Te cuento la película

El test
El test

España (2021) *

Duración: 105 min.

Música: Fernando Velázquez

Fotografía: Pau Muñoz

Guion: Jordi Vallejo (Basado en su obra)

Dirección: Dani de la Orden

Intérpretes: Miren Ibarguren (Paula), Alberto San Juan (Toni), Carlos Santos (Héctor), Blanca Suárez (Berta), Antonio Resines (Carlos), Luna Fulgencio (Inés)

Berta Celaya, una afamada psicóloga da una charla ante un numerosos público, asegurando que solo hay dos tipos de personas, las que dominan sus impulsos y las que se dejan dominar por ellos. Es decir, las que saben esperar y las que no. Triunfadores y fracasados.

Les pone tras ello el test de la golosina. Ponían a varios niños ante unas golosinas, indicándoles que pueden comerla ya o esperar a que vuelva la que se las puso que saldrá un momento, y le dará dos, viendo cómo algunos de los niños se la comen de inmediato mientras otros tienen paciencia y esperan.

Señala el curioso caso de dos niñas gemelas, pero diferentes, pues una de ellas, dice, mostró un gran autocontrol y la otra no.

En el colegio una niña, Inés, paga a otra 15 céntimos por cada Filipino en el cole.

Rechaza luego el bocadillo de pepino que le lleva Paula, su madre, alegando estar mal de la tripa y le pregunta luego si le dejará ir a la comunión de Alba, diciéndole su madre que no, que irá a la de Zoe, que además tiene menú vegano y se queja de que no le dejen hacerla a ella, diciéndole su madre que ellos no creen.

La lleva luego en un transportín en la bici con un casco que a la niña no le gusta llevar para recoger a Héctor, que en su bar, vacío, juega a la tragaperras y fuma, hasta que aparece ella y debe disimular.

Van luego a casa de Paco, el padre de Paula que también se queja de que no le deje hacer la comunión a su nieta, que es lo que su mujer deseaba, proponiéndole a su hija abrirle una cartilla hasta los 18 años metiendo en ella 50 Euros al mes.

Paula no está dispuesta a ceder, pero Héctor trata de renegociar, y pide 70 y 14 pagas.

Paula se fija que su padre está ahora viviendo en la oficina porque allí no echa tanto de menos a su madre.

Héctor pide dinero a su suegro para poder reflotar el bar, aunque Paco le dice que a los muertos se les entierra y que ha calculado que mantener abierto el bar les cuesta 240 euros a la semana y él les puede conseguir un comprador.

Dejan con él a la niña porque van a ir a ver a Toni y a cenar en su casa, aunque antes Paco trata de convencer a su hija de que se divorcie, pues solo le tendría que pagar 415 Euros a Héctor y la pagaría él y ella podría irse a vivir allí con la niña y ganaría tres veces más que en la ONG.

Luego, Héctor trata de convencer a su mujer de que acepte el pago de su padre a su hija, pues así podría hacer teatro, diciéndole ella que mejor venda el bar.

Se sorprenden al ver la enorme casa de su amigo, preguntándose Héctor por cuánto vendió el ático, aunque Paula le dice que eso no se pregunta, aunque es lo primero que le pregunta, diciéndole él que con eso se dio el capricho de los coches, dos magníficos coches, la casa es porque vendió unas acciones en Londres.

Les enseña su enorme casa mientras le cuentan que su bar les va mal desde que abrieron enfrente una coctelería, pero Héctor está convencido de que si amplía, remontará, ofreciéndoles Toni dinero, aunque Paula le dice que se apañan.

Le entregan como regalo para la casa un marco con una foto de ellos tres de jóvenes y brindan.

Entretanto Paco le muestra a Inés la medalla de la abuela para su comunión, aunque ella dice que le gustaría más tener una tarta, diciéndole el abuelo que si hiciera la comunión tendría un pastel de tres pisos.

A solas, Héctor le pregunta si echó de menos a Berta, pues se fijó que tiene solo un cepillo en su baño, diciendo él que Berta ya sabe que le gusta vivir solo.

Bailan luego los tres.

