Te cuento la película

Menudas piezas

España (2023) *

Género: Comedia

Duración: 98 min.

Música:Juanjo Javierre

Fotografía: Andreu Ortoll

Guion: David S. Olivas, Marta Sánchez, Nacho G. Velilla

Dirección: Nacho García Velilla

Intérpretes: Alexandra Jiménez (Candela), Luis Callejo (Lope), Rocío Velayos (Luna), Pablo Louazel (Diego), Verónica Senra (Iria), Kiko Bena (Keko), Tuoxin Qiu (Yao), María Adánez (Virginia), Francesc Orella (Emilio), Miguel Rellán (Santiago), Alain Hernández (Lucas), José Manuel Poga (Germán), Cristina Alcázar (Natalia).

El director de un lujoso colegio de Madrid habla delante de padres y alumnos de la gran tradición del colegio y de la gente que pasó por sus aulas, para celebrar el centenario de la institución, acudiendo a la reunión incluso el consejero de educación.

Lucas, el ponente, recuerda que homenajean a su bisabuelo y fundador de la institución y presume de los logros conseguidos por sus alumnos, entre otros el de ser campeones de España de ajedrez 10 años consecutivos, aunque echa de menos a la directora.

Esta, Candela, se encuentra fuera, en el coche observando la foto de una compañera en la cama, con un hombre al que no se ve, pero cuyo reloj amarillo es inconfundible y en el que reconoce a Lucas.

Este descubre un busto de su bisabuelo, que, asegura, le enseñó los valores que rigen su vida, disciplina, esfuerzo y honestidad y que ahora es un auténtico...

En ese momento se abre la puerta y aparece Candela que completa la frase: "Hijo de la gran puta", para añadir que llegó tarde porque no le cabían los cuernos por la puerta.

Lucas le dice que no es el momento ni el lugar, pues están en pleno acto, diciendo ella que en pleno acto acta estaba con Tania, la de la foto, y le dice que con razón no quería niños, porque ya estaba con una niña.

Ella le pide que le devuelva el reloj que le regaló, aunque él dice que lo compró con el dinero de él, como todo, momento en que ella, indignada le lanza su anillo que da en el ojo al consejero, y le lanza luego el bolso y los zapatos.

Él le pregunta cómo puede ser tan ordinaria, a lo que ella responde dándole un cabezazo que acaba con Lucas en el suelo, y, al caer, empuja el busto de su bisabuelo que cae finalmente sobre las partes de Lucas.

Unos días más tarde hay una reunión en el despacho de Lucas, que llega con muleta, una pierna escayolada y collarín. Tiene rotos, nariz, cervicales y ligamentos de la rodilla, y además se cae al intentar sentarse, haciendo que ella se ría con ganas.

El abogado de Lucas le pasa un escrito en que le piden que renuncie a todo a cambio de no enviarla a la cárcel, entregándole además la carta de despido.

En el Instituto Luis Buñuel, de Zaragoza, los alumnos que necesitan refuerzo gastan una broma a Yao, uno de sus compañeros, que es chino, mientras duerme, haciendo que acabe ardiendo el pelo del chico, que tratan de apagar con una chaqueta que arde también, por lo que la lanzan a la papelera, que comienza a arder también, por lo que le dan una patada haciendo que impacte contra una pantalla que destrozan.

Lope, el director del Instituto está desesperado con ese grupo y ha decidido que llegó el momento de tirar la toalla, aunque no consigue que le respeten, al contrario, mientras les regaña ellos lo graban poniéndole filtros ridículos, por lo que les dice que no se merecen que gasten en ellos dinero público, pues son unos delincuentes.

Virginia, que trabaja en el comedor, trata de calmarlo, cuando ve cómo de pronto aparece allí su hermana Candela.

Van a tomar un café con ella, que les cuenta que ha pensado en dar un giro a su carrera porque en el otro colegio ya había tocado techo, aunque Virginia le muestra su vídeo durante el acto en su anterior colegio y Lope le dice que ha vuelto solo porque no tiene ningún otro sitio al que ir.

