Código abierto
Unlocked (2016) * Gran Bretaña / USA / Suiza / República Checa
También conocida como:
- "Unlocked: Código abierto" (México)
Duración: 98 Min.
Música: Stephen Barton
Fotografía: George Richmond
Guion: Peter O'Brian
Dirección: Michael Apted
Intérpretes: Noomi Rapace (Alice Racine), Orlando Bloom (Jack Alcott), Toni Collette (Emily Knowles), Michael Douglas (Eric Lasch), John Malkovich (Bob Hunter), Brain Caspe (Ed Romley), Matthew Marsh (Frank Sutter), Makran J. Khoury (Yazid Khaleel), Tosin Cole (Amjad), Michael Epp (David Mercer), Philip Brodie (John Wilson).
Alice Racine presta sus servicios en un centro comunitario londinense atendiendo a las personas sin trabajo y sin recursos que pasan por allí.
Entre ellos atiende a Amjad, un chico cuya licencia de taxi caduca en una semana, el cual le cuenta que está harto de sus vecinos, 9 ciudadanos egipcios.
Por la noche Alice se reúne con Emily en un parque. Le pregunta si investigaron lo que les indicó, diciendo ella que los investigaron varios agentes del MI5 y no encontraron a los egipcios ya en el piso, pero les siguen el rastro y le informará cuando los tengan.
Por la noche la llama para decirle que los egipcios eran solo estudiantes, y, pese a que encajaban en el perfil, están limpios.
En su nevera Alice tiene una información sobre un ataque terrorista de 2012 en París, y recuerda aquellos momentos y los muertos mientras practica contra un saco de boxeo.
Un joven llega a un restaurante marroquí, donde es recibido por un hombre, el imán Khaleel, al que le dicen que el joven está preparado para la obra de Dios, y al que el religioso le dice que espera que actúe como mensajero suyo, debiendo decir que espera que acepte su misión y ejecute la voluntad de Alá.
Poco después el joven mensajero es interceptado por una furgoneta y retenido
En las oficinas de la CIA informan a Bob Hunter, Director de la división europea de la muerte en la piscina de un lujoso hotel, de uno de sus agentes, Jim McAllister, llegado desde Ramstein para interrogar a un prisionero, señalan que iba a interrogar a un mensajero del imán Khaleel y creen que este ha dado orden de atacar un objetivo estadounidense en suelo británico, y creen que el ataque podría ser biológico.
El mensajero debía transmitir su orden a David Mercer, un millonario convertido al islam.
Alice acude a un bar donde ha quedado Eric Lasch, su antiguo jefe, que le muestra como novedad de la CIA un aparato por el que pueden escuchar vía satélite conversaciones en tiempo real, y le dice que le conseguirá uno si vuelve a trabajar, señalando ella que no está preparada y que ha perdido su instinto, habiendo muerto la última vez 24 personas.
Lasch le dice que lo de París no fue culpa suya y debe recordar a todos los que salvó, señalando que ella tuvo mucha culpa, pues fue demasiado lenta y loa perdió.
Él le pide que deje atrás el pasado para evitar que se interponga en el presente.
En la sede de la CIA han detectado que el virus de Marburgo procede de Rusia, embarcando de hecho un hombre en el aeropuerto de Moscú hacia Londres.
Al haber interceptado al mensajero creen que podrán poner a un sustituto, ya que Mercer no lo conoce y el imán nunca utiliza dos veces al mismo.
El problema que tienen es que el interrogador murió y los mejores están en el desierto, indicando que hay en Londres un agente especial, pero con problemas.
Alice tuvo una infancia complicada. La reclutaron por su alta puntuación en el índice de Kolbe.
Trabajaba como interrogadora con el cerebro del atentado de 2012 en el puente de París y consiguió hacerle hablar, pero demasiado tarde y lo encajó mal, trabajando en ese momento como infiltrada en el Este de Londres, zona foco del yihadismo, pero ahora lleva dos años sin hacer interrogatorios y está desentrenada, pero como no disponen de otra alternativa deciden contactar con ella.
Le explican la situación y le piden que regrese al servicio para interrogarlo, señalándole que no es una petición, sino una orden del jefe de la división europea.
