Te cuento la película

Un pez llamado Wanda
Un pez llamado Wanda

A Fish Called Wanda (1988) Gran Bretaña / USA

          También conocida como:
                    - "Los enredos de Wanda" (Hispanoamérica)

Duración: 108 min.

Música: John du Prez

Fotografía: Alan Humen

Guion: John Cleese (Historia John Cleese y Charles Crichton)

Dirección: Charles Crichton

Intérpretes: John Cleese (Archie Leach), Jamie Lee Curtis (Wanda Gershwitz), Kevin Kline (Otto West), Michael Palin (Ken Pile), Tom Georgeson (George Thomason), Maria Aitken (Wendy Leach), Cynthia Cleese (Portia Leach), Patricia Hayes (Eileen Coady), Geoffrey Palmer (Juez), Roger Brierley (Davidson), Llewellyn Rees (Sir John), Stephen Fry (Hutchison).

Ken Pile, es un joven tartamudo y amante de los peces, al más espectacular de los cuales, un pez ángel, lo llama Wanda.

Recibe en su casa la visita de Wanda Gershwitz, una joven americana, acompañada por Otto, que, dice, es su hermano, y además el experto en armas que necesitan para el golpe planeado por George Thomason, su novio, que llega al momento y que parece complacido con las habilidades de Otto, aunque a Ken no le cae bien porque se burla de su tartamudez y de su amor por los animales.

Archie Leach, un prestigioso abogado llega a su casa después de ganar en un importante caso, aunque Wendy, su esposa solo le cuenta trivialidades y no le da importancia alguna, no haciéndole tampoco caso alguno su hija Portia, que se limita a pedirle un nuevo caballo para sus actividades de equitación.

Archie les explica que cada diamante vale 100.000 Libras y al haber 135, serán 13 millones y medio, aunque hasta el martes no podrán ir a Heathrow porque la policía tendrá el aeropuerto vigilado durante 72 horas.

Ken, por su parte, será el encargado de robar un coche con matrícula diplomática.

El atraco se realiza con gran rapidez, siendo importante la pericia de Otto, que lanza una flecha contra el botón que acciona la apertura de la puerta tras las que están las cajas de seguridad, en las que buscan hasta hallar los diamantes, huyendo por la azotea para bajar por un lanzador de deshechos de obra hasta su coche, con el que están a punto de atropellar a una anciana que paseaba a sus perros.

Cambian de coche y acuden a un garaje, donde hay una caja fuerte en que esconden los diamantes, despidiéndose hasta que vuelvan a verse el martes en Heathrow.

Cuando se separan, Wanda se une a Otto, mientras George simula marcharse, pero regresa al garaje y saca los diamantes.

Entretanto Otto y Wanda, que en realidad son amantes, y no hermanos, se besan felices por el éxito del golpe, tras lo que Otto llama a la policía para denunciar a George, al que acusa de haber sido el autor del robo, dándoles su dirección para que lo detengan.

George llega a su casa, donde no encuentra a Wanda, viendo cómo de pronto llegan varios coches policiales, escondiendo una llave en la comida de los peces antes de ser detenido.

Otto y Wanda, con sus pasaportes preparados, regresan al garaje y abren la caja fuerte, que descubren vacía, lo que libra a Otto del golpe que le iba a dar Wanda para quedarse con todo.

Wanda decide ir a hablar con George a prisión.

En esta, Archie interroga a George, que le contrató como abogado, y al que le dice que los restos de cristales que había en su pantalón no se debían a su participación en el robo, sino porque estuvo arreglando una ventana en casa de sus padres.

Su ayudante, que está con ellos, le dice a George en secreto que Ken tiene ya la comida de los peces para tranquilizarle.

Cuando Wanda y Otto llegan a la cárcel, ella se muestra compungida, no entendiendo cómo pudieron detenerlo, pidiéndole George que respalde su versión y diga que pasó la noche con ella.

Les cuenta que las joyas están en lugar seguro, pero que si le condenan, las utilizará para que le rebajen la pena e incluso dirá quiénes eran sus cómplices para que se la acorten más.

