
De óxido y hueso
De rouille et d'os (2012) * Francia / Bélgica
También conocida como:
- "Metal y hueso" (Hispanoamérica)
Duración: 120 min.
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Stéphane Fontaine
Guion: Jacques Audiard y Thomas Bidegain (Historia: Craig Davidson)
Dirección: Jacques Audiard
Intérpretes: Marion Cotillard (Stéphanie), Matthias Schoenaerts (Alain van Versch / Alí), Armand Verdure (Sam), Céline Sallette (Louise), Corinne Masiero (Anna), Bouli Lanners (Martial), Jean-Michel Correia (Richard), Mourad Frarema (Foued), Yannick Choirat (Simón).
Alí camina haciendo auto-stop con su hijo Sam de 5 años antes de coger un tren en el que deben ir hacia el sur de Francia recogiendo los restos de comida que otros pasajeros dejaron para poder dar de comer al niño.
Al llegar a su destino en Antibes entra en una tienda de artículos fotográficos donde roba una máquina de alta gama.
Poco después les recoge con un pequeño camión Richard, el novio de su hermana Anna, con la que vive y que les cuenta que decidió independizarse al ver que su empresa estaba despidiendo a muchos de sus compañeros.
Se reencuentra con Anna, a la que no veía desde cinco años antes y que los acogerá en su garaje, aunque le advierte que ni ella ni Richard podrán ocuparse de Sam por sus trabajos, aunque se ocupará de matricularlo en el colegio más cercano, viendo que tampoco lleva ropa, por lo que dice les preguntará a sus vecinos si tienen, no teniendo en su mochila casi nada, aunque lleva el pasaporte, contándole Alí que lo tiene porque la madre lo utilizaba cuando iban a Ámsterdam para pasar droga.
Anna le cuenta que trabaja en un supermercado, lo cual le reporta ventajas como poderse llevar los yogures recién caducados que aún pueden comerse, mientras que Richard reparte pescado, pudiendo llegar así a fin de mes.
Anna además recibe un dinero extra haciéndose cargo del cuidado de cachorros a los que alimenta y cuida durante un mes para un criador.
Su hermana le pone en contacto con su jefe, que necesita a una persona para que trabaje realizando tareas de vigilancia, preguntándole el hombre en qué trabajó antes, contándole que aunque su último trabajo fue en un matadero hizo prácticas de seguridad durante seis meses como vigilante nocturno y hacía sustituciones en un aparcamiento.
Le cuenta también que hizo boxeo durante seis años y otras artes, habiendo llegado a ganar un cinturón en Bélgica, aunque dejó de practicar cuando murió su entrenador.
Al salir le espera Anna con Sam, viendo el jefe así que tiene un hijo del que cuidar.
Su cuñado además le consigue una moto vieja para poder ir a trabajar.
Comienza realizando las labores de portero de un club nocturno, la sala Next debiendo intervenir para atajar una pelea, expulsando al tipo que la provocó, debiendo atender tras ello a una muchacha a la que golpeó, y que está sangrando, por lo que, no viéndole capacitada para conducir decide acompañarla hasta su casa.
Le pregunta si va a menudo a la Next, señalando ella que no, pero que fue para bailar, señalándole él que para bailar y para ligar, pues uno no se pone así solo para bailar, preguntando ella cómo va, diciéndole él que como una puta, un comentario machista que le molesta, por lo que no vuelve a hablar con él durante el resto del camino.
Al llegar ella trata de darle algo de dinero para regresar, lo que él rechaza, pidiéndole que le dé algo de hielo para la muñeca que se le hinchó debido a la pelea, dejándole que suba a su apartamento, donde comprueba que la chica vive con un hombre el cual comienza a interrogarla al ver su aspecto y al ver a Alí, escuchando cómo le pregunta qué hacía en la Next y si fue sola o acompañada.
Observa que ella tiene algunas fotos con orcas, contándole que es adiestradora, diciéndole antes de marcharse que le deja una tarjeta suyo con su número por si le necesita.
Cuando se marcha, la chica, Stéphanie, le asegura a su novio que no volverá a darle órdenes, diciéndole que lo vio encogerse ante el vigilante.
Pasado un tiempo, un día mientras realiza su trabajo en Marineland, mostrando a los espectadores las habilidades de las orcas, cuando, a punto de terminar el espectáculo una de las orcas salta a la plataforma, que cede ante su peso.
Stéphanie queda flotando en el agua sangrando.
