21 gramos
21 grams (2003) * USA / México
Duración: 124 min.
Música: Gustavo Santaolaya
Fotografía: Rodrigo Prieto
Guion: Guillermo Arriaga
Dirección: Alejandro González Iñárritu
Intérpretes: Sean Penn (Paul Rivers), Benicio del Toro (Jack Jordan), Naomi Watts (Cristina Peck), Charlotte Gainsbourg (Mary Rivers), Melissa Leo (Marianne Jordan), Danny Huston (Michael), Clea DuVall (Claudia), Carly Nahon (Cathy).
Jack Jordan, recién salido de prisión, ha encontrado en la fe consuelo y un aliciente para cambiar de vida, incluso cuando es despedido de su trabajo en un campo de golf donde trabajaba como caddie por sus tatuajes.
Paul Rivers, profesor de matemáticas tiene una dolencia cardiaca, por lo que, de no recibir un trasplante no vivirá más de un mes, ante lo que su esposa, Mary inicia los trámites para conseguir que Paul done su esperma y que así ella pueda tener un bebé suyo aunque este muera.
Cristina Peck está casada con Michael, un arquitecto, y tienen dos hijas, Laura y Cathy.
Una tarde Cristina recibe una llamada de la policía informándole de que su marido y sus hijas tuvieron un accidente.
Entretanto, en casa de Jack, su mujer le ha preparado una fiesta. Él llega tarde y le dice que ha atropellado a dos niñas y a un hombre, por lo que planea entregarse a la policía, lo que Marianne se niega a aceptar, optando por limpiar del coche todo signo visible del accidente.
Cristina llega al hospital donde le informan de la muerte de sus dos hijas, y de que la menor hubiera vivido si hubiera llegado a tiempo al hospital, informándole también de que su marido está en estado crítico, por lo que le piden su autorización para donar sus órganos.
Paul finalmente accede a cumplir los deseos de su mujer para que esta pueda someterse a una inseminación artificial, pese a que durante su charla con el ginecólogo se entera de que Mary tuvo un aborto anteriormente, como consecuencia del cual debe someterse antes a una operación para poder quedarse embarazada.
Finalmente, y gracias al corazón de Michael, Paul consigue recuperarse, siendo recibido con una fiesta en su casa, durante la cual Mary anuncia que han decidido ser padres.
La pérdida de su marido y sus hijas deprime a Cristina, que vuelve a consumir drogas y alcohol como ya hizo en el pasado.
Paul, investiga la procedencia de su corazón, consiguiendo que un detective privado se entere de que este pertenecía a Michael Rivers, investigando también todo lo relativo a este y el modo en que murió, descubriendo que el autor de las muertes fue Jack Jordan.
Este, carcomido por un sentimiento de culpabilidad decide entregarse, acabando en la cárcel, aunque entonces comienza a tambalearse su fe, pues, convencido de que ni un pelo de la cabeza puede moverse sin que Dios lo sepa, él siente que ha sido solo un instrumento de Dios, que puso en sus manos la furgoneta para que pudiera cumplirse su voluntad, que era que el hombre y las dos niñas tuvieran un accidente, por lo que trata de ahorcarse, aunque no lo consigue al romperse la tubería de la que se había colgado.
Y poco después saldrá libre gracias a que su mujer contrató a un abogado con el dinero que consiguió por vender su camioneta, y sobre todo a que Cristina no presentó cargos.
Paul comienza a seguir a Cristina, viéndola comprar alcohol en una licorería, y trata de entablar conversación con ella en el club deportivo al que ella va a nadar, aunque sin éxito.
Una noche la sigue hasta una sala de fiesta donde consigue droga, acabando tan colocada que es incapaz de conducir, ofreciéndose Paul a llevarla hasta su casa, dejándola una vez allí dormida en el garaje, tapándola con su chaqueta.
