Magia a la luz de la luna
Magic in the Moonlight (2014) * USA / Gran Bretaña
Duración: 98 min.
Música: Varios
Fotografía: Darius Khondji
Guion y Dirección: Woody Allen
Intérpretes: Colin Firth (Stanley Crawford), Emma Stone (Sophie Baker), Eileen Atkins (Tía Vanessa), Hamish Linklater (Brice Catledge), Marcia Gay Harden (Sra. Baker), Simon McBurney (Howard Burkan), Jeremy Shamos (George), Erica Leerhsen (Caroline), Jacki Weaver (Grace Catledge), Catherine McCormack (Olivia).
Berlín, 1928. El mago Wei Ling Soo presenta su espectáculo en un gran teatro, asombrando al público al hacer desaparecer a un enorme elefante, cortando a continuación por la mitad a una ayudante, siendo su número estrella desaparecer de un sarcófago en el que lo encerraban para aparecer sentado en un sillón apartado del mismo por varios metros.
Ya entre bambalinas, y terminado el espectáculo, el mago se muestra antipático y regaña a sus ayudantes, despreciando a quienes se acercan a pedirle un autógrafo, siendo visitado poco después por su amigo Howard Burkan, al que recibe contento, alabando este su espectáculo, que ha llevado por toda Europa.
Quedan esa noche en un club, contándole Burkan que es amigo de los Catledge, una familia adinerada gracias a los negocios del carbón del padre, ya muerto, en cuya casa tiene a una joven que les ha convencido de que es una médium que los ha cautivado, habiéndose enamorado de ella el hijo mayor, asegurando Burkan que, pese a haber tratado de desacreditar a la muchacha no ha podido conseguirlo pese a conocer todo tipo de trucos de videntes y telépatas, habiendo llegado a plantearse que es auténtica, por lo que le pide a Crawford que lo acompañe y lo ayude a desenmascararla.
Crawford aduce que Olivia le está esperando para realizar juntos un viaje a las Galápagos, haciéndole ver Burkan que él odia las vacaciones y que le encanta el sur de Francia, donde podrá ver además a su tía Vanessa, haciendo que su amigo se anime, ansioso por desenmascarar a alguien capaz de engañar incluso a su amigo.
A Olivia no le agrada posponer sus vacaciones, aunque Stanley la halaga diciéndole que ella le tomo la medida, desde que le hizo el primer truco, haciendo desaparecer su anillo, que apareció en su huevo, averiguando ella el truco, afirmando Stanley que fue su lucidez lo que le atrajo, afirmando que son la pareja ideal.
Stanley y Howard salen al día siguiente hacia el sur de Francia, parando antes en casa de su tía Vanessa, que le dice que de sus sobrinos es el único que no es aburrido, y que incluso podría tener amigos si fuera más afable, diciéndole Howard que él es su amigo, recordando la mujer que cuando eran niños le cogió su pañuelo favorito, lo cortó en dos y nunca volvió a unirse, algo que nunca le perdonó.
Acuden tras ello a casa de los Catledge donde son recibidos por Caroline, la hija mayor y por su marido George, preocupados de que su madre y su hermano hayan acogido a Sophie Baker y estén tan convencidos de sus poderes, habiéndoles prometido entrar en contacto con el espíritu de su difunto padre, asgurándoles Stanley que él la desenmascarará, pues no cree en el mundo de los espíritus.
Le presentan primero a Brice, el joven enamorado de la médium, al que oye ensayar una canción escrita para ella, el cual le cuenta que Sophie tiene impresiones sensoriales y que adivinó cosas de él que ella no podía saber, estando su madre tan contenta con ella que ha accedido a financiar una fundación para la investigación científica del don de la muchacha y que él no toma ninguna decisión sobre sus negocios sin el asesoramiento de Sophie.
Y cuando llega esta, le presentan a Stanley como un experto en importaciones, afirmando la muchacha al saludarlo que está teniendo una impresión mental, preguntándole a Stanley si es oriental, o suele ir a China, para decirle a continuación que ve que viaja mucho por su trabajo, preguntándole si ha estado en Alemania, debiendo reconocer él que estuvo en Berlín, tras lo que ella le dice que ve letras chinas, diciéndole Stanley que se equivoca, pues importa café y cacao de Brasil.
