómo le lanzan una gallina viva y el engendro sale para cogerla, viendo todos cómo le arranca el cuello a bocados.

Luego, cuando pasan recogiendo el dinero de los asistentes Stan se marcha y sale por la parte trasera, donde están otros feriantes, como el enano al que siguió y Bruno.

Como se avecina tormenta y deben recoger todo muy rápido, le ofrecen trabajo para que les ayude a desmontarlo todo, ayudando él con una enorme lona y el resto de los elementos que suben a camiones y carruajes.

Pasan luego a cobrar su soldada, un dólar, del que Clem, el director de la compañía le resta el cuarto de dólar que no pagó antes por ver al engendro y le ofrece luego 5 dólares por su radio, y que trabaje con ellos, pudiendo asegurarle comida caliente, por lo que acepta el trabajo y viaja con ellos, que, mientras cenan vuelven a requerirle, pues el engendro escapó.

Es él quien logra encontrarlo y le pide que salga, y que no dirá nada, aunque el hombre le dice que él no es así y le golpea con una piedra, apareciendo entonces Clem con una porra, aunque es Stan quien lo golpea, enfadado por el golpe anterior, debiendo detenerlo Clem para que no acaba con él, llevándolo tras ello a su jaula.

Clem le pregunta tras ello si le interesa un trabajo fijo, pues allí a la gente no le importa quién es ni qué hizo antes.

En una casa cercana al lugar donde están instalados ve que ofrecen baños por 10 centavos y decide acudir a los mismos, conociendo así a Zeena, que lee el tarot, y a Pete, su marido, que es mentalista.

Cuando se baña, se queda solo con Zeena, que no duda en mostrar que se siente atraída por él, y junto a la bañera le besa mientras mete su mano para tocarle.

Él colabora con el matrimonio. Tratan de adivinar cosas sobre los clientes. Estos escriben preguntas en unos sobres que echan en un recipiente, debiendo Zeena adivinar lo que ponen, aunque en realidad los sobres los cambian, y bajo el escenario lee los verdaderos Pete.

Zeena quema las supuestas tarjetas, aunque sabe lo que escribieron en ellas gracias a Pete que se las muestra a través de una claraboya, escribiéndolas en una pizarra, aunque está tan borracho que debe sustituirlo la joven Molly.

Ella puede así mostrar que conoce las preocupaciones de la gente y dice lo que creen que quieren oír y les da esperanzas.

Le cuenta a Stan que usa el tarot solo para ella y para Pete.

Este recuerda que en París perfeccionaron su número con un cifrado y le hace una demostración, haciendo que le entregue algo a Zeena, y adivinando Pete que se trata de un reloj y que lo robó, reconociendo él que era de su padre.

Le explica que cada palabra tiene un número y cada número lleva a otra respuesta y cada código que le da ella significa algo. Además sabe que todo el mundo tiene problemas y contradicciones y que tuvieron problemas con los padres, pareciendo adivinar cosas complicadas del pasado.

Clem le muestra que tiene en su despacho fetos y restos que conserva en formol, como el de Enoch, un bebé que al nacer hizo que su madre muriera.

Le muestra también sus cajas de alcohol que les vende a todos, aunque Stan le dice que él nunca bebe y le advierte que no debe robarle, mostrándole que tiene junto a las botellas que vende, otras con alcohol metílico.

Le lleva a Pete 6 litros de alcohol, que él le pidió para su actuación, aunque en realidad él sabe que es un bebedor.

Le pide a Pete que le enseñe todo lo que sabe, diciendo él que hace mucho que no se lo piden, sintiéndose halagado.

Ve el número de Molly, que deja que la electricidad recorra su cuerpo, asombrando a todos.

Por la noche le pasa un cigarrillo al engendro, junto al cual duerme.

Al día siguiente le dice a Molly que tiene una idea para su actuación. Una silla eléctrica, viendo ella lo que ha dibujado en su cuaderno, viendo que la ha dibujado a ella y que lo hace muy bien, y le dice que con eso podría ganarse la vida, diciendo él que lo hace porque eso le ayuda a pensar, aunque cuando de niño iba a concursos los ganaba.

Ella le recuerda que ese es un espectáculo de pacotilla, aunque él le dice que ella puede aspirar a más, diciendo ella que quizá sea suficiente para ella.

Unos días más tarde le muestra la silla de que le habló, con grilletes y de la que, además de la electricidad sale humo, pareciendo más vistoso su número.

Pero Bruno le dice que pasa demasiado tiempo con Molly y le cuenta que él era amigo del padre de la chica y le prometió cuidarla, por lo que le asegura que si le hace daño se las tendrá que ver con él.

