Te cuento la película

El Doctor Frankenstein

Frankenstein (1931) * USA

Duración: 71 min.

Música:Bernhard Kaun

Fotografía: Arthur Edeson

Guion: Garrett Fort, Francis Edward Faragoh (Novela: Mary Shelley )

Dirección: James Whale

Intérpretes: Colin Clive (Doctor Henry Frankenstein), Mae Clarke (Elizabeth Lavenza), John Boles (Victor Moritz), Boris Karloff (Monstruo), Edward Van Sloan (Dr. Waldman), Frederick Kerr (Barón Frankenstein), Dwight Frye (Fritz), Lionel Belmore (Contramaestre Herr Vogel), Marilyn Harris (Maria), Michael Mark (Ludwig).

El productor de la película advierte de que es la historia de un científico que se propuso crear un hombre a su imagen y semejanza sin contar con Dios.

Una familia acude al entierro de su familiar en el cementerio de Goldstadt, en los Alpes bávaros observados por dos hombres ocultos tras la valla.

Cuando se retira el cortejo fúnebre, el enterrador cubre el ataúd con tierra, aunque, cuando termina su trabajo y se marcha con sus herramientas, los hombres que vigilaban, el Doctor Frankenstein y Fritz, su jorobado ayudante deshacen su trabajo, desenterrando el ataúd, se cuelan, también con palas y comienzan a deshacer el trabajo del hombre dándose prisa para terminar antes de que salga la luna.

Sacan el ataúd de nuevo, indicando el doctor que su ocupante está descansando a la espera de que llegue una nueva vida.

Avanzan luego con su carro con el cadáver, haciendo que Fritz trepe para cortar la cuerda de la que cuelga el cadáver de un criminal ejecutado, aunque cuando cae el suelo, el doctor observa que tiene el cuello roto y por tanto su cerebro está inutilizable y deberán buscar otro.

En la Facultad de Medicina de Goldstadt, el profesor Waldman muestra dos cerebros conservados en unos frascos, a sus alumnos, uno en perfecto estado, y el otro, tal como les explica, de un criminal degenerado, que tras una vida de violencia y crímenes, tiene muy pocas circunvoluciones.

Terminada la clase, Fritz se cuela en el recinto para robar el cerebro normal, aunque, asustado por un ruido, se le cae y se le rompe, por lo que decide llevarse el otro.

Elizabeth Lavenza recibe la visita de su amigo Victor Moritz, al que le cuenta que ha tenido noticias, después de cuatro meses, de Henry y necesita su ayuda, pues tiene miedo, pues en su carta hay palabras que no entiende.

En ella le dice que debe tener fe en él, pues su trabajo es lo primero, incluso por delante de ella, contándole que está en un lugar solitario de las montañas donde no hay nadie que pueda desvelar su secreto.

Le explica que vive en una torre abandonada cerca de la ciudad y solo tiene por compañía la de un ayudante, para sus experimentos.

Y eso es lo que asusta e Elizabeth, pues ya el día en que comprometieron él le habló de sus experimentos, diciéndole que estaba a punto de descubrir algo tan asombroso que le haría dudar de su propia cordura.

Victor le cuenta que vio a Henry tres semanas atrás, cuando lo encontró paseando por el bosque, y le habló también de su trabajo. Él le preguntó si podía visitar su laboratorio, pero le dijo que no dejaba entrar a nadie en él y se comportó de una forma rara.

Tras mostrar su frustración de que eligiera a Henry en vez de a él, le dice que irá a ver al Doctor Waldman, en la Facultad de Medicina, para ver si él puede aclararles algo, pues asegura que por ella iría al fin del mundo.

Elizabeth insiste en ir con él.

Waldman les indica que Frankenstein es muy inteligente, pero imprevisible, diciéndole Elizabeth que está preocupada de que dejara la universidad, pues le iba muy bien.

