
Las brujas de Zugarramurdi
España (2013) *
Duración: 119 min.
Música: Joan Valent
Fotografía: Kiko de la Rica
Guion: Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria
Dirección: Álex de la Iglesia
Intérpretes: Hugo Silva (Jose), Mario Casas (Tony), Carmen Maura (Graciana), Terele Pávez (Maritxu), Carolina Bang (Eva), Jaime Ordóñez (Manuel), Gabriel Delgado (Sergio), Secun de la Rosa (Pacheco), Pepón Nieto (Calvo), Santiago Segura (Miren), Carlos Areces (Contxi), Macarena Gómez (Silvia), Javier Botet (Luismi), Enrique Villén (Adolfo), María Barranco (Anciana Traqueotomizada), Manuel Tallafé (Señor de Badajoz), Alexandra Jiménez (Sonia), Itziar Castro (Diosa Madre).
En la Puerta del Sol varios hombres de los que piden dinero disfrazados vigilan una tienda de compra de oro en la que irrumpen armados dos de ellos disfrazados, uno de Jesucristo y el otro de soldadito de plástico, dispuestos a obtener un gran botín, ayudándoles Sergio, el hijo de 8 años de Jose, el hombre que va disfrazado de Cristo.
Se forma un gran revuelo, atrapando los guardias de seguridad a un cómplice que va disfrazado de Bob Esponja, y que reacciona sacando una ametralladora y acabando con ellos, tras lo que llegan los policías, que tirotean a "Bob Esponja" y detienen a otros dos colaboradores disfrazados uno de Minnie y el otro de hombre invisible.
Entretanto, y tras hacerse con el botín, Tony, Jose y Sergio huyen buscando el coche del primero, para encontrarse con que Sonia, su novia se lo llevó, debiendo parar un taxi a punta de escopeta y huir perseguidos por la policía.
En plena huida llama Silvia, la ex mujer de Jose, celadora de hospital, para ver si merendó e hizo los deberes, contándole el niño que ha participado en un atraco y que los persigue la policía, debiendo Jose luchar con los policías, con el cliente que iba en el taxi y que desea bajarse, y con Silvia, a la que cuelga mientras ella despotrica contra él por no haberle pagado la pensión los últimos tres meses.
La policía hace una barricada para contenerlos, pero en vez de pararse aceleran, consiguiendo pasarla y haciendo volar por los aires los coches policiales.
Entretanto los inspectores Pacheco y Calvo, encargados de la investigación interrogan a los secuaces, que ignoran cada uno el nombre de los otros, ya que se conocieron al coincidir en la tienda de compra de oro cuando vendían sus últimos recuerdos para conseguir dinero, ideando realizar el atraco, que parecía sencillo, disfrazados con los trajes de los hombres que piden con ellos, a los que se los robaron encerrándolos en una alcantarilla.
Burlados sus perseguidores, deciden ir hacia Francia, destino preferido por Sergio, que quiere ir a Disneyland, aunque surgen de inmediato las complicaciones, pues Sergio olvidó su mochila en el establecimiento, con sus datos y teléfonos en sus libros.
Los policías interrogan a Silvia, a la que piden una fotografía de su marido, que no puede darles, pues las rompió todas, contándoles que su marido fracasó en los negocios que emprendió como el de rellenado de cartuchos de tinta o el de un restaurante chino.
Silvia enloquece al enterarse de que era cierto que su hijo estaba en el atraco, por lo que decide salir a buscarlo, perseguida por Pacheco y Calvo, valiéndose de la señal del GPS del móvil de Jose para seguir su rastro, pensando Calvo que Silvia está compinchada con su marido, aunque Pacheco cree que es solo una madre preocupada por su hijo.
En el coche, Sergio les cuenta a todos cómo se llama su padre, explicándole que tiene la custodia compartida y que fue al atraco porque se hizo el día que le tocaba con él.
También Manuel, el taxista, les habla de sus hijos para que lo conozcan y les sea más difícil matarlo a sangre fría.
Tony por su parte les cuenta que era relaciones públicas de la discoteca "Sperma" y que Sonia, su novia es abogada, y que cuando llega a casa solo quiere sexo, sintiendo él demasiada presión, no habiéndole contado todavía que está en el paro.
Los tres hablan sobre las mujeres, que los vuelven locos pero a las que también matarían, sintiéndose tan compenetrado Manuel, que decide ser parte de la banda.
