Te cuento la película

Regresión
Regresión

Regression (2015) * España / Canadá

Duración: 106 min.

Música: Roque Baños

Fotografía: Daniel Aranyó

Guion y Dirección: Alejandro Amenábar

Intérpretes: Ethan Hawke (Detective Bruce Kenner), Emma Watson (Angela Gray), David Thewlis (Kenneth Raines), Lothaire Bluteau (Reverendo Murray), Dale Dickey (Rose Gray), David Dencik (John Gray), Peter MacNeill (Jefe de Policía Cleveland), Devon Bostick (Roy Gray), Aaron Ashmore (George Nesbitt), Adam Butcher (Brody), Aaron Abrams (Farrell).

A partir de 1980 en Estados Unidos surgieron informaciones sobre rituales satánicos, lo que hizo que se extendiera el pánico y la sospecha por muchas comunidades.

Hoyer, Minnesota, 1990.

Una furgoneta avanza entre la lluvia, pidiendo su conductor, John Gray, ayuda a Dios antes de entrar en la comisaría de la localidad donde es recibido por el jefe de policía Cleveland, que le dice que le ha hecho llamar porque su hija ha sido acogida por el reverendo Murray tras haberlo acusado de abusos y está viviendo en su parroquia, entregándole una carta firmada por su hija.

Hace llamar tras ello al inspector Bruce Kenner para que le tome declaración, afirmando Gray haber pasado la noche rezando, y aunque por una parte les dice que es imposible por otro lado hay evidencias que le dicen que debe ser culpable ya que Angela nunca ha mentido y si lo rehúye debe ser cierto que ha abusado de ella.

Bruce pide a su jefe que le asignen un psicólogo.

Kenner acude junto con otro agente, George Nesbitt, a la granja de los Gray para interrogar a la madre de John y abuela de Angela, Rose, ante el reverendo Murray.

Kenner pide que le dejen examinar la habitación de Angela, informándole Nesbitt de dónde es, aunque no encuentra en ella nada extraño, pareciéndole raro sin embargo que Nesbitt, pese a ser amigo de la familia no sepa dónde está Roy, el hermano de la muchacha, que también se marchó de casa y que la abuela les contó llama a veces para decirles que está bien, aunque no sabe por qué se marchó.

De vuelta, escuchan en la radio un programa donde hablan de los satanistas y sus rituales, apagando Nesbitt la radio, diciéndole a Kenner que sabe que la familia tenía problemas, pero que no cree que John abusara de su hija, pensando que quizá esta interpretó mal algún gesto cariñoso del padre, afirmando que Angela es una chica difícil porque su vida es una mierda y quizá solo quiere huir de eso.

Contratado el doctor Kenneth Raines, un psicólogo, este afirma que el estado mental de John es normal, no explicándose Cleveland su repentina amnesia, a no ser que quiera protegerse, lo que al psicólogo no le parece probable, ya que ni siquiera ha querido abogado y parece querer colaborar.

Les explica que John era bebedor y para intentar dejarlo trató de encauzar su vida a través de la religión, lo que le genera contradicciones, ya que en estado de embriaguez hace cosas terribles, aunque luego siente una enorme culpabilidad, y lo borra de su memoria, por lo que sugiere someterlo a una hipnosis regresiva para recuperar esos recuerdos.

Someten a Grey a esa sesión de hipnosis, durante la cual Kenner trata de traer a la mente de este los recuerdos reprimidos leyéndole la declaración de su hija en la que cuenta que desde un año antes su padre abusa de ella, aunque no consiguen desbloquear sus recuerdos, hasta que tras insistir consiguen que empiece a recordar algo, viéndose en su casa, yendo a la habitación de su hija a la que le ataba sus manos al cabecero de su cama y luego los pies, aunque el psicólogo le dice que si se ve a sí mismo, no era él quien lo hacía, sino un tercero a quien dejó entrar.

