
La sombra de una duda
Shadow of a Doubt (1942) * USA
Género: Suspense / Drama
Duración: 108 min.
Música: Dimitri Tiomkin
Fotografía: Joseph A. Valentine
Guion: Thornton Wilder, Alma Reville, Sally Benson (Historia: Gordon McDonell)
Dirección: Alfred Hitchcock
Intérpretes: Teresa Wright (Charlotte Newton / "Charlie"), Joseph Cotten (Charles Oakley / "Charlie"), Macdonald Carey (Jack Graham), Henry Travers (Joseph Newton), Patricia Collinge (Emma Newton), Wallace Ford (Fred Saunders), Hume Cronyn (Herbie Hawkins), Edna May Wonacott (Ann Newton), Charles Bates (Roger Newton).
En los suburbios de Filadelfia unos niños juegan con una pelota junto a un edificio de apartamentos donde un cartel anuncia que se alquilan habitaciones.
En uno de ellos un hombre está tumbado en su cama, y en su mesilla, junto a un vaso de whisky, y tirados en el suelo hay un montón de billetes.
Irrumpe la casera, la señora Martin, que lo llama Spencer y que le cuenta que fueron dos hombres preguntando por él y le pidieron que no se lo dijera, diciendo él que si vuelven los haga pasar, aunque le dice que no son amigos suyos y le dice la mujer que se han quedado en la esquina esperando.
Se asoma a la ventana y ve a los dos tipos y se pregunta qué saben, pues cree que no tienen en realidad nada contra él.
Decide salir y se dirige audazmente hacia ellos, que simulan no conocerle, pero lo siguen, aunque acaban perdiéndole la pista, observándolos él burlón desde una azotea.
Envía luego un telegrama a su hermana Emma en Santa Rosa, California, para decirle que irá el jueves a pasar una temporada con ellos y envía recuerdos especiales para su sobrina "Charlie".
Llega una llamada a casa de los Newton que coge la pequeña Ann a la que avisan de que tienen un telegrama.
Charlie está muy aburrida y le dice a su padre que su familia se está desintegrando porque viven en la monotonía y no sabe cómo su madre puede soportar la rutina diaria y cree que deberían hacer algo por ella, aunque solo espera un milagro.
Y cuando llega su madre, Charlie le dice que va a poner un telegrama para la única persona que les puede salvar, su tío Charlie, con el que tiene una conexión especial, ya que por él le pusieron su nombre.
Cuando Emma se entera del contenido del telegrama se pone muy contenta y se pregunta qué haría que su hija se acordase justo en ese momento de Charles.
Y cuando esta al llegar a correos y recibe el telegrama de su tío pregunta a la encargada si cree en la telepatía.
En el tren, donde se hizo pasar por señor Otis, Charles se mantiene aislado en su departamento alegando que está muy enfermo.
Acude a la estación toda la familia, excepto Emma que se queda haciendo la comida.
Cuando llega, varios viajeros ayudan a Charles a descender, pues apenas puede andar, aunque en cuanto ve a su familia y el tren arranca, comienza a caminar perfectamente.
Ya en casa, Emma lo recibe feliz y él la halaga diciéndole que sigue pareciendo tan joven como cuando estaba soltera.
Lo alojan en la habitación de Charlie, a petición de ella para que esté más cómodo.
En la cena, les cuenta algunas simpáticas anécdotas y alaba el vestido de Charlie, que ella recuerda le envió él.
Luego les entrega los regalos que les compró. Un elefante de peluche para Ann, una pistola de juguete para Roger, un reloj para Joe y una estola de piel para Emma.
Pero Charlie le dice que no quiere nada. Que le basta ver a su madre tan feliz y saber que los dos son tan iguales y le asegura que lo estropearía todo si le diera algo, pues son algo más que un tío y una sobrina y está segura de que dentro de él hay un secreto que nadie conoce, pues son como gemelos.
Pese a todo, él le regala un anillo con una esmeralda.
Ella se fija entonces que dentro hay grabadas unas siglas y él pide que se lo devuelva para que lo borren, aunque ella le dice que está perfecto así.
Les dice luego que ha pensado transferir algún dinero allí y que abrirá una cuenta en el banco de Joe de unos 40.000 dólares.
Mientras sirve el café, Charlie comienza a tararear un vals - La viuda alegre - aunque no recuerda el título, y Charles, nervioso tira una copa para cambiar la conversación.
Llega entonces un amigo, de la familia, el crítico literario, Herbert Hawkins que discute a menudo con Joe sobre crímenes, pues les gustan las novelas con esa temática.
Mientras hablan fuera, Charles lee el periódico y se queda parado al ver una noticia y llama a sus sobrinos pequeños y les explica cómo hacer una casa con una página del periódico, para así destrozarlo y quedarse con la página donde venía la noticia.