Ella le pide trabajo en el instituto, donde podría dar alguna extraescolar.

Él le aconseja que huya de allí y ella dice que en su colegio también tenían alumnos díscolos, diciéndole Lope que en su colegio tienen profesores que lloran por tener que ir a clase, peleas de bandas, acosadores y redadas.

Ella le dice que están allí para darles una oportunidad y necesitan un buen profesor, y, para demostrarle que no hay nada que hacer la contrata como profesora de apoyo.

Virginia y Candela llegan a casa, donde Emilio, su padre ciego está jugando al ajedrez con su amigo Santi, al que Candela pide que no diga nada a su padre para darle la sorpresa, y, de hecho, cuando tiene a Santi ya contra las cuerdas, es Candela la que le ayuda haciendo un movimiento maestro que deja perplejo a Emilio, que no considera ese movimiento propio de su amigo, momento que aprovecha Candela para darle la sorpresa de su presencia, y que Santi aprovecha para decir que se marcha, ante lo que Emilio le dice que quien sobra allí es su hija, que cuando él tuvo el accidente le dijo que iría a cuidarlo y tardó siete años en ir.

Ella se excusa y le dice siempre se ha ocupado de que no le falte de nada, aunque él dice que le faltó una hija.

Pero luego, cuando va a la habitación, ve que su padre tiene guardada en el armario la partida de ajedrez que dejó a medias con ella cuando se fue y cree que en el fondo su padre está orgulloso de lo alto que ha llegado.

Virginia la abofetea para que espabile y le pregunta si nunca van a ser capaces de arreglar lo suyo. Que ni a su padre ni a ella no les importan los demás, solo ellos mismos.

Esa noche empieza a estudiar los perfiles de sus nuevos alumnos.

Keko solo usaba su cabeza para marcar goles y cuando se lesionó era una nulidad en clase.

Iria es muy tímida, pues se pasó muchos años en una cama de hospital, y ahora, ya curada, está más aislada que cuando estaba ingresada.

Luna es muy rebelde y es una líder y una adelantada. La primera en probar el alcohol, las drogas y en probar el sexo y en ese curso se ha quedado embarazada.

Yao, de nacionalidad china, es indisciplinado y tiene mucho absentismo y es un genio de los números, aunque solo los usa en su tienda.

Diego ha tenido peleas, hurtos, timos, tráfico de estupefacientes y usa su cabeza solo para idear nuevas formas de delinquir.

Candela acude a su primer día de instituto en su deportivo descapotable y con ropa y bolsos de marca, en un entorno donde destaca, pese a lo cual asegura que no se va a dejar llevar de los prejuicios y que no va a juzgarlos sin conocerlos…

Hasta que se da cuenta de que no lleva la cartera y los acusa de habérsela robado y los llama chorizos.

Justo en ese momento llega Virginia con la cartera, que se la había dejado.

Cuando sale más tarde de clase, sigue allí su coche, pero sin ruedas.

Al día siguiente, antes de ir al colegio le dice a Virginia que diga a la chica que lave su camisa de popelín en frío y dé Nivea a sus bolsos de piel, diciendo Virginia que la chica es ella, ante lo que su padre le pregunta por qué les pidió una hermana y no un hámster.

En clase se forma un revuelo cuando todos reciben en sus móviles una foto de Luna desnuda. Se la mandó a un chico y este la viralizó.

Candela decide intentar algo diferente. Se los lleva a hacer una visita, y se sorprenden, especialmente Diego, al ver que los lleva a una comisaría, pues él lleva droga.

Allí los atiende una policía, Natalia, que les dará una charla sobre redes sociales y la sobreexposición a que se someten publicándolo todo.

Diego simula enfadarse y dice que se va y Natalia le pregunta si es que oculta algo y le muestra que sabe que va a las casas de apuestas con un carnet falso, y lo sabe porque luego él mismo presume de ello en sus redes sociales.