Waldman le dice que sus estudios sobre el galvanismo químico y la electrobiología iban muy por delante de sus teorías de la universidad y se estaban volviendo peligrosas.

Les dice que sus obsesiones están en su loca ambición de crear vida, y los cadáveres que conseguían en la facultad no le servían para sus experimentos y les pedía que les consiguiera otros, sin importarle dónde o cómo conseguirlos y dejó por ello la facultad.

Victor le dice que no tienen tanta importancia la vida de unos animales, pero Waldman les dice que a Frankenstein solo le interesaba la vida humana, primero destruirla y luego volver a crearla.

Además, no cree que sean bien recibidos, y, como no es su alumno ya, se niega a acompañarlos, aunque finalmente y ante la insistencia de Elizabeth acepta.

En su torre, Frankenstein, ayudado por Fritz, prepara todo para algo que debe ocurrir esa noche.

Construyó una maquinaria que funcionará con la energía eléctrica que espera que le proporcione la tormenta de esa noche para finalizar su experimento, pidiendo a Fritz que conecte los electrodos, pues la tormenta de esa noche será magnífica.

Le muestra su creación a Fritz, el cerebro de un muerto esperando a vivir dentro de la cabeza de otro hombre creado a partir de varios cadáveres.

Hacen la prueba final, conectando todo para ver que funciona, esperando el apogeo de la tormenta, señalando que el momento ideal para electrificar el cuerpo a través de los electrodos que le colocó en el cuello, es 15 minutos antes.

Pero entonces escuchan una insistente llamada en la puerta, diciéndole a Fritz que no puede entrar nadie.

Este baja, y abre la ventanilla, pero advierte que no pueden ver al doctor.

Pero ellos insisten aporreando la puerta, haciendo que Henry se asome para ver quién insiste, diciéndole Elizabeth que es ella y pidiéndole que le abra la puerta, pues la tormenta es terrible, aceptando abrirles, pidiéndole a Elizabeth que confíe en él, pues no se le puede molestar, ya que está a punto de culminar su experimento.

Ella le dice que cree en él, pero que no le puede dejar solo esa noche y Victor le pide que la atienda y le dice que está loco, haciendo que Henry se enfade, y, para demostrarle que no lo está, les hace subir para observar su experimento.

Los lleva a su laboratorio y cierra la puerta con llave, tras lo que les pide que se sienten.

Waldman trata de ver lo que hace, acercándose al cadáver, aunque Henry le pide que no lo toque.

Le dice que él le enseñó mucho acerca de los rayos infrarrojos y ultravioletas, pero él ha ido más allá y ha descubierto el rayo que trajo la vida al mundo con su maquinaria y esa noche se lo demostrará.

Le cuenta que ya experimentó con animales muertos, y luego con un corazón humano que mantuvo latente tres semanas, pero ahora apuntará con el rayo a ese cuerpo y le dará vida.

Waldman se muestra escéptico, contándole Henry que ha creado un cuerpo nuevo con restos de cadáveres robados de tumbas o patíbulos, y por fin se lo muestra.

Pide a Fritz que prepare las conexiones al ver que la tormenta aumenta.

Pone en funcionamiento toda la maquinaria y descubre al monstruo, que está sobre una plataforma que se eleva hasta un tragaluz que se abre en el techo

Los rayos son muy fuertes y la máquina creada por Frankenstein se pone en funcionamiento.

Después de un rato baja la plataforma y tras unos segundos ven que se mueve una de sus manos, mostrando que ha cobrado vida.

Emocionado, Henry dice que ahora ve lo que se siente al ser Dios y parece volverse loco, debiendo sujetarlo Waldman y Victor.

Al día siguiente, Victor y Elizabeth visitan al barón Frankenstein, padre de Henry, al que tratan de calmar diciéndole que Henry está bien, pero muy ocupado, aunque pronto se pondrá en contacto con él, aunque.

