Te cuento la película

El cuarto pasajero

España (2021) *

Duración: 99 min.

Música: Roque Baños

Fotografía: Rita Noriega

Guion: Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria

Dirección: Álex de la Iglesia

Intérpretes: Blanca Suárez (Lorena), Alberto San Juan (Julián), Ernesto Alterio (Rodrigo), Rubén Cortada (Sergio), Carlos Areces (Santiago), Jaime Ordóñez (Morales), Enrique Villén (Empleado de correos).

Julián ensaya en su coche cómo va a declararse a Lorena, tal como escribió en un papel, diciéndole que su amor nació desde que la conoció cuando le esperaba en la carretera con su maleta a rayas y que desea seguir haciéndole feliz.

La ve esperándolo, en efecto, con su maleta de rayas.

Cuando sube, le pregunta qué tal le fue el fin de semana diciendo ella que menos mal que se acaba, porque su madre le pone la cabeza loca y su padre está siempre dormido y solo despierta para regañarle, lamentando tener que trabajar a 300 kilómetros de su casa, y, que para dos días que descansa, no paran de molestarla, diciéndole él que si quiere puede quedarse en su casa.

Luego trata de soltarle el discurso preparado, aunque se corta debido a los pitidos porque ella no se había puesto el cinturón de seguridad.

Él recuerda que ella al principio casi no hablaba, diciendo ella que le imponía él, porque iba siempre muy serio, diciendo él que estaba mal porque se acababa de divorciar, y tuvo suerte de que se le ocurrió lo de compartir viajes, pues de lo contrario habría perdido el coche, porque la gente en su trabajo no le respetaría de saber que le va mal.

Intenta retomar su discurso, pero llegan a recoger al siguiente pasajero, Rodrigo, que le dice que se marea y pide a Lorena que le deje delante, accediendo ella.

Antes de salir graba a Julián y luego coloca el enganche de cinturón que lleva encima para no ponérselo y que no suene.

Le oyen luego mintiendo por teléfono diciendo que está llegando al aeropuerto.

Paran para recoger a otro pasajero, viendo a lo lejos a un tipo con equipaje, aunque Julián no le reconoce, pues esperaba a un bajito y gordito y el que llega es alto y guapo y no es Carlos, al que esperaba, sino Sergio, que le dice que el perfil es el de su primo porque él no tiene cuenta, mostrándose Julián reticente, aunque Lorena empatiza.

Ya en el coche les muestra que su primo tiene un restaurante, "El Manicomio".

Al ver la complicidad de Lorena con Julián le cuentan que llevan muchos kilómetros juntos, que todos los fines de semana, suben a Bilbao y bajando a Madrid.

Sergio le pregunta si viaja para ir a ver a su novio, contando ella que no, pues se separaron un año antes.

Sergio cuenta que algunos utilizan lo de compartir coche para ligar, diciendo Julián que no es el caso de Lorena, que busca una relación estable con una persona razonable y sensata en quien se pueda confiar, estando harta de niñatos que quieren pasarlo bien.

Lorena es la primera sorprendida al escucharle, diciéndole Rodrigo que lo que tiene que hacer es disfrutar de la vida, diciendo ella que no busca una relación y está bien como está.

Sergio dice que él está también bien sin líos, aunque, cuenta que lleva una semana sin acostarse con nadie.

Julián le pregunta a Rodrigo a qué se dedica, diciéndoles que va apuntando ideas, y que tiene una compañía de reciclaje de móviles. Compra móviles en desuso en Alemania y los revende en el Congo y da conferencias por todo el mundo, no entendiendo Sergio que comparta coche con ellos, diciendo él que eso le da la vida.

Sergio cuenta que estuvo en Kenia excavando un pozo para una ONG.

Cuando paran para echar gasolina, Julián ve cómo Lorena y Sergio tontean, diciendo él que se dedica a tocar la guitarra y tiene un velero en Altea y le invita a ir con él el fin de semana.

Dentro, Rodrigo se cuela a todos y coge una bolsa de 1,50 que quiere pagar con la tarjeta, aunque le dicen que el gasto debe ser de más de 6 Euros para poder usarla, diciendo él que no quiere comprar nada más, acusándolos de ladrones, ante lo que el hombre accede finalmente a pasar la tarjeta.

Fuera Sergio sigue haciéndose el interesante con Lorena contándole que entre ganar el doble o vivir el doble, él eligió lo segundo y que, a veces va al aeropuerto y no sabe a dónde irá, y que, por ejemplo, el año anterior fue a la Patagonia a ver ballenas.