Y cuando Sophie y su madre se retiran, afirman la madre que Stanley es detestable, a lo que su hija arguye que lo es, pero que no está falto de atractivo.
Por su parte Stanley le resta importancia a sus intuiciones como simples casualidades.
La señora Catledge le pregunta a la madre de Sophie si su hija se pondrá en contacto esa noche con el espíritu de su marido, señalando ella que deben esperar a las vibraciones adecuadas, estando la madre de la médium más interesada en hablar del proyecto de creación de la fundación y de sus costes que de las sesiones de su hija.
Entretanto Brice corteja a Sophie a la que le canta su nueva canción inspirada en ella, tras lo que le confiesa su amor, asegurando que ella fue capaz de conocerlo de un solo vistazo mejor de lo que él mismo se conoce, preguntándole si está enamorada de otro, asegurándole la muchacha que no ha tenido tiempo de conocer a nadie durante el suficiente tiempo para ello pues su madre y ella están siempre viajando, diciéndole Brice que eso ya se acabó y que él la cuidará y que con él viajará, pero en yate, y que bailarán y podrá comprarse ropa y joyas.
George y Caroline hablan de Stanley mientras se visten para la cena, comentando George que Stanley es un depresivo que todo lo sublima en su arte, contándole a su mujer que empezó como escapista, una interesante elección para alguien que quiere escapar de su realidad, pero que nunca se dejaría seducir por pensamientos infantiles.
Ya preparado para la cena, Stanley fuma fuera cuando aparece Sophie, que le dice que ha estado descansando, aunque no logró hacerlo del todo, pues soñó que era perseguida por un siniestro chino.
Cuando se reúnen con el resto de comensales, la señora Catledge, emocionada les informa que ha llegado el momento idóneo para la sesión de espiritismo, pues hay una alineación de los planetas.
Mientras se dirigen a cenar, Stanley le cuenta a Sophie que su tío Charles acudió a una sesión en la que una médium hizo cosas increíbles, aunque semanas después la desenmascararon y la encarcelaron por sacarle a la gente grandes sumas de dinero, entrando en trance Sophie al escuchar hablar de Charles, y diciendo "el tío Charles. Muerte en el agua", dejándolo sorprendido.
Lo ve así su amigo Howard, al que Stanley le cuenta que su tío Charles murió ahogado y que ella, tras entrar en estado de fuga lo adivinó, diciéndole Howard que también adivinó el día en que se casó su hermana y que lo hizo con un banquero, aunque Stanley asegura que la desenmascarará esa misma noche.
Durante la sesión de espiritismo en que invocará al mundo de lo oculto, Stanley permanece apartado del grupo tratando de descubrir el artificio, observando cómo ella afirma que entrará en estado de trance, invocando al alma de Harry Catledge, al que le pide que le haga una señal, escuchándose entonces un golpe, pidiéndole que se comunique dando golpes, uno sí y dos no, respondiéndole a su mujer que es feliz.
Le pide tras ello que le haga una señal si puede oírles, observando todos cómo la vela del centro de la mesa levitar, cogiéndola el asombrado Howard, que afirma más tarde ante su amigo que no vio dónde podía estar el truco, pues nada sujetaba esa vela.
Le dirá luego a la propia Sophie lo impresionado que le dejó su truco, aunque Stanley se sigue mostrando escéptico.
Entonces la muchacha le dice que años antes vio un espectáculo de Wei Ling Soo y afirma que él es esa persona.
En la fiesta posterior, y mientras Sophie baila con Brice, George y Caroline interrogan a Stanley sobre la sesión, asegurando Stanley que aun no descubrió, el truco, debiendo reconocer que ha logrado sorprenderle, aunque la desenmascarará, aunque Caroline afirma que si es cierto lo que sucede es esperanzador, pues significaría que puede haber algo más allá, y que Dios existe, lo que Stanley niega, asegurando que lo que se ve es lo único que hay, aunque esa noche se despierta inquieto.
