Te cuento la película

Kong: La isla Calavera
Kong: La isla Calavera

Kong: Skull Island (2017) * USA / China

Duración: 120 min.

Música: Henry Jackman

Fotografía: Larry Fong

Guion: Dan Gilroy, Max Borenstein, Derek Connolly (Historia: John Gatins)

Dirección: Jordan Vogt-Roberts

Intérpretes: Tom Hiddleston (James Conrad), Samuel L. Jackson (Preston Packard), Brie Larson (Mason Weaver), John C. Reilly (Hank Marlow), John Goodman (Bill Randa), Corey Hawkins (Houston Brooks), John Ortiz (Victor Nieves), Jing Tian (San Lin), Toby Kebbell (Jack Chapman), Jason Mitchell (Mills), Shea Whigham (Cole), Thomas Mann (Slivko).

1944. En algún lugar sobre el Pacífico Sur dos aeronaves, una americana y otra japonesa se alcanzan mutuamente, lanzándose sus respectivos pilotos en paracaídas sobre la playa de una isla.

Hank Marlow, el americano, que cayó primero saca su pistola y dispara sobre el piloto japonés, Gunpei Ikari, aunque sin alcanzarle, quedándose además su arma encasquillada y sin balas, momento que aprovecha Gunpei para sacar la suya y disparar sobre Harlow, que huye y se adentra en el bosque, aunque debe detenerse al llegar a un barranco, sacando entonces Ikari su catana para acabar con él, comenzando una pelea entre ambos que se paraliza cuando del abismo surgen dos gigantescas manos, que descubren pertenecen a un simio gigantesco.

El tiempo pasa y los progresos de la humanidad son cada vez mayores, hasta llegar a 1973, en un momento en que proliferan las manifestaciones en contra de la guerra.

Bill Randa, un agente del gobierno llega al Senado con su colaborador, el geólogo Houston Brooks, para reunirse con el senador Willis, al que deben convencer ya, pues si la guerra acaba no aprobarán la expedición que desea realizar con su empresa Monarch.

Justo en ese momento ven en televisión el anuncio de Nixon de que han decidido poner fin a la guerra y todas las tropas serán retiradas, por lo que cuando la secretaria de Willis les indica que este debe aplazar la reunión, no lo acepta y cuando ve salir al senador lo aborda, diciéndole que es la quinta vez que aplaza la reunión, viéndose obligado a escucharlos, aunque les dice que dispondrán solo de 5 minutos.

Le muestran una imagen de satélite de una isla desconocida en el Pacífico Sur, la "Isla Calavera", célebre por la gran cantidad de barcos y aviones que desaparecieron en la zona, habiéndose realizado sobre esta en el 54 unas pruebas nucleares que, le dice, no eran pruebas, sino que trataban de matar algo, mostrándole una foto del acorazado destruido, pensando que hay un ecosistema que no alcanzan a imaginarse.

Willis no le cree y Randa le dice que tampoco Harry Truman lo creía cuando decidió crear Monarch en 1946, a lo que WIlis le responde que Monarch está a la cabeza en despilfarro de dinero tras la búsqueda de vida extraterrestre.

Brooks le dice que esperan encontrar fuentes energéticas alternativas, medicinas, recursos naturales. Realmente no saben que habrá, pero sí saben que en tres días pasará por aquel sector el satélite ruso y descubrirán también esa isla y querrán adelantarse a ellos.

Esta última razón es la que convence a Willis, al que le piden escolta militar.

Declarado el fin de la guerra, en la base aérea de Nang, en Vietnam, las tropas se preparan para su regreso, aunque el Coronel Preston Packard no parece contento con el fin y le pregunta al Comandante Chapman qué hará él, señalando este que firmó ya por Eastern Airlines y su familia se fue a vivir a Atlanta para esperarlo.

Packard observa una caja llena de medallas y se pregunta todo eso para qué.

Por la noche, en medio de la lluvia Packard recibe la llamada del General Ward, que le pregunta si él y sus muchachos están preparados para una última misión, a lo que este responde que siempre lo están, explicándole que deben llevar con sus helicópteros a un grupo de científicos que descubrieron una nueva isla, dándole las gracias por la misión.

En el Distrito Quan Nam, de Saigón, Randa y Brooks van a reunirse con un antiguo capitán británico de las SAS que tiene fama de pasarse el día en un tugurio clandestino, afirmando Randa que rescató a una docena de soldados el año anterior y que lo importante no es cuánto bebes, sino cuánto aguantas, viendo al llegar al tugurio cómo el británico James Conrad tiene una pelea tras una partida de billar, deshaciéndose con facilidad de varios enemigos.