Pero el barón les dice que sabe que pasa algo, pues le dijo que iría pronto a verle y no ha ido, por lo que vuelve a preguntarles qué le pasa a su hijo, diciéndole ellos que está ocupado en sus experimentos, preguntando qué hace en un molino abandonado teniendo una casa con todas las comodidades, diciendo que debe haber otra mujer.

Le avisan entonces de la llegada del burgomaestre Vogel, diciendo el barón que no quiere verle, asegurando que nada de lo que pueda decir es importante, pese a lo cual el hombre, que lleva un ramo de margaritas en la mano entra y da las flores a Elizabeth, tras lo que pregunta cuándo tendrá lugar la boda, pues el pueblo ya está preparado, diciendo el barón que no va a haber boda.

Viendo que todo el pueblo está esperando, y la novia también, el barón asegura que traerá él mismo a su hijo, sin importarle su trabajo, insistiendo en su idea de que debe haber otra mujer y lo encontrará y lo llevará a casa.

En la torre, Frankenstein fuma, mientras Waldman, que se quedó con él, deambula nervioso, diciéndole Frankenstein que debe tener paciencia, pues la perfección tarda.

Waldman le dice que su criatura debería estar encerrada, pues se convertirá en un peligro, lo que Henry niega, asegurando que a todos los que intentan avanzar les llaman locos, pero que si él pudiera descubrir cosas cómo qué es la eternidad no le importaría que lo llamaran loco.

Waldman dice que es joven y el éxito se le ha subido a la cabeza, pero tienen un loco, diciendo Frankenstein que deben dar tiempo para que el cerebro se desarrolle, pues es un cerebro válido, pues salió de su laboratorio.

Waldman le dice entonces que el cerebro que robaron de su laboratorio era el de un criminal.

Esto le inquieta, pero luego dice que, después de todo era solo tejido muerto.

Waldman le advierte que si sigue con esa locura su salud se deteriorará, pues ha creado un monstruo que lo destruirá y le pide que piense en Elizabeth y en su padre, aunque él insiste en seguir experimentando, pues solo tiene unos días de vida, y espera llevarlo a la luz.

Lo escuchan sus pies arrastrándose y acercándose y apaga la luz, pues el monstruo ha vivido hasta ese momento en la oscuridad.

La criatura entra, en efecto, con pasos torpes, mostrando numerosas cicatrices, pidiéndole Henry que entre, viendo que pasa y que le sigue, tras lo que le pide que se siente y lo hace, observando que entiende.

Cuando abre finalmente la trampilla del techo, ven cómo dirige su vista hacia la luz, pareciendo querer atraparla con sus manos, por lo que la cierran la claraboya asustados.

Henry vuelve a pedirle que se siente, pero la aparición de Fritz con una antorcha lo asusta y se pone violento, por lo que deben golpearlo y atarlo, pidiéndole Waldman que le maten, pues es un monstruo.

Lo esposan en la bodega, aunque no para de moverse de forma alocada, tratando Fritz de contenerlo con un látigo, haciendo que se enfade más.

Frankenstein observa que el monstruo tiene la fuerza de 10 hombres, aunque a Fritz le gusta atormentarlo y vuelve con una antorcha que mueve ante él para asustarlo

De pronto, arriba, escuchan un grito de Fritz, por lo que bajan corriendo a la bodega, viendo que la criatura se liberó y acabó con Fritz y que ya no les obedece, logrando a duras penas cerrar la puerta, que la criatura aporrea.

Comenta Frankenstein que la criatura odiaba a Fritz porque siempre lo estaba martirizando, preguntándose qué pueden hacer, insistiendo Waldman en que deben acabar con él como si fuera un animal, aturdiéndolo primero con una inyección, pidiendo que le lleve una jeringuilla, aunque Frankenstein le dice que es un asesinato, aunque comprende que es lo único que pueden hacer, pues acabará atravesando la puerta.