Ya por la mañana aborda a Sophie mientras desayuna y le dice que es una avispada embaucadora y la invita a ir con él a la Provenza a visitar a su tía Vanessa.
Ella acepta acompañarlo y viaja con él, que le pregunta por el camino si no le remuerde la conciencia por haber engañado a la señora Catledge, preguntándose ella si heredó el cinismo de su abuelo, el marinero al que le faltaba un dedo de la mano, sorprendiéndolo de nuevo, pese a que el dedo que le faltaba era el del pie.
Luego se paran para comer contándole ella que es de un pequeño pueblo de Michigan, adivinando que él es de Londres y que tenía una casita blanca en el barrio de Belgravia donde tenían un piano, afirmando él que aunque todo es increíble, no se lo cree porque es racional y que sería más feliz si ella fuera una farsante, afirmando él que, por el contrario, le haría feliz si no lo fuese.
Le pregunta entonces ella si Jenny lo dejó por su forma de ser, preguntándole él como sabe lo de Jenny, hablándole ella de una muchacha rubia y con una preciosa risa, y le dice que cómo podía aguantar a un pesimista aburrido que se pasa el día practicando trucos de cartas, a lo que él arguye que es un artista entregado.
Tras continuar su camino paran junto a un puesto de fruta en la carretera comiendo ella una pieza, preguntándose él cómo puede comer tanto y cuando ella habla de la belleza del paisaje, él le dice que sí, que es bello, pero efímero.
Finalmente llegan a casa de su tía, la cual la confunde a Sophie con Olivia, afirmando ella que no es Olivia, pues aquella es morena, más alta y está en Londres.
Stanley trata de ponerla de nuevo a prueba preguntándole dónde ha estado su tía, afirmando ella que en algún lugar por su salud, y en concreto por su ciática, confesando esta que es así y que regresó por ello recientemente de un balneario en Italia, afirmando su tía que ya con 6 años un sacerdote dijo de Stanley que estaba predestinado a acabar en el infierno.
Stanley insiste y le pide a Sophie que cuente algo del turbulento pasado de su tía.
Aprovechando que ella sale a hablar por teléfono, Stanley le dice a su tía que los magos deben evitar repetir sus trucos para evitar que se vea el artificio, pero que en el caso de Sophie, cuanto más la observa, más estupefacto se siente, por lo que empieza a pensar que podría ser auténtica, y a cuestionarse su sentido común.
Cuando vuelve Sophie le insiste en que adivine algo de su tía, pidiendo la muchacha una de sus joyas, entregándole ella un collar de perlas y con él en las manos dice ver a un miembro del parlamento con el que tuvo un romance, pero que estaba casado y no podía dejar a su mujer, jurando ella no volver a enamorarse de nadie ni casarse, siendo el collar un símbolo de la ruptura, reconociendo ella asombrada, que en efecto, ese hombre se lo regalo oa última noche en que estuvieron juntos.
Tía y sobrino quedan asombrados sin saber cómo puede saber eso, llegando a la conclusión de que tiene que existir el mundo de los espíritus.
Y de regreso le pregunta a Sophie desde cuándo tiene el don, diciéndole ella que se dio cuenta en la adolescencia cuando les abandonó su padre y carecían de dinero, afirmando él que ella es la prueba viviente de que hay algo más.
Y entonces comienza a salir humo del motor y el coche se para, tratando Stanley de arreglarlo, aunque tras varias horas intentando reparar el automóvil se da cuenta de que pese a haber vuelto a montar todo igual que lo sacó el coche sigue sin arrancar, y le sobran varias piezas, haciéndoseles noche, y comenzando a llover, asustándose mucho Sophie por la tormenta, por lo que comienzan a correr para tratar de encontrar cobijo, llegando así a un observatorio astronómico, donde él asegura que con Olivia eso no les hubiera pasado, pues ella es una mujer muy competente.
Sophie tiene mucho frío al tener la ropa empapada, pidiéndole a él que la rodee con su brazo para darle calor, aunque al poco tiempo afirma estar cansado, tumbándose.