Acude al lugar donde tienen retenido al árabe y pide que quiten la cámara, pues genera desconfianza y le muestra un expediente que parece más gordo de lo que es, como si le hubieran estudiado desde niño y supieran cada movimiento suyo.
Enseguida comprende que la entiende y acaba por hacerle confesar que es londinense, tras lo que quita las esposas y le da una bebida para que se sienta menos presionado.
Le pregunta qué hacía en Frankfurt, respondiéndole que trabajaba para una organización benéfica, pudiendo vivir como un musulmán puro.
Le muestra tras ello las fotos de una hilera de ataúdes por el ataque a un barco, tras lo que le deja un rato solo, pese a que tienen poco tiempo, preguntándole tras ello si esa es la vida de un musulmán puro, diciendo él que no haría eso.
Le muestra tras ello las fotos del imán, y le dice que lo detuvieron el día anterior por haber planeado el ataque al barco que realizaron varios miembros de su mezquita y que tienen detenidos a otros dos miembros de la mezquita que como él aprendieron a crear bombas en Frankfurt.
Él niega cualquier relación con eso, aunque ella le muestra fotos abrazando al imán, señalando que a él solo le pidieron que transmitiera un mensaje, aunque ella no parece querer escucharle, señalando él que tiene pruebas y puede demostrarlo, indicando ella que si habla con ella puede ayudarle.
Consigue que le diga el mensaje, que es una cita islámica que le servirá para identificarse ante Mercer, aunque aún espera su llamada.
Recibe entonces una llamada que dice es de su madre, por lo que va al baño para hablar, recibiendo una llamada de su jefe directo que le dice que le necesitan para una misión importante en Londres, donde tienen un prisionero, señalando ella que ya está en el caso captada por la división de Londres, señalando su jefe que no han avisado a su división en Londres, aunque comprueba que el hombre el mismo.
Cuando sale del baño ve, a través del reflejo en unas gafas cómo se disponen a acabar con ella, señalando entonces que le ha surgido una duda, pues el chico habló demasiado rápido y le gustaría volver a interrogarlo por si encuentra incoherencias, pues los entrenan para burlarlos.
Cuando entra en la habitación del rehén, Lateef, le escribe que van a matarlos y le dice que deben colaborar y que confíe en ella.
Fuera escuchan ruido de cristales y entran, viendo que ya no están ni Alice ni Lateef, aunque mientras miran por la ventana ella les sorprende y acaba con varios de ellos, haciéndose con otro arma, consiguiendo salir con el rehén, que muere durante la huida al recibir un disparo.
Entretanto, el hombre llegado desde Moscú entrega en un laboratorio sus gafas, de las que extraen el líquido con el virus, a cambio de un cuantioso botín.
Lasch llega a su casa, siendo sorprendido por Alice que se coló allí y le cuenta que ha dado información crítica a un desconocido que creía era de la división de Londres porque conocía la clave de encriptación y sus contraseñas y la sonsacaron para poder cambiar el mensaje del imán.
En la central de la CIA se preguntan por lo ocurrido, pues la furgoneta con la que secuestraron a Lateef apareció abandonada y los agentes que le retuvieron, muertos.
Ella se dio cuenta antes de confesar todo el protocolo, por lo que los que se llevaron al rehén ignoran el punto de encuentro con Mercer.
Lasch le dice que no puede quedarse allí, pues si tienen infiltrados les relacionarán.
Mientras se cambia para marcharse escucha fuera ruidos y cuando sale ve a su jefe herido y cómo les siguen disparando.
Lasch le da una dirección de un piso que le compró a su ex mujer y donde podrá ocultarse, viendo mientras escapa por la ventana cómo acaban con Eric.
Entretanto, en el laboratorio cultivan el virus y lo colocan en un receptáculo que funciona con un temporizador y un ventilador que propala el virus y se lo dan a Mercer, explicándole que nadie puede detectarlo y una vez propagado pasará un tiempo hasta que lo detecten, entregándole varios dispositivos a un joven árabe que los lleva ocultos en una caja de herramientas.