Lorena le dice a Julián que también él debería aprender a no tomarse las cosas en serio y a dejarse llevar y ser espontáneo, pues asegura que si quisiera serlo apuntaría en su agenda "ser espontáneo".

Dentro, Rodrigo va pasando tarjetas, pero le rechazan todas, decidiendo una mujer pagarle las patatas por no esperar más, quejándose él de que le quieren robar y rechazando el regalo, encontrándose Julián al entrar ese panorama.

Enfadados todos con él, por su tardanza, se enfrenta a él un funcionario de correos, pidiéndole él que no le toque, mientras lo graba, procediendo el hombre a propinarle un puñetazo, aunque se agacha y golpea a Julián, al que patea otro de los clientes, indignados, pegándole todos a él mientras Rodrigo graba y sale corriendo sin pagar.

Julián debe arrancar, tirando al hacerlo, a todos los que los rodeaban.

Otro de los clientes, que lo observó todo sin intervenir les mira alejarse.

En el coche, Lorena le dice a Julián mientras ve la grabación de Rodrigo que no lo entiende, pues él es muy pacífico, diciendo él que se estaba defendiendo, y, aunque se le ve pegando a una señora, dice que intenta apartarla porque le estaba mordiendo.

Rodrigo comenta que lleva 5 minutos y tiene ya 3.000 visitas, indignándose Julián de que lo subiera a redes, diciéndole Rodrigo que tiene un problema para gestionar la frustración, quitándole Julián el móvil de las manos y metiéndoselo en la guantera, tras lo que recrimina a Sergio que no hiciera nada, diciendo este que no podía hacer nada porque es cinturón negro de taekwondo y les prohíben utilizar la violencia con personas que no tienen conocimiento de artes marciales, pues podría matar con solo dos dedos.

Al buscar su móvil en la guantera, Rodrigo ve los trozos del papel donde Julián escribió su declaración a Lorena y va juntando los trocitos y comienza a leerlo, ante lo que Julián trata de quitárselo, yéndosele el coche hasta darse con otro coche.

Mientras hacen el parte de accidentes, los guardias de tráfico le hacen un control de alcoholemia y cuando el guardia repara en que tiene un ojo morado, él dice que es del accidente, interrumpiéndole Rodrigo para decir que diga la verdad, contándoles él que se pegó con un empleado de una gasolinera y que iba alterado por eso.

La charla de Rodrigo le pone cada vez más difícil las cosas, haciendo que se enfade y amenace con atacarle, siendo reducido por los guardias, que le dicen a Lorena, cuando intercede por él, que en cuanto su padre se tranquilice le sueltan, mientras Rodrigo insiste en su estrategia y le pide que se declare culpable y le hace una foto reducido.

Le sueltan finalmente aunque le piden que no vuelva a conducir.

Rodrigo aprovecha la parada para hacer pis y hablar por teléfono, poniéndose Lorena al volante, y le pide al enojado Julián que se ponga atrás para que Rodrigo no le vomite el coche.

Cuando Sergio sugiere dejar allí a Rodrigo, Julián lo apoya encantado y ríe cuando ella arranca, aunque Lorena se arrepiente enseguida, recordando Julián que le dieron una paliza por defenderlo y le hicieron soplar y por su culpa tuvo un accidente y le quitaron 6 puntos, por lo que, dice, es poco lo que le ha hecho, que debían volver y atropellarlo hasta matarlo.

Sergio lo apoya, pero Lorena de pronto frena, pues cae en la cuenta de que llevan su maleta y les puede denunciar por robo, aunque, cuando regresan pese a las reticencias de Julián, ven que Rodrigo no está ya donde lo dejaron.

Mientras lo buscan, Sergio se duerme sobre el hombro de Julián, diciéndole Lorena que lleva un día que no lo reconoce y que está raro, y no solo por Rodrigo.

Él le dice que solo quería ir a Madrid disfrutando de su compañía como siempre, pues se pasa la semana eligiendo a los acompañantes, preguntándole ella cuando lo dice si está celoso al darse cuentea de que en 6 meses Sergio es el primer pasajero guapo.