Ignorante de lo ocurrido Alí sale a correr, no dando importancia a las ambulancias que pasan a su lado a toda velocidad.
Stéphanie despierta en el hospital, no habiendo nadie con ella en ese momento, por lo que trata de levantarse, encontrándola una compañera arrastrándose por el suelo y gritando que qué hicieron con sus piernas, que le cortaron a la altura de la rodilla.
Tiene vagos recuerdos de lo ocurrido, encontrándola una enfermera un día con un escalpelo a punto de quitarse la vida.
Poco a poco se va haciendo a la idea y comienza la rehabilitación.
Por su parte Alí vuelve al gimnasio, donde vuelve a practicar boxeo, consiguiendo allí también a alguno de sus ocasionales ligues, recibiendo un día una llamada mientras está haciendo el amor con una de ellas de su hermana para que vaya a recoger a Sam al colegio, pues se olvidó de él.
Cuando llega a este le advierten que es la tercera vez que le ocurre en los últimos 15 días, por lo que le piden que si le vuelve a ocurrir los llame antes.
Una noche recibe mientras trabaja una llamada de Stéphanie a la que le dice que vio lo que le ocurrió en la televisión, contándole él que trabaja como "segurata" cuatro noches por semana.
Va a verla encontrándola en una silla de ruedas en un apartamento que le paga el seguro y en el que le cuenta lleva cuatro meses, no pareciendo él impresionarse por su estado, abriendo las ventanas, porque le dice que huele un poco mal y le pide que salga a dar un paseo con él, algo que rechaza en primera instancia, aunque finalmente accede.
Se marea un poco al salir al aire libre después de tanto tiempo, yendo juntos hasta la playa, afirmando él que le apetece bañarse, por lo que se mete en la arena, cediendo de nuevo ella y pidiéndole ayuda para que la lleve hasta la arena, ayudándoles un socorrista a bajar la silla de ruedas hasta cerca de la orilla, desde donde puede ver a Alí nadando, diciéndole cuando sale que le apetece bañarse, dejando que él la lleve en sus brazos hasta el agua, donde podrá nadar y sentirse libre de nuevo, contenta de poder moverse en libertad sin necesidad de su silla de ruedas, llegando él incluso a dormirse del rato que pasa ella en el agua, tomando luego juntos el sol.
Más animada luego baila en casa y se mueve en su silla de ruedas al ritmo de la música.
Cuando debe dejar el piso del seguro le ayuda su amiga y antigua compañera con la mudanza, tirando la ropa que ahora debido a su estado ya no le sirve.
Trabajando de vigilante nocturno en un supermercado pasa el tiempo junto a su compañero viendo videos de peleas, diciéndole un hombre que ha ido a colocar cámaras de seguridad, Martial, que si sabe pelear puede ganarse un dinero haciéndolo, pues se organizan peleas en las afueras de Niza.
Se lo cuenta todo a Stéphanie el siguiente día que la lleva a la playa, no entendiendo que arriesgue su salud por 500 Euros, asegurándole que se los dará ella si no pelea, aunque él le dice que no lo hace solo por dinero, sino porque le divierte.
A Stéphanie le hacen los moldes para las prótesis que le colocarán, que le dicen podrán ser hidráulicas neumáticas o electrónicas.
Su hermana le pide un día que cuide de Sam y no lo deje salir al patio, aunque él recibe una llamada y se descuida, saliendo el niño y viendo cómo el criador se lleva a los cachorros, poniéndose a llorar el niño con un tremendo berrinche, siendo su padre muy brusco con él para tratar de callarlo, asustando a la propia Anna que le pide que se aleje y no lo toque
Finalmente Martial los lleva hasta el lugar clandestino donde se hacen las peleas, debiendo quedarse Stéphanie en el coche, pues es un mundo de hombres donde no admiten a las mujeres.
Martial le informa de que las apuestas van por los 2.000 Euros, aunque si llega a la final subirá, advirtiéndole no obstante que si se ve mal debe tumbarse.
Gana la primera pelea, por lo que deberá enfrentarse al ganador de la siguiente, un tipo mucho más duro y fuerte que el anterior al que pese a todo consigue vencer pese al temor y los nervios de Stéphanie en el coche.
De regreso paran en una gasolinera, volviendo Alí al coche con un juguete, siendo ese el momento en que Stéphanie se entera de que tiene un hijo.
Va con el juguete a la playa, adonde Anna ha llevado al niño, echándole ella en cara que no esté nunca con él y que cuando está es para pegarle.