Tras pedirle a Otto que se marche, pues no confía en él, Wanda le pregunta si cree que el garaje es un lugar seguro, diciéndole George que confíe en él.

A la salida ve al abogado y al ayudante de George y decide dirigirse al primero al que halaga diciéndole que sabe que es un famoso abogado y le pide su autógrafo, porque dice, ha venido a estudiar las leyes británicas y admira su trabajo porque le vio en un juicio, coqueteando con él.

Ken acude a ver a George y le muestra la llave, ya en su poder, pidiéndole que la esconda, pero que no se lo cuente a Wanda para que Otto no la sonsaque, y que lo vigile.

En casa de Ken, Otto le dice a Wanda que no le gusta que trate de conquistar al abogado, tras lo que trata de aprovechar que están solo para acostarse con ella, para lo que trata de excitarla diciéndole cosas en italiano, a las que, sabe, no puede resistirse, aunque entonces llega Ken, callando ambos, viendo Wanda cómo Ken esconde la llavecita en un cofre del acuario.

Simula luego que no le había escuchado porque estaba duchándose y se muestra deshecha por lo ocurrido a George, sorprendiéndose Ken al ver que también está Otto, no pudiendo entender qué hacía en el baño mientras su hermana se duchaba, diciéndole que es muy raro.

Otto le dice que la estaba consolando, tras lo que le dice que es muy atractivo y apuesto y le gusta cómo viste, asegurándole que podrían ser muy felices y que harían muy buena pareja, intentando besarlo, ante lo que Ken sale huyendo, aprovechando Wanda que está sola para hacerse con la llave, que esconde en el broche que lleva en el cuello sin contarle nada a Otto.

Le dice a Ken que deben salir corriendo al garaje, pues la policía sabe que esconden allí el botín, aunque Ken la tranquiliza diciéndole que están a salvo, pues George lo cambió, y, al ver que sus reservas a seguir hablando, lo besa apasionadamente, simulando estar enamorada de él, contándole él que hay una llave, pero no sabe a qué pertenece, pidiéndole ella que no le diga dónde está la llave y vuelve a besarlo, diciéndole que si no existiera George estaría con él.

Wanda acude a ver a un experto que le dice que pertenece a una caja de seguridad, pero no tiene marca identificativa alguna.

La vieja ante la que tuvieron que frenar para no atropellar a sus perritos pasa a una rueda de sospechosos e identifica a George al que vio en el coche y en el que se fijó.

Archie trabaja en su despacho, cuando aparece Wanda, que coquetea con él y le hace varias preguntas sobre los procedimientos y le habla del caso de su amigo Thomason como si ignorara que él fuera su abogado, diciéndole aquel que debe declararse inocente, pues no hay evidencias de que sea culpable ni el testimonio de la anciana es suficiente, no creyendo que fuera él el autor del robo.

Ella le pregunta qué sucedería si hubiera evidencias de que sí lo es, interesándole si en tal caso, y si decidiera devolver los diamantes, se los entregaría a él para su devolución.

Pero no llega a contarle nada tras darse cuenta de que es Wanda Gershwitz, la coartada de George, por lo que, indica, no puede seguir hablando con ella.

Wanda le dice que no ha ido allí para hablar de leyes, sino porque le desea y quiere hacer el amor con él, que trata de salir de la situación haciendo que pase su siguiente cliente, aunque ella lo besa apasionadamente sin importarle, llamándolo Tío Archie.

Wanda informa a Otto que Leach cree inocente a George y que Ken le contó la existencia de la llave de seguridad, aunque no saben de qué.

Y esa noche, mientras Wanda y Otto hacen el amor salvajemente, con él repitiendo palabras en italiano, Archie y Wendy se acuestan cada uno en una cama, sin que él le haga caso alguno a ella.

Se realiza la visita preliminar, solicitando la acusación que se acelere el juicio ya que la testigo, la anciana es ya muy mayor y tienen miedo a que le ocurra algo, entregándole subrepticiamente George a Ken una nota.