Entretanto, en el laboratorio el científico prueba con unos ratones el virus, poniéndose un traje para que no le afecte, cuando entran unos chicos a buscar un balón que se coló.
Al llegar al piso que le dijo su jefe para esconderse, Alice sorprende a un ladrón que estaba llevándose la televisión y que le dice que fue a ese piso porque vio la plaza de aparcamiento vacía.
Lo lleva al dormitorio para atarlo y amordazarlo para luego, aprovechando sus ganzúas, colarse en la sala de máquinas del edificio, donde cambia un cable telefónico desviándolo a otro apartamento para poder llamar a su jefe sin que la localicen.
Habla con Romley y con Hunter a los que le cuenta que la persiguen los que mataron al prisionero y a Lasch y les cuenta que el hombre que contactó con ella, Sutter, tenía los códigos de control, lo que le hace suponer que hay un infiltrado, siendo consciente de que ella misma está siendo investigada, y aunque se lo niega, observa por la ventana cómo un grupo de agentes entra en el piso al que desvió el teléfono.
Deja entonces un cuchillo a Jack, el ladrón para que pueda irse, escapando ella misma, que ve cómo los agentes van ahora al apartamento correcto, siendo sorprendida por dos agentes en la sala de lavadoras, donde le disparan paralizándola.
La salva Jack, que acaba con el policía y le arranca los cables paralizantes.
En la sede del MI5 de Londres Emily habla con Hunter por videoconferencia, viendo cómo este le acusa de haberla perdido, señalando ella que se le escapó a él, indicando que pudo hacerlo porque tuvo ayuda.
Cuando Alice despierta al día siguiente ve a su lado a Jack, que le dice el día anterior escuchó su llamada desde el dormitorio y no podía dejarla allí, pues él perdió a su mejor amigo en el atentado del 7 de julio.
Ella le pregunta quién le entrenó, contándole que fue marine en Irak y le pide que le deja acompañarla, pues ha escuchado todo y puede ser una variable desconocida y le puede ser útil, pues le gustan los problemas, ya que no ha sabido adaptarse desde la guerra, pero está entrenado y es su único amigo.
En la CIA ven que los hombres de la furgoneta murieron por los disparos de un solo francotirador, no pudiendo ser Alice, que por otro lado no ha dado un parte, si bien Hunter se niega a exculparla del todo.
Alice decide ir a buscar a Amjad, pues tiene amigos en la mezquita de Khaleel, y que les da la dirección del restaurante marroquí al que suele ir el imán, llevándolos el propio Amjad en su taxi, desde el que llama a Emily, que dice están todos los agentes sobre el asunto, aunque los objetivos son múltiples, contándole ella que va tras una pista y necesita su ayuda para encontrar el móvil del mensajero, pues deben contactar con él.
Alice le pregunta al dueño del restaurante si ha visto a Lateef, pues es del centro comunitario, señalando que la madre del chico le pidió ayuda para encontrarlo.
El dueño del restaurante sale tras ello y hace varias llamadas a Lateef diciéndole que todos lo buscan, rastreando esas llamadas desde el MI5, tras lo que tratan de localizar la señal de su móvil, viendo que les lleva hasta un depósito de coches.
Entran luego Jack y Alice a la parte trasera del restaurante, donde descubren que está el imán, al que le dice que secuestraron a su mensajero y lo saben todo.
Él le dice que su mensaje era para que buscara en la fetua el camino, teniendo en ella una orden de espera, algo que le extraña, pues se le conoce por su radicalidad.
Él le dice que de joven le consumió su rabia hacia occidente y ahora no puede retirarse, pues perdería su influencia, gracias a la cual puede evitar asesinatos masivos, aunque en esta ocasión ignora dónde actuarán.
Amjad, entretanto siguió al dueño del restaurante hasta un edificio, mientras Emily llega hasta el depósito de coches, al que llevaron la moto de Lateef y su móvil.
Emily llama desde allí a Alice para decirle que encontraron el móvil y tienen el punto de encuentro, justo cuando se dirigen al piso al que fue el dueño del restaurante, señalando que ya no lo necesitan, pues conocen el punto de encuentro, en el embarcadero de Brent Cross.