Entretanto Berta sigue hablando e indica que saber dominar los impulsos más primarios para tomar decisiones importantes en la vida es la clave del éxito.

En la cocina Paula ve un libro de Berta, "Test", y esta, en la reunión pregunta a los asistentes si preferirían 100.000 Euros al momento o 1 millón en 10 años.

En la casa, Paula dice que ni una cosa ni otra, pidiéndole él que se lo tome como un juego, diciendo ella que los 100.000 le arreglarían la vida, terminaría su hipoteca y podría pagar las extraescolares de su hija y que fuera al campamento y hacer teatro y podría hacer algún viaje a Nicaragua con la ONG.

Toni le explica que la clave es en el autocontrol, eligiendo Héctor sin pensar los 100.000.

Toni les explica que es un test de personalidad que define cómo eres.

Paula asegura que rechaza cualquier dinero que tenga un origen injusto, incluso para su ONG, aunque Toni le dice que es fácil rechazar un dinero que no existe.

Ella dice que para que él lleve ese traje un niño del tercer mundo debe trabajar 16 horas, diciendo Toni que si él no se compra el traje el niño no comería, diciéndole Paula que ha cambiado mucho desde cuando ella le tiró las 25 pesetas el día que se conocieron, diciendo Toni que ese Toni consumía demasiadas sustancias tóxicas y que lo que quería entonces era ligar con ella y pasarlo bien y le dice que lo que pasa es que se cree mejor que él, diciendo ella que no es así, que simplemente no ha olvidado de dónde viene.

Toni sale, busca una chequera y escribe algo y regresa a la terraza, donde Héctor reprende a Paula por sus constantes lecciones de moral.

Toni le entrega un cheque por valor de 100.000 Euros a nombre de Paula Calvo y ríe, diciéndole que la está poniendo en un dilema, pues puede ingresar ese dinero en un cajero o esperar 10 años y ganar un millón.

Ella le recuerda haber jurado no aceptar dinero de alguien como él, que le dice que puede salir del aprieto rompiendo el cheque, pero que nadie morirá si coge el dinero, aunque, le aclara a Héctor, ya feliz, que la única condición es que decida Paula, haciendo ella una bola con el cheque y lo tira, preguntándole si nunca se salta sus principios, asegurando ella que no y que nunca ha ido a un McDonalds.

Toni le pregunta si su dinero no es bueno, pero el del banco sí, pues pidieron un crédito, diciendo ella que es de una banca ética que con los intereses crean vivienda social.

Toni le dice que con sus acciones en las eléctricas gana 10.000 Euros al trimestre y ellos se iluminan, aunque ella dice que lo hacen con leds y están en una cooperativa de consumo verde sin ánimo de lucro.

Les dice luego que su viejo Mustang, de 30 años consume y contamina mucho, diciendo Héctor que se lo tuvo que malvender a su suegro, rematando Paula con que en bicicleta, transporte público o caminando se llega a todas partes, diciéndole Toni que es ridícula, momento en que Paula decide marcharse, viendo que se deja el móvil, ante lo que Toni le recuerda que para tenerlo los refugiados del tercer mundo tienen que trabajar en condiciones infrahumanas, aunque le aclaran que tiene un Fairphone que no contiene coltán, asegurando Héctor a Toni que debe tirar la toalla, pues hasta el internet lo tienen contratado con una cooperativa que lucha por la paridad de sexo.

Héctor se queja porque Paula atribuye cada problema económico de la familia a su bar, diciéndole que podría solucionar todos esos problemas aceptando el trabajo en la asesoría de su padre, donde ganaría el triple que en la ONG, y con menos principios la niña podría ir a campamentos o a teatro y no tendría que traficar con la merienda.

Debe confesarle entonces que su tutora le contó que la niña se gasta sus ahorros comprando la merienda a sus amigas, no entendiendo que la tutora no se lo dijera, diciendo él que la tutora no quiere hablar con ella porque con ella no se puede hablar.

Triste tras escuchar eso, se va a llorar a solas.

Entretanto Berta llama a Toni para decirle que todavía debe firmar muchos libros, pero que irá en cuanto termine y le pregunta si Berta se cambió de peinado, señalando cuando le dice que sí que era obvio.

