Te cuento la película

En el calor de la noche

In the Heat of the Night (1967) * USA

          También conocida como:
                    - Al calor de la noche" (Hispanoamérica)

Duración: 109 min.

Música: Quincy Jones

Fotografía: Haskell Wexler

Guion: Stirling Silliphant (Novela: John Ball)

Dirección: Norman Jewison

Intérpretes: Sidney Poitier (Virgil Tibbs), Rod Steiger (Bill Gillespie), Warren Oates (Sam Wood), Lee Grant (Leslie Colbert), Larry Gates (Eric Endicott), James Patterson (Purdy), Quentin Dean (Delores Purdy), Scott Wilson (Harvey Oberst), Anthony James (Ralph Henshaw), William Schallert (Alcalde Schubert), Beah Richards (Mama Caleba).

Un cartel da la bienvenida a Sparta, Mississippi, y que recibe al tren que llega a medianoche a su estación, donde un hombre de raza negra desciende con su maleta y se dirige al vestíbulo.

En el café Compton, de la ciudad, el agente Sam Wood toma una bebida antes de salir a patrullar, deteniéndose frente a una casa para observar a una chica que se pasea desnuda sin que le cause pudor alguno la mirada del policía. Que poco más tarde, y cerca de las 3'00 se topa en un oscuro callejón con el cadáver de un hombre.

Aunque no le encuentran la cartera todos lo identifican como Colbert observando el doctor que tiene el cráneo hundido, e indicando que ese hombre llegó a la ciudad para construir una fábrica y ha acabado muerto.

El jefe Bill Gillespie ordena a Charlie, el fotógrafo local que fotografíe el cadáver desde todos los ángulos y especula con que pudo ser algún autoestopista o algún vagabundo, por lo que pide a Wood que trate de buscar en la estación o el albergue.

Al llegar a la estación ve, sentado en un banco del vestíbulo al hombre que se bajó del tren unas horas antes, y al que, sin mediar pregunta alguna ordena que se ponga en pie y le pone de cara a la pared para cachearlo, quitándole la cartera y pidiéndole que coja su maleta y se meta en el coche patrulla, llevándolo hasta comisaría con gesto triunfante, mostrando a su jefe la cartera del detenido, llena de billetes.

Gillespie le pregunta el nombre, diciendo que es Virgil Tibbs, tras lo que le pregunta con qué le golpeó y antes de que conteste, qué hacía en la estación, contándole que esperaba el tren, y cuando Gillespie le dice que no hay trenes después de las 12, diciendo Tibbs que los martes sí, que sale a las 4'05 para Memphis, escuchándose en ese momento, cómo pasa en efecto el tren.

Cuenta que fue a visitar a su madre y estaba esperando la conexión a Memphis, diciéndole el Sheriff que, entre tanto, mató a un hombre blanco y consiguió un par de cientos de dólares, diciendo él que ese es su sueldo de toda la semana, diciéndole Gillespie que los de color no ganan tanto dinero, y es más de lo que él gana en un mes, preguntándole dónde trabaja a lo que responde que es inspector de policía en Memphis, Pensilvania, mostrándole tras ello su placa.

Gillespie llama a Sam y le pregunta si interrogó al detenido antes de llevarlo, reconociendo este que no lo hizo.

Opta por llamar al jefe de Memphis para preguntarle si es cierto que trabaja allí, preguntándole antes a Virgil cuánto gana, a lo que les responde que 162.39 dólares por semana.

Llega entretanto Charlie, el fotógrafo con las fotos del fallecido y Virgil pide que se las muestren.

Tras hablar con el jefe de Virgil dice que este le informó de que es el primer especialista en homicidios y les ofrece sus servicios, aunque el propio Virgil le dice a su jefe que, aunque quisiera ayudarles no lo aceptarían.

Y, en efecto, Gillespie le dice que ellos se las pueden apañar solos, aunque le pide que eche un vistazo a las fotos, rechazando Virgil hacerlo, diciéndole que tiene que coger un tren, recordándole Gillespie que este no saldrá hasta las 12.

Finalmente accede a ir a la funeraria de Ulam, donde está el cadáver.