En ese momento, un despiste de Jack al nombrar un poblado afgano, pese a que dijo haber estado en Irak hace que Alice se plantee que la está engañando y le dice que deben separarse, atacándola él con un machete, peleando duramente, consiguiendo finalmente dominarla, enviando entonces el punto de encuentro a Frank Sutter.
Luego, mientras bajan en el ascensor le pide que le dé el protocolo de reconocimiento de Mercer, asegurándole que si no se los da dejará que se desangre.
Sube en el ascensor un hombre con dos rottweiler con bozal, quitándole ella el bozal a uno de ellos y golpeando luego a su dueño, provocando el ataque del perro al que Jack dispara, consiguiendo llevarla hasta el parking, donde, cuando se dispone a acabar con ella, aparece Amjad y la salva. Jack se lo quita de encima y se dispone de nuevo a acabar con ella cuando es alcanzado por un disparo del dueño de los perros, que tras ello lanza al otro perro contra él mientras Alice huye con Amjad.
Saltan las alarmas cuando uno de los niños que entró en el laboratorio enferma y da positivo en el virus de Marburgo.
Emily se lo cuenta a Alice, diciéndole temer que puedan distribuirlo pulverizándolo, decidiendo utilizar a Amjad como mensajero, pese a las objeciones de Alice, pues tiene solo 18 años y carece de entrenamiento, aunque el muchacho está feliz de hacerlo.
El muchacho acude al punto de encuentro, siendo seguidas sus actuaciones desde una caravana camuflada.
Emily le dice a Alice que vio un informe sobre ella del MI6. Le cuenta que la seguridad francesa abrió una investigación sobre el atentado de 2012 y vieron que existía una discrepancia entre la hora en que consiguió hablar al prisionero y la hora en que se avisó a la policía francesa: 90 minutos, tiempo suficiente para evitar el atentado.
Hubo un agente dispuesto a revelarlo, y murió, habiendo cientos de informes de la CIA alterados y le asegura que la culpa nunca fue suya.
En la central de la CIA estudiaron los asesinatos de los secuestradores de Lateef, viendo que el arma con la que dispararon con un arma fabricada con exclusiva para los servicios secretos británicos.
Mientras observan a Amjad, Alice ve un cable que podría ser de un detonador y sale corriendo para comprobarlo, siguiendo el cable
Entretanto preguntan al servicio británico si alguien ha tenido acceso a uno de sus fusiles, señalando que hay un agente con 12 años en el servicio que ha utilizado uno.
De los tres tiradores que están atentos a los movimientos de Amjad y cubriéndolo, uno de ellos, el tirador del MI5 acaba con sus dos compañeros y corta su señal, aunque les dice que los sigue viendo y que no hay problemas.
Alice ve que no hay nada cuando se acerca Mercer, al que Amjad le da su mensaje.
Emily recibe entonces una llamada de Romley que le dice que si entre su equipo tiene a un tirador llamado Wilson están en peligro.
Pero tras recibir el mensaje, el receptor, que no es Mercer, sino uno de los hombres de Sutter, dispara a Amjad, mientras, a su vez, Wilson avanza hacia la furgoneta desde la que realizaban el seguimiento y dispara contra todos los que estaban en ella.
Alice, que estaba oculta en el agua escucha al asesino de Amjad hablando con alguien al que le dice que Sutter se reunirá con él según lo previsto en el Edgewater a las 7.
Trata tras ello de salvar a Amjad, que recibe otro disparo de Wilson, que trata de acabar tras ello con Alice, evitándolo Emily, que no murió y consigue alejarlo con sus disparos.
Alice por su parte se aleja en la lancha en que llegó el hombre de Sutter.
Este es quien se hace pasar ahora por mensajero y le dice a Mercer que el imán le dio el mensaje de que deben actuar, por lo que envía al operario que llevaba los dispositivos a colocarlos en los tubos de ventilación de los ascensores de un estadio.