Él, herido en su orgullo, dice que son solo son compañeros de viaje por conveniencia, diciendo ella que creía que había algo más, diciendo él que no elige los viajeros para ligar con ella y que si quisiera ligar elegiría a una mujer más madura, siendo Lorena quien se enfade ahora, y le diga que si quisiera acostarse con alguien no elegiría a un maniático del control, obsesionado con su coche y con su trabajo que deja tirada a la gente, y que si quisiera acostarse con un tío, como Sergio, podría hacerlo y todo seguiría igual, asegurando Julián que su vida sexual no le va ni le viene.

Llegan al Spa Vinotherapie Caudalie y ven a Rodrigo en la piscina con tres chicas.

Lorena le dice que quieren pedirle disculpas, diciendo Julián que fue una broma, y cuando volvieron no estaba, diciendo él que estaba seguro de que volverían.

Julián le dice que deben seguir camino, diciendo él que se pierde las exfoliaciones con pepitas de uva, diciéndole Lorena que quiere probarlo y Sergio dice que pueden esperar un par de horas, pues en ese momento el tráfico está fatal.

Sergio se desnuda y se lanza al agua, y hace lo mismo, quedándose en braga y sujetador, Lorena, con la que luego, ya sin sujetador, juguetea Sergio masajeándola mientras Julián lo observa todo enfadado, mientras bebe.

A su lado está el hombre que observó todo en la gasolinera.

Cuando Julián pide la cuenta de sus copas le dicen que debe 1.500 Euros, contándole Rodrigo que le volvió a pasar el problema con las tarjetas, aunque luego harán cuentas.

Tras ver cómo se divierte Lorena con Sergio, ambos desnudos, Julián decide marcharse, notando al abrir el maletero y sacar las maletas un fuerte olor.

Cuando va a marcharse, Rodrigo que lo vio, aunque en batín, consigue subir a tiempo.

Rodrigo le pregunta si quiere hablar de lo que le pasa, contando él que todo iba bien hasta que apareció Sergio y a Lorena se le fue la olla y perdió los papeles desnudándose delante de todo el mundo, pues es maravillosa, pero no sabe elegir.

Rodrigo recuerda lo que leyó y le dice que necesita ayuda y que, al huir les está diciendo que pueden acostarse si lo prefieren, asegurando él que Lorena no es así, que no le haría esa putada, diciéndole Rodrigo que él no le ha dicho nada y ella no sabe que la quiere, e incluso le dijo que no le importaba su vida sexual.

En el hotel, Lorena dice que Julián se ha comportado como un crío al enfadarse e irse.

Finalmente Julián decide dar la vuelta en medio de la autovía, jaleado por Rodrigo.

En el hotel, Sergio hace ver a Lorena que deben pasar allí la noche, preguntándole qué se le ocurre, aunque ella, en vez de atender sus insinuaciones le dice que pueden pincharle las ruedas o rayarle el coche, que es lo único que le importa y recuerda que le dijo que solo iban juntos por conveniencia, diciéndole Sergio que es cierto, pues no tiene nada con él, asegurando ella que ni muerta lo tendría, pero se contaron su vida mutuamente, ya que pasaron muchas horas en el coche, pero que tiene razón y que lo mejor es que se acuesten y así se lo quitará de la cabeza.

Pero con todo él no se siente cómodo y le pregunta si cambiarían las cosas si le dijera que Julián está enamorado de ella a pesar de lo que dice, asegurando ella que no, pues Julián es viejo, su vida una mierda y su exmujer le odia y sus hijos también, y, aunque no para de repetir que tiene un trabajo de alta tecnología, no cambia nada.

Viendo que parece decidida, él finalmente decide acostarse con ella, aunque, pese a lo dicho, él nota que ella está con la cabeza en otro sitio y, cuando ella le pregunta si habló con Julián de ella, acaba viniéndose abajo.

En recepción, Rodrigo averiguó que pidieron quesos y champán, ante lo que Julián se siente mal y empieza a lamentar haber vuelto, pues preferiría no haber visto lo que pasaba, pues ahora no podrá dejar de imaginárselo, diciéndole Rodrigo que lo de Lorena es comprensible, pues Sergio está muy bueno, pero que es solo un calentón.

Él le confiesa entonces que vive con su madre y que no trabaja en una empresa de alta tecnología, que es solo camarero.

Sin consumar la relación, Lorena y Sergio bajan para cogeré un taxi y llegar al autobús de las 12 y se preguntan si les cobrarán la habitación, pues solo estuvieron un rato, encontrando abajo a Rodrigo y a Julián dormidos, después de varios whiskies.