Héctor le dice a Paula que está muy cansado de no llegar nunca a fin de mes y que ese cheque es su oportunidad.

Toni les dice que les está devolviendo un favor, pues ellos le dieron el poco dinero que tenían para pagar los impuestos y poder cobrar la herencia de sus padres.

Paula baja la guardia, pues dice, con eso podrían liquidar la hipoteca y les quedaría algo, y se plantea que quizá no deba militar las 24 horas del día.

Héctor dice que va al cajero, diciendo entonces Paula que es mejor espera 10 años, si de verdad piensa en la niña, lo que asusta a Héctor que quiere el dinero ya, preguntando ella qué garantía tiene de que, si espera 10 años le vaya a dar el dinero, y le dice a Toni que quiere un contrato, llamando este a Paco para que se lo redacte, pese a que Héctor no entiende que tengan que esperar 10 años y entonces gastarse el dinero en un piso para su hija.

Le dice que esa decisión les puede cambiar la vida y deben tomarla pensando en ellos, en comprar el local de al lado y que el negocio remonte, recordando ella que llevan tres años con el bar y nunca han tenido beneficios, pidiéndole que confíe en él como él confió en ella, llamando a Toni, que se siente incómodo, para preguntarle qué le dijo cuando ella le contó que le había puesto los cuernos con un refugiado al que metieron en casa, diciendo Toni que dijo que confiaba en ella cuando le dijo que no significó nada.

Paula pide una moneda para echarlo a cara o cruz, advirtiendo Toni que si deja la decisión al azar puede tomar la decisión equivocada, pese a lo cual ella lanza la moneda, aunque sale rodando por las escaleras, y, aunque la encuentra, Héctor, al ver que salió cruz, se la guarda.

Oyen entonces un frenazo y ven que un coche de la policía chocó con Berta debido a que esta frenó en Ceda el paso, pese a que no había nadie y ella insiste en que deben pedirle disculpas, pidiéndole el policía, molesto con su actitud, la documentación, viendo entonces que se trata de Berta Celaya, la psicóloga de la radio, señalando que la escuchan cada día, y que incluso el agente más hostil, la llamó alguna vez a la radio para pedirle consejo y le cambió la vida, pues decidió dejar a su mujer por él, por lo que se hacen una foto con ella y la abrazan.

Cuando entran, Berta le dice a Toni que se quedará a dormir, preguntándole Paula si no se ha mudado todavía allí, diciendo ella que no, porque piensa que es muy importante en una pareja que cada uno tenga su espacio.

Paula recibe un mensaje de su padre pidiéndole que no le haga caso y coja el millón.

Mientras Berta fuma, ve el tenso silencio entre todos y les pregunta qué ha pasado, contándole Toni, mientras salen Paula y Héctor, que vieron el libro y le ofreció el cheque a Paula, aunque ella quizá prefiera el millón, diciendo que se le fue la mano, opinando Berta que, aunque sea inconscientemente, él sabe en qué estaba pensando, recordándole Toni que ya no es su paciente, aunque reconoce que le dolió que Paula le dijera que cuando se conocieron, 25 años antes, él era mejor que ahora.

Entretanto Paula no para de recibir llamadas de su padre, aunque no se lo coge, afirmando Berta que Paula hará lo que Héctor diga, pues es sumisa y él no parará, diciendo Toni que ya le sacó lo del chantaje emocional con el refugiado, temiendo Toni que acaben mal por su culpa, lo que Berta dice, no les vendría mal, pues Paula nunca va a ser feliz con Héctor, pues solo podría ser feliz con él, pues saltaban chispas entre ellos y solo eligió a Héctor porque 25 años atrás él no quería compromisos, es decir, que escogió los 100.000 y se arrepiente de no haber esperado al millón.

Luego comienzan a cenar, diciéndole Berta a Paula que cambia mucho de peinado, para, a continuación preguntar directamente si serán los 100.000 o el millón, diciendo Paula que lo mejor es acabar con eso, y dice que no ha decidido nada, porque se les ha ido de las manos y que ha decidido no decidir.