Sutter se reúne en el restaurante Edgewater con Lasch, que no murió, y le dice que ya dieron la orden de actuación, aunque este le dice que hay un problema, pues el operario que colocó los aparatos se resiste a ponerlos en marcha, pues ha observado que acudieron al estadio muchos niños y cree que estos no tienen culpa de nada, diciéndole Mercer que tienen la bendición del imán y debe pensar que los niños crecerán y serán también infieles, por lo que le pide que active los temporizadores.
El hombre se niega y acaba con él Wilson por orden de Lasch y se hará cargo del asunto, dándole una cantidad por el trabajo del marroquí, pero no le paga por su otra misión, acabar con Alice Racine, la cual aparece en ese momento que le acuse de habérsela jugado y le pide que la acompañe o su siguiente muerte no será un teatro.
Le pide que le cuente cuál es el objetivo y cómo sabía que el imán estaba retrasando las actuaciones, señalando este que tras muchas de sus intervenciones las actuaciones acababan sin condiciones.
Lasch acabó con el entrevistador esperando que actuara ella con la que esperaba acabar tras conseguir la confesión del mensajero, y como no lo consiguieron tuvo que improvisar su muerte y le mandó a Jack.
Alice le dice que sabe lo de París y lo golpea, diciéndole él que siempre le dijo que no tuvo la culpa
Ella insiste en preguntarle por el objetivo mientras le apunta a la pierna, aunque no tiene balas y Lasch logra escapar.
Pero es algo que le sirve a ella para poder seguirle hasta el estadio donde va a celebrarse un partido de fútbol americano entre Estados Unidos y Londres
Allí se reúne con Wilson que le entrega el aparato con el que activarán los temporizadores, que tras 5 minutos liberarán el virus.
Le muestra los enormes ascensores, que suben repletos de gente, y que es donde colocaron los dispositivos.
Tras indicarle a Wilson que le transferirá el dinero pone en marcha el temporizador, comenzando la cuenta atrás de los 5 minutos, llegando Alice en ese momento, comprendiendo que cayó en su trampa y la ha llevado hasta allí.
Le pregunta por qué lo hace, respondiéndole que por matemáticas, vidas perdidas contra vidas salvadas.
Le pregunta cómo se para el dispositivo, señalando él que ya puso el detonador en marcha mientras intenta marcharse, por lo que ella le dispara, alertando a Wilson.
Le pregunta cuántos muertos habrá, respondiendo él que los suficientes como para llamar la atención de sus jefes, pues los virus globales son la mayor amenaza y en Washington no son conscientes.
Con el virus que van a liberar harán que cientos de ciudadanos lo transporten a Estados Unidos y será como una bomba de relojería tras lo que se decretarán las leyes necesarias, generarán aislamientos forzosos y se crearán campos de cuarentena. Tendrán así acceso a registros médicos privados.
Alertado por los disparos regresa Wilson, aunque ella lo ve y evita que acabe con ella, comenzando un tiroteo entre ambos, lanzando finalmente él una granada contra ella, que antes de que explote consigue alcanzar y acabar con Wilson mientras Lasch huye y Alice vuela debido a la explosión.
La encuentra Lasch cogida a una barandilla y a punto de caer al vacío. Le muestra entonces el detonador, que muestra que faltan solo 40 segundos para que libere el virus y le reitera que llegará a donde sea necesario por su país, tras lo que golpea una de sus manos obligándola a soltarla, aunque ella entonces se coge a su pierna y logra subir las suyas con las que lo atrapa por el cuello haciéndolo caer, tras lo que detiene el detonador a solo 3 segundos de la cuenta atrás.
Retenida por la policía, recibe una llamada de Hunter, que comprobó ya las intenciones de Lasch, al que, dice, había que pararle los pies, señalándole a modo de disculpa que es momento de ponerse a trabajar para detener a Mercer.
Ella acepta volver al servicio activo. Piensan que Mercer intentará regresar a Siria a través de los países del este.
Detectan en efecto su presencia en Praga, donde va al encuentro de un contacto, aunque cuando se acerca a este se cruza con él un encapuchado que le hace un corte en una pierna tras el que empieza a convulsionar hasta morir, huyendo su contacto, mientras la autora, Alice, es recogida por Hunter que le entrega un montón de pasaportes y le dice que le alegra tenerla de vuelta.