Alí le entrega a su hermana parte del dinero que ganó en la pelea, para pagarle lo que les debe y varios meses más, contándole que lo ganó en un combate.
Juega luego en el agua con su hijo, tras lo que se acuesta con una de sus amantes, no cogiendo por ello el teléfono cuando lo llama Stephanie.
Martial, que trabaja por las noches colocando cámaras en supermercados le explica que las cámaras que está colocando no son para vigilar a los clientes, sino al personal, para tener con qué amenazarles, comenzando a partir de ese a ayudarle en ese trabajo.
Stéphanie recibe sus nuevas prótesis con las que puede empezar a caminar de forma autónoma, encontrándose en la playa con Alí al que le cuenta que las lleva desde dos días antes.
Él le propone ir a nadar, pero ella le dice que ahora es diferente y no le apetece desnudarse.
Mientras come Alí ella le pregunta si tiene novia, diciéndole él que tiene amantes, pero que se trata solo de polvos, no manteniendo ninguna relación seria.
Ella por su parte le cuenta que antes estaba con Simon pero que le gustaba que la miraran los hombres y sentir que los seducía y los excitaba, aunque acababa aburriéndose y ahora, le asegura, ni siquiera sabe si sigue funcionando.
Alí le pregunta si quiere follar, de forma tan fría que ella se queda parada, pues no esperaba algo tan directo, diciéndole que no sabe si podría hacerlo sin más, aunque finalmente decide probar, pero pidiéndole que no se besen en la boca y que lo haga suavemente y poco a poco.
Tras hacer el amor él le pregunta si aún funciona y si fue todo bien, a lo que ella le responde que le funciona, aunque fue raro, diciéndole él que cuando le apetezca lo llame y si está "opé" -operativo- irá.
Stephanie comienza a echar de menos sus tiempos de adiestradora, regresando al centro Marineland donde tuvo lugar el accidente, dirigiéndose a la piscina de las orcas, viendo cómo se acerca una que la reconoce y que sigue sus instrucciones pareciendo contenta al verla.
Saluda tras ello a sus antiguos compañeros que la reciben con cariño, pese a lo cual al final le envía un mensaje a Alí preguntándole si está "opé".
Va a casa de él y se acuestan, apareciendo entonces Anna, a la que se la presenta, pudiendo conocer también a Sam, con el que juega, enseñándole el niño su cuarto, y, viendo la curiosidad que el niño siente le muestra sus prótesis.
Alí continúa entrenando y peleando, lo que le supone perder algún diente, aunque la cosa no va más allá, hasta que un día Stéphanie le ve preocupado por vez primera tras ver pelear a su siguiente rival, un tipo que piensa que es mucho más fuerte que él y que piensa le destrozará, viendo al comenzar la pelea cómo sus temores se cumplen, cebándose el otro luchador en él, tanto que Stéphanie, asustada, y pese a lo que le dijo Martial el primer día sale del coche, y al verla Alí parece resurgir de su dolor y se recupera y acaba con su rival, lo que hace que se sienta especialmente feliz.
Van a celebrar el triunfo a una discoteca en la que Stéphanie se fija en las piernas de las otras chicas que se lucen como a ella le gustaba hacerlo antes, mientras que ella, por el contrario las esconde y declina salir a bailar cuando él la invita, viendo desde su asiento cómo él liga con otra chica con la que de hecho decide marcharse, dejándola allí a ella entre sus amigos.
Se levanta para ir a la barra, acercándosele entonces un hombre, que se presenta como Pierre y la invita a una copa, pudiendo ella por un momento volver a sentirse deseada, inventándose un nombre - Marie - para el desconocido que trata de conquistarla haciéndose pasar por amigo del dueño y lanzándose enseguida a besarla, aunque ella le dice que no le apetece y se marcha, pudiendo ver Pierre entonces su minusvalía y disculpándose por haberle entrado, lo que hace que ella se enfade y le lance la copa a la cara, hiriéndolo, debiendo intervenir Martial para separarla.
Al día siguiente encuentra a Alí dormitando en una terraza, preguntándole a ella si se quedaron hasta muy tarde por la noche.