Él, al verlos les dice que les estaban esperando, diciendo ella que ya pidieron un taxi hasta Lerma donde cogerán el autobús, diciendo él que ya pagaron el viaje y les llevará.

Rodrigo se lleva a Sergio para que Julián y Lorena puedan hablar, aunque Lorena le asegura que solo irá con él a Madrid si no abre la boca.

Tras reiniciar el viaje, Sergio comenta que como solo usaron la habitación dos horas les hicieron un descuento, diciendo Lorena que habría estado toda la noche, pero trabaja, diciéndole Julián a Sergio que él podría haber estado incluso una semana, ya que no trabaja, lanzándose durante un rato puyas entre ambos.

Le dice a Lorena que Sergio le ha engañado, pues lleva el maletero lleno de droga, y que les eligió a ellos para viajar sin llamar la atención, no entendiendo Sergio su acusación. Decidiendo Julián demostrárselo parando de nuevo en medio de la autopista y haciendo que huelan el maletero, reconociendo Sergio que, en efecto, huele a hachís, por lo que Julián le pide que abra su bolsa, saboreando su triunfo, hasta que ve que no lleva nada, por lo que, enfadado le destroza la guitarra.

Rodrigo les muestra entonces varias tabletas de hachís y ven que su bolsa está llena, diciéndoles él que es de uso medicinal, pues va a montar una clínica.

Lorena le dice que debe pedir disculpas o pagar la guitarra a Sergio, insistiendo Julián en que tenía razón y que había droga, preguntándole Lorena si no es capaz de reconocer su error.

De pronto vuelve a pararles la guardia civil y el agente le recuerda que le dijo que no condujera y le piden que se baje del coche, pasando a su lado de nuevo el hombre de la gasolinera.

Le vuelven a pedir que sople, diciendo él que ya lo hizo antes, debiendo reconocer que ahora sí ha bebido bastante, afirmando que no sabe lo que pasa que esa noche, pues todo se tuerce y sobre todo con gente que quiere, diciéndole el agente que debe dejar que conduzca su hija.

Se echa a llorar, por lo que le dejan seguir, aunque conduciendo Lorena, aunque antes le piden que les muestre que tiene los triángulos y el chaleco reflectante.

Temiendo que descubran la droga, Lorena acaba arrancando y sale a toda velocidad, y, aunque Sergio le pide que pare, Rodrigo le dice que siga, mientras Julián dice que da todo igual, diciendo ella que no da igual, pues no quiere que vaya a la cárcel.

Salen de la autopista, pero entonces se topan con una tremendo atasco, por lo que la animan a seguir por el arcén, dándole, al hacerlo a varios coches.

Avanzan así un rato hasta que se les cruza un coche y no les deja seguir pese a que le dicen al conductor que es una emergencia, pues la mujer está embarazada, aunque el hombre le dice que no le parece, viendo mientras discuten que se acerca la guardia civil.

Sale Rodrigo y se reta con el otro conductor, cuya mujer también sale, aprovechando Rodrigo el momento para decirles que salgan todos y suban al coche que se les cruzó justo cuando llega la guardia civil, conduciendo Rodrigo ahora a toda velocidad, mientras ríen por el triunfo hasta que Julián le recuerda que se dejó el hachís y le dice que irá a la cárcel, y empiezan a pelearse hasta acabar chocando.

Salen mareados mientras los guardias, que les siguieron corriendo, tratan de alcanzarlos, ya muy cansados, debiendo ellos tratar de ocultarse entre otros coches.

Rodrigo se mete en un coche donde van tres personas, simulando él conocer al pasajero de detrás, mientras que Lorena se oculta en la furgoneta del empleado de correos con el que coincidieron esa tarde en la gasolinera y le dice que la está siguiendo su novio.

En otro de los coches atascados está el otro hombre de la gasolinera que les va siguiendo y que saca un arma de la guantera y sale a buscarles también.

Rodrigo consigue ganarse a los pasajeros del coche en que entró y les hace reír e incluso comparten queso y bebida con él, colándose en el coche, también Sergio.

Lorena le cuenta al conductor que está siempre discutiendo con su novio, y le cuenta que le lleva 20 años pero se está convirtiendo en un crío.

Llega entonces Julián y el conductor baja y se le encara y le pregunta cómo la puede tratar así y le exige que le pida perdón, aunque durante la discusión oyen la sirena de otros guardias y al tratar de huir golpean involuntariamente al conductor con la puerta.