John no entiende que pudiera estar viendo que le hacían eso a su hija y que él no detuviera al autor de esos abusos, procediendo por el contrario a fotografiarlo todo, recordando de pronto que ataba a su hija es George Nesbitt, el agente de policía, deteniendo en ese momento el psicólogo la sesión mientras Kenner sale a buscar a Nesbitt, en ese momento en el aparcamiento.

Le alcanza y le dice que ha salido su nombre y que tienen las fotos, y aunque George afirma no saber nada de unas fotos, Bruce le esposa y lo detiene pese al recelo de sus compañeros y de su propio jefe que le recuerda que es un compañero, echándole en cara la abogada de Nesbitt el modo de detenerlo, y las mentiras que utilizó.

De camino a la parroquia le comenta al psicólogo, que le acompaña, que él ya sospechó de George porque notó una actitud extraña en él.

En la parroquia les recibe el reverendo Murray, que les presenta a Angela, que comienza diciéndoles que no está loca.

Le dicen que saben que había alguien más en la habitación, y le muestran unas fotos que le piden que las estudie sin miedo, pues esas personas le hicieron daño.

Le preguntan a qué se refería su padre cuando le habló de un ritual, aunque al verla nerviosa le propone escribirlo si lo prefiere, aceptando ella.

Mientras ella escribe, fuera el párroco les cuenta que siempre estaba triste, y en uno de sus seminarios comenzó a llorar de repente y Dios le reveló que había sido su padre el que había abusado de ella y que había pasado más de una vez.

Tras leer el informe, Bruce le pregunta quién estaba con su padre durante los rituales que describe en su escrito cuando invocaron al diablo, señalando ella en las fotos que le muestran a Nesbitt.

Cuando salen de la parroquia, el psicólogo afirma no saber nada sobre satanismo, y le pregunta a Bruce si él es creyente, negándose este a responder, de lo que el psicólogo concluye que es agnóstico.

El reverendo Murray, que consiguió hacerse con una copia de la declaración de la muchacha visita a John en su celda y le reprocha que marcaran a su hija con una cruz invertida, de lo que concluye que cuando acudió a ellos no trataba de superar la muerte de su esposa, sino de profanar la iglesia desde dentro, y aunque John trata de defenderse, el reverendo le insiste y le pregunta si no recuerda las torturas, ni los insultos, ni los excrementos, tras lo que le pide que les haga un favor a todos.

Los medios de comunicación se hacen eco del suceso que tiene a la ciudad en vilo, viendo Kenner esa noche cómo en la televisión entrevistan a la escritora del libro "En el nombre de Satán", donde hablan de los rituales de los adoradores de Satán, en los que llegan a sacrificar bebés.

Bruce, que se queda dormido viendo el programa se despierta sobresaltado, lo mismo que John en su celda, que grita horrorizado haciendo que acudan todos los carceleros.

La siguiente reunión en la comisaría trata del asunto de Angela, abogando Farrell, uno de los agentes por la libertad de Nesbitt, que se rechaza, afirmando Bruce tener la impresión de que ese caso forma parte de algo mucho más grande.

Les avisan entonces de la localización de Roy Gray en Pittsburgh, Pennsylvania, hasta donde viajan Kenner y Raines, que encuentran al muchacho viviendo en un edificio abandonado y le hablan de los rituales, preguntándole si él se fue de casa para escapar de su padre, respondiéndoles él que su padre le hizo vivir a su madre un infierno durante 20 años, estando seguro de que aunque murió atropellada por un borracho, buscó su muerte, harta de él.

El psicólogo trata de hacerle revivir los sucesos traumáticos de su infancia y adolescencia en su casa, explicándole que buscan a alguien con una capucha, recordando Roy durante la hipnosis voces tras la puerta de su antigua habitación, afirmando ver a un grupo de personas encapuchadas de los que no puede reconocer sus caras, pues van pintados y parecen brujas.