Cuando se despierta, ella le informa que dejó ya de llover, aunque no quiso despertarlo al ver que dormía plácidamente y podrán ya abrir el techo y observar el cielo que, Stanley comentó antes que de niño le parecía estremecedor y que ahora ya no se lo parece, afirmando ella que por el contrario le parece bastante romántico.
Al día siguiente Brice le canta su nueva composición a Sophie mientras esta nada en su piscina, diciéndole que quiere casarse con ella cuando finalice el verano en el yate de un amigo en el que podrán tener tantos invitados como deseen, pudiendo luego navegar con los que lo deseen hacia las islas griegas, pudiendo ella a su vuelta dirigir su fundación.
Ve entonces a uno de los criados cargado de paquetes, diciéndole él que le compró todos los vestidos que la deslumbraron cuando fueron a la ciudad.
Por la noche tienen una nueva sesión de espiritismo en que la madre de Brice pregunta si debe vender su casa de New Jersey, a lo que el espíritu de Harry le responde que no, para responder que sí cuando le pregunta si siempre le fue fiel, quedándose así tranquila frente a los rumores que corrían entre sus amigas.
Brice debe viajar a París por una semana, durante la que Stanley y Sophie pasarán muchos momentos juntos, yendo a nadar al mar con ella y su madre, acudiendo también a bailar, yendo al día siguiente de excursión, paseando entre rosas, que él afirma es la primera vez que huele de verdad.
Stanley llama a un amigo periodista para hacerle partícipe del prodigio que es Sophie.
Pasada la semana sin Brice, y el mismo día en que este debe regresar, pasean de nuevo junto al mar, preguntándole Stanley si aceptó ya la proposición de matrimonio de Brice, tratando de animarla a que lo haga, pues considera que es una gran oportunidad para una donnadie como ella, con un don prodigioso pero al que es ajena, afirmando ella no estar tan desesperada como él la describe.
Stanley le dice que atrae a los hombres por su don, aunque tiene unos rasgos agradables con la luz adecuada, afirmando que está más guapa al anochecer.
Volverán a verse esa noche en una gran fiesta de la alta sociedad a la que Stanley acude con su tía Vanessa, y donde vuelve a bailar con Sophie, la cual se queja tras ello de que él ha sido la única persona que no le ha dicho nada sobre su aspecto, diciendo entonces él que está asombrado y que nunca pensó verla tan guapa, diciéndole que debió mover montañas para lograrlo, informándole él de que al día siguiente dará la rueda de prensa donde hablará de ella.
Ella le pregunta entonces si durante todo el tiempo en que han estado juntos solo ha pensado en su don, y no ha pensado en ella como mujer, afirmando él que nunca la ha visto como mujer y que se siente orgulloso, pero no de ella, sino de sí mismo por ser capaz de cambiar su concepción de las cosas y saber reconocer que se ha equivocado al haber sido tan snob y condescendiente con quienes tenían fe.
Ella insiste en preguntarle que si no ha pensado en ella nunca como hembra, afirmando él de nuevo que es una persona agradable de ver, preguntándole entonces si se ha dado cuenta de que está considerando seriamente casarse con Brice, a lo que él le dice que estaría loca si no lo hiciera, lamentando ella que el tiempo que pasaron juntos no tuviera ningún impacto en él, preguntándole él si está experimentando sentimientos románticos por él, lo que él considera absurdo, pues ha conquistado su mente y no entiende que quiera conquistar su corazón.
Ya cuando amanece Vanessa lo encuentra solo y meditabundo, hablándole él del enamoramiento de Sophie pese a estar comprometida con un tipo joven y agraciado, y pese a saber que él y Olivia, según la propia Sophie, son el colmo de la compatibilidad, reconociendo que pese a todo lo ha desconcertado.
Y al día siguiente él dará una rueda de prensa para dar a conocer que ha descubierto a una verdadera médium y reconocer sus errores del pasado.
Pero terminada la rueda de prensa llega George que le da la triste noticia de que su tía sufrió un accidente con el coche y está ingresada, por lo que debe acudir de inmediato a verla, diciéndole el doctor que la atiende que está en el quirófano y que está crítica.