Conrad, al que desean contratar como rastreador les dice que en una isla pueden morir de miles de cosas, de enfermedades, o de ataques de animales, por lo que les pide el quíntuple de lo que le habían ofrecido y un plus en caso de regresar con vida.

Les pregunta luego a quién o qué va a rastrear, aunque ni ellos mismos lo saben.

Una fotógrafa, Mason Weaver, recibe una llamada en que le hablan del Athenea, que atracó en Bangkok y que estará en el muelle 14 al día siguiente a las 18'00, no entendiendo su interlocutor su interés, en esa expedición, pudiendo ser portada de Time por el regreso de los soldados, señalando ella que hay algo extraño de lo que nadie habla, pues no puede haber tres fuentes que cuenten exactamente lo mismo.

En efecto, al día siguiente acuden al Athenea, Conrad y Weaver, viendo cómo cargan varios helicópteros, llegando también Packard con sus hombres, que se quejan de que les hayan movilizado a un día de su regreso a su casa para ir a otra selva.

Se sorprenden al comprobar que Mason es un nombre de mujer, diciéndole Packard que por culpa de la prensa perdieron el apoyo en su país, señalando ella que no pueden culpar a quienes van sin armas de perder la guerra, indicando el militar que una cámara es más peligrosa que un arma y le aclara que no la perdieron, que la abandonaron.

Una vez que el barco zarpa tiene lugar una reunión en que Víctor Nieves, el supervisor de Landsat, que les explica que van a un lugar evitado por todos los barcos y por donde no pasa ninguna ruta marítima, una isla rodeada de un sistema de tormentas perpetuo que le permitió permanecer oculta y que serán los primeros en atravesar.

Con ellos va el equipo de prospección de recursos, compuesto por Randa, Brooks, geólogo y San Lin, una bióloga, explicando Brooks que provocarán explosiones para generar vibraciones que les ayudarán a mapear el subsuelo de la isla y harán visitas guiadas por Conrad.

El comandante Chapman explica que una vez en la isla las tormentas bloquearán cualquier contacto con el barco y en tres días les esperará un equipo de repostaje en el extremo norte, pudiendo ser su única posibilidad de abandonarla.

Weaver sorprende a Conrad en la bodega examinando el material explosivo, que ambos demuestran no creer que es solo para mapeos, preguntando Conrad si ha ido a ese viaje solo para fotografiar mapeos y ella a Conrad qué hace un militar de las fuerzas especiales británicas, aunque él dice que está retirado y le pagan bien.

Los siguientes días son tranquilos y la tripulación baila y se divierte mientras Weaver los fotografía, hasta llegar a la zona de las tormentas, que parecen mayores de lo esperado, por lo que Nieves plantea aplazar la misión, pues están a 50 millas y no pueden acercarse más para poder despegar, preguntando Randa al Coronel si podrían llegar desde allí pasando por una zona de baja presión, defendiendo Randa que pueden pasar años hasta que puedan tener otra oportunidad de explorar una tierra nueva, consiguiendo convencer al militar.

Una docena de helicópteros parte poco después hacia la isla, pasando por la terrible tormenta, tras la cual encuentran un paisaje casi paradisiaco donde reina el sol, que Weaver fotografía emocionada y donde las aves abundan, ordenando Packard que se desplieguen para inspeccionar la isla mientras los científicos comienzan a desplegar sus aparatos de estudio geológico y ordenan el lanzamiento de los misiles sísmicos.

Al hacerlo Brooks comprueba que el lecho de roca es prácticamente hueco.

Pero entonces uno de los helicópteros recibe el impacto de una palmera volando y cae, advirtiendo otro helicóptero que se acerca algo enorme. Recibiendo este un manotazo, viendo sus integrantes de pronto ante sí unos ojos de un gigantesco gorila en cuya boca cae uno de los hombres cuando el simio sacude su helicóptero.

El resto de las naves ven el horizonte la figura del gigantesco simio quedando todos boquiabiertos, incluido Randa, que lo gravaba con su cámara.