Tibbs lo examina minuciosamente, comenzando por sus manos, y observa que comenzó ya el rigor mortis, por lo que, indica, contradiciendo a lo dicho antes por el Dr. Stuart, la muerte debió ser bastante anterior, pidiendo un termómetro para determinar la hora exacta, pidiendo otros útiles para la realización de su trabajo.

Llegan noticias de que localizaron a un sospechoso, dejándolo allí con el examen.

Un muchacho joven huye ya de madrugada, por el bosque, perseguido por agentes de policías que siguen su rastro ayudados por sabuesos, informando por radio uno de los agentes que el sospechoso se dirige hacia el río Mississippi en dirección a Arkansas.

El muchacho logra llegar a la carretera y comienza a cruzar el puente que le llevará al otro estado, aunque Gillespie, que le esperaba con su coche le da fácilmente alcance.

Tibbs regresa a la comisaría por la mañana, entrando a la oficina del jefe, donde espera la señora Colbert que ignora el paradero de su marido, debiendo contarle él, en ausencia de Gillespie, quien le cuente que su marido murió asesinado, pidiendo ella tras el shock que la deje sola unos minutos.

Cuando llega el jefe, le dice a Tibbs que ya no le necesitan ni a él ni a sus microscopios, aunque él, que lleva una caja, le dice que tiene en ella los resultados de la autopsia, que Gillespie dice no necesita ver, mostrando al detenido.

Tibbs pide que le permitan examinar al detenido, observando sus brazos, tras lo que le pregunta si confesó, diciendo Sam que está seguro de que lo hará.

Mientras el jefe entra con el detenido a su despacho, Tibbs dice a los demás agentes que Harvey es zurdo, preguntando ellos qué demuestra eso, diciendo Tibbs que su inocencia, aunque, le hacen ver que llevaba la cartera del muerto, diciendo él que pudo limitarse a recogerla si estaba en el suelo.

Dentro Harvey dice exactamente lo mismo delante de la esposa de Colbert.

Sam le dice al jefe que Virgil cree que Harvey es inocente, diciendo este que Harvey pudo llegar más tarde, encontrar la cartera y llevársela, lo que, dice la esposa de Colbert, es lo que hizo el muchacho, indicando Tibbs que por el ángulo del golpe que mató al hombre quien lo hizo debía ser diestro, y Harvey es zurdo.

Pese a todo, Gillespie pide que lleven a Tibbs a la estación, diciendo él que hará que los laboratorios le envíen los resultados oficiales de su estudio aunque no sirvan para nada.

Pero Leslie, que escuchó su teoría dice que su marido ha muerto y desea saber quién fue, pidiéndole Gillespie a Tibbs que le entregue las pruebas, y, cuando se niega a dárselas ordena que lo encierren por retenerlas.

Lo encierran en la misma celda que Harvey Oberst, que le pregunta qué hace vistiendo como un blanco, diciéndole él que está de su parte y, mostrándole su placa, y diciéndole que es todo lo que tiene para salvarse de la acusación de asesinato.

Harvey, antes hostil, insiste en que vio la cartera y la cogió, aunque cuando vio de quién era empezó a temblar, pues había oído hablar del mal carácter de Gillespie.

Le cuenta que encontró la cartera a las 2 y que hasta la 1 que cerraron, estuvo en un bar de Larry, habiendo numerosos testigos de que estuvo allí.

Dice que ya estuvo en prisión por estar con Delores Purdy, de la que es vecino y que se pasea por su casa desnuda y que un día se desnudó para él, pero apareció Sam Wood y lo encerró y le dijo que no volviera con ella.

Le examina la mano y encuentra algo bajo sus uñas.

Poco después baja Gillespie llevándole el escrito de su renuncia a la querella por arresto indebido, indicando Tibbs que no la pidió, pese a lo cual la firma y le dejan salir, diciéndole el jefe que podrá coger el tren de las 12'10, diciendo Tibbs que deberían retirar los cargos contra Oberst, pues no estuvo en el lugar del crimen, pues cuando Colbert fue asesinado, a las 12'30, Harvey estaba jugando al billar y puede probarlo, habiendo comprobado bajo sus uñas restos de tiza, no de sangre, y además no le mataron donde apareció el cadáver, sino que lo llevaron allí tras matarlo.