Entretanto Rodrigo ha empezado en el coche en que está a cortar jamón, siendo sorprendido por uno de los guardias, al que golpea con el jamón y sale corriendo.

Lorena y Julián suben a una autocaravana desde la que pueden ver a los guardias buscándolos, a los que se ha unido ahora el conductor de correos.

Él le recuerda la tarde en que le conoció y la maleta de rayas, recordando ella que no era de rayas, sino roja y, cuando se disponen por fin a besarse ven que se cuela en la caravana el hombre de la gasolinera, Santiago, que les dice que es socio de Rodrigo. Que aquel se ofreció para ser él su suministrador, pero no le pagó ni le cogía el teléfono, y, de pronto se lo encontró en una gasolinera y dejó que le llevaran ellos la mercancía.

De pronto entran Rodrigo y Sergio también en la caravana, sorprendiéndose al ver allí a Santiago, al que Rodrigo asegura que, cuando lleguen a Madrid le pagará, aunque Santiago le dice que deben solucionarlo en ese momento.

Sergio le dice que la maleta se quedó en el coche, diciendo Santiago que ahora no pueden ir a buscarla tras lo que montaron y les muestra su pistola y pide que le den sus tarjetas con sus PIN y si no hay suficiente le irán ingresando lo que falte en un mes.

Rodrigo propone marcharse, pues no cree que vaya a utilizar allí su arma, rodeado de policías, aunque Santiago coloca el silenciador y apunta a Julián, pidiéndole que elija mano o pierna.

Pero mientras lo hace, la caravana se pone en marcha y hace que Santiago pierda el equilibrio y el disparo salga hacia la pantalla del coche de delante, donde, por el parón estaban viendo una película, aprovechando todos el momento de confusión para salir corriendo mientras Santiago sigue disparando, creando el caos entre los conductores.

Lorena y Sergio se cuelan en uno de los coches, proponiendo Sergio correr hacia los lados en vez de hacia delante o hacia atrás como todos esperan, aunque ella le dice que no lo conoce de nada, lo que él había dicho poco antes en la caravana.

La conductora, una mujer mayor le dice que no dejará que se la lleve contra su voluntad, diciendo él que lo de Lorena con ese hombre no es normal, que es dependencia emocional y le dice que Julián no trabaja en una tecnológica, como dijo, sino que está en el paro y el coche ni siquiera es suyo y lo sabe porque se lo contó Rodrigo, y lleva 6 meses subiendo y bajando solo para ver si ella cae.

Cuando ve pasar a Julián, Lorena sale tras él, aunque las mujeres del coche le impiden salir a él hasta que les aclara todo, topándose al hacerlo con Santiago, decidiendo enfrentarse a él con el taekwondo, consiguiendo de una patada tirar su arma al suelo, disparándose esta al caer para reventar la rueda de un camión cargado de tubos, que al deshincharse la rueda empiezan a caer y a rodar creando un caos aún mayor.

Sergio consigue golpear en efecto a Santiago y derribarlo.

Lorena corre junto a Julián, al que le pregunta si es verdad que está en paro, reconociendo él que es verdad, que es viejo, divorciado, con hijos y en paro, añadiendo ella que además es un borde insoportable.

Él dice que no puede más y que va a dejar que le detengan, preguntándole ella si se va a rendir, asegurando que lo hará porque es un aburrido que se merece lo que le pasa y no se puede creer cómo se ha enamorado de él, besándose por fin cuando ella lo dice.

Entretanto, Santiago y Sergio siguen peleándose y golpeándose hasta que los sorprenden los guardias civiles que los cogen a ambos por detrás.

Un motorista tiene un accidente por culpa de los tubos que ocupan la carretera y Julián y Lorena, perseguidos por los guardias civiles roban la moto del que cayó y salen corriendo, perseguidos por otra moto de la guardia civil, y, cuando otro grupo de guardias armados les dan el alto, contra todo pronóstico Julián sube por encima de los coches, preguntándole a Lorena si le parece lo suficientemente espontáneo, aunque finalmente acaban empotrándose contra un coche y salen volando.

Rodeados de policías y conductores, y sangrando, ambos ríen pese a todo.

Entretanto, Rodrigo regresa al coche, coge la bolsa y sale de la autopista y habla por teléfono sobre los niños que no encajan, a los que, dice, deben ayudar con amor.

Dice que deben darles una bicicleta y una mochila para traer y llevar cosas, diciendo que su programa se llama "Amor".

Calificación: 3