Pero no renuncia a verla y de hecho baila en el tiovivo con ella, al son de su música, diciéndole ella que ha pensado en lo que le dijo y le pregunta a dónde irían, respondiéndole él que la llevaría a los mejores hoteles y teatros de la costa, besándolo ella, aunque luego sale corriendo de vuelta a su caravana.

Clem se muestra preocupado, pues el engendro va empeorando de la herida que le hizo en la cabeza, por lo que lo llevan hasta la puerta de un hospital. Llaman y se alejan.

Luego, mientras cenan, Stan le pregunta a Clem cómo se crea un engendro, explicándole este que deben buscar a un borracho desesperado y adicto capaz de lo que sea debido a su dependencia.

Le hacen beber, dándole una gota de tintura de opio y le va dando tiempo para que vea su necesidad y acabe haciendo lo que le piden, diciéndole que lo necesitan temporalmente, y tarda en darse cuenta que no es algo temporal.

Pete le muestra cómo trabaja, viendo, mientras lo hacen como Clem crea a otro engendro.

Pete acaba cansado y decide quedarse a dormir con él, aunque le pide que antes le lleve una de las botellas de Clem.

Cuando regresa con ella ve que Pete se durmió debido a la borrachera y él aprovecha para echar un vistazo a su cuaderno, aunque lo descubre y le dice que es muy peligroso, pues se puede hacer un mal uso de él y acabar creyéndote tus propias mentiras, y creyendo que tienes el poder, y que por eso él dejó de hacer el número.

Stan le deja la botella de alcohol, aunque es la del tapón rojo, la de alcohol metílico.

Por la mañana Bruno y el enano van a avisar a Zeena, pues Pete apareció muerto.

Unos días más tarde llega los coches policiales a la feria, corriendo Stan al escucharlos a advertir a Clem, que debe ocultar al engendro mientras Stan trata de entretenerlos.

Ve que llevan una autorización judicial.

Acusan a Molly, que realizaba el número de la silla eléctrica de atentar contra la moral, por ir ligera de ropa, aunque él detiene al policía y hace funcionar la silla, diciéndole y le dice que ha salvado al policía, y que la chica tiene que llevar tan poca ropa porque purga la corriente así, simulando ella estar mal tras la descarga.

El sheriff le dice que él no es un policía corrupto y que les cerrará la feria.

Entonces Stan simula que adivina el nombre del Sheriff, Jedediah, y le dice que ha recibido un mensaje.

Le explica luego, a solas, que en su familia tienen el don de la clarividencia y le dice que ve que es un hombre desconfiado, pero muy leal, algo que le confirma y le dice que ve que tuvo una infancia lastrada por la enfermedad y detecta un amuleto que lleva encima desde hace mucho. Le da luego un nombre, Mary, una mujer piadosa, diciendo el sheriff que era su madre y le pide que le muestre su amuleto.

Le dice que su madre quiere que sepa que su enfermedad no le ha impedido la grandeza, que por el contrario, su comunidad lo valora y se siente protegida por él y que aunque no pudo servir a su país les protege allí en casa y le dice que la medalla debería recordarle su amor y que solo siendo compasivo un hombre tiene verdadero poder.

Lo deja tan sorprendido que finalmente no los detienen, contando luego cómo logró camelarlo.

Vio su nombre en la orden judicial que llevaba el agente y, recordando lo que le dijo Pete de que los zapatos de un hombre lo dicen todo, observó que llevaba un alza, probablemente por la poliomielitis, y así supo que no había podido entrar en el ejército.

Luego le vio la cadena y pensó que era importante para ella y pensó en un nombre, Mary, porque pensaba que conocería alguna y tuvo la suerte de que era su madre.

Todos le aplauden por su habilidad, que les libró de la cárcel.

Molly le dice luego que está preparada para dejarlo todo y para irse con él y le dice que sabe que cuidará de ella, aunque le preocupa Zeena, diciendo él que ella ya ha vivido y todos saben que es ella la que le gusta y que si se quedó en la feria fue por ella.

Ella le dice que nunca dejó que ningún hombre llegara con ella hasta el final

Cuando el Mayor, el enano ve que no está Molly, avisa a Bruno, que llega y lo golpea fuertemente, debiendo detenerlo Molly, que le dice que va a irse con él.

Va a ver a Zeena y le lleva el libro de Pete, que él recogió cuando murió y le pregunta si lo quiere, diciendo ella que se lo ha ganado, pues trabajó mucho.

Parte en un camión con Molly a la que pregunta si está lista para el mundo.