Otto, que lo observó se la quita a la salida observando que la misma es la dirección de la anciana, con la que debe acabar, algo que Otto grita ante todo el mundo, apostándose una libra a que no conseguirá matarla.

Wanda, disfrazada con una peluca se acerca a la salida de la vista a Archie y le coloca su número de teléfono en un bolsillo, diciéndole que no lo quiere para hablar, y como le ve reacio, simula llorar, despechada.

Antes le escuchó contarle a otro abogado que esa noche su mujer y su hija irían a la ópera, por lo que ella se presenta en su casa, pese a que a Otto no le hace gracia que sea cariñosa con él para sacarle información, y, aunque asegura no ser celoso, ya que los celos son un signo de debilidad, pese a lo cual pe pide que no le toque sus partes.

Otto logra abrirle la puerta y ella se cuela en la casa sorprendiendo al abogado, que, fascinado por ella, le dice que podrán hablar si no discuten el caso.

Otto, desde fuera, los ve besándose y toqueteándose, aprovechando ella su pasión para preguntarle, aunque entonces, y mientras Archie le besa el pecho, observa cómo el celoso Otto ha entrado en la casa.

Para poder deshacerse de él, le pide a Archie algo fresco, y, mientras va a por champán, le pide a Otto, que insiste en que no es celoso, que se marche, aunque cuando va a hacerlo, ve que regresan Wendy y Portia, que no pudieron ir a la ópera por tener la rueda del coche pinchada.

Y cuando aparece Archie con el champán, se lleva una terrible sorpresa al encontrar a su mujer donde poco antes estaba Wanda, no sabiendo cómo reaccionar.

Wendy le pregunta de quién es el coche que hay en la puerta, no pudiendo decir nada, viendo, nuevamente sorprendido, cómo aparece Otto, que estaba tras la puerta y dice que es suyo, presentándose como un representante de la CIA, contando que está allí porque detectaron la presencia de un espía de la KGB por su barrio y están avisando a todos los vecinos, algo que le parece absurdo a Wendy, pues los servicios secretos, dice, no van informando de la presencia de espías, a no ser que sean estúpidos, entrando en cólera Otto como cada vez que alguien le llama estúpido.

Wanda se da cuenta de que ha perdido el colgante y le pide a Archie desde su escondite que lo recupere, aunque antes de lograrlo lo encuentra Portia, y al descubrirlo, Wendy cree que es un regalo que su marido compró para ella y le encanta., al ver que lleva la inicial de su apellido.

A la salida Wanda llama idiota y cretino a Otto por haber fastidiado su plan.

A la mañana siguiente Wanda llama a Archie para preguntarle si logró recuperar su colgante, aunque debe contarle que su mujer no se lo quita, pues está encantada.

Ken vigila a la anciana con un perro de presa al que le da a oler una prenda suya que antes robó, y cuando sale a pasear con sus tres perritos, lo lanza, tras haber sido él mismo atacado por el perro, aunque, en lugar de acabar con la anciana, el perro acaba con uno de los perritos de la vieja, que está a punto de sufrir un infarto, aunque no llega a tenerlo al tomar unas pastillas.

Ken asiste compungido al entierro del animal.

Otto va a ver a Wanda a casa de Ken, observando que tiene una carta de Archie que la cita en un apartamento, aunque ella niega saber nada del abogado.

Archie trata de convencer a su mujer de que debe devolver el colgante, pues dice, se lo dieron en la joyería por error, pues pertenece a una ancianita para la que tiene un gran valor sentimental, aunque Wendy no está dispuesta a desprenderse de él de ninguna manera pese que él le ofrece otro tres veces más caro.

Wanda acude, en efecto a su cita con Archie, en un bonito apartamento junto al Támesis, que es de un amigo de él que está en Hong Kong, y cercano al puente de Londres.

Archie está encantado con Wanda, a la que le dice que está cansado de la corrección inglesa que les impide expresar sus sentimientos, algo que con ella puede hacer.