Llega con la jeringuilla en que puso una dosis fuerte para sedarlo, decidiendo que Frankenstein llame su atención y Waldman lo sorprenderá y le inyectará el sedante.

El monstruo sale y Frankenstein blande su antorcha ante él para atraerlo, aprovechando, en efecto Waldman para inyectarle el somnífero, aunque el monstruo se revuelve, tira a Waldman, y, pese a la antorcha, acaba cogiendo a Frankenstein del cuello, aunque acaba cayendo por el efecto de la inyección.

Llaman insistentemente a la puerta, viendo que se trata de Victor, que advierte a Henry que Elizabeth y su padre llegarán pronto.

Tiran del monstruo hasta la bodega de nuevo para que no lo vean, subiendo Henry a lavarse la sangre para que no le vean así.

Llegan en efecto el barón y su novia, a los que abre Victor.

Pide a Waldman que le explique qué pasa, aconsejándole el doctor que se lleve a su hijo de allí cuanto antes, diciéndole el barón que para eso ha ido.

Suben a verlo, y, aunque intenta mantener la compostura, acaba perdiendo el conocimiento, mientras repite, "Pobre Fritz" y dice que toda la culpa es suya.

Cuando se recupera, su padre le dice que le va a llevar a casa, aunque él dice que no puede perder las notas de su experimento, diciendo Waldman que se las guardarán y le dice, en secreto, que él se ocupará de destruirlo sin dolor.

Waldman observa a la criatura, ahora en la camilla y toma notas, indicando que se nota un aumento de resistencia, por lo que necesita más dosis y más frecuentes, por lo que debe realizar la disección de inmediato.

Mientras escribe, la criatura abre sus ojos.

Se dirige con sus bisturís al monstruo, y, mientras escucha su corazón, este lo coge del cuello y aprieta luego, ya con las dos manos, acabando con él.

Se mueve tras ello ya libre por la torre hasta llegar a la puerta, que abre, y se marcha.

Entretanto, en la mansión Frankenstein, Henry disfruta de los cuidados de Elizabeth, lamentando haberse obsesionado con su trabajo teniéndola a ella, a la que le pregunta cuándo se casarán, diciendo ella que pronto, tras lo que se besan.

El día de la boda, el barón le coloca a Henry una flor de azahar que llevaron tres generaciones de Frankenstein, dándole otra a Victor, tras lo que saca la corona que debe colocar a Elizabeth tras la ceremonia.

Luego abre un vino que compró su abuelo y brindan, esperando que pronto haya otro Frankenstein en la familia.

Por las calles, la gente del pueblo sale para agasajar a la familia, vitoreando al barón, que les ofrece cerveza y música para celebrarlo.

Entretanto, el monstruo vaga por el bosque torpemente.

Un campesino, Ludwig, le pide a su hija Maria que se porte bien y juegue con su gatito mientras él comprueba las trampas, y luego irán también al pueblo para la celebración.

La niña se acerca al lago con su gatito y comienza a coger flores, cuando de pronto llega la criatura y la ve.

La niña se acerca a él al verle, sin espantarle su apariencia y le pregunta quién es. Le dice que ella es María y le pregunta si quiere jugar con ella.

Le da una de sus margaritas, que él acerca a su nariz, como antes hizo ella y sonríe.

Se arrodilla frente a ella y va cogiendo las flores que ella le da.

Luego, la niña va tirando las margaritas al agua, sorprendiéndose el monstruo al ver cómo flotan, haciendo él lo mismo, divertido.

Cuando se queda sin flores, coge a la niña y la lanza al agua como si fuera una margarita más, sin atender sus gritos, aunque ve, confuso, que la niña no flota.

En el pueblo la gente baila y se divierte despreocupada.

Pero Elizabeth, ya vestida de novia, se siente inquieta y va a hablar con Henry para decirle que está asustada por la tardanza de Waldman y dice que nota que va a pasar algo, aunque él le dice que el profesor siempre llega tarde, aunque ella insiste y dice que lleva notando todo el día que algo se interpone entre ellos y le gustaría poder hacer algo para impedirlo, pues tiene miedo de perderlo.