Dos años después

Juntos estudian y tratan de perfeccionar sus trucos.

Presentan su espectáculo de adivinación en un hotel de lujo, enfadándose con ella que tuvo una equivocación.

Pero entre el público hay una mujer, Lilith Ritter, que le muestra ella sin dejar que Molly lo coja, un objeto para que lo adivine, no permitiendo tampoco que hable Molly, pues dice, usan señales verbales para comunicarse y le pregunta qué hay dentro de su bolso, diciendo él que lleva una pistola con culata de marfil, que en efecto muestra a todos.

Luego le habla de su madre y de su vida y sus sentimientos sombríos que la atormentan.

Él sigue con su número sacando a un hombre al que le dice que sus siglas son CK y que ha sufrido una pérdida de un ser querido y le dice que la tiene a su lado y tiene su mano posada en su hombro y le dice que quiere que sepa lo orgullosa que está de él, tras lo que simula perder el sentido.

Pero Molly le dice que se arriesgó demasiado, aunque él se siente satisfecho, pues salvó la situación, reprochándole ella que con las iniciales del reloj, que le dio ella, montó un espectáculo de espiritismo, diciendo él que podrían incorporar ese número, pues tuvo mucho éxito y le aplaudieron de pie, diciendo ella que no debe repetirse.

Le avisan de que un hombre quiere hablar con él, adivinando que es el hombre con el que realizó su número, pidiéndole Molly que le cuente la verdad, diciendo que lo hará.

Cuando sale ve que está con Lilith, que le dice el hombre quería su opinión, diciéndole este, que se presenta como juez Charles Kimball, que quiere hablar con él privadamente y que doblará su tarifa por noche, pese a que él dice que no hacen consultas privadas, si bien lo admite por darle alivio, aunque le dice que solo por esa vez, pese a las objeciones de Molly, acordando verse en casa del juez, dándole la mujer una de sus tarjetas para que el hombre escriba su dirección, viendo luego que ella es psicóloga.

Molly se enfada mucho por su reacción y ve que hace una llamada desde recepción.

Aprovechando que conoce la dirección de la consulta de Lilith va a visitarla para decirle que entre ambos pueden dejar una profunda huella en la ciudad.

Ve que la doctora tiene micrófonos, pues graba todas sus sesiones de análisis.

Ella le pregunta cómo supo que tenía una pistola, diciéndole que analizándolo todo. Que vio que le gustaba salir de noche sola y tenía que defenderse y viendo que le gustaban las cosas bonitas pensó en el marfil.

Ella le cuenta que Kimball era amigo de su padre y ve que sabe manejarlo, comentando ella que lo es su mujer, Felicia.

Él le dice que si le da algo jugoso del juez y de otros gerifaltes podrán hacer algo grande, diciéndole ella que le dará información a cambio de que él se deje psicoanalizar y le cuente la verdad sobre él, contándole secretos que le pide que no anote para no dejar rastro.

Le informa que el juez tenía un hijo único fallecido a los 23 que se alistó contra la voluntad de la madre y murió en tierra de nadie.

El siguiente día, y tras su actuación Molly llama a Bruno y le dice que todo les va bien, pero que les echa de menos, y llora y le pregunta si podrían ir a visitarlo.

Stan va a su sesión de psicoanálisis con Lilith, que le pregunta por su rechazo el alcohol, le pregunta si su padre bebía, diciendo él que lo dejó cuando él cumplió los 10 años, pero le muestra su arrepentimiento, pues hubo un hombre que murió por culpa suya que le dio a beber, por error, alcohol metílico.

Recuerda que hubo un hombre, un religioso que acabó llevándose a su madre.

Cuando regresa al hotel, encuentra un conejo en el pasillo y escucha música y risas dentro, viendo que están Zeena, Bruno y el Comandante.

Él pide comida para ellos, pidiéndole Zeena que no haga espiritismo, molestándose por que Molly se lo contara, aunque ella dice que lo vio en las cartas, pidiéndole tras ello que coja tres, que son la torre, que indica un peligro inminente, la segunda una decisión y en la última el colgado invertida, aunque le dice que aún puede decidir, aunque él no cree que signifiquen nada y da la vuelta a la cara.

Va para hacer su sesión con la esposa del juez y le dice que aunque sus ideas no coincidían, él la quería mucho.

Tocando su fotografía, le dice a la mujer que murió de repente, pero quiere que le diga que no sufrió y le duele que le eche de menos porque con el tiempo todos se reunirán.