Localizados por la guardia civil, se internan en un bosque para despistarlos, consiguiendo hacer que choquen, pudiendo seguir tranquilamente su camino, llegando hasta el bar de Maritxu, donde piden un caldo, observando que los habitantes ven en la televisión cintas grabadas años antes que ponen una y otra vez, pues no tienen TDT, observando Manuel al ir al baño cómo alguien lo mira desde abajo, observando más tarde cómo una mujer introduce en la olla del caldo un pie humano.
Sergio se divierte con una atracción en forma de gigante por cuya boca se introduce, bajando por un tobogán hasta el culo.
Continuando su camino llegan cerca de Zugarramurdi, decidiendo Manuel no continuar, pues es un pueblo maldito donde se celebraban aquelarres siendo condenadas varias brujas en el siglo XVII a morir en la hoguera por la inquisición, según leyó en "Grandes enigmas", llevando con ellos además cientos de anillos que representan cientos de promesas rotas, lo que les traerá mala suerte.
Le obligan a continuar, atropellando a una mujer que estaba en medio de la carretera y que comprueban que es Maritxu, la dueña del bar donde pararon, observando Jose que lleva al cuello, junto con un montón de llaves, un saquito que decide abrir, pese a la oposición de Manuel, que cree que se trata de una bruja, pues se adelantó a ellos pese a que iban en coche. Abre el saquito y salen unos polvos que les hacen toser, comprobando tras ello que la vieja no está ya, afirmando Sergio que se fue volando.
Tras atravesar la población ven a otra mujer en medio de la carretera que les pregunta si han visto a su madre y que les pide que la lleven hasta su casa, y aunque se resisten, finalmente la acompañan, presentándose como Graciana, quedándose de inmediato al llegar a la casa, prendados de Eva, su hija, desapareciendo allí Sergio.
Mientras lo buscan, Tony y José compiten por ganarse el afecto de Eva, que les cuenta que tiene un hermano al que su madre mantiene encerrado y encadenado.
Manuel busca a Sergio con Graciana, que le cuenta que los sótanos de su casa comunican con Francia, dedicándose su familia en el pasado al contrabando.
Finalmente encuentran a Sergio en la cocina, donde Maritxu, aun viva, trata de asarlo, por lo que, tras recoger al pequeño huyen, reprendiendo Graciana a su madre por haber estado a punto de acabar con el que puede ser el elegido.
Parten hacia Francia, dejando antes en una cuneta al hombre que ocupaba el taxi cuando subieron y que insiste en ir a Badajoz por un trabajo, aunque cuando están a punto de cruzar la frontera se dan cuenta de que se han dejado los anillos olvidados, por lo que deben regresar, recogiendo de nuevo al señor de Badajoz y volver a la casa, en la que se introducen en busca de la bolsa viendo a Eva beber el líquido del interior de una rana y haciendo juegos eróticos con su escoba.
Ven tras ello a Graciana y a Maritxu preparando bebedizos valiéndose de sapos y serpientes, logrando coger la bolsa, aunque entonces son descubiertos, y pese a que van armados, Maritxu, que tiene dientes de acero muerde a Tony en la muñeca, mientras Graciana huye de Jose trepando hacia el techo, lanzándose entretanto Eva sobre el taxi, que Manuel arranca a toda velocidad hasta acabar chocando, siendo atrapado, como Jose y Toni, logrando Sergio huir.
Entretanto, llega Silvia a la taberna de Maritxu, y pregunta por su marido y su hijo, huyendo asustada por lo extraño del lugar, siempre seguida por Calvo y Pacheco, el cual le recrimina al primero que le trate como si fuera superior a él, dándole órdenes.
En la mansión, Graciana llama a sus amigas para invitarlas a una cena muy especial, mientras Eva juega con sus prisioneros a los que mantienen atados, sacándole un diente al señor que quiere ir a Badajoz y obligando a Jose y a Tony a besarse hasta que su madre le dice que no juegue con la comida, llegando a continuación todas las invitadas tratando Jose de cortar las cuerdas de Tony tras hacerse con un cuchillo
Sergio vaga solo por el bosque, cuando ve pasar el coche de su madre, que no se percata de su presencia, como tampoco los policías, siendo Maritxu y Adolfo quienes lo recojan, llevándolo junto con la "comida", compuesta por brazos y piernas humanos.