Interrumpe su charla con fuertes golpes en la puerta Victor que le habla del Dr. Waldman, aunque antes de que les cuente qué ocurre, Henry encierra a Elizabeth.

Victo le cuenta que Waldman murió, preguntando Frankenstein si fue el monstruo, a lo que le responde afirmativamente, y le dice que lo han visto por las colinas y toda la comarca está aterrorizada.

Oyen entonces un gemido, reconociendo la voz del monstruo, que piensan que está en la casa, corriendo a la parte de arriba.

Pero mientras lo buscan, el Monstruo se cuela por una de las ventanas, la de la habitación donde Elizabeth está encerrada.

Al verlo, la novia grita, y, aunque la oyen, al estar la puerta cerrada no pueden entrar a auxiliarla, aunque consigue con los gritos ahuyentarlo.

La encuentran en la cama con un fuerte ataque de ansiedad.

La gente se queda desconcertada y paraliza sus celebraciones cuando ven que aparece Ludwig con su hija María muerta en brazos, acompañando al padre a ver al burgomaestre, contándole Ludwig que su hija fue asesinada.

El burgomaestre pregunta quién fue, diciendo todos que el monstruo.

Entretanto, Elizabeth, conmocionada es incapaz de hablar, diciendo Victor que celebrarán la boda al día siguiente, aunque Frankenstein dice que no habrá boda mientras la horrible criatura sigue viva. Que él la creó con sus manos, y con ellas la destruirá, por lo que pide a Victor que se ocupe de Elizabeth mientras él sale a buscarlo.

Decidido a acabar con el monstruo, el burgomaestre crea varios grupos, uno comandado por Ludwig que irá al bosque, otro por el propio Frankenstein, que deben ir hacia las montañas y el propio burgomaestre irá con otro hacia el lago.

Encienden sus antorchas y con horcas y perros salen para buscarlo y acabar con él, dejando a las mujeres y niños atemorizados, en el pueblo.

Encuentran a un hombre herido, viendo que pasó por allí, aunque, temeroso al ver a tanta gente con sus antorchas, el monstruo se oculta.

Frankenstein se separa del grupo durante la búsqueda, hasta toparse con él, blandiendo su antorcha para tratar de asustarle, aunque este ya perdió su miedo y consigue alcanzarlo, y lo coge del cuello, gritando él pidiendo socorro, decidiendo el monstruo cargar con él y llevárselo para evitar ser alcanzado por los perros, ocultándose en un molino de viento.

Alertados por los gritos de Frankenstein, los aldeanos tratan de derribar la puerta, que quedó bloqueada por una viga.

Lo sube hasta la parte de arriba del molino, gruñendo desde una ventana a los aldeanos.

Frankenstein consigue recuperar el conocimiento e intenta huir, aunque el monstruo lo atrapa y decide lanzarlo desde la cornisa del piso superior, logrando salvar su vida al caer sobre una de las aspas giratorias del molino, cayendo cuando esta llega abajo.

Piden que lo lleven al pueblo mientras la gente decide quemar el molino para que se quede sin escapatoria.

El monstruo se ve, en efecto atrapado entre las llamas, que suben de inmediato hacia arriba y se asusta, y, aunque trata de escapar, las llamas están por todas partes y queda además atrapado por una viga que cae sobre él, mientras las llamas lo cubren todo, escuchándose desde abajo sus gritos.

Unos días después las sirvientas de la casa Frankenstein van a la habitación de Henry, aún en cama y al que cuida Elizabeth, para llevarle una botella de vino, el de su bisabuela, para brindar por su salud, pero el barón las intercepta y les dice que Henry no lo necesita, por lo que se lo sirve él en una copa, brindando por un futuro hijo para la casa Frankenstein.

Calificación: 4