
Los cronocrímenes
España (2007) *
Género: Ciencia ficción / Suspense
Duración: 88 min.
Música:Eugenio Mira
Fotografía: Flavio Martínez Labiano
Guion y Dirección: Nacho Vigalondo
Intérpretes: Karra Elejalde (Héctor), Candela Fernández (Clara), Bárbara Goenaga (Chica del bosque), Nacho Vigalondo (Joven), Juan Inciarte (Héctor ocasional).
Héctor llega con el maletero de su coche cargado de cosas a su nuevo chalet, aunque al llegar a este se le abre el portón y va perdiendo todo.
Llama a Clara, su mujer, que no lo oye porque está en la parte trasera, en el jardín.
Como llega cansado decide acostarse, aunque, como no puede dormir, se asoma a la ventana y ve algo extraño que le hace coger los prismáticos y mirar, aunque no lo identifica bien.
Recibe una llamada en su móvil, aunque cuando lo coge no contesta nadie, por lo que remarca y le dicen que es una central restringida y le piden un número de acceso y se muestra extrañado porque nadie tiene su número.
Entra entonces Clara, que se muestra cariñosa.
Luego, monta en el jardín una mesita que era de las cosas que llevaba Héctor en el coche, aunque su marido le asegura que no entrará por la puerta.
Ella trata de animarle a salir a cenar, pero a él no le apetece, aunque le dice que lo hará si consigue que la mesita entre.
Mientras habla con ella, Héctor observa el bosque cercano con los prismáticos, mirando hacia la zona donde antes vislumbró algo, viendo finalmente que es una mujer que hay tras unos arbustos y que se quita la camiseta y no lleva sujetador.
Clara ve que la mesa no entra y, como perdió la apuesta, se va a comprar comida.
Héctor sigue mirando, pero ya no ve más que los pantalones que llevaba la muchacha, abandonados, por lo que se dirige hacia el lugar para investigar.
Al cruzar la carretera ve tirado en esta un contenedor de basura, y junto a él, una bicicleta abandonada.
Se interna en el bosque y encuentra finalmente a la muchacha totalmente desnuda y que parece inconsciente, por lo que se acerca cautelosamente y ve que su cuerpo se agita y respira, momento en que se ve sorprendido por un hombre con la cabeza vendada que aparece tras él y le clava unas tijeras en el brazo obligándole a huir.
Oculto tras un árbol, mira con sus prismáticos, viendo al hombre que le atacó, que blande las tijeras que le clavó y que se gira a mirarlo y simula tener también unos prismáticos que hace con sus manos.
Continúa con la huida, para lo que salta una valla, lo que hace que se caiga y pierda el conocimiento, y, cuando vuelve en sí, ya anocheció.
Llega hasta un edificio cuya puerta está cerrada, y, como al llamar no le responden, lanza una piedra contra el cristal y entra en un comedor.
Examina luego el resto de la instalación y llega a un botiquín, donde aprovecha para curarse la herida que le infligió el desconocido, para llegar luego a otra sala donde hay numerosas pantallas de ordenador y ve un walkie por el que habla para ver si hay alguien.
Le contesta un hombre que le advierte que está en una propiedad privada, y él le dice que necesita ayuda, pues le persigue un hombre que le quiere matar y por eso saltó la valla, ante lo que su interlocutor le pide calma y le explica que está en otro edificio, pero que irá hasta allí, por lo que le pide que le espere.
Un momento después el otro hombre vuelve a contactar con él y le pregunta si el hombre que le sigue tiene la cara vendada, a lo que le responde que sí, de color rosa, y el hombre le dice que lo está viendo por sus cámaras de vigilancia y le ve saltar la valla y que va hacia allí.
Le dice que va a llamar a la policía, aunque le dice que no consigue línea y en la zona no hay cobertura, por lo que pide a Héctor que vaya al edificio en que está él y le indica el camino hasta su silo en lo alto de la colina y al que llegará sin que le vea su perseguidor si sale por el lado contrario de la casa.