La lleva en brazos hasta la cama, donde ella le pregunta por su colgante, diciendo que Wendy no quiere devolverlo, aunque a cambio le entrega el otro, mucho más caro, diciéndole ella que quiere el suyo porque su madre se lo dio en su lecho de muerte, mientras finge estar compungida, diciéndole que no puede practicar sexo con alguien en quien no confía plenamente.

Escuchan entonces un ruido, preguntándole Archie si su hermano la ha acompañado, asegurándole ella que no tiene ni idea de que está allí y que es un memo y un inculto.

Archie le dice que ella es muy divertida y no entiende cómo siendo tan lista tiene un hermano tan…

No puede decir nada más, pues en ese momento aparece Otto a su lado y le pide que no le llame estúpido, asustando tanto a Archie como a Wanda, que no le dijo que había quedado con él a propósito para que no estropeara su plan.

La saca afuera y se queda con Archie para pedirle que se disculpe, a lo que el abogado se niega, aunque luego debe hacerlo sin excusas al ver cómo Otto lo cuelga boca abajo por la ventana.

Ken, disfrazado de rastafari, trata de acabar nuevamente con la anciana, esta vez atropellándola, aunque tampoco acierta en esta ocasión, pues cuando va a hacerlo la mujer da un paso atrás, por lo que atropella solo a otro de sus perritos, acabando por chocarse él mismo, acudiendo al día siguiente, magullado y pesaroso al entierro del segundo perrito de la anciana.

Por su parte, Wanda está indignada con Otto por haber estropeado su plan al atacar al único hombre que le permitiría librarse de la cárcel y hacerse rico, por lo que le exige que le pida perdón.

Aunque a regañadientes, Otto acude a casa de Archie, descubriendo al llegar cómo dentro hay un ladrón que quiere llevarse las joyas, ignorando que se trata del propio Archie que está simulando un robo para hacerse con el colgante de su mujer.

Pero Otto lo toma por un ladrón de verdad y lo reduce mientras lo acusa de querer robar a su amigo, el señor Leach, dejándolo atado y golpeándolo sin piedad hasta que oye que lo llama Otto, dándose cuenta entonces de que al que ha atacado es al propio Leach, no entendiendo qué hacía robando en su propia casa, decidiendo marcharse cuando llegan Wendy, que lo encuentra atado en el suelo, consiguiendo meterse el colgante en la boca, para ocultárselo a su esposa, a la que le dice que encontró a un ladrón que lo golpeó, aunque, a pesar de los golpes y las magulladuras se marcha corriendo sin querer ir al médico ni esperar a la policía, aduciendo que tiene una conferencia.

En realidad, va a ver a Wanda, de nuevo a la casa de su amigo y le devuelve el colgante.

Prepara tras ello champán y brindan, tras lo que Wanda le pide que se desnude para hacer el amor, mientras ella sube al piso superior para ir al baño.

Él le dice que podrán irse a Sudamérica o donde ella desee.

Wanda le pregunta si habla italiano, viendo que en efecto lo hace, lo que la excita mucho, aunque cuando empieza a hablar ruso, la excita mucho más, preguntándole si es rico, a lo que él le responde que no lo es, que la casa es de Wendy, que sí es rica.

Y cuando Archie termina de desnudarse, aparece en la casa una pareja con cuatro hijos, uno de ellos bebés, que lo encuentran totalmente desnudo, por lo que les pide que se marchen, pues la casa es de su amigo Patrick, diciéndole el hombre que, en efecto, es de Patrick, pero que su agente se lo alquiló a ellos.

Y entonces la mujer le reconoce, pues, recuerda que Archibald les compró su casa, señalando pese a la situación, estar encantado de saludarles como si no estuviera desnudo.

Tras su fracasada aventura, se arrepiente de todo y llama a Wanda para decirle que debe poner punto final a los suyo.

Y cuando llega a su casa ve que está Otto esperándolo fuera dispuesto a disculparse, aunque él ignora sus intenciones y sale corriendo, pensando que desea pegarle, y gritando, por lo que Otto le persigue y le obliga a escuchar sus disculpas a punta de pistola, diciéndole que quiere que confíe en él y que sabe que quiere acostarse con su hermana, no poniendo él ninguna objeción a que lo haga, pues ya no está celoso, no siendo consciente de que lo está escuchando todo Wendy desde una ventana.

