Dos en la carretera
Two for the Road (1967) * Gran Bretaña
También conocida como:
-
"Un camino para dos" (Hispanoamérica)
Duración: 112 Min.
Música: Henry Mancini
Fotografía: Christopher Challis
Guion: Frederic Raphael
Dirección: Stanley Donen
Intérpretes: Audrey Hepburn (Joanna Wallace), Albert Finney (Mark Wallace), Eleanor Bron (Cathy Maxwell-Manchester), William Daniels (Howard Maxwell-Manchester), Gabrielle Middleton (Ruth Maxwell-Manchester), Claude Dauphin (Maurice Dalbret), Nadia Gray (Françoise Dalbret), Georges Descrières (David), Jacqueline Bisset (Jackie).
Mark y Joanna Wallace reflexionan mientras se dirigen a Saint Tropez, y tras abandonar la idea de cruzar el canal en barco para ir en avión por una llamada de Maurice, sobre su relación desde que se conocieron hasta el presente, en que su pasión e ilusiones han decrecido en orden inverso a su ascenso económico.
Se conocieron cuando ella le ayudó a encontrar su pasaporte al llegar en el barco a Francia siendo él un arquitecto recién licenciado y ella la componente de un coro femenino. Y volvieron a coincidir cuando la furgoneta en que viajaba el coro se salió de la carretera al despistarse la conductora tras verle a él viajando en el remolque de un tractor.
Mark las ayudó con la furgoneta quedando prendado de Jackie, con la que planeaba viajar por Francia aprovechando que sus compañeras del coro tenían la varicela. No contaban con que se les iba a unir Joanna, que tampoco la tenía, y que, a la postre será su única acompañante cuando también Jackie la contraiga, siendo con ella con la que viaje haciendo auto-stop en los más diversos vehículos hasta que se enamoran, llegando en un camión de ovejas hasta un hotel, donde pasarán su primera noche juntos para continuar su viaje que acabarán al llegar de forma insospechada al Mediterráneo al despertar dentro de unos enormes tubos donde se habían refugiado de la lluvia y que cargó un camión.
Una vez en la playa se bañan y toman el sol temiendo que llegue el día de separarse para que ella se una al coro. Y como no toman precauciones acaban con la piel quemada pese a lo cual no podían desaprovechar ningún momento para estar juntos.
Su siguiente viaje lo realizaron con Cathy Manchester, antigua novia de Mark, Howard, su marido, y su insoportable hija Ruthy camino de Grecia. Un infernal viaje en que Howard lo tiene todo milimétricamente calculado: kilómetros, turnos de conducción, lugares donde parar, etc. Acabarán hartos de Ruthy, cuando les quita la llave del coche y las tira haciendo que se pasen horas buscándolas hasta que Joanna la amenaza y la niña confiesa dónde las tiró. Acabarán el viaje antes de tiempo al contar Ruth que sus padres insultaron a Joanna.
Su siguiente viaje lo realizaron en un viejo MG de segunda mano que ella debía empujar para que arrancara, que subía las cuestas marcha atrás y cuyo tubo de escape se les rompió durante el viaje, haciendo él una reparación de urgencia que no duró, pues poco después, y justo cuando ella acaba de confesarle que está embarazada, comienza a arder.
Tras pagar un dineral por el servicio de bomberos y, para no pagar grúa lo empujan ellos, hasta que pierden el control y derriba un cobertizo. Un adinerado hombre de negocios Maurice, que vio el incidente se hace cargo de los pagos, y los acoge en su coche. Y como casualmente necesita un arquitecto, Mark consigue su primer trabajo importante, siguiendo trabajando con él en el futuro, como cuando Joanna cuida de su hija recién nacida, teniendo él una aventura con otra mujer. Mientras, Joanna está ya hastiada de tanta reunión de negocios y no disfrutará de los lujos de la mansión de Maurice hasta la aparición de David, cuñado de este, que la lleva a volar y del que se queda prendada, pasando con él la noche.
Llegados a la nueva casa de Maurice en Saint Tropez diseñada por Mark, coinciden con David, con el que Mark cree que Joanna regresará, tratando de vengarse al intentar ligar con una bella muchacha, que pronto descubrirá que es la prometida de David.
Viajando hacia Italia, por otro compromiso Mark y Joanna aceptan el futuro con conformismo a sabiendas de que su relación jamás volverá a recuperar su intensidad.