Packard ordenan fuego a discreción contra el animal, que más enfurecido golpea a otro de los helicópteros que cae, pidiendo Conrad que se retiren, aunque el piloto de su helicóptero le dice que no recibe órdenes suyas, pidiendo también Randa que los saquen de allí mientras ven cómo a pesar de las aspas y de estar herido, coge otro con su mano, empezando a caer tras ello el helicóptero de Chapman sin control.

Baja un hombre de otro helicóptero para auxiliarlos, pero en ese momento la mano del gorila aplasta los restos del helicóptero y al rescatador, tras lo que el corre hacia otros dos helicópteros que volaban hacia él disparándole, saltando sobre uno de ellos y haciendo que pierda el control y se choque contra otro, acabando por caer también el helicóptero del coronel.

El gorila corre tras dos de los soldados caídos a los que aplasta fácilmente, acabando con todo el equipamiento de los científicos.

En el helicóptero de Conrad y Weaver ven cómo llega volando hacia ellos un soldado debido a un manotazo del gorila, chocando contra ellos y haciéndoles perder también el control de la nave, que cae en medio del bosque.

El coronel consigue salir de su helicóptero, pero cuando se dispone a rescatar a su piloto ve cómo el helicóptero es cogido por Kong, que en su movimiento brusco hace que el piloto salga volando, golpeando luego con el helicóptero otra de las naves, que cae también sin control.

Kong se lanza contra otro de los helicópteros, con el que acaba de un golpe, agarrando finalmente el más grande que voltea para lanzarlo lejos, viendo el coronel cómo el gorila despedaza con facilidad uno de los helicópteros en dos partes.

Conrad observa con sus prismáticos el destrozo creado y los restos ardientes de las máquinas, mientras el gran gorila se aleja.

Conrad se reúne con un grupo de supervivientes e informa que los ha derribado a todos.

Hay varios grupos diseminados por el sur de la isla, cerca de un río, Conrad piensa que si lo siguen llegarán al lugar donde les deben recoger en la costa norte, desde donde harán una señal al barco para que envíen a un equipo de rescate.

Cole y Mills, que sobrevivieron con Randa se reencuentran con Packard y Reles, informando al coronel de que hay 7 muertos confirmados.

Packard va luego a hablar con Randa y le dice que si no le cuenta todo lo que sabe, le volará la cabeza, diciéndole que sabe que no se trataba solo de un estudio geológico, que tiró los explosivos para hacer salir algo.

Randa le dice que hasta el día anterior todos creían que era un chiflado por decir que los monstruos existen, pero que él fue el único superviviente de los 1.000 soldados que iban en el USS Lawton, y dijeron a sus familias que se hundió en combate, pero él vio monstruos que tenía el afán de destruir por destruir y le recuerda que la tierra fue dominada antes que por los hombres por especies ancestrales y si no reaccionan volverán a dominarlos.

Le explica que él y Brooks se dedican a perseguir organismos terrestres masivos no identificados y lamenta lo de sus hombres, pero ahora que tienen pruebas deben volver para que envíen a la caballería, aunque Packard le asegura que él es la caballería.

En otro punto, Brooks, la Doctora San, Conrad, Weaver y Slivko recorren la isla, explicándole Brooks la teoría de la tierra hueca, algo sobre lo que él escribió un artículo al que nadie hizo caso excepto Randa, y según el cual hay espacios subterráneos gigantescos aislados de la superficie terrestre y Randa pensaba que esa isla podía ser una salida de emergencia para quienes viven abajo.

Todo parece muy tranquilo, hasta que de pronto, y del lago cercano, emerge lo que parecía una montaña, pero que en realidad es una especie de búfalo gigantesco.

El coronel y sus hombres entierran a los muertos, asegurando que no murieron en vano y que sus muertes no quedarán sin respuesta.

Caminando por la selva un hombre mira hacia arriba y se asusta, viendo poco después los demás que parece empalado, aunque pronto comprueban que no es una rama, sino la gigantesca pata de un arácnido, que coge a otro de ellos, por lo que empiezan a cortar sus patas y luego le disparan hasta acabar con él.

El grupo de Conrad, por su parte, llega hasta unas ruinas, siendo sorprendidos por un grupo de nativos perfectamente mimetizados con las piedras que les rodean y que les amenazan con sus lanzas, apuntándoles ellos con sus armas, aunque entonces aparece un hombre que habla su idioma e indica que no es necesario que disparen.

El hombre asegura que no lo creyó cuando le dijeron que iban a ir y se pasó la noche en vela recordando la cantidad de noches que Gunpei y él soñaron con ello. 28 años, 11 meses y 8 intentos fallidos de regresar al mundo, presentándose como teniente Hank Marlow, del 45, y tras pedir tranquilidad a los nativos estos dejan de apuntarles.