Al día siguiente Ken intenta un nuevo ataque a la anciana, para lo que espera a que salga de su casa desde un piso que hay frente al suyo.

Y cuando sale de su casa él dispara haciendo que se rompa la cuerda que sujeta el contrapeso de una grúa que hay frente a su puerta, esperando que el bloque de hormigón caiga sobre ella aplastándola, aunque en el último momento la anciana da unos pasos atrás al ver que llueve, cayendo el bloque sobre el tercer perrito, para horror de Ken, que comienza a llorar, aunque entonces observa cómo a la anciana le da un ataque al corazón por el disgusto y fallece, riendo a carcajadas al ver que logró su objetivo ante toda la gente que atiende a la anciana.

Va a comunicarle a George a la cárcel el fallecimiento, por el que ambos brindan, pidiéndole a Ken que saque cuatro pasajes para Río para esa tarde, no necesitando un pasaje para Otto, pues espera deshacerse de él.

Pasarán antes a recoger las joyas por el hotel Cathcart Towers.

Otto, al que no le contaron nada, se presenta en casa de Ken, diciéndole este que le debe una Libra por acabar con la vieja, comunicándole que a George le soltarán esa tarde y se marcharán.

Otto le pregunta si el botín está en el aeropuerto y lo ata para que confiese y le va metiendo patatas en la nariz mientras le pregunta dónde están los diamantes, acompañando las patatas que está comiendo con los pececillos de Ken, que se va comiendo uno a uno vivos, dejando para el final a Wanda, mientras le pregunta por los hoteles cercanos al aeropuerto, hasta que ve que es el Cathcart Towers, debiendo confesar que esconde la llave en el cofrecito del acuario, donde ya no la encuentran.

Tiene entretanto lugar el juicio, donde todo parece que irá bien, ya que la anciana murió y Wanda testificará que estuvo con ella.

Antes de declarar la llama Ken, que le dice que ya sabe dónde están los diamantes, confesándole Wanda que la llave la tiene ella.

Cuando le toca declarar, Wanda cuenta que tuvo relaciones con George durante dos años como amantes, y que el día del robo, estaba en efecto en el piso de George y que no estaba sola, pues estaba con ella su hermano Otto, y, aunque también estaba George, este se marchó a las 6'55, no pudiendo evitar Archie al escucharla, gritar, ¡Wanda!, para asombro de todos y en especial de su mujer, que acude a la vista, aunque luego simula que quería decir cuándo.

Le pregunta tras ello a la testigo cómo está tan segura de la hora, diciendo ella que porque miró el reloj al extrañarle que saliera a esa hora y con la escopeta de cañones recortados.

Los sorprende a todos, incluido a Archie, que le dice: "¡cariño!", momento en que George salta hacia ella insultándola, por lo que sale Archie en su defensa, debido a lo cual recibe un buen golpe, debiendo detenerlo los agentes de seguridad.

Con todo ya despejado, Wendy baja, supuestamente para atender a su marido, aunque lo que hace es abofetearle diciéndole que se siente humillada y que quiere el divorcio.

Cuando se queda a solas con George, mientras esperan el veredicto, este le pregunta qué le pasa con Wanda, pues primero la llamó por su nombre y luego cariño, aconsejándole Archie que se declare culpable y le caerán solo 8 años y en 5 estará libre, debiendo contarle dónde están los diamantes.

George propone hablar de Otto y Wanda, pues, también están implicados, diciéndole Archie que en ese caso su condena sería inferior. Será de 6 años y saldrá en 4.

George confiesa que Ken sabe dónde están los diamantes, saliendo Archie al saberlo del tribunal, viendo cómo Wanda sale también, tras escapar de los guardias, y llevándosela con él en su coche.