Mientras espera noticias le cuenta a George que su tía Vanessa prácticamente lo crió, diciéndole él que solo les queda esperar y rezar, y que, en todo caso, y aunque ocurriera lo peor, podría seguir en contacto con ella gracias a Sophie.
Y mientras espera, y por vez primera, reza por su tía, aunque mientras lo hace se para de pronto y piensa que ha caído en la trampa de creer solo por el deseo de que su tía se ponga bien, y llega en ese momento a la conclusión de que Sophie es una farsante.
George le informa entonces de que la operación acabó y salió bien y que responde bien al tratamiento, por lo que puede marcharse, ya que su tía está descansando.
De regreso a casa de los Catledge los encuentra a todos preocupados por su tía, dando la señora Catledge gracias a Dios porque todo salió bien, afirmando él que Dios no tuvo nada que ver, sino los buenos médicos, afirmando que Sophie podría haber predicho lo que iba a pasar y tranquilizarlos.
Cuando se queda solo con Sophie y con Howard les cuenta que incluso llegó a rezar y que pensó que podría hablar con ella a través de Sophie.
Cuando Howard y la muchacha se quedan solos Howard se siente satisfecho por la recuperación de Vanessa, afirmando que toda la experiencia ha supuesto para él algo muy gratificante, preguntándole ella si no siente remordimientos por haber embaucado a un amigo, a lo que él afirma que embaucar es su oficio y que desde que eran niños siempre estuvo eclipsado por el engreído Stanley ha conseguido engañarlo.
Y justo entonces se gira una de las sillas de la sala, apareciendo Stanley en la misma, afirmando que no del todo, recordando que mientras él vigilaba a la chica, Howard vigilaba a la madre, pero que nadie vigilaba a Howard, que fue el encargado de dar los golpes, y quien informó a Sophie sobre sus secretos y los de su tía.
Howard le recuerda que para ambos la magia era su vida y eran igualmente hábiles, pero que fue Stanley quien logró la fama, lo que no era justo, diciéndole Stanley que la vida no es justa, y que durante unos días ha logrado ser feliz gracias a Sophie, aunque una felicidad como los tontos, pues este no es un estado consustancial al ser humano.
Sophie se disculpa por el engaño, contándole que conoció a Howard cuando la desenmascaró, y juntos urdieron el plan, que dice es una sofisticada broma.
Él afirma que es prácticamente una travesura, aunque se queja de que su reputación quedará dañada, afirmando ella que su reputación es puro ego, pero que por una vez ha disfrutado de la vida y se lo pasó bien con ella en vez de estar en su cuarto amargado o practicando trucos y le hace ver que fue más feliz cuando admitió las mentiras en su vida.
Howard le dice que piense en lo feliz que está la señora Catledge, aunque, dolido afirma que esperará a que su tía se recupere y se marchará, preguntándole Sophie si no la va a perdonar, y él le dice que no puede hacerlo, que solo Dios puede.
Su tía es finalmente dada de alta y él la lleva hasta su casa.
Sophie continúa con Brice que hace planes de futuro y le dice que tras las islas griegas pueden ir a visitar los mares del Sur.
Stanley llama a Olivia para decirle que estará en casa en unos días, en cuanto su tía esté en forma y dé varias entrevistas para rectificar algunas cosas.
Su tía le dice entonces que Olivia es una mujer perfecta para un hombre de su clase y que él necesita de una mujer culta con la que poder hablar, una elección cerebral.
Él afirma que Olivia es cerebral, pero que también la quiere, preguntándole a su tía si lo que pretende es insinuar que le gusta Sophie, afirmando ella que no ha dicho nada de la muchacha ni lo ha sugerido, pues él es una persona racional y no tiene nada que ver con ella.
Entonces Stanley la defiende, afirmando que Sophie tuvo circunstancias menos afortunadas que ellos y que a veces la gente toma decisiones equivocadas de las que se arrepiente y que todo el mundo mete la pata alguna vez, para afirmar a continuación que hay algo atractivo en Sophie a pesar de su comportamiento, diciendo su tía que tiene una bonita sonrisa, aunque Stanley afirma valorar las virtudes más elevadas aunque reconoce que sus ojos son agradables de mirar y que a veces es amena.