Ya de vuelta, y en el avión, Raines le hace ver que hay contradicciones en la declaración, ya que Roy declara que se veía a sí mismo como un niño, mientras que Angela afirma que los abusos comenzaron solo un año antes, lo que para Bruce no tiene importancia, pero sí repara en que no le parece lógico que entraran 6 personas en la habitación sin que la abuela se diera cuenta de nada.

Obtenida la autorización judicial, la policía entra en casa de los Grey buscando pruebas pese las protestas de Rose, la abuela de Angela y Roy, a la que Bruce le dice que puede hacer que cesen los registro si le dice dónde están las fotografías que Roy dice hicieron, a lo que ella responde dándole una bofetada y llamándolo mentiroso.

George se somete a la prueba del polígrafo y la pasa, aunque sigue encarcelado.

El jefe consigue los informes del F.B,I. sobre sectas satánicas, aunque cerraron la investigación un mes antes sin haber llegado a ninguna conclusión, aunque tras su estudio ven que en los informes hay cientos de manuales de rituales que piensa están conectados, pero ni una sola prueba.

Kenner acude al hospital, donde Angela se niega a que un médico la examine, no dejando que le suba la blusa, contándole a Kenner, al que sí deja pasar a la habitación donde está, que si enseña su marca la matarán, no deseando hablar tampoco contra su abuela ni de las reuniones, porque dice que el diablo está de su lado.

Pero decide mostrarle que confía en él mostrándole la cruz invertida que tiene sobre la piel de su tripa tras lo que le dice a Bruce que ahora irán a por él, tras lo que le cuenta cómo llegaban coches con gente vestidos con túnicas que iban al taller de su padre.

Poco después llamaban a su puerta, siendo su abuela vestida como ellos y sonriendo como si estuviera drogada y la llevaba al taller donde oía cánticos y chillidos, observando que celebraban una misa negra y en los rincones había gente fornicando y torturas, habiendo sangre por todas partes y una especie de altar donde estaba su padre, diciéndole su abuela que esa era su gran noche, habiendo un hombre frente a ellos al que las personas del altar apuñalaron y luego se lo comieron.

Bruce va escuchando nuevamente la confesión de la muchacha mientras recorre el escenario donde tuvieron lugar los hechos que se imagina según los escucha, pidiéndole a Farrell, revisar todo el terreno de la granja Gray tratando de encontrar algún resto de los fallecidos, aunque los trabajos son tan complejos que pueden llevarles hasta un mes y el F.B.I. no intervendrá sin una prueba sólida.

Raines les dice que Gray está respondiendo bien a la terapia, pero no puede identificar ninguna de las caras que ve.

Aparece entonces en la comisaría la propia Angela buscándolo muy preocupada, pues asegura que la siguen personas que se mezclan con el resto de la gente, tratando Bruce de calmarla diciéndole que media ciudad está en estado de shock, y que él mismo estuvo en el taller y le pareció vivir lo que ella contaba y que era aterrador, pero que todo era sugestión.

Pero Angela le dice que a su madre la perseguían también poco antes de morir.

Vuelve a tomarle declaración tras lo que la lleva a la parroquia, regalándole ella una Biblia, que él en principio rechaza, aunque ella le dice que es para que le proteja.

De vuelta Bruce regresa por los lugares donde ella señala la vigilaban, y escucha, viendo cómo también le miran a él mientras escucha la declaración de ella en la que cuenta que su madre le decía que esa era una táctica de la gente que la perseguía. Se mezclaban entre la gente y se quedaban mirando fijamente, y eso significaba una amenaza de muerte, muriendo ella en efecto poco después, siendo otra de sus tácticas llamar en mitad de la noche y colgar.

Esa noche Bruce lee el libro sobre Satán cuando, debido a la tormenta, se va la luz.

Se despierta viendo que le sujetan varios tipos, que le ponen una inyección que le impide moverse, viendo que es observado por un grupo de gente encapuchada y con máscaras que colocan sobre él una mujer desnuda para hacer el amor mientras los fotografían, hasta que ve que la mujer desnuda es una anciana, y, haciendo un esfuerzo logra quitársela de encima y tirarse de la cama, momento en que se despierta, dándose cuenta de que era un sueño. Volviendo entonces la luz.