Cuando luego Charlie le lleva agua a su cuarto, se fija en que tiene un recorte en la chaqueta y le dice que sabe un secreto. Que no puede ocultarle nada y está convencida de que en el periódico venía una noticia sobre él y por eso quería romper el periódico.
Él dice que así es, pero que no habla de él, sino de alguien que conocía.
Y ella saca pícaramente la página de la chaqueta, haciendo que él se enfade y le haga daño al intentar quitárselo.
Trata de disimular luego su irritación y le dice que no quería hacerle daño que era una broma y que solo se trataba de un desagradable cotilleo de alguien a quien conoció.
Emma lo despierta llevándole el desayuno a la cama y le dice que fueron unos periodistas para entrevistarle y que el club de mujeres al que pertenece quiere que les dé una charla.
Le cuenta que los periodistas querían entrevistar a todos los de la casa, porque los consideran una familia representativa, aunque él le pide que no cuente con él y le dice que no quiere que le hagan fotografías, y recuerda que no existe ninguna fotografía suya, aunque le dicen que ellos tienen una, y le muestran uno de cuando era niño.
Charlie acompaña a su tío al banco de su padre, donde bromea, al llegar, sobre los desfalcos que realizan.
Le cuenta al director que tiene la costumbre de llevar mucho dinero encima cuando viaja y ahora quiere abrir una cuenta con 40.000 dólares.
A la salida le presentan a dos mujeres, una de ellas, la Sra. Potter, una viuda a la que Charles halaga.
Cuando llegan a casa, los dos supuestos periodistas están esperando, aunque él dice que no quiere verlos pese a que ellos insisten en que desean hablar con todos los miembros de la familia.
Comienzan a hacer fotografías de toda la casa y le dicen a Charlie que le gustaría ver su habitación, para ver la típica habitación de una chica típica, aunque ella dice que no desea molestar a su tío, aunque el periodista más joven, Jack Graham, le apuesta 50 centavos a que su tío no está ya en la habitación.
Comprueba, en efecto, que no está y deja que entre el fotógrafo mientras ella habla con Jack, al que le dice que no quiere ser una chica media de una familia media.
Saunders, el fotógrafo sale cuando ven que llega Charles, y, con la excusa de fotografiar el vestíbulo, le saca una foto, aunque él pide que le entreguen la película, pues no le gusta que le fotografíen, consiguiendo que le entreguen el carrete.
Jack pide permiso a Emma para que esa tarde Charlie lo acompañe a conocer la ciudad.
Salen juntos y se lo pasa bien y ríen.
Pero al final de la noche ella le dice que sabe que es un detective y le pregunta qué quiere de ellos, acusándolo de haberles mentido y de haber mentido al decir que quería salir con ella.
Él reconoce que es un detective, pero le hace ver que no le ha hecho ninguna pregunta y que, en efecto llegó allí buscando a un criminal, pero no esperaba encontrarla a ella ni a su familia y quería de verdad salir con ella.
Le confiesa que ni siquiera saben cómo es el hombre que buscan y le pregunta qué sabe ella de su tío, pues podría ser él aunque hay otro sospechoso
Charlie le asegura que su tío sería incapaz de hacer mal alguno.
Jack le dice que cenaron a gusto y se gustaron y si no fuera por ella no se preocuparía por cómo coger a su tío, porque si es él lo atrapará, y le pide que no diga nada y que lo sacarán de allí sin escándalos para no disgustar a su madre.
Charlie le asegura al despedirse que será gracioso cuando descubra que está equivocado.
Pero no entra en casa por la puerta principal. Ve que allí le espera su tío con su madre y decide entrar por la puerta de atrás, pues no le apetece hablar.
Una vez arriba, decide entrar en la habitación de su tío y trata de rescatar los restos del periódico en la papelera, aunque no consigue encontrar nada.
Ann le sugiere que vaya a la biblioteca, donde guardan periódicos antiguos.
Decide hacerlo de inmediato, y va tan ensimismada que está a punto de ser atropellada, esperando llegar a la biblioteca antes de las 9, que es cuando cierran.
De hecho encuentra la puerta ya cerrada, aunque llama insistentemente y consigue que la encargada le abra y le permita consultar los periódicos durante tres minutos.
Se dice a sí misma, mientras busca, que no puede ser nada malo.
Acaba encontrando lo que buscaba. Un artículo donde se preguntan dónde está el asesino de la viuda alegre. Un hombre que ya estranguló a tres mujeres acaudaladas, y explican que la última víctima era conocida como Thelma Schenley, bella, viuda de Bruce Matthewon, y comprueba que las siglas del anillo son: para T.S. de B.M.