Su tía le dice entonces que Olivia está a la altura de un hombre de su preparación pues es instruida y cultivada, diciéndole Stanley si le sugiere que le diga a Olivia que por irracional que pueda parecer se ha enamorado de Sophie, y que aunque es una locura, no puede dejar de pensar en ella, respondiéndole su tía que está perplejo porque su absurda lógica le indica que debe amar a Olivia, debiendo enfrentar esa lógica a la sonrisa de Sophie, y que el mundo tiene magia, afirmando él que sus sentimientos por Sophie son como un truco indescifrable.
Su tía le dice entonces que se rumorea que Sophie aceptó ya la proposición de Brice.
Stanley acude a visitarla, y la que encuentra leyendo en el columpio, diciéndole que como él le dijo que había esperanza para su intelecto, ella trata de cultivarlo, reconociendo que ya le hizo una promesa en firme Brice, ante lo que él le dice que va a hacerle otra oferta, diciéndole que de forma insospechada a comenzado a sentir pequeñas emociones interiores hacia su sonrisa y que ha decidido perdonarla y acogerla para que vuelva con él bajo la luna, al observatorio.
Ella le pide disculpas por lo que hizo y acepta su perdón, diciéndole él que está dispuesto a casarse con ella, la cual le responde que con lo brillante que es con una baraja, es terrible proponiendo matrimonio, afirmando él que es porque nunca lo ha propuesto, ni siquiera a su prometida, ya que fue ella quien lo hizo, pues él nunca tuvo el impulso de proponerlo.
Ella le hace ver que cuando el corazón manda se avecina el desastre y le dice que va a casarse con Brice, tal como él le aconsejó, diciéndole él que no le haga caso, frente a lo que Sophie le dice que Brice la adora y le va a proporcionar emociones y lujos, respondiéndole él que se aburrirá con alguien que la idolatra, diciendo ella que no lo hará, pensando en todos los viajes que le esperan, a lo que Stanley le responde que lo importante es la compañía y que no querrá pasarse la vida con un tipo que toca el ukelele y canta.
Ella le dice que estaba empezando a enamorarse de él, pero que le demostró lo irracional que era ese sentimiento, pues él solo le va a ofrecer malhumor, insultos y refunfuños pesimistas a lo que él responde que a su lado no está alicaído y que, aunque él es pesimista ella es como un oasis para él, afirmando que estando con él tiene la oportunidad de vivir junto a un genio.
Ella decide marcharse, escuchando cómo él le dice que es su última oferta mientras le pide que no sea ingrata y que si no dice que sí, retira su oferta, viendo cómo ella, a pesar de todo, se marcha.
Más tarde, Stanley se toma una copa con Howard, que le pide perdón, respondiéndole Stanley que ya lo hizo, reconociendo que necesitaba un escarmiento, y que la sonrisa de Sophie sigue en su alma.
Howard le dice que al menos le sirvió la experiencia para que comprendiera que iba a ser un error casarse con Olivia, la cual, según Stanley se lo tomó bien y que está en las Galápagos.
Stanley vuelve tras ello a casa de su tía a la que le cuenta que Sophie lo rechazó por Brice, afirmando que habría sido más feliz con él, lamentando lo ocurrido y reconociendo que la amó desde el primer momento en que la vio, pero que retiró la oferta para no dejarse mangonear por unos grandes ojos y una sonrisa, y que además ya no la aceptaría.
Le pregunta su tía si no vio ninguna señal de que le gustara, diciendo él que de haberla percibido la habría tomado entre sus brazos, y que él solo esperaba una señal, escuchando entonces un golpe, preguntando si es Sophie, escuchando otro golpe.
Le pregunta entonces si quiere casarse con él y escucha otro golpe, viendo tras ello que Sophie aparece en la sala, por lo que se dirige hacia ella, abrazándose a ella y besándose apasionadamente.