Llevan luego a un perro de la sección antidroga.

Como a Iria le asustan los perros, Candela trata de mostrarle que no debe temerlo, pero cuando se acerca a él el perro se aferra a su bolso de lujo, y cuando lo suelta ve cómo cae una bolsita con droga.

Acaba en el calabozo.

Cuando luego se ríen de ella en su casa, ella dice que fue un error volver a este barrio de mala muerte y su padre le recuerda que ella empezó en el mismo punto que esos chicos, a lo que ella le responde que ella se lo curro, estudió y prosperó, replicándole su padre que la diferencia es que a ella le enseñaron que no es un mierda como esos chicos, porque le recuerda que delante de un tablero de ajedrez todos son iguales.

Al escucharle coge una pieza de ajedrez y sonríe.

Al día siguiente recibe a los alumnos con la canción "Hoy puede ser un gran día", de una cinta que reencontró en su casa, para motivarlos, y con un tablero de ajedrez.

Les dice luego que ella también empezó como ellos, sin expectativas, pero que su padre le demostró que las cosas podían cambiar, aunque no ve que reciban bien su mensaje.

Un poco más tarde ve a Diego en el patio realizando una pelea de gallos, y no entiende que no sepa hacer un análisis sintáctico pero que sea capaz de improvisar unas rimas.

Y decide enfrentarse a él, aunque le cuesta más y sus rimas son más pobres.

Vuelve a insistir con el ajedrez y les dice que es una batalla, y para estimularlos les propone que el que gane pueda salir antes.

Al ver que Yao falta a clase decide ir a la tienda de su padre y le dice a este que si su hijo no va a clase lo denunciará.

Pero como el que hace de traductor es Yao cambia tanto las palabras de Candela como las de su padre, y ambos quedan satisfechos porque les dijo lo que querían oír.

Un día acompaña a su padre al médico porque Virginia no puede ir, aunque Emilio acaba entrando solo, porque Candela va a hablar con Luna, que está también en el ambulatorio y a la que escucha discutir con su madre por teléfono.

Le dice que tiene su apoyo y que le parece muy valiente haber decidido seguir adelante con el embarazo, pues ella no podría haberlo hecho sola, consiguiendo ganársela así.

Al día siguiente empieza a explicarles cómo funciona el ajedrez y poco a poco comienzan a dominar el tablero.

El primero en ganar es Yao, que gracias a ello consigue salir antes.

Ve luego a Diego esperando a su padre a la salida del salón de juegos.

Llega Navidad y cuando Lope va a decir que están cerrando ya, se encuentra con que los chicos están tan concentrados que no quieren irse aún hasta terminar sus partidas.

Y de hecho Diego consigue su primer jaque mate.

Y también Keko lo consigue, aunque no tiene tiempo para celebrarlo, pues en ese momento llega su padre, muy borracho y se cae, haciendo que todos se rían.

Pregunta luego a su hijo si tiene algo de dinero, y este le pregunta si ya se gastó el del paro, a lo que Yao, que lo ve a menudo en su tienda le dice que se lo ha bebido.

Keko acusa entonces a Yao de haberse quedado con el barrio, pues antes su padre vivía feliz con su panadería y los chinos acabaron con todo, ante lo que se genera una pelea en que Iria acaba golpeada.

Lope le dice entonces a Candela que deben convocar al consejo, y le repite que con esos chicos no se puede hacer nada y que no habrá más clases de recuperación, pues no hay nada que recuperar, ante lo que Candela le dice que no pueden apartarlos más.

Sale a buscar luego a Diego y lo lleva al despacho de Lope y pide que presente a Diego, el peor alumno del instituto contra el mejor expediente del instituto para una partida.

Sacan al patio el tablero y juegan, esta vez con tiempo, mientras los miran todos los alumnos del instituto.

Rechaza tras un rato de juego, las tablas que le propone el otro alumno, y al final consigue darle jaque mate.