Gillespie recibe una llamada del alcalde Schubert que lo cita en su tienda de equipamientos agrícolas, donde le espera con la señora Colbert.

Le dice que esta le contó que realizaron una detención que era una tapadera, diciendo Gillespie que en realidad ya retiraron los cargos tras comprobar que era inocente, acusando a Oberst de hurto, diciendo ella que ha ido allí a hablar con el alcalde porque no quiere que retiren de la investigación al policía negro, pues de no haber sido por él tendrían a un inocente encerrado, por lo que si no le dejan investigar, se irán de allí todos los ingenieros de su marido y les dejará solos sin la fábrica.

El alcalde le pide que resuelva el asunto aunque tengan que llegar a Endicott y que mantenga a Tibbs, pues si acierta no tiene jurisdicción allí y tendrá que entregárselo, y si fracasa no tendrá ningún problema ya que no lo pidieron ellos, sino la señora Colbert.

Acude por ello a la estación, donde Tibbs espera el tren de las 12'10 y le pregunta si tiene alguna razón para marcharse ese día, diciendo él que tiene muchas, diciéndole finalmente Gillespie que quiere que se quede.

Le dice que ese pueblo necesita la fábrica que Colbert iba a crear y a emplear a 1.000 personas, la mitad de color y la señora Colbert desea que se resuelva el asesinato para no cerrarla.

Tibbs le dice que se quedará porque sabe que si no lo hace llamará a su jefe, aunque el jefe le dice que se va a quedar porque quiere demostrarles que es más listo que ningún blanco y para ponerlos en ridículo.

Lo lleva hasta un taller de automóviles de las afueras cuyo propietario es también negro y al que le pide que le entregue un automóvil.

El hombre del taller le ofrece alojamiento seguro de que ningún motel le dejará alojarse.

Reunidas las autoridades locales, uno de los concejales, Tom Watkins advierte que matarán al policía negro, no creyendo que vaya a vivir muchos días.

Tibbs acude al Planters, un hotel solo para blancos, para hablar con la señora Colbert y Appleton, su ayudante sobre los enemigos de su esposo, viendo que su mayor opositor a su fábrica es Eric Endicott, rico propietario de una extensa plantación de algodón.

A la salida examina el coche del fallecido, descubriendo restos de sangre, y una ramita en el freno, pidiéndole a Gillespie, al que se lo muestra diciéndole que es un trozo de osmundine, que es un helecho, que le lleve a ver a Endicott, pues, le dice, el mató a Colbert condujo ese coche.

Mientras se acercan a la mansión de Endicott atraviesan sus enormes campos de algodón donde, centenares de trabajadores negros recogen el producto, diciéndole Gillespie que él se ha librado de eso.

Encuentran a Endicott en el invernadero, cuidando de sus orquídeas, viendo que Tibbs también entiende de ellas, preguntándole cuáles prefiere, diciendo él que las epífitas, que son las más delicadas, diciendo Endicott que son como los negros, pues hay que cuidarlas y alimentarlas, algo que Colbert no comprendió.

Y ve que para cuidarlas utilizan la raíz del helecho que él encontró en el pedal del coche de Colbert. Le dicen que han ido a interrogarle sobre Colbert, pues todos creen que él es la persona que menos lamentaría su muerte.

Le pregunta si Colbert estuvo en ese invernadero la noche anterior, alrededor de las 12, e, indignado por su pregunta, Endicott lo abofetea, aunque lejos de amedrentarlo, Tibbs le devuelve la bofetada, asegurando Endicott que no lo olvidará y que hubo un tiempo en que lo hubiera hecho matar.

Gillespie, que tampoco supo cómo reaccionar sale tras él mientras dejan a Endicott lloriqueando.

Gillespie le indica que es mejor que se vaya cuanto antes, pues no sabía que iba a abofetear a un blanco, y menos a Endicott, pidiendo él que le dé otros dos días.