Al día siguiente no sale de la habitación y cuando lo hace sale por la puerta trasera y va a la cocina, donde toma el relevo a su madre, que tararea el vals de la viuda alegre, lo que hace que Charlie se enfade con ella y le pide que no siga tarareándola.
Durante la cena le dice a su tío que tuvo una pesadilla. Que estaba en un tren huyendo.
Él echa un vistazo al periódico y dice que no hay nada interesante y Charlotte le dice que puede tirarlo ya, pues no hay nada interesante y no habrá que jugar con el periódico.
Emma le recuerda la conferencia que debe dar a las mujeres de su club y él pregunta qué clase de público es, pues en esas ciudades pequeñas casi todas las mujeres trabajan, pero en las capitales hay un montón de viudas de mediana edad cuyos maridos pasaron su vida trabajando y haciendo fortuna para morir pronto y dejar el dinero a sus esposas. Y esas inútiles mujeres van a los mejores hoteles en manadas a beberse el dinero o jugarlo al bridge, orgullosas de sus joyas, marchitas, gordas y avariciosas.
Charle le dice que están vivas y son seres humanos, preguntándose él si no son en realidad animales gordos y repugnantes y recuerda lo que les pasa a estos.
Llega Herbert mientras cenan.
Constantemente busca modos de asesinar. Le pone soda en el café a Joe, que no lo nota, y le dice que si fuera veneno no lo habría apreciado.
Le cuenta luego que ha ideado un nuevo método para asesinar. Meter en una cesta de setas buenas un par de ellas venenosas, así nadie sospecharía intencionalidad.
Joe le replica que hay un método mejor. Tirar de las piernas en una bañera.
Al escucharlos, Charlie le dice que están enfermos, pues siempre hablan de matar a gente y decide marcharse.
Charles sale tras ella y le dice que quiere hablar con ella, obligándola a entrar en un pub lleno de soldados y de mujeres, donde trabaja como camarera una antigua compañera de clase de Charlie que dice que jamás imaginó que la vería allí.
Le dice que cree que sabe algo, porque Graham le contó algo. Que algo se ha interpuesto entre ellos y no lo acepta, pues son como gemelos, y que si ha escuchado habladurías, no debe hacer caso.
Reconoce que lleva por el mundo desde los 16 años y ha cometido algunas estupideces, aunque solo tonterías, y le pide que no le dé vueltas a la cabeza.
Ella le dice que no entiende cómo pudo hacer algo así, pues es su tío y pensaban que era el hombre más maravilloso del mundo.
Él le pregunta qué es lo que sabe y ella saca el anillo, ante lo que él le dice que cree que sabe algo, pero hay muchas cosas que ignora.
Que ella es solo una chica vulgar que vive en un pueblo vulgar y despierta cada día sin preocupaciones y vive su día vulgar y tiene su sueño vulgar y que él ha venido a provocarle pesadillas.
Le asegura que el mundo es una pocilga y no importa lo que pase en él.
De regreso hacia su casa, y antes de llegar, le pregunta si le ayudará pues la misma sangre corre por sus venas y se siente fatigado.
Le cuenta que se le ocurrió ir allí porque es su última oportunidad y quiere que se la dé, pues Graham y el otro hombre no saben nada y pueden coger al otro sospechoso.
Ella le dice que le da4´q esa oportunidad, pero quiere que se vaya, aunque él le pide unos días, por su madre, pues le espera la silla eléctrica.
Ella le concede esa tregua, aunque llora con amargura.
El domingo a la salida de la misa los falsos periodistas esperan fuera.
Es Saunders quien habla ahora con Charlie.
Le cuenta que cambió el carrete cuando se lo pidió su tío, por lo que tienen su fotografía y la enviaron al este, donde tienen testigos que podrían identificarlo y están esperando, y le piden por ello que les ayude y haga que su tío deje el pueblo en 2 horas.
Cuando llega a casa ve a su tío en el porche.
Tras ella van Joe y Herb, que comenta que en las noticias dijeron que ya habían cogido al asesino de la viuda alegre en Portland. Se lanzó contra la hélice de un avión.
Al escucharlos, Charles entra feliz en casa.
Charlie se queda fuera esperando a Jack, que le dice que tiene muy buenas noticias, pues les pidieron que dejaran el asunto al haber aparecido ya el asesino y le pregunta si cree que su padre no pondrá impedimentos si ella desea casarse con un detective.
Consigue hacerla reír, recordando ella que hacía días que no le pasaba.
Jack le dice que esperaba que pasaran unos días para olvidar ese asunto y que no lo asociara con algo desagradable, pero le dice que necesita decirle que la quiere.