Sus amigos lo mantean y lo felicitan. Él mismo dice que hasta los que le tienen miedo lo hace, y aclaman además a "Luisvi", como llaman a Candela.

Pero cuando sale ve que fuera lo espera su padre que le dice que los esperan en la casa de apuestas.

Al verlo con su padre Candela sale tras él y le cuenta a este su proeza.

El padre, Germán, reconoce en Candela a la empollona que iba con él a clase y le dice que se dedique a dar clases y no lecciones, y que si su hijo va al instituto es porque así se ahorra una comida.

Cuando le cuenta lo ocurrido a su padre, Emilio le dice que esos chicos oyen tantas veces que son unos perdedores, que acaban creyéndoselo.

Le cuenta entonces Virginia que su padre les inscribió en el torneo de ajedrez de Aragón, y Candela lo abraza emocionada.

Acuden en efecto al campeonato, aunque justo antes de su inicio Luna recibe un mensaje de Diego, que le explica que no irá.

Debe sustituirlo Keko, el peor del grupo, mientras ella va a buscar a Diego.

Germán le dice a este que el ajedrez no le va a cambiar la vida, pero que un golpe de suerte sí lo hará, y le pide que los espere a él y a su socio en el coche.

Los alumnos del Luis Buñuel consiguen llegar a la última ronda.

Entretanto, Candela llega a la puerta de la casa de juegos y ve a Diego en el coche esperando, y le dice que su padre es un enfermo, aunque Diego asegura que su padre no tiene ningún problema con el juego.

Escucha entonces una sirena y disparos y ve que salen del salón su padre y su socio.

Ve que Diego va a ir a recogerlos y se coloca delante del coche y le dice que eso no va a salir bien, aunque Diego le dice que no va a dejar tirado a su padre como hizo ella con el suyo y ve que finalmente Candela se va.

En el campeonato su instituto está a una partida de ganar, pero la juega Keko.

Cuando Diego consigue arrancar el coche y se dirige a recoger a los atracadores, su coche es embestido por otro vehículo. El coche de Candela, por lo que Germán y su socio deben alejarse corriendo.

Entretanto, en el local donde se juega la final del campeonato de ajedrez, Emilio protesta, pues el rival de Keko tocó una pieza y debe considerarse movida.

Se genera una discusión, durante la que desaparece un peón del rival de Keko, que se da cuenta de que este se lo metió en la boca, tras lo que hay una pelea en la que Keko acaba tragándose la pieza.

Frente a la casa de apuestas, Diego le dice a Candela que casi lo mata, aunque ella le dice que le ha salvado la vida y le pide que se marche antes de que llegue la policía.

Estos llevan a Candela al hospital, donde ve que llegan todos los participantes en el torneo, incluidos Lope, Virginia y su padre, para llevar a Keko.

Pero ven que su gesto fue importante y que tienen la copa de campeones.

Se reúnen con sus padres, a los que les dice que han ganado mucha autoestima y podrían llegar incluso a ser campeones de España, aunque para eso deberían inscribirlos, lo que supondría 300 euros por alumno.

Para ella es una cantidad insignificante, pero Lope le hace ver que no pueden hacer nada, pues sus padres no disponen de ese dinero.

Toma finalmente una decisión. Guarda todas sus cosas en una maleta y se va de casa.

Su padre y su hermana ven que se llevó todo sin dejar una nota y su padre dice que a partir de ese día está muerta para él.

En el instituto, los alumnos se ponen su ropa de lujo y posan con ella y suben las fotos a Internet, y hacen incluso de manteros para venderlo todo.

Ganan con las ventas 1.850 euros, lo que para ella es una miseria, pero que para ellos es una cantidad impresionante.

Gracias a ese dinero podrán ir al campeonato, con una furgoneta.

Lope los ve y felicita a Candela por su sacrificio, aunque ella dice que lo hizo porque también le hacía ilusión, recordándole Lope que es muy valiente por volver al colegio del que la echaron a ver a su exmarido que la humilló y que estará allí con su amante.