Slivko, le dice que hay algo afuera, indicando Marlow que ojalá fuera solo algo y les dice que deben irse de allí.

Entretanto, Chapman, aislado de los demás, se lava las heridas en el río, cuando ve cómo se forma oleaje, al haberse introducido Kong en el mismo, observando que Kong está herido y que se lava la herida, quejándose del dolor, viendo cómo de pronto da un manotazo al agua, observando que agarra un pulpo gigantesco que trata de defenderse enroscando sus tentáculos en el gorila, que acaba con él y come una parte, llevándose el resto.

Entretanto Marlow les lleva hasta la población de los nativos, protegida por una enorme empalizada que, les dice, no es para protegerse de Kong.

Les explica que allí no existe el crimen ni la propiedad privada, mostrándoles un enorme barco destrozado, que les dice, debió llegar hasta allí 10 años antes que él y ahora es territorio sagrado para los indígenas, por lo que les pide que no toquen nada.

Dentro hay monolitos de piedra que representan, vistos según la perspectiva a Kong o a otros animales, diciéndoles que esa gente vivió siempre atemorizada hasta que se dieron cuenta de que Kong les protegían de los que se los comían y por eso honran a su salvador, el rey, que es un Dios para esa gente, pues le gusta estar solo y ese es su hogar, por lo que es normal que se enfade si van a su hogar lanzando bombas, aclarándoles que no fue Kong quien mató a Gunpei, sino otros animales a los que él llama bichos calavera, una especie de lagartos gigantes que salen de agujeros profundos y las bombas despertaron a muchos de ellos, lo que hizo enfadar más a Kong, y les asegura que de no haber estado este, no habrían conseguido llegar hasta allí, pues son animales muy astutos y hasta ahora salieron solo los pequeños, debiendo procurar no despertar al grande, pues acabó con toda la familia de Kong, que sigue creciendo y cuando Kong desaparezca subirá el calavera grande.

Le cuentan a Marlow que un equipo de repostaje llegará en 3 días al extremo norte de la isla, invitándole a que vaya con ellos, aunque Marlow se ríe, y les asegura que es imposible llegar al extremo norte de la isla en 3 días a pie.

Entretanto Packard y su grupo avanzan por el agua y acaba con un ave, espantando su disparo a enormes aves, señalando que ese sitio es el infierno.

Marlow les cuenta que estaban a punto de conseguir salir a mar abierto cuando uno de los bichos acabó con Gunpei, mostrándole una embarcación que trataron de construir entre ambos durante 6 años con los restos de sus dos aviones y que llama el Zorro Gris.

Todos se ponen a trabajar en la embarcación mientras Mason fotografía a los nativos.

Atraviesa la empalizada, cubierta de palos acabados en punta y ensangrentados y escucha al enorme búfalo herido al haberle caído un helicóptero encima, por lo que trata de ayudarlo a quitarse de encima la máquina, aunque no consigue moverlo ni un milímetro, observando cómo de pronto el helicóptero se eleva viendo que lo cogió Kong con sus manos y libra al animal, observando a Mason a la que no le hace nada.

Packard observa una enorme mano impresa en una roca, lo que le hace ver que el monstruo sangra, y si logran dar con Chapman tendrán munición suficiente para terminar su trabajo.

Mientras trabajan en el barco, le cuentan a Marlow que Rusia ya no es su aliada, sino su enemigo y hay una guerra fría y que enviaron a un hombre a la luna.

Chapman, sentado sobre un tronco, ve cómo de pronto este comienza a moverse, comprobando que es una especie de bicho palo gigantesco, contra el que dispara, y al que ve alejarse, siendo sorprendido él por uno de los calaveras.

Marlow se corta la barba por vez primera en muchos años, y escucha música moderna.

Brooks le cuenta a San que cuando hizo su exposición sobre su teoría de la tierra hueca todo el tribunal se rio de él, excepto Randa, aunque él pensó que aquel estaba loco cuando le dijo que la tierra estaba llena de monstruos.

Mason observa un efecto lumínico único, diciendo Conrad que es curioso que los lugares más peligrosos sean siempre los más bellos, indicando Weaver que está intentando hacer una fotografía de larga exposición, pero se le rompió la linterna, por lo que Conrad le deja su mechero, que dice le tiró su padre desde el tren cuando partió a la guerra. Su avión cayó cerca de Hamburgo y nunca lo encontraron.