Ella le pregunta a su vez si le fue bien, respondiendo él que normal, diciéndole ella indignada que no entiende que la dejara allí por otra chica, preguntándole qué opinaría él si ella hubiera hecho lo mismo, si hubieran salido juntos y ella se hubiera marchado con otro y lo hubiera dejado solo, preguntándole tras ello qué es ella para él, pues si la considera solo una colega ha de preguntarse si folla con sus colegas, pidiéndole que tenga modales y delicadeza, pues sabe lo que son, ya que hasta el día anterior había sido delicado, diciéndole que seguirán juntos, pero no como animales.
Alí no se enfada y le responde que está "opé", aunque ella dice que no le apetece.
Cuando los trabajadores del supermercado descubren las cámaras, las desmontan, ayudándole Alí a recogerlas, lo que hace que los trabajadores se encaren con él por haberse puesto del lado d la patronal.
Unos días más tarde Martial habla con Stéphanie a la que le comunica que debe marcharse unos meses y, dado que Alí quiere seguir con las peleas, le sugiere sustituirle, y aunque ella dice que no conoce a esos tipos, que son además unos bestias, Martial le asegura que confía en ella y sabe que es capaz de llevar perfectamente el tema de las apuestas.
Stéphanie decide comprarse un coche automático, haciéndose un tatuaje en la pierna, mientras sigue su relación con Alí, al que empieza a gestionarle ella en efecto el tema de las apuestas pese al recelo inicial de los hombres, consiguiendo además importantes cantidades.
Un día los responsables de personal del supermercado llaman a Anna y a varios trabajadores más a los que despiden, mostrándole una de sus compañeras un video que grabó con su teléfono en el que aparece Alí recogiendo las cámaras instaladas.
Ese día, cuando Alí llega a casa después de los entrenamientos lo recibe Anna diciéndole que no comerá más allí, tras lo que le cuenta que la han despedido por coger alimentos caducados del almacén, y que la descubrieron gracias a las grabaciones de las cámaras que él instaló.
Alí, que no había calibrado hasta ese momento el alcance de sus acciones reacciona violentamente tirándolo todo debiendo Richard salir con la escopeta para calmarlo, pidiéndole que se marche, pues no desean volver a verle.
No puede atender por ello la llamada de Stephanie cuando le pregunta si está "opé".
No volverá a contestarle, por lo que va a casa de su hermana a preguntar, mostrándole aquella todo el material que se dejó allí, diciéndole que le mandó un mensaje contándole que estaba en Estrasburgo, lamentando Stéphanie que a ella no la llamó, diciéndoles que también preguntó en el gimnasio y tampoco saben nada.
Anna le dice que dejó allí a su hijo porque no le importa nada, aunque Stéphanie le asegura que no lo conoce de verdad si piensa eso.
Entretanto Alí se ha propuesto encauzar su vida practicando el boxeo de forma profesional, para lo que entrena duro.
Un día llega Richard, su cuñado conduciendo un camión nuevo, contándole que cambió de jefe y que Anna tiene un trabajo de media jornada en un comedor escolar, llevándole a Sam para que pase el día con él, quedando en volver por la tarde para recogerlo.
Alí le dice que combatirá pronto y que en cuanto tenga dinero les ayudará.
Alí y Sam pasan el día juntos jugando en la nieve y patinando por el hielo hasta que Alí se aleja un momento para hacer pis y Sam se hunde al romperse el hielo sobre el que estaba.
Alí corre hacia él, pero no ve el modo de sacarlo, al estar el hielo demasiado duro, golpeándolo con sus puños e incluso con su cabeza, consiguiendo finalmente quebrar el hielo a puñetazos y sacar al niño con el que corre en brazos buscando ayuda.
En el hospital atienden al niño y también deben curarle a él las heridas de sus manos.
Le acompaña Richard mientras esperan noticias del niño, recibiendo la llamada a través de este de Stéphanie a la que le cuenta que Sam se despertó una hora antes y que él se rompió las manos contra el hielo. Le pide tras ello que no le cuelgue mientras rompe a llorar, contándole que Sam estuvo durante tres horas en coma y que tuvo miedo a perderle, pidiéndole que no lo deje y diciéndole que la quiere.
Alí cuenta que el hombre tiene 27 huesos en cada mano, y así como los huesos del resto del cuerpo se curan solos con el tiempo, los de la mano nunca se recuperan del todo, volviendo regularmente el dolor como agujas o cristales rotos.
Alí es entrevistado por la prensa y exhibe el cinturón como campeón tras un combate celebrado en Varsovia, teniendo junto a él a Stéphanie y a Sam, y aunque Alí recuerda que cada vez que da un golpe el dolor vuelve a sus manos está feliz y celebra su triunfo con ellos.