La mujer se siente muy impresionada y pensando que su hijo está allí le habla. Recuerda que fue su padre quien quiso que se alistara, pero fue ella la que se quedó sin nada.

Vuelve a ver a la doctora para darle el 50% del dinero que consiguió, aunque le pidió que viera a uno de sus amigos.

Ella dice que no le interesa el dinero, pidiéndole él que se lo guarde en su caja fuerte para que Molly no lo vea, y si cambia de opinión se lo repartirán y acaban besándose.

Sigue ensayando con Molly, pero ella le dice que allí dentro se muere

Lilith le cuenta por teléfono que a quien quiere presentarle el juez es a un amigo suyo, Ezra Grindle, que fue paciente suyo y es inestable y tratar con él tiene consecuencias permanentes, preguntándole él cómo puede abordarlo.

Acude a su mansión donde Anderson, su encargado de seguridad le obliga a vaciar sus bolsillos, incluyendo reloj y anillo y ve que le van a someter al polígrafo, pues, le dicen, vieron ya demasiados encantadores de serpientes.

Cuando empieza a fallar el polígrafo, él para y le dice que está viendo una presencia de una mujer que le dice que murió porque él la obligó a abortar.

No se explican cómo puede saber eso, pues le llevaron directamente desde el club, por lo que paralizan la prueba del polígrafo.

Va a ver a la psicóloga y le cuenta que consiguió captar su atención.

Le dice que desea información sobre él, aunque ella le dice que no de ella, pues es la única que podría habérsela dado y si tiene un traspiés caerán los dos, pues si se enfadara se vengaría de ella, que le muestra una cicatriz entre sus pechos.

Él hace a escondidas una copia de la llave del armario donde guarda las cintas.

Con la copia de la llave acude esa noche a la consulta y escucha las cintas de Ezra y con los datos de la mujer va al registro para averiguar más datos sobre ella, viendo fotografías e incluso restos de su cabello.

Con esos datos vuelve a ver a Grindle, al que le dice que el bebé era varón, algo que el hombre ignoraba y le dice que ella nunca anda lejos.

Le cuenta que construyó el enorme jardín de su casa para honrarla, diciendo él que nota que a ella le gusta.

Le habla de una letra. La D, de Dorrie.

El hombre le dice que debe volver a verla y necesita que se materialice y le dice que invertirá 10.000 dólares en cada sesión que tengan.

Le cuenta a Lilith que hará pasar por la chica a Molly. Dice que lo pondrá de rodillas y será por la noche, sugiriéndole Lilith que haya sangre para que sea más impactante, y lo besa tras beber whisky, diciéndole que sabe que nada podrá pararle.

Tras el beso él también bebe whisky, brindando por ellos.

Se lo explica a Molly para que se materialice en una sesión para aliviarlo, poniéndole una peluca y con un vestido adecuado.

Va a buscarlo de nuevo Anderson, el guardaespaldas, que le dice que no sabe por qué Ezra le hace caso, pues es un farsante y si es inteligente eso debería asustarle.

Él vuelve a contarle cosas, pero el hombre le pide que la haga verla, pues él ya sabe lo que hizo y lo que hará si alarga más esa situación, pues le ha pagado una fortuna.

Le compra una peluca a Molly y le dice que no tienen más tiempo y que debe manifestarse.

Ella ve en su cuaderno un dibujo de Lilith.

De pronto la mujer del juez Clarke le dice a este que ha estado pensando en lo que les dijo Carlisle sobre que acabarían reencontrándose con su hijo. Saca tras ello una pistola y le dispara, haciendo luego lo mismo con ella misma mientras sonríe.

Cuando regresa, Molly no está, Le dejó una carta diciendo que va camino del Este porque no puede hacer lo que quiere que haga.

Él bebe, y cuando lee la carta corre a la estación de autobuses, encontrándola en la fila para sacar su billete, diciendo ella que la deje, y que apesta a alcohol, para a continuación decirle que sabe que se acuesta con la rubia gélida, pues con ella no lo hace ya, diciendo él que va con ella para sacarle información, pero que no se lo contó porque sabe que ella no quiere que haga espiritismo.

Molly reconoce que tiene miedo y él le ruega que no le deje. Sabe que ha cruzado la línea, pero después de eso podrán dejarlo ya.

Por la noche va hasta la mansión y abre el candado del jardín y le dice que entre a las 8 por esa puerta y cuente 20 pasos.

Le dice que lo pondrá de rodillas y le dirá que rece y cuando cierre los ojos, ella se irá.

Ella le dice que cuando hacía el número con la corriente ella sabía cuándo no podía resistir más, y ahora ha llegado al límite, aunque estará allí a las 8 y hará lo que le pidió.