Héctor cuenta que van a abrir una boca de metro enfrente del bar, pidiéndole Paula que pare, asegurándole que no aceptará el cheque, aunque Héctor insiste en que el cheque es lo mejor, recordándole Berta que eso mismo dijo cuando firmó la hipoteca en yenes en vez de en Euros.

Héctor dice que eso fue mala suerte, diciendo Berta que todo lo atribuye a la mala suerte, como el que abrieran una coctelería enfrente de su bar, y que la suerte se persigue.

Paula dice entonces que Héctor tiene razón, porque necesitan ese cheque muchísimo, diciendo Berta que pensaba que habían ido a cenar, respondiéndole Paula que ella también lo creía, pero apareció su libro y les partió la tarde.

Deciden brindar una vez solucionado el dilema tras decidirse por el cheque, aunque entonces Berta lo retiene y les pregunta si no les ha contado nunca la parábola de las mellizas asegurando que la parábola ayudará a Paula a decidirse.

Les dice que la persona que no tiene autocontrol toma peores decisiones en la vida. No tiene estudios, tiene peores trabajos y sus relaciones personales son deficientes.

Héctor dice que él se habría comido la chuche, pero tiene el trabajo con el que soñó y una mujer y una hija increíbles y se lleva muy bien con sus padres y hermanos.

Pero ella dice que Toni y él representan las dos caras de su test. Toni es un triunfador porque supo esperar y cuando consiguió la herencia invirtió tiempo en saber cómo sacarle partido, recordando Héctor que sin su dinero no podría haber invertido en nada y además lo invirtió todo en el ladrillo, con un 30% de rentabilidad.

Le pregunta tras ello qué fue de las mellizas, aunque Toni trata de pararlo, diciendo Berta que la melliza que supo esperar es ahora una psicóloga de éxito con una relación consolidada y su hermana perdió el trabajo y la familia e incluso la vida, pues se suicidó.

Le piden disculpas y ella se toma una pastilla, mientras Toni dice que mejor pasan a los postres y se despiden.

Paco despierta a Inés, accediendo solo cuando su abuelo le deja comer los donut.

Mientras toman los postres, Berta trata de convencer a Paula de que debe elegir el millón y firmar el contrato, y, le dice, que de no haber sido por Héctor lo habría hecho.

Héctor recuerda que cuando compartían piso los tres, fue a una pitonisa y le cambió la vida, pues le preguntó si tenía posibilidades con ella y adivinó que acabarían juntos y que tendría un bar, señalando que aunque no cree en esas cosas, en un momento de inseguridad alguien le dio la confianza para lanzarse, y que el tarot influye igual que el test de las chuches, aclarando Berta que el test no influye en el futuro de los niños, sino que lo predice.

Pero Héctor piensa que, si de pequeño te dicen que eres estupendo y te espera un futuro brillante, te lo crees y si es al revés, también y eso es lo que influye y que ella no predice el futuro de los niños, sino que lo provoca.

Toni le pide a Héctor que lo retire, a lo que este le replica, mientras Berta se toma otra pastilla, que es Berta la que lleva toda la noche diciéndole que es un fracasado.

Berta le pregunta a Paula si no se ha planteado nunca por qué cambia tanto de peinado, diciéndole que lo hace porque piensa que cambiar de peinado le va a cambiar la vida, aunque Paula le dice que lo hace porque su prima es peluquera y no le cobra, diciendo Berta que hay otra razón inconsciente y le hace leer un párrafo de su libro donde indica que cuando una persona no domina nada en su vida necesita los cambios para tratar de demostrar que ejerce el control sobre alguna cosa.

Le pregunta luego a Héctor si le gusta el pelo de Paula, diciendo ella misma que a él le gusta cortito como cuando se conocieron, haciendo ver Berta que ella lo lleva siempre de todas las maneras menos la que a él le gusta.

Paula se arranca las extensiones que le puso su prima, diciendo que es solo pelo, diciendo Berta que es en lo único que decide, y que incluso va a escoger los 100.000 aunque prefiere el millón porque siempre hace lo que él le dice.