Al ver su odio, Gillespie le dice que ha observado que es como todos ellos.

El alcalde también le dice que Tibbs debe salir cuanto antes, y para ello debe darse prisa en encontrar a un culpable para calmar a la señora Colbert.

Le pregunta a Gillespie cómo cambió de opinión sobre Tibbs, pues el anterior jefe de policía le habría disparado después de la bofetada a Endicott alegando legítima defensa.

Gillespie llama desde la radio del coche para preguntar si acompañaron a Tibbs a la estación, informándole que se negó a marcharse y que se dirige a River Road, donde está prevista la construcción de la fábrica de Colbert.

Pero en la carretera, Tibbs es perseguido y acosado por un coche ocupado por cuatro tipos que golpean su coche y le obligan a desviarse hacia un vertedero, llegando finalmente a una nave del ferrocarril, donde debe bajar y donde lo acorralan los cuatro tipos, que se hacen con cadenas y barras, mientras le dicen que van a enseñarles modales, debiendo hacerse él también con un tubo de metal para defenderse.

Mientras trata de hacerlo, llega Gillespie, que les pide que se marchen, llamándolo uno de ellos amigos de los negros, tras lo que otro le pide que se deshaga del negro o lo harán ellos, recibiendo un puñetazo en el estómago el que le retó.

Le pregunta luego a Tibbs si captó la onda.

Por la noche le pide a Sam Wood que vuelva a hacer la ronda igual que la noche del suceso y a la misma velocidad.

Comienzan en Compton, donde al ver que llegaban Ralph esconde el pastel, llegando poco después que ellos, Gillespie, que le recuerda a Tibbs que le pidió que se marchara y le pregunta qué quiere saber, pues si acaban con él se montará un enorme lío, pese a lo cual Tibbs le dice que no está listo para irse y necesita más tiempo.

Entran los tres al bar, diciendo el camarero que no servirá nada al agente de color.

Le pide que siga exactamente los mismos pasos, llamando a comisaría al salir como entonces, subiendo con ellos también Gillespie. Viendo cómo de pronto él gira, preguntándole Tibbs si aquella noche cambió también la ruta, decidiendo salir del coche tras ello y marcharse.

A primera hora de la mañana Gillespie acude al banco local, para pedir a su director los datos de una cuenta en que depositaron 600 dólares el día anterior.

Tibbs acude al despacho del comisario para informarle que el laboratorio confirmó que Colbert estuvo en el invernadero de Endicott el día anterior, aunque Gillespie le dice que llega tarde, pues tienen ya al culpable, acusando a Sam, aunque Tibbs sigue convencido de que fue Endicott.

Gillespie le dice que Sam le engañó la noche anterior en su ronda e hizo un importante ingreso la noche anterior, aunque él dice que estuvo tres años ahorrando pequeñas monedas y cuando tenía mucho suelto lo cambiaba por billetes de 20, lo que Gillespie no cree, pues Colbert cobró un cheque de 900 dólares y en su cartera faltaban 600.

Le dice además a Tibbs que él también sospechaba de Sam y por eso le preguntó por qué cambió su ruta, diciendo este que sabe que lo hizo para evitar que él viera a una chica blanca desnuda.

Y, pese a que Tibbs le dice que está cometiendo un error, volviendo a insistirle el jefe en que puede coger el tren.

Y cuando sale de su despacho entra de pronto una pareja, Lloyd y Delores Purdy, diciendo el primero que quiere hablar con el jefe para denunciar a Sam Wood, pues su hermana va a tener un niño y es hijo de Sam Wood.

Entra Tibbs, en la oficina indicando Purdy que no dirá nada delante de él, aunque Gillespie le pide que le cuente lo que pasó.

Ella cuenta que su hermano trabaja por las noches y la deja sola. Y debido al calor, una noche salió y pasó Sam, como cada noche y se detuvo y le preguntó si sabía dónde se estaba más fresco, diciendo él que en el cementerio, lleno de tumbas frías y la llevó hasta este y las cosas fueron demasiado lejos.