Cuando sale, su interlocutor enciende un sendero de luces, que le pide que siga deprisa aunque sube agotado mientras escucha el motor de un coche que se acerca, por lo que el hombre con el que se estuvo comunicando le abre la puerta del silo para que pueda entrar, y ocultarse.
Ve que es un enorme laboratorio y en el ordenador ve un proceso que llegó al 100% y le dice a Héctor que puede esconderse en una especie de bañera redonda que tiene una plataforma encima que se puede bajar y le dice que él la activará y luego se meterá con él para quedar ocultos bajo la plataforma.
Ve que Héctor recela de sus explicaciones, pero al ver que asoma el tipo de la cabeza vendada acepta meterse en el receptáculo, pese a que hay un líquido dentro y ve cómo la plataforma comienza a bajar y ve que el otro tipo no entra con él.
Cuando logra salir se encuentra mal y está a punto de vomitar.
Sale afuera y ve que ya es de día. Sale entonces el hombre que le ocultó que le pregunta quién es, y que parece no reconocerlo y al que Héctor reprocha que le mintiera, pues le dijo que iba a entrar con él y le pregunta qué le ha hecho.
El joven le pregunta si la cubeta estaba llena de un líquido blanco, y le responde que sí.
Le cuenta entonces el hombre que esa cubeta es un prototipo.
Aprovechando que desde allí arriba se ve su casa, la observa con sus prismáticos, dándose cuenta de que está viendo lo que ocurrió el día anterior., pues puede verse a sí mismo llegando a casa con la mesa y el resto de las compras y a su mujer en el jardín.
El joven le explica que ha viajado en el tiempo.
Héctor le dice que se va a su casa para llamar a la policía, aunque el joven le dice que no puede volver a su casa, pues ya está en su casa, según ha podido ver y le cuenta que es 16 de septiembre de 2006, aunque Héctor le dice que no puede ser, pues entró en la cubeta el 16 de noche, ósea que solo viajó un rato en el tiempo y se pregunta qué hacer ahora, y le dice que solo tiene que esperar, pues ese hombre que ve, (él mismo), es solo un reflejo y dejará de estar como él dejó de estarlo.
El joven hace un dibujo en un calendario que cuelga al revés y que recuerda que él vio el día anterior.
El joven le dice que esa noche Héctor irá al silo y él lo meterá en la cubeta y lo enviará al pasado y él podrá volver a su vida normal, aunque no debe contar nada a nadie, pues el centro se cierra los fines de semana y no debería haber nadie allí.
Héctor aprovecha un momento en que sale el joven y coge el teléfono y llama a su móvil que ve que coge Héctor 1, aunque él no habla.
El joven le pregunta si recuerda haber recibido esa llamada antes, y él le cuenta que sí, acordándose de aquella llamada del día anterior en su casa, cuando no le contestaron.
Le pide que no haga nada si quiere que todo vuelva a la normalidad, pero no le obedece, coge las llaves del coche al científico y se marcha, y, aunque encuentra cerrada la puerta de salida, consigue abrirla con un mando.
Mientras circula con el coche, se cruza en la carretera con la chica que vio desnuda el día anterior en el bosque, que va en bicicleta.
Se para pensando qué hacer y entonces otro coche golpea el suyo y lo saca de la carretera hasta golpearse con un árbol, por lo que comienza a sangrar su cabeza, por lo que se quita el vendaje que se había puesto en el brazo y se lo enrolla en la cabeza.
Llega entonces la chica que se cruzó antes, que le pregunta si se encuentra bien y le dice que está bien, que se dio un golpe, pero nada grave.
Ella le pide que no se mueva, que va a llamar a una ambulancia, aunque sale del coche y la chica le ayuda a sentarse al borde de la carretera, y, como no tiene cobertura dice que va a buscar un teléfono.