Héctor la ataca diciendo que ella se ha tomado dos trankimazines y varias copas de vino, diciendo ella que son impulsines, que son muy suaves, diciendo Paula que el fumar tanto tampoco demuestra ningún autocontrol, debiendo intervenir Toni para decir que basta, pues se siente muy agobiado.

Con la tormenta se va la luz, llegando entonces Paco con la niña, observando Toni que esta lleva la boca manchada de chocolate y sonríe.

Deben poner velas para poder ver y Toni hace ver a Berta que está bebiendo mucho.

Paco les dice a su hija y a su yerno que ha decidido jubilarse y cerrar la asesoría y se ha instalado de nuevo en su casa, por lo que el piso de la asesoría quedará vacío y se lo regala, por lo que podrán venderlo y podrán liquidar la hipoteca y les sobrará dinero para reformar y ampliar el bar, y podrán así esperar diez años y ganarían todos, preguntando Héctor qué gana él, diciendo Paco que un futuro para su hija y su nieta, preguntando Héctor si figurará él en las escrituras, diciéndole Paco que por supuesto, con la única condición de que la niña haga la primera comunión y que Paula firme.

Toni le pregunta a Berta cuántas pastillas se ha tomado, diciendo que menos de lo habitual.

Le piden el contrato para firmarlo, tomándose Berta otra pastilla mientras lo hacen, aunque al buscar Héctor el bolígrafo, se le cae la moneda, que sale rodando.

La encuentra Paula, que comprende lo que pasó y le dice que salió cruz, suponiendo que igual que antes, tras lo que le dice a su padre que firmará el contrato, pero que él no tiene que dejarles el despacho y le pide que se lleve a su hija.

Paco se fija entonces en Berta y pregunta si es la psicóloga y si es la que su hermana se suicidó, siguiendo Berta bebiendo vino mientras ve que hablan de ella.

Fuera, Paco se pregunta qué ha hecho él, diciéndole Toni que no ha hecho nada, por lo que comprende que es Héctor, y recuerda que cuando Paula le contó que salía con un chico del piso, él le dijo que se equivocó de compañero de piso.

Toni y Paula firman el contrato mientras Héctor le dice que 10 años es demasiado tiempo y pueden pasar muchas cosas, preguntándole Paula si no confía en ella, recordando él cuándo le fue infiel, indicando Berta que vuelve al chantaje emocional y le pregunta qué quiere que haga para que le crea, diciendo él que ponerlo por escrito.

Berta le dice, cuando accede, que está volviendo a ceder y le pregunta si de verdad quiere hacerlo pues es como una condena, pues son 10 años de convivencia más y le dice a Héctor que ese contrato no le va a dar la felicidad y el divorcio sí, y le dice a Paula que le conviene divorciarse.

Héctor dice que él quiere ahora hacer con Berta lo que ella hizo con él y le pregunta si tiene cepillo de dientes en la casa, diciendo ella que lo lleva siempre en el bolso.

Héctor recuerda que Berta fue la psicóloga de Toni y sabe que él sale con mujeres más jóvenes por miedo al compromiso y que cuando llevaban dos años, él pensaba en cómo dejarla y él se calló, no como Toni, que cuando le contó lo de la infidelidad le aconsejó que dejara a Paula, respondiendo Toni que lo dijo porque quería que fueran felices.

Berta afirma que su relación está consolidada y que lo de esa noche la hará más fuerte.

Toni entonces pide perdón por lo que va a contar y le dice a Héctor que Paula le fue infiel en efecto delante de sus narices, pero no con la persona que él cree que pasó, dando a entender que fue con él, aunque luego le dice que fue solo una vez.

Héctor le pregunta a Paula si significó algo para ella, diciendo ella que ya le dijo entonces que no, aunque él le reprocha que no le dijera la verdad y le pregunta luego a Toni si para él significó algo, diciendo él que Paula lleva 25 años significándolo todo para él.

Héctor sale corriendo tras él y le dice a Paula que tiene suerte de que su padre le calculara ya la pensión que tiene que pasarle hasta que cobren eso, aunque ella le pide que no la deje, pidiéndole Berta que no se humille y que no debe seguir con él por remordimientos, diciendo ella que no está con él por remordimientos, diciendo Toni que mejor que sea así, porque Héctor nunca los tuvo.