Gillespie le pregunta si la forzó o fue consentido, indicando su hermano que eso no importa, pues tiene solo 16 años y es violación.

Cuando Tibbs sale Purdy se siente ofendido por que permitieran que un negro escuchase el interrogatorio, lo que es una vergüenza para su hermana.

Tibbs baja al calabozo para hablar de nuevo con Oberst, encerrado al lado de Wood, al que pregunta dónde podría acudir a un tipo si dejara embarazada a una mujer, diciéndole este que había una negra, pero era muy cara, y que su amigo Packy es quien sabe su nombre.

Entretanto Purdy se reúne con los matones que persiguieron a Tibbs y con otros amigos y salen en dos coches a buscar al policía negro.

Poco más tarde Gillespie encuentra a Tibbs en el terreno de la nueva fábrica examinando una estaca de pino de las que delimitan el lugar, contándole que encontró una astilla en el cabello de Colbert que era de pino, por lo que piensa que lo mató allí, golpeándolo por la espalda, alguien a quien recogió en el pueblo tras regresar de casa de Endicott, al que descarta como autor, pues además hubo tres personas que vieron a Colbert tras la visita a Endicott, reconociendo que hasta ese momento se dejó llevar por sus prejuicios y lo consideró como el asesino, no pudiendo ser tampoco Sam, pues no pudo regresar a la ciudad con dos autos.

Más tarde, el asesino llevó el coche de Colbert con este ya muerto, a la ciudad,

Gillespie lo lleva a su casa para descansar, confesándole que es de las pocas personas que han estado en su casa, confesándole que no tiene mujer ni hijos y vive en un pueblo que no lo necesita, por lo que a veces bebe y tiene insomnio.

Virgil le cuenta que no está casado, aunque estuvo a punto de hacerlo, preguntándole Gillespie si no se siente un poco solo, diciendo que no mucho más que él.

Va a buscarlo el amigo de Oberst, Packy, que lo lleva hasta la tienda de comestibles de un barrio negro, donde lo deja.

Allí pregunta por la señora Bellamy, que le dice que todos la llaman Mama Caleba, a la que le pregunta por el nombre y apellido de la persona que le paga para que Delores Purdy aborte, preguntándole la mujer por qué ayuda a la policía.

Él le dice que no quiere hacerle daño, pero amenaza con llevarla a la cárcel si no le da el nombre de su cliente, pues, le dice, es el que mató a Colbert, diciéndole ella que no sabe cómo se llama, pero que ella irá esa noche para ultimar el trabajo.

Llega en ese momento la muchacha, que al verlo allí sale corriendo, yendo Tibbs tras ella, aunque un hombre, oculto en las sombras le pide que la suelte mientras le amenaza con una pistola, diciéndole Tibbs que el arma que utilizó para matar a Colbert fue mejor.

Sale el muchacho, Ralph Henshaw, aunque inmediatamente llegan Lloyd Purdy y el resto de matones, que rodean a Tibbs que le dice a Purdy que si busca en el bolso de su hermana verá que tiene 100 dólares que le dio Ralph para abortar, y que este la obligó a decir que fue Sam Wood el que la forzó.

Lloyd arranca el bolso a su hermana y busca, encontrando, en efecto, los 100 dólares, ante lo que acusa a Ralph de haberla convertido en una cualquiera.

Al verse amenazado, Ralph dispara a Purdy dos veces, consiguiendo tras ello Tibbs dominarlo y quitarle el arma, yéndose los demás matones corriendo asustados por lo ocurrido y al ver que se acerca la policía.

A la mañana siguiente toman declaración a Henshaw y la graban en un magnetófono.

Cuenta, que, en efecto, Colbert le dejó subir en su coche y él le pidió empleo en su nueva fábrica, llevándolo al terreno donde iba a construir su fábrica, donde lo golpeó, aunque, asegura, no tenía intención de matarlo.

Resuelto el asesinato del empresario, Gillespie lleva a Tibbs de nuevo a la estación e incluso carga con su maleta, contra lo que allí es habitual, y le da las gracias, pidiéndole antes de partir que tenga cuidado.

Calificación: 3