Él le pide que no se vaya, que está mareado y ella le ofrece agua y le corta luego un poco la venda y se la recoloca para evitar que se le desenrolle.
Luego la chica decide marcharse, y él le quita sin que se dé cuenta, las tijeras.
Ve luego el contenedor de basura tirado, y pide a la chica que lo acompañe hasta el bosque, lo que ella hace asustada por no saber qué pretende, y antes, él recoge un abrigo que encontró en la basura y se lo pone.
Mira con sus prismáticos hacia su casa y se ve a sí mismo mirando hacia donde está él, y la chica, asustada, aprovecha para escapar y se esconde, aunque él la encuentra y con las tijeras la obliga a ir con él y hacer lo que le dice.
Sigue mirando hacia su casa y pide a la chica que mire hacia la derecha y que se muerda el pulgar de su mano derecha y le pide que se quite la camiseta despacio, lo mismo que vio el día anterior, que hacía.
Le dice a la chica que lo siente y que le pida lo que le pida no le va a hacer daño, y le dice que se puede vestir ya y que se agache junto a una piedra, aunque le pide a la chica que se quite los pantalones y que se los dé, aunque la chica aprovecha cuando se los va a dar, para golpearlo y huir de nuevo, aunque vuelve a encontrarla y se lanza sobre ella y caen por un pequeño terraplén, perdiendo ella el sentido, por lo que carga con ella hacia el lugar donde la encontró el día anterior y le quita la camiseta y la desnuda para dejarla como la vio el día anterior y se oculta para esperar a Héctor.
Y, cuando este llega lo ataca con las tijeras y lo ve escapar corriendo.
Repite luego el gesto que vio que hacía el día anterior de colocarse las manos como unos prismáticos para asegurarse de que lo ve como él lo vio el día anterior.
Escucha entonces un grito de la chica y corre hacia donde la dejó, aunque ya no está, aunque encuentra su colgante.
Se acerca luego a su casa, y, tras romper la valla entra y llama a su mujer, que no responde.
Escucha música y ruidos arriba. Sube la escalera, aunque antes de llegar arriba alguien lo golpea con la mesita que montó su mujer y que no cabía en el dormitorio, por lo que cae rodando por la escalera.
Pero vuelve a subir y, cuando se dispone a bajar por una escalera de mano escucha un ruido dentro y, pensando que es la chica del bosque trata de explicarle que la vio desde su casa en el bosque, aunque ella no le escucha y huye, por lo que, temiendo que llame por teléfono para denunciarle, derriba la puerta de la habitación en que se escondió y sale tras ella por la ventana hasta el tejado.
La mujer huye hasta un tejadillo superior y Héctor la agarra del pie y tira de ella haciendo que la mujer caiga al jardín y muera, aunque entonces se da cuenta de que no se trataba de la mujer del bosque, sino de Clara, su mujer, por lo que rompe a llorar.
Escucha, a través del walkie, que conserva, a su versión de Héctor, que tras huir del bosque llegó hasta el laboratorio se comunica con el joven del silo, asustado porque le persigue un hombre - él mismo - con la cabeza vendada.
Se pone por ello en contacto él mismo con el joven y le dice que es Héctor 2 y que es él el hombre de la cara vendada y que va a subir con un coche, por lo que le pide que convenza al otro Héctor para que se oculte.
Sube en efecto a su coche y sale con él hacia el silo. donde escucha al científico hablando con Héctor 1 y activando la plataforma.
Luego, el científico le dice que es el primer hombre que ha viajado en el tiempo y debe examinarlo, pero él le dice que tiene que utilizar esa máquina, aunque le dice que la energía se agotó en su viaje y no podrá volver a encenderla, aunque él se fija que falta una pieza y lo golpea, pues quitó una batería que necesitarían.