Una vez en este, le pregunta si lleva el pasaporte, diciéndole que sabe que participó en el robo e inculpó a su amante y se quedó con el otro para que le ayudara a encontrar los diamantes y que cometió perjurio, aunque reconoce que se enamoró de ella, aunque se pregunta si existe alguna una buena razón para llevarla con él a Sudamérica, diciéndole ella que tiene la llave de la caja de seguridad, una excelente razón.

Llegan a casa de Ken, esperando que este les confiese dónde están los diamante, asegurando Archie que él se ocupará de Otto, aunque mientras él sube a la casa Otto sale por detrás y se sube a su coche, donde esperaba Wanda, partiendo con ella hacia el aeropuerto.

Archie encuentra a Ken atado, viendo por la ventana cómo Otto se marcha con Wanda, preguntándole a Ken a dónde van, aunque este, más nervioso de lo habitual, es incapaz de decir el nombre del hotel hasta que lo escribe, saliendo tras ello ambos en moto hacia el aeropuerto.

Entretanto, recogidos los diamantes, Otto y Wanda recogen sus pasajes para Rio, estando el avión a punto de salir.

Pasado el control, Wanda golpea a Otto y lo encierra en el cuarto de limpieza.

Archie, por su parte consigue otro pasaje, mientras Ken acaba en la cinta de las maletas.

Gracias a su arma, Otto consigue salir de su encierro.

Wanda, por su parte trata de localizar a Archie por teléfono, sin suerte.

Haciéndose pasar por guardia de seguridad, Otto se hace con una tarjeta de embarque, aunque es sorprendido por Archie, que se hace con su pistola y amenaza con dispararle.

Pero Otto le convence de que no puede matarle como un perro, retándole a pelear como hombres, a puñetazos, no importándole a Archie , ya que en Oxford practicó el boxeo, cayendo demasiado tarde en la trampa de Otto, que sin la amenaza de la pistola, es él quien se hace con el arma, obligándole a ir hasta la pista, donde le obliga a meterse en un barril de aceite sucio mientras despotrica contra los ingleses por su pomposidad y represión, respondiéndole Archie, que al menos ellos no son vulgares, replicándolo Otto que no saben perder, preguntándole Archie si como ellos en Vietnam.

Otto trata de zanjar la discusión acabando con él, aunque antes de que lo haga Archie le hace ver que se acerca Ken por detrás conduciendo una apisonadora, aunque al verlo se ríe de él, ya que la apisonadora es demasiado lenta, no siendo consciente de, distraído por la situación se ha metido en el cemento fresco, quedando sus pies atrapados y no pudiendo salir de allí, por lo que, para salvarse dispara a Ken, fallando su disparo y no pudiendo volver a repetirlo al quedarse sin munición, por lo que decide cambiar de estrategia y trata de convencerlo, diciéndole que le dará la mitad del botín, rebajando su parte a medida que Ken se acerca, mientras Archie aprovecha el momento para escapar.

Otto cambia de nuevo de estrategia, tratando de provocar a Ken, diciéndole que seguro que no tiene valor para atropellarlo, aunque Ken no se detiene y lo arrolla, vengando así la muerte de sus peces, dándose cuenta tras lograrlo de que ya no tartamudea e incluso puede recitar trabalenguas.

Archie, por su parte, corre hasta el avión, que está a punto de despegar, y en el que ve a Wanda, meditabunda y triste.

Sin que ella se dé cuenta, se sienta a su lado y le habla en italiano, abrazándolo ella feliz, tras lo que se besan.

Archie le dice luego que quiere que se porte bien o le retorcerá el pescuezo, empezando a hablarle en ruso, mientras, subido al ala del avión, y por la ventanilla, los observa Otto, cubierto de cemento y con ansias de matarlos, aunque ellos ni lo ven, cayendo cuando el avión comienza a despegar.

Archie y Wanda se casaron en Rio y tuvieron diecisiete hijos y fundaron una colonia de leprosos.

Ken se hizo Maestro de ceremonias en el acuario de Londres.

Otto emigró a Sudáfrica y llegó a ser Ministro de Justicia.

Calificación: 3