Una vez en el pueblo, Silvia ve a su hijo en el coche de Maritxu y lo sigue, pidiéndoles su ayuda a los policías que la siguen, y con los que se cuela en la casa por el sótano.
Mientras, Eva presenta sus aperitivos: "fingers" hechos con los dedos del señor de Badajoz, tras lo que Graciana expone ante sus invitadas su esperanza en la llegada de su mesías, que morirá y resucitará del vientre de su Diosa para llevarlas a la victoria.
Silvia y los policías observan el fin del discurso de Graciana desde el techo, que cede, cayendo sobre las comensales, formándose un tremendo lío en que las brujas se enfrentan a los detenidos, que tras conseguir desatarse las golpean y huyen.
Entretanto Graciana, ayudada por sus amigas Miren y Contxi inician a Silvia en el mundo de la brujería, haciéndole beber los jugos de un sapo.
Por su parte Eva, enamorada de Jose, le ayuda a escapar, preguntándole este por sus compañeros, provocando la ira de ella que se pregunta si no es suficiente para él, reconociendo él que la quiere, pero que no desea renunciar a su hijo.
Eva se indigna y él la besa. Ella parece enloquecer, mientras la capilla en que están empieza a resquebrajarse, huyendo él por un túnel que sale bajo el altar.
Tony y Manuel vagan también por los pasillos del sótano, y cuando creen estar cerca de la salida descubren que están rodeados por las brujas.
Jose encuentra a Luismi, el hermano de Eva, que, encerrado y encadenado durante 15 años ha construido la catedral de Burgos con huesos de rana, habiéndose leído todas las novelas de Marcial Lafuente, cayéndosele la piel por la humedad.
Graciana, Miren y Contxi recriminan a Eva que se comporte bien, en vez de dedicarse a todo tipo de vicios, pese a haberla enviado a los peores colegios, debiendo aprovecharse de los hombres y utilizarlos, y no enamorarse.
En la cueva comienza el aquelarre en el que, junto a cientos de brujas, están los prisioneros, atados en cruces en forma de aspa y que deberán arder durante la ceremonia, en la que Graciana ejerciendo de sacerdotisa asegura que Dios creó a la mujer a su imagen y semejanza y por eso los hombres les tienen miedo.
Jose trata de llegar a la cueva con Luismi, encontrándose por el camino con Eva, a la que como castigo enterraron encadenada boca abajo, pero a la que no desata.
Mientras el fuego amenaza con quemarlos, Pacheco le confiesa su amor a Calvo, viendo poco después, cómo las brujas cantan convocando a su diosa, tras lo que Graciana levita, llegando el niño preparado para el sacrificio
Aparece entonces la enorme diosa, llegando Luismi y Jose a tiempo de ver cómo engulle al niño sin poder hacer nada, expulsándolo después por el ano, ante lo que Graciana proclama que es el elegido, el andrógino que traicionará al hombre.
Sergio le grita a su padre que está bien, siendo descubierto por las brujas y por la diosa, debiendo huir, alcanzando a Luismi al que engulle y cogiendo luego a Jose, que es salvado por Eva, que se lanza sobre la diosa, quitando su máscara y provocando su caída y en medio del caos, la huida de los prisioneros tras una pelea con las brujas.
Jose trata de llevarse a su hijo, indicando este que prefiere quedarse con las brujas, debiendo quitárselo Eva a Graciana, a la que golpea y utiliza como arma arrojadiza.
Pero Silvia, convertida en bruja se lanza sobre Jose y lo golpea, debiendo rescatarlo Luismi, mientras Eva acaba con su madre, ante el dolor de las demás brujas.
Aprovechando la confusión todos los que estaban antes prisioneros salen corriendo de la cueva perseguidos por las brujas, momento en que Pacheco le dice a Calvo que no le tenga en cuenta lo que le dijo en la cueva, diciéndole este que le pareció bien.
Un mes más tarde, ya a salvo, acuden todos, ahora millonarios, a un espectáculo donde Sergio realiza un truco de magia en que Sergio corta por la mitad a una niña, y lo hace de verdad, aunque luego la reconstruye.
En los asientos traseros del teatro, Graciana, Maritxu y Silvia comentan que ahora que todos ellos tienen su adosado, su coche y su perro, todo eso los destruirá. "Y cuando la felicidad no les deje ni respirar volverán con nosotras", apostilla Graciana.