Al día siguiente visita con Raines a John, que lamenta que cuando creía estar encaminando su vida cometió todos esos actos, diciéndole Bruce que el diablo es él, tras lo que le pide que le confiese el asesinato de su mujer, señalando Gray que fue un accidente, hablándole Bruce de las amenazas telefónicas, pidiéndole nombres.

A la salida Raines le dice que tiene mal aspecto, comprendiendo que el asunto le está afectando por lo que le pregunta si tiene pesadillas como los demás.

Organizan una reunión entre Angela y su abuela, preguntándole esta a la niña por qué dejó que el reverendo le contarla lo que le hacía su padre si luego dijo que estaba implicada, respondiendo la niña que hizo que se lo dijeran porque lo había olvidado y hacía que ella se sintiera como si estuviera loca ya que ella seguía su vida como si todo fuese normal, haciendo que la abuela grite que es mentira, pidiendo que llamen a su nieto Roy que la conoce, respondiéndole Bruce que es su propio hijo el que se lo contó, mostrándole dibujos de John que muestran bebés asesinados, y le piden que confiese negando ella que sea una asesina, debiendo llevársela el reverendo mientras le grita a su nieta que pagará por ello.

Angela se queda llorando y Bruce trata de consolarla, reconociendo después ante el psicólogo que el caso está afectándole, no habiendo conseguido ningún avance, diciéndole Raines que Gray bloqueó sus recuerdos porque desafiaban su moral, pero que no entiende lo de Rose.

Esa noche, y mientras ve otro programa sobre satanismo en televisión, recibe una llamada que nadie responde, y, por precaución cierra las puertas y prepara su pistola.

También Rose ve el programa, cuando oye ruidos fuera y sale a buscar a uno de sus gatos, que encuentra en el taller, aunque la mujer ve entonces cómo se transforma en un monstruo y sale corriendo hacia la casa aterrorizada, viendo cómo alguien empuja la puerta y empieza a escuchar voces, viendo cómo empieza a salir sangre por debajo de la puerta, por lo que aterrada se lanza por la ventana.

Al día siguiente los policías examinan la granja, que observan que está limpia, concluyendo que la anciana parecía querer huir.

Kenner informa a Angela del suceso y le dice que están esperando a que se recupere y les cuente lo que ocurrió, llorando Angela y diciendo que piensa que eso ocurrió por su culpa y que ha arruinado la vida de su familia.

Pasean por el cementerio, donde Angela dice hablar cada día con su madre, sentándose ante su tumba, diciéndole Bruce que él cree en ella, ante lo que Angela dice que solo le tiene a él, tras lo que se besan, tras lo cual ambos dicen sentirlo, pidiéndole él perdón antes de marcharse, siendo vistos por el reverendo.

Enterado de lo ocurrido, Roy regresa y visita en el hospital a su abuela, a la que le dice que ella siempre fue buena con él, aunque ella insiste en que ha hecho cosas terribles, diciéndoles Roy cuando sale que no quiere que hablen más con ella, pues la están volviendo loca, ante lo que el psicólogo le dice que ha sufrido una regresión espontánea, diciendo el nieto que lo que tiene son delirios porque ha vuelto a beber, acusando tanto al psicólogo como al reverendo de ser un fraude.

El párroco concluye que Roy está con los satánicos y que el Diablo buscará la forma de confundirlos también a ellos, por lo que les entrega una cruz a Kenner y otra a Raines, diciéndole el psicólogo que está lleno de miedo y ha dejado de usar la cabeza.

Cuando Bruce llega a su casa suena el teléfono, y no le contestan, recordando de nuevo lo que le contó Angela, sin saber que es ella la autora de esas llamadas.