Comienza a quitarse el vendaje de la cabeza y le dice que necesita tener ventaja sobre los otros Héctor para poder regresar a un momento anterior y poder hacer algo, aunque el científico le dice que solo tendría 30 o 40 segundos más y seguramente acabaría triplicado, lo que sería aún más problemático, aunque él asegura que no interferirá, que acabaría con Héctor 2 y volverían a ser el mismo.
Héctor recapacita. Se da cuenta de que el científico tiró la batería antes de que llegara él, por lo que adivina que sabía que querría volver a utilizar la máquina y le está mintiendo, por lo que lo golpea y le pregunta si sabía todo lo que iba a pasar, lo que reconoce el hombre y le confiesa que se lo dijo Héctor 3, que le dijo que al final se enterará todo el mundo y que él aparecería allí y querría volver al pasado y le dijo que debería evitarlo a toda costa sin explicarle por qué.
Empieza a llover y se escuchan sirenas de la policía, por lo que le dice que no tiene opción y vuelve a introducirse en la cubeta.
Poco después sale Héctor de nuevo y le dice que viene del futuro y que su máquina funciona y le pide ayuda para eliminar a los otros dos, y al momento sale Héctor 2, al que sigue, y ve que sale como lo hizo él la primera vez, confuso y el científico le pide que baje a la mansión.
Entretanto, Héctor 2 sale por detrás y sube a un pequeño vehículo eléctrico, aunque como no puede abrir la puerta de salida pide un mando y otro vehículo.
Como sabe que el otro Héctor cogerá el coche blanco, él coge la furgoneta.
En ella, espera a que pase la chica de la bicicleta y se agacha para que no lo vea, luego golpea con la furgoneta el Panda donde iba Héctor 2 que cae por un desnivel, aunque al hacerlo él mismo pierde el control de la furgoneta y tira el cubo de basura con esta y acaba cayendo él mismo por un desnivel.
Lo despierta la radio y acaba cayendo fuera del coche.
Ve tirados allí un montón de walkies y habla por uno diciendo que es Héctor 3.
Pregunta al científico por qué encendió la máquina, y dice que porque no lo van a poner en marcha hasta dentro de 6 meses y él no podrá estar entonces y le recomienda, si quiere conservar su vida como la conoce, que intente evitar que el de las vendas entre en la máquina.
Ve a la chica en el bosque y la oye gritar y le dice que los dos huyen de la misma persona, un hombre con la cara vendada y que allí no irá, y pide a la chica que se siente a su lado.
Lo despierta un rato después y le dice que ha visto que hay una casa cerca, la suya y lo ayuda a caminar hasta esta. Entran y ven que está vacía.
Aparece entonces su mujer que se asusta al verlo herido. Él le cuenta que hay un tipo con la cara vendada y que se escondió porque oyó unos pasos por la escalera y llamó a la policía porque hay alguien en casa.
Se escucha entonces a Héctor 2 y él le pide silencio y que vaya con él y la hace esconderse en un pequeño trastero y le pide que no salga ni interfiera, oiga lo que oiga.
Luego, sube por la escalera de mano y entra por una ventana a la casa.
Coge la mesita que compró para su mujer y golpea con ella al hombre de las vendas cuando trata de subir al piso de arriba.
Le dice luego a la chica que debe esconderse de ese tipo, porque la ha visto y lo ha vuelto loco.
Le pone la chaqueta de su mujer y le corta el pelo para confundirlo y pide a la chica que corra hacia arriba, donde hay un desván.
La oye correr y escucha al hombre de las vendas.
Él baja y va a buscar a su mujer, que se pregunta qué está pasando.
Se la lleva al jardín y la hace sentarse en una hamaca.
Escucha a Héctor 2 y el golpe de la chica al caer, y la mujer se asusta, pero él le pide que se relaje.
Se escucha el comienzo de la tormenta, pero él dice que aún falta un rato para que comience a llover.
La chica permanece tendida en el suelo, vestida como Clara, mientras el coche se aleja con Clara y Héctor.