Ella le dice que son amigos, pero todavía no sabe si le quiere, pero le pide que vuelva.
Un día, al salir para ir a la compra, Charlie tropieza debido a un escalón roto, aunque consigue salvarse al poder agarrarse a la barandilla.
Examina esa noche con una linterna la escalera, viendo que el escalón fue cortado intencionadamente
Decide hablar con su tío, al que le pregunta cuándo piensa irse, aunque él le asegura que no lo hará, pues quiere establecerse allí y abrir algún negocio y pertenecer a una familia, y además cree que puede ayudarles
Ella lamenta no haberle contado todo a su madre, pero Charles le pregunta si cree que podría haberlo soportado y le pregunta qué cree que pasaría con su padre en el banco.
Ella le dice que no lo va a contar, diciendo él que nada tiene que contar y que nadie la creería y ya ni siquiera tiene el anillo.
Charlie le pide que se vaya o ella misma lo matará, pues es ese el sentimiento que le inspira.
Tras la charla, Oakley pone en marcha el coche en el garaje y cierra la puerta.
La familia se prepara para ir a la charla que debe dar en el club de mujeres, aunque, como no caben todos en un coche, deciden ir en un taxi, diciendo Charles que él irá con Charlie en el coche y todos los demás en el taxi, y pide a Charlie que vaya a buscar el coche, pues desea explicarle el discurso por el camino.
Charlie va a buscar el coche, pero pide a su madre que vaya con ella.
Cuando llega al garaje, está ya lleno de humo, y cuando trata de apagar el coche ve que no tiene la llave, y la puerta se cierra tras ella, que empieza a toser y no consigue abrir.
Para evitar que la oigan, mientas se preparan para salir, Charles pone la música en casa muy alta.
Pero de pronto llega Herb que les dice que alguien se está asfixiando en el garaje y la puerta no se abre.
Salen todos alarmados hacia allí, siendo Charles quien logra abrir tras apartar la piedra que impedía la apertura y luego, al tener él la llave apaga el motor y carga con Charlie.
Cuando abre los ojos y ve a su tío, le dice que se marche.
Ella dice que no encontraba la llave, aunque Charles dice que estaba puesta y Herb hace ver su valiosa intervención.
Emma da las gracias a su hermano por haber salvado a Charlie al haber sabido conservar la serenidad.
Joe propone suspender la conferencia, pero Charlie se niega y pide que se vayan y que ella se quedará para preparar las cosas para la fiesta posterior.
Emma no entiende lo ocurrido, primero con las escaleras y luego con el garaje.
Charlie trata de llamar a Graham, pero no lo localizarlo.
Sube luego hasta su habitación y busca en los cajones.
Mientras todos brindan por el hombre que ha dado la mejor conferencia en ese pueblo en años, Charle baja haciéndole ver de forma ostensible el anillo recuperado, en el que Charles repara de inmediato.
Charles se recompone y aprovecha el brindis para decir que al día siguiente se va de Santa Rosa, aunque les asegura que no será para siempre.
Dice que recibió una carta ese mismo día y debe tomar el primer tren de la mañana, para disgusto de Emma, que dice que no podrá soportar que se vaya, aunque él le promete que regresará.
Al día siguiente acuden a despedirle varios vecinos que le dicen que ya le consideran uno de los suyos y le esperarán.
Se despide de Emma mientras llega el tren y pide que le acompañen todos los sobrinos para despedirle.
Suben con él al tren, y en el momento de bajar retiene a Charlie. Le dice que tenía razón al pedirle que se fuera, pues es lo mejor para todos.
El tren se pone en marcha y ella se dispone a bajar, pero él la retiene y le dice que quiere que se olvide de él y de que fue a Santa Rosa.
Abre luego la puerta del tren dispuesto a lanzarla afuera, mientras le dice que no tiene más remedio que hacerlo, pues sabe demasiadas cosas sobre él, aunque le explica que esperará a que el tren coja más velocidad.
Y cuando decide que llegó el momento ella logra agarrarse y logra que sea él quien pierda el equilibrio y quien caiga, justo en el momento en que se cruzan con otro tren que pasa por la vía de al lado y lo arrolla.
Todo Santa Rosa se acerca a despedir al nuevo hijo ilustre de la ciudad.
El sacerdote indica que Santa Rosa ha ganado y perdido un hijo, mientras fuera del templo escuchan sus palabras Charlie y Jack.
Ella le dice que no podía decírselo.
Además él pensaba que el mundo es un lugar horrible y está convencida de que nunca habría conseguido ser feliz, pues parecía odiar al mundo entero.
Jack le dice que no es tan malo como parece, aunque de vez en cuando se vuelve loco, como su tío.