Héctor se siente traicionado y dice que no es lo que parece, diciendo Toni que sí es lo que parece, contando él que estaba frágil y vulnerable, y empieza a correr tras Toni, mientras ella le reprocha haber pasado todo ese tiempo con remordimientos y que él no le contó nada, diciendo él que ni se acuerda de su nombre, diciendo Toni desde lejos que de "sus nombres", pues se sintió resentido varias veces.

Empiezan a pelearse los dos y caen a la piscina, diciendo Berta que da un buen capítulo para la siguiente edición sobre la masculinidad frágil.

Héctor le dice a su amigo que teniéndolo todo, dinero, pareja y casoplón, tenía que tenerla también a ella, diciendo Paula que está en un estado en que le da igual todo.

Héctor le cuenta que fueron cuatro mujeres, pero que no se acuerda de ninguno de sus nombres porque no significaron nada para él.

Finalmente deciden marcharse, diciéndole Berta a Toni que nunca debió dejar de ser su paciente, mientras pide un taxi, diciendo mientras se aleja que su test funciona y su libro es estupendo.

Mientras se preparan para marcharse Toni le dice a Paula que espera que al menos su hija sepa quién es su verdadero padre, aunque luego dice que es broma, diciendo Héctor que cronológicamente es imposible.

Luego se pone a quemar el contrato del millón, que finalmente rompe, pues no arde, diciéndole Toni que es muy fácil renunciar a 10 años para alguien que no sabe esperar, y le dice que a ver si es capaz de renunciar a otra cosa y le tiende un cheque para ponerle en un dilema, aunque Héctor le dice adiós, hasta que Toni dice que está extendido a su nombre y por un millón al instante.

Paula se dispone a marcharse, pero Héctor ahora se resiste y le dice que podrá ingresarlo en un cajero si es lo que prefiere, y si lo prefiere a Paula.

Esta le tira el cheque a la cara mientras le dice a Héctor que se van, aunque este se resiste a irse. Mira el cheque y la mira a ella y, finalmente, se agacha a recogerlo y se marcha con este.

Toni le dice que es lo mejor para todos, diciendo Paula que el único que ha salido ganando es Héctor, pues ella ha perdido a su marido y él a Berta y un millón, aunque él dice que no lo ha perdido, que lo ha invertido.

Berta le da una bofetada y se apagan las luces, y le da luego otras dos y se encienden, diciéndole que lo hizo para no dejarlo a oscuras.

Se marcha tras ello, saliendo Toni tras ella, diciéndole que hay una cosa en la que no ha cambiado, y es en que sigue enamorado de ella. Que ella eligió a Héctor y él eligió esperar y sigue esperando.

Le pregunta antes de que se marche qué le pareció su casa, diciendo ella que una horterada, que es como unos grandes almacenes abandonados, pero luego lo besa y le dice que además del tofu hay otras muchas comidas y que se va con hambre.

Cuando llega a su casa le dice a su padre que no tiene ni el millón ni a Héctor, haciendo el padre el signo del triunfo a sus espaldas al escuchar que se ha separado.

Héctor se acerca a un cajero para ingresar el cheque.

Berta llora en su casa mientras come nubes y Toni saca su vieja guitarra y vuelve a tocarla, estando en la funda aquella moneda de 25 pesetas que Paula le tiró.

2 meses después

Se celebra la comunión de Inés, feliz de tener una tarta de tres pisos, en el bar de Héctor, ahora abarrotado, llegando Toni con un regalo. Una máquina en miniatura llena de chuches, diciendo la niña que espera que no tenga azúcar, porque si no, su madre le matará.

Héctor da la bienvenida a todos y le da las gracias a Toni asegurando que sin él eso no hubiera sido posible, tras lo que canta con una banda, "Yo para ser feliz quiero un camión", cambiando camión por millón, saliendo Inés a cantar con él, mientras Toni y Berta se miran desde lejos y se sonríen.

Calificación: 2