Va luego a la casa y pide a su guardaespaldas que se retire, pidiendo a Grindle que purgue su pecado, y que se lo diga a ella, diciendo Ezra que ha hecho daño a muchas mujeres buscándola a ella o tratando de purgar su ira.

Y cuando ve aparecer a Molly tomándola por Dorrie, llora.

Entretanto, en la cocina, Anderson escucha en la radio la muerte de Kimball y su esposa.

Pero Grindle no reacciona como esperaba y se acerca a Molly sin que pueda evitarlo.

Cuando se da cuenta de que no es Dorrie asegura que va a destruirlos a ambos, abofeteando a Molly, ante lo que Stan comienza a golpearlo brutalmente, pidiéndole a Molly que corra hacia el coche, mientras él comprueba el viejo murió.

Desde el coche Molly escucha los disparos de Anderson cuando sale de la casa persiguiendo a Stan, que sube al coche y da marcha atrás atropellando al guardaespaldas, al que luego pasa de nuevo por encima, antes de huir con Molly.

Deja el coche en un callejón y simula que se lo robaron rompiendo los cristales, pero ella, aún en shock por lo ocurrido lo abofetea y se aleja, y, aunque al principio trata de excusarse diciendo que los querían matar, luego le dice que no la necesita.

Va tras ello a la consulta de Lilith para buscar su dinero.

Se lava allí las manchas de sangre y bebe, diciéndole a ella que nadie sabe que fue allí y que fue andando para no dejar rastro.

Le entrega un maletín con el dinero y le dice que todavía tiene unas horas, aunque él decide marcharse, estando muy borracho.

Se besan, y cuando él se dispone a salir ella le dice que le quiere de verdad, lo que a él le suena extraño y se vuelve, preguntando ella entonces si ha exagerado mucho, tras lo que pone en marcha la grabadora, diciendo que es la última sesión de psicoterapia.

Vuelca él entonces el maletín, viendo que si puso dinero, pero solo billetes de un dólar.

Él pregunta dónde está el dinero, diciendo ella que no sabe a qué se refiere, acusándola de habérselo quedado, diciendo ella que esos delirios forman parte de su estado.

Él le dice que contará todo lo que han hecho, simulando ella no conocerlo más que de sus consultas y dice para la grabación que se cree que es su madre y su amante.

Le dice que tiene una extraña relación con los hombres mayores, como Ezra Grindle o con el hombre al que mató en la feria.

Él le pregunta por qué hizo eso si no le importa el dinero.

Ella corta la grabación y le dice que tiene razón, que no le importa el dinero, pero que para él lo es todo, y que la ha decepcionado, que es un hombre muy pequeño y no engaña a nadie, que la gente se engaña sola y que él es solo un cateto con la dentadura recta y que no ha sabido interpretar las señales. No vio que su bolso pesaba, sacando su arma y disparándole en la oreja, tras lo que llama a los de seguridad.

Él, muy enfadado, trata de ahogarla, aunque llegan en efecto los de seguridad, tratando de huir y dejando marcas de sangre por todas partes.

Mientras huye escucha las sirenas, llegando a la estación y escondiéndose en un vagón cargado de gallinas, ocultándose tras las jaulas de estas, consiguiendo así huir.

Vuelve a recordar a su padre moribundo, cuyas imágenes se le vienen a menudo a la cabeza. Junto a su cama le dice que siempre le ha odiado.

Le arranca la manta y se cubre él con ella y abre la ventana, haciendo que la fuerte ventisca entre en la casa haciendo que muera de frío.

Algún tiempo después, Stan, ya vestido como un vagabundo más, bebe, junto a un fuego en la calle con otros borrachos, teniendo ahora una gran barba, debiendo entregar su reloj, el de su padre para poder seguir bebiendo.

Se acerca luego a un circo y va a ver al encargado, que tiene a Enoch, el feto de Clem, contándole que tiempo atrás compró un circo que tenía que cerrar.

Él le explica que en el pasado fue la estrella de un número de mentalismo.

El director le dice que huele como si se hubiera meado y que él no contrata a borrachos, aunque de pronto parece cambiar de opinión y le invita a un trago como antiguo feriante, aunque le dice que no le gusta el mentalismo y deben buscar algo nuevo y que quizá tenga un puesto que podría cubrir y le daría para vivir, aunque es provisional hasta que consigan a un engendro de verdad.

Le pregunta si cree que podrá encargarse, llorando al escucharlo y diciéndole que ha nacido para ello, riendo de forma alocada.

Calificación: 3