Marlow les habla de Gunpei y les dice que en cuanto se olvidaron de los uniformes y de la guerra se convirtió en su hermano y se juraron que nunca se fallarían.

Al día siguiente continúan con el trabajo en el barco, intentando arreglar el motor, viendo que funciona, aunque también ven a todos los nativos observándolos, pues saben que llegó el momento de la despedida, dándoles las gracias mientras el barco comienza a alejarse, abriéndose una especie de compuerta bajo la empalizada para que puedan salir, adentrándose en el río por el que avanzan con la música muy alta.

Marlow les cuenta que el día anterior al accidente le notificaron que había tenido un hijo.

De pronto suena la radio. Los hombres de Packard logran ponerse en contacto con ellos y envían una bengala para saber dónde están.

Pero cuando parecen más contentos porque se van a casa, ven cómo un ave gigantesca se lleva a Nieves volando, muriendo atacado por varios de estos.

Van al punto de encuentro para encontrarse con Packard y sus hombres, diciéndoles el coronel que aún no se van, pues tiene a un hombre más, Chapman, al oeste, aunque Marlow dice que allí es donde viven los calaveras y necesitarían más armas para ir allí.

Conrad acepta ir a buscarlo, advirtiendo que si no le encuentran, estarán de vuelta a medianoche para poder llegar a tiempo al punto de rescate, topándose en su camino con un cementerio donde reposan los gigantescos restos de los padres de Kong y de otros animales.

De pronto Cole enciende un cigarrillo y al tirarlo provoca una explosión por los gases.

Se escuchan de pronto ruidos y Marlow les dice que deben correr y esconderse, apareciendo uno de los calaveras, que va a vomitar allí los restos de un hombre, observando Conrad una calavera con la placa de Chapman.

El animal descubre a Randa y acaba con él sin que los disparos de los demás hagan mella en él, viéndose envueltos en una espesa niebla que les impide ver nada.

Cuando les vuelve a atacar, lo hiere con la catana Marlow, devorando el animal a un hombre que le disparaba, evitando Mason ser devorada al ocultarse entre los huesos.

Slivko cae y se abren accidentalmente sus recipientes de gas, apareciendo entonces los pájaros carnívoros, que acaban con otro hombre, y a los que Marlow se enfrenta con la catana, que le deja a Conrad, para que, con una máscara anti gas se adentre a recoger a Slivko matando a decenas de pájaros.

Pero cuando consigue salvarlo ve cómo el calavera se acerca a ellos, que se salvan gracias a Mason, que lanza el mechero de Conrad provocando una explosión que acaba con el animal.

Marlow trata de disuadirles de seguir diciéndoles que ese es el primero entre muchos otros, mostrando además Conrad la placa de Chapman, pese a lo cual Packard insiste en ir al lugar donde cayó para conseguir sus armas y acabar con Kong.

Marlow le dice que no puede matar a Kong, que es el dios de la isla y quien mantiene a esos lagartos a raya, señalando Brooks que si lo hace la otra especia proliferará descontroladamente, indicando Packard que acabarán también con ellos.

Tanto Marlow como los civiles tratan de hacerle ver al coronel que seguir es una locura, accediendo Conrad a ayudarlos, aunque llevando antes a los civiles de regreso al barco.

Y mientras Conrad se lleva a los civiles, los soldados llegan hasta el lugar donde murió Chapman, encontrando la carta que dejó para su hijo, llegando poco después hasta el helicóptero, pidiendo el coronel que cojan todas las armas que puedan, incluidos los explosivos sísmicos que llamaron la atención de Kong a su llegada.

Conrad y Weaver suben hasta una cima para tratar de localizar el barco, cuando de pronto ven ante sí a Kong, que les observa, llegando Mason a acariciarlo y sonreírle sin que el gorila les haga nada.

Ven entonces las explosiones provocadas por Packard y sus hombres, que esperan expectantes con sus armas la aparición del gorila, al que ven aparecer en la distancia.

Conrad les indica a los civiles el camino al barco y les advierte que si de madrugada no han vuelto, deben marcharse, partiendo él con la intención de salvar a Kong, uniéndosele Marlow.