Cuando Virginia les lleva la comida recibe entonces una llamada de Santi.

Acaban las dos hermanas en el hospital y Candela enfadada con su hermana por no haberle contado nada de la enfermedad de su padre.

Su padre le pide que se vaya, aunque ella asegura que no lo hará, aunque el padre le dice que ahora la necesitan los chicos más que él, y la reta a terminar la partida que dejaron a medias y si gana él, tendrá que irse.

Los chicos y Lope se disponen a pasar la noche en un camping al carecer de dinero para un hotel y acaban pasando la noche en una tienda de campaña, enfadados.

Al hospital llega Santi deseoso de ver la gran partida.

Los chicos se sorprenden al llegar al colegio que dirigía antes Candela, que dicen es el Disneylandia de los colegios y como el colegio de Harry Potter, aunque los alumnos se burlan de ellos.

Los enemigos de allí son más duros que en Aragón y Diego y Keko y Luna pierden e Iria se pasa de tiempo.

En el hospital, Emilio vence a Candela, que abraza a su padre.

Sus alumnos regresan al camping enfadados y discutiendo entre ellos y Diego asegura que no va a consentir que se sigan riendo en su cara, pues van perdiendo desde que nacieron y eso no lo van a cambiar.

Pero llega entonces Candela, que dice que no pueden rendirse, aunque Luna asegura que nadie los quiere allí, recordándole Candela que a ella no la querían ni en ese colegio ni en el barrio, y aunque se rindió, su padre creyó en ella y en ellos.

Por la noche, ya más animados, juegan al "nunca, nunca" frente a la hoguera y acaban borrachos por el juego.

Al final Candela dice que ella nunca, nunca va a ganar el campeonato de España de ajedrez y todos beben y cantan "Hoy puede ser un gran día", muy animados.

Llegan por ello con mejor espíritu al día siguiente.

La recibe un Lucas burlón, aunque ella no hace caso y pide a los chicos que se relajen y se divierten y recuerden que frente a un tablero son todos iguales.

Y ese día ganan todos, por lo que consiguen llegar a la última ronda, a un solo punto del colegio que antes dirigía Candela y que ha sido el ganador los últimos 10 años, y ella les pide que ganen por ella, para ver la cara que se le quedará a su ex.

En la última ronda Yao gana y Diego pacta tablas, mientras que Iría pierde.

También a Luna le proponen tablas, pero les sacan un punto y si lo hace perderían.

Pide un receso para ir al baño y allí rompe aguas.

Cuando vuelve le dice a Candela que tiene un problema, aunque al ver a su rival burlarse de ella dice que el problema es que no sabe dónde pondrá el trofeo.

Vuelve a sentarse frente al tablero, pero los dolores de parto son cada vez más fuertes y ya no puede disimularlos, y, aunque le piden que lo deje, termina la partida y gana.

Contento por el resultado, Keko besa a Iría, aunque luego le pide perdón, dice que con la alegría se le dispararon las "mormonas". Ella lo corrige y le dice que son las hormonas, y Keko le asegura que le pone mucho que la corrija y vuelven a besarse.

Mientras suben a Luna a la ambulancia, Candela llama a Virginia, feliz, mientras todos la aclaman, aunque cuando pide que le pase a su padre, le informa que este murió.

En su lápida ponen su frase "Delante de un tablero de ajedrez todos somos iguales".

Candela lamenta que se perdiera la victoria de los suyos, aunque dice que estaría más feliz todavía si ganaran el campeonato europeo.

Al comprender que les ha inscrito, saltan todos felices.

Keko pide matrimonio allí mismo a Iria, mientras que Luna va con su carrito y su bebé.

En 2018 Enrique Sánchez, "Donen" un profesor jubilado consiguió que el Marcos Frechín, un colegio público de un humilde barrio de Zaragoza se convirtiese en campeón de España de ajedrez.

Calificación: 3