Vuelve a tener una pesadilla en la que ve cómo se le acerca una mujer mayor a la que vio ya en su anterior pesadilla, junto con varios encapuchados entre los que está Nesbitt, siendo llevado al taller de John Gray, donde le ponen un cuchillo en su mano, viendo que tienen un bebé y le invitan a acabar con él, ante lo que se escapa, gritando y rebelándose, siendo entonces aplaudido por todos, viendo entonces que tiene las manos llenas de sangre, entregándole la anciana que le despertó un cuenco con sangre para que beba, negándose él a beber, señalando que no es uno de ellos y sacando su pistola, momento en que se despierta.

Vuelve tras ello a rezar y cuelga el crucifijo en su coche, obsesionándose con la gente que le mira, tanto que se salta un semáforo estando a punto de provocar un accidente.

Cuando llega a la comisaría observa que Nesbitt está ya en libertad, por lo que indignado saca su arma, señalando que está bajo arresto, debiendo ser detenido él por otro compañero, explicándole su jefe que había superado el polígrafo dos veces y que además, tras examinar la marca de Angela comprobaron que era superficial, reciente y probablemente autoinfligida, señalando que probablemente quiso reforzar su informe añadiendo detalles.

Habla tras ello con Raines que le dice que es probable que sea cierto que lo miren cuando va por la calle, pero que lo hace por su aspecto, tras días sin descansar, pidiéndole su jefe que se tome unos días de descanso, dándole Raines una pastilla que él escupe poco después.

Tras escuchar de nuevo la grabación del primer interrogatorio acude a ver a John Gray, al que le pide que le cuente qué iba a decir aquel día cuando él lo interrumpió, respondiéndole Gray que lo que iba a contar es que echó a Roy de su casa porque era sodomita, estando convencido de que debió ser por culpa suya, y para espiar ese pecado se autoinculpó respecto de lo denunciado por Angela, pese a no recordarlo, asegurando que haría lo que fuera por pagar lo que les hizo a sus hijos.

Pero Kenner empieza a sentirse confuso, y al releer sus notas en un bar se da cuenta de que no ha encontrado ninguna respuesta.

Observa entonces a través de la ventana un enorme cartel en que una anciana, la misma anciana que aparece en sus sueños anuncia una sopa, la sopa de la tía Lindy, acudiendo tras ello a casa de Raines al que le muestra un sobre de sopa de la tía Lindy, explicándole a Raines que estaba convencido de que la conocía hasta que se dio cuenta de que hay carteles de ella por toda la ciudad, lo que hizo que se metiera en su cabeza, por lo que le pregunta al psicólogo si puede suceder que las regresiones no sean realmente recuerdos de algo sucedido, sino recreaciones inducidas por ellos, debido a los bombardeos de la terapia y de la prensa con las mismas cosas una y otra vez, haciendo que su imaginación cree el resto al generar una histeria colectiva.

Raines le dice que eso no tiene sentido, pues ambos creen que lo de Nesbitt es cierto y que es culpable, diciéndole a Kenner que lo que él hace es ciencia y que él con sus teorías está tratando de echar por tierra su trabajo, pese a lo cual Bruce se aleja diciéndole que está volviendo a usar la cabeza.

Kenner no se ha dado cuenta de que alguien le ha estado siguiendo por la ciudad los días anteriores y cuando llega a casa es agredido por dos hombres que le estaban esperando dentro y que cortaron la luz, no permitiéndole que saque su pistola, los cuales le dan una fortísima paliza, hasta que consigue rehacerse y derribar a uno de sus rivales, sacando finalmente una pistola del cajón de la cocina con la que apunta al otro agresor, haciendo que le muestren sus caras para ver que se trata de Farrell que le dice que se lo había buscado por joderle la vida a Nesbitt, que es el otro encapuchado, que le pregunta qué va a ser de su carrera, diciendo que cometió algunos errores, pero que no es justo que pague él por todo, tras lo que Farrell le dice que ya tiene lo que quería, dos culpables para su caso.

Pero Bruce les dice que no informará de lo ocurrido si Nesbitt confiesa todo lo que sabe, diciendo este que se lo dijo ya todo aquel día en el coche.