Kong se acerca a los soldados y se golpea el pecho antes lanzar su rugido y acercarse a ellos, momento en que el coronel lanza una antorcha al río, sobre el que previamente vertió Napalm, y que se convierte en una inmensa hoguera, observando cómo el gorila se retuerce por el dolor mientras sonríe y aprieta los puños en señal de victoria, aunque de pronto Kong resurge y envía parte del fuego para acabar con alguno de los hombres, pese a lo cual cae tras ello, pidiendo Packard los explosivos para enseñarle a Kong que el hombre es el rey.

Llega entonces Conrad, que apunta a Packard para tratar de evitar que siga, logrando sorprender Marlow también a dos de los soldados.

Le explica de nuevo que Kong solo defendía su territorio y que ha perdido la cabeza, pidiéndole que suelte el detonador, aunque en vez de ello, Packard lo pone en marcha, poniéndose Mason junto al gorila para evitar que lo maten, pidiéndole sorprendiendo entonces Slivko a su superior al apuntarle y pedirle que suelte el detonador.

En el agua se produce entonces una explosión y ven cómo surge de la misma un calavera, pero esta vez, advierte Marlow, el grande.

Conrad trata de avisar al coronel, que se queda parado frente a él mientras Kong empieza a levantarse, decidiendo Packard acabar con él, aunque Kong lo tritura con su mano antes de que apriete el detonador, enfrentándose tras ello al calavera, que, debido a la debilidad de Kong, domina la pelea que Mason observa con su cámara hasta que Conrad se la lleva.

Cuando amanece, Brooks y San se preguntan en el barco si deben partir o esperar.

Llegan hasta el fin de la isla, pidiendo Conrad que lacen una bengala para que les vea Brooks y sepa dónde recogerles.

Pero sin Kong, el bicho calavera avanza destruyéndolo todo a su paso, mientras ellos tratan de huir adentrándose en el agua, excepto Cole, que se queda atrás con sus granadas, dispuesto a sacrificarse para salvar a los demás, aunque el monstruo en vez de comerlo le da un coletazo y lo envía contra las rocas, donde explota, no causando ningún daño al animal.

Y cuando parece que va a acabar también con ellos, desde lo alto del barranco se lanza Kong contra el bicho calavera al que golpea con una roca, entablándose una feroz lucha entre ellos, partiendo también un árbol sobre él.

Pero Kong cae y de pronto se ve imposibilitado de continuar luchando al enredarse con las cadenas de un antiguo barco, salvándole de la muerte Brooks, que aparece con el barco y dispara desde el mismo al monstruo, corriendo todos los supervivientes hacia el barco.

Mientras Kong trata de liberarse de las cadenas, el bicho calavera se acerca al barco, decidiendo Mason, que está aún en la montaña desde la que envió la bengala a Brooks, lanzar otra bengala contra el animal, que queda herido debido ello, llegando entonces Kong, que tirando de las cadenas ve que al final de estas se encuentra las hélices, golpeando con estas al calavera, tras lo que aprieta su cuello con las cadenas.

La pelea hace que Mason caiga al agua sin conocimiento, volviendo Kong a golpear con la hélice a su enemigo, tras lo que introduce su enorme mano en agua para rescatar a la chica.

Pero el bicho calavera vuelve a atacar enroscando su lengua en el brazo de Kong con el que sujeta a Mason, introduciendo Kong su mano en la boca del monstruo y sacando sus tripas por la boca acabando con él, tras lo que deposita a Mason en la orilla, de donde la rescata Conrad, viendo cómo Kong se aleja, tras mirarlos. Ellos se abrazan antes de volver al barco.

Conrad teme que ese lugar cambie al correrse la voz, indicando Mason que no será por ellos.

Consiguen llegar al extremo norte, viendo cómo se acercan varios helicópteros

Entre las montañas resurge Kong, que se golpea el pecho.

Vestido como un soldado, Marlow llega a su casa en Chicago, donde le abre un muchacho, viendo cómo a su mujer se le cae la bandeja que llevaba al verlo, corriendo a abrazarlo.

Marlow no tardará en adaptarse a la vida moderna, pudiendo ver por televisión cómo su equipo, los Cubs, ganan la liga.

Conrad y Weaver son detenidos e interrogados por los miembros de Monarch, Brooks y San Lin, a los que aseguran que no contarán nada, diciéndoles ellos que Kong no es el único monstruo en el mundo, y que algún día reconquistarán el planeta, mostrándoles diapositivas de pinturas rupestres que representan a Rodan, Mothra, King Ghidorah y Godzilla.

Calificación: 3