Volverá a verla de nuevo en el club deportivo, donde, como ella no lo recuerda, le pide que le devuelva su chaqueta, acompañándola de nuevo a su casa y consiguiendo que finalmente ella comience a sentirse atraída por él, por lo que acepta su invitación para ir a un restaurante, donde, para evitar equívocos ella le dice que es una mujer casada, llevándola tras comer a su casa, aunque entonces él se marea teniendo que irse.
Sus mareos y sus vómitos son debidos, según le informa su médico a que su cuerpo está rechazando el trasplante, por lo que debe quedarse en el hospital hasta que aparezca otro órgano nuevo, pues si no lo hace tendrá una muerte muy difícil.
Pero una noche recibe de madrugada una llamada de Cristina pidiéndole que vaya a verla, ante lo que él, acude a su casa sin contarle nada a Mary, y entonces ella le dice que tras meses sin hablar con nadie se ha enamorado de nuevo, ante lo que se besan, confesándole él la verdad, ante lo que ella lo abofetea, echándolo de su casa, aunque cuando a la mañana siguiente sale lo encuentra durmiendo en su coche en la puerta.
Él le dice que necesitaba buscarla, pero no por compasión, sino porque quería darle las gracias, pues no podía dormir con la obsesión de no saber a quién le debía la vida, ante lo que ella no puede reprimir más sus sentimientos, y acaban haciendo el amor.
De vuelta a su casa encuentra a Mary haciendo sus maletas, pues no desea continuar con su relación, decidiendo regresar a Londres, ante lo que él le dice que no desea seguir adelante con la inseminación, a lo que ella aduce que ya dio su consentimiento y no hay marcha atrás.
Paul y Cristina siguen adelante con su relación, aunque ella no termina de encontrarse bien, escuchando obsesivamente el último mensaje que su marido dejó grabado en su móvil camino de su casa, poco antes de que fueran atropellados.
Poco después Paul la sorprende esnifando coca, y ella le dice que no puede soportar el dolor de pensar que su hija podría haberse salvado si el que los atropelló la hubiera auxiliado, y que desea matar al que los atropelló, pidiéndole ayuda a Paul para hacerlo.
Este consigue que el detective le diga dónde se encuentra Jack, proporcionándole además una pistola.
Jack por su parte, se encuentra tan mal que es incapaz de convivir con su familia, por lo que, pese a los ruegos de Marianne decide dejarlos e irse a vivir a un motel.
Tras enterarse de donde se aloja, Cristina y Paul alquilan una habitación en el mismo, y mientras Cristina duerme, Paul sale para buscar a Jack, al que, a punta de pistola lleva hasta el desierto, y amenaza con dispararle, aunque lo hace realmente contra el suelo, pidiéndole a Jack que desaparezca sin siquiera regresar a buscar sus cosas, volviendo a vomitar mientras se aleja.
Tras ello Paul le dice a Cristina que mató a Jack, aunque esa noche, mientras duermen Jack entra en su habitación pidiéndole a Paul que lo mate de verdad y acabe con su sufrimiento, enfrentándose a Paul, que cae al suelo, ante lo que Cristina ataca a Jack con una lámpara, pegándose entonces Paul un tiro en el corazón.
Jack avisa a una ambulancia, ayudando a Cristina a trasladarlo al hospital tratando de evitar que se desangre, confesando Jack, una vez allí, que él es el autor del disparo.
El estado de Paul es crítico y para poder estabilizarlo necesitan sangre, decidiendo Cristina donarla, aunque tras el análisis le dicen que no pueden utilizarla, pues contiene un elevado índice de sustancias tóxicas, advirtiéndole que debe dejar de tomarlas, ya que también comprobaron con el análisis que está embarazada.
Jack se prepara para morir y reflexiona: "¿Cuántas vidas vivimos? ¿Cuántas veces morimos? Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte, todos. ¿Cuánto cabe en 21 gramos?, ¿Cuánto se pierde? ¿Cuándo perdemos 21 gramos?, ¿Cuánto se va con ellos?. ¿Cuánto se gana?, ¿Cuándo se gana?
21 gramos el peso de 5 monedas de 5 centavos, el peso de un colibrí, de una chocolatina. ¿Cuánto pesan 21 gramos?"