El reverendo Murray ensaya en el piano cuando recibe la visita de Kenner que le dice que necesita hablar con Angela, pues ha resuelto el caso y ha conseguido deterner a los culpables, pues Nesbitt les dio todos los nombres.

Le dice a Angela que Nesbitt confesó que la dejaron embarazada porque querían que tuviera un hijo para la secta y que realizaron una ceremonia en la que le practicaron un aborto, preguntándole a la muchacha si es cierto que hicieron eso con su feto, respondiendo ella afirmativamente, ante lo que Kenner coloca su libreta, que supuestamente había estado consultando encima de la mesa, comprobando Murray que no hay nada escrito en ella, preguntándole el párroco qué significa eso, diciendo Bruce que significa que se lo acaba de inventar todo, tras lo que acusa a Angela de haber estado jugando con ellos preguntándole si era ella la que llamaba a su casa.

Le dice tras ello que lo que Nesbitt le contó realmente es que ella odiaba a su familia que le parecían unos borrachos y unos fracasados y que su madre se quitó la vida porque no podía soportarlo.

También le contó Nesbitt que se acostaba con ella, pero que cuando se negó a escaparse con ella, porque era menor y temiendo que su vida fuera como la de su madre, decidió cambiarla.

Echa tras ello al párroco de la sala para hablar con Angela sin su influencia, diciéndole a Angela que sabe les iba contando lo que querían oír para deshacerse de su familia y se le fue de las manos.

Ella deja entonces de llorar y serenamente le pregunta quién le creerá, sobre todo cuando cuente lo que le hizo en el cementerio, enfrente de la tumba de su madre.

Él le dice que ha ofendido a alguien que la quería mucho, preguntándole ella si le ha ofendido, asegurándole que no le importa, respondiendo él que se refería a su madre.

Cuando sale le dice al reverendo que tiene razón y que existe la esencia del mal.

La televisión anuncia desde la parroquia que la policía sigue sin encontrar pistas, aduciendo el reverendo que eso se debe a que solo el diablo sabe dónde están.

Roy saca a su abuela e silla de ruedas del hospital cuando oye esas palabras que el reverendo pronuncia frente a las cámaras, no viendo ya a Angela que de nuevo dice que ella vio lo que hacían, afirmando que mataban bebés y luego se los comían.

Kenner habla con su jefe que dice que lo malo es que se lo creyeron, diciéndole al atribulado Kenner que no se preocupe y que él lo hizo bien.

Este va hasta la prisión para hablar con John Gray al que le explica todo y le dice que quizá su hija leyó el libro sobre satanismo o vio algún programa que le influyeron y le ayudaron a inventar su historia y lo demás son estallidos de pánico, habiendo de hecho archivado ya todo previamente el F.B.I.

Pero John no se explica sus visiones y las de su madre, diciéndole que ellos les influyeron con sus historias e hicieron que se lo imaginaran todo, tras lo cual le pide que no se declare culpable de los abusos hacia su hija, pues no hay prueba alguna pese a lo cual el fiscal no quiere reconocer su fracaso, aunque él pide que dejen en paz a su hija, pues si ella ha dicho todo eso es por culpa suya que pasó muchos años bebiendo y sin ocuparse de su familia generando en ella ese odio.

Kenner trata de hacerle ver que no, que la culpa es suya, que no supo ver lo que ese caso suponía, por lo que le pide que le deje ayudarle a salir de allí, respondiéndole John que si quiere ayudarle le diga al fiscal que se declara culpable no importándole pasar 5 años en la cárcel a cambio de que dejen a Angela en paz, pues ella sabrá que lo hace para protegerla y así tal vez llegará un día en que lo odiará menos.


Hubo casos similares en varios lugares hasta que remitió la oleada de pánico, no logrando prueba alguna de abusos rituales satánicos.

Actualmente las terapias de regresión están desacreditadas por generar falsos recuerdos.

Calificación: 2