Te cuento la película

Mandarinas
Mandarinas

Mandariinid (2013) * Estonia / Georgia

Duración: 83 min.

Música: Niaz Diasamidze

Fotografía: Rein Kotov

Guion y Dirección: Zaza Urushadze

Intérpretes: Lembit Ulfsak (Ivo), Giorgi Nakashidze (Ahmed), Elmo Nüganen (Margus), Misha Meskhi (Nika), Raivo Trass (Juhan), Zura Begalishvili (Aslan).

Los asentamientos estonios en el Cáucaso se remontan a más de 100 años, pero cuando estalló el conflicto entre Georgia y Abjasia, apoyada por Rusia en 1992, los estonios se vieron obligados a regresar a sus tierras dejando sus pueblos prácticamente vacíos.

El carpintero Ivo, uno de esos pocos que prefirió quedarse recibe la visita de dos mercenarios chechenos mientras fabrica en su taller cajas de fruta para las mandarinas.

Le preguntan si tiene algo para comer, haciendo que le acompañen a su casa, donde vive solo, pidiéndole una vez allí que les ponga la comida para llevar sin escatimar.

Uno de ellos se fija en una foto en la que aparece una chica muy guapa y le preguntan por su familia, respondiéndoles él que regresaron a Estonia cuando estalló la guerra, aunque él prefirió quedarse, contándoles que la muchacha de la foto es su nieta.

Tras entregarles la comida les pregunta por el curso de la guerra, que le cuentan sigue igual, recomendándole que regrese a Estonia, pues no todos son tan comprensivos como ellos.

Cuando se marchan va a visitar a su vecino Margus, único habitante que se quedó en el pueblo con él, que se dedica a cultivar mandarinas, encontrándolo en su plantación, el cual se extraña de que los mercenarios no fueran a verlo a él.

Ivo le pregunta si ha llegado a un acuerdo y él le dice que sí, que le enviarán a 20 soldados durante un día, lo que Ivo señala, es insuficiente para recolectar todas las mandarinas, aunque Margus le dice que él empezó ya la recolección para poder recoger lo máximo posible antes de que se complique todo.

Ivo le dice que con 10 cajas más llegará a las 200, pidiéndole Margus 50 más, por lo que tras la visita regresa a su taller para seguir trabajando y acabar cuanto antes.

Mientras come escucha las noticias que dan cuenta de los enfrentamientos con los georgianos y de las numerosas bajas, así como de la huida de los civiles, siendo interrumpido por el ruido de disparos cerca de allí, viendo al salir una columna de humo, corriendo al lugar de donde sale observando que se trata de dos vehículos militares, uno de ellos con los dos soldados chechenos a los que les dio comida y que chocó contra la valla de Margus, habiendo muerto uno de ellos, y otro con tres soldados georgianos muertos.

Margus le cuenta que vio que uno de los vehículos iba siguiendo al otro y disparando, hasta que mataron al conductor del primero, que debido a ello chocó contra su valla, aunque el soldado checheno que sigue con vida consiguió dispararles a los otros con el bazooca acabando con ellos, subiéndose entre tanto él a un árbol para esconderse.

Como uno de los chechenos sigue con vida, aunque está herido, Ivo lo lleva a su casa con la ayuda de Margus, tras lo que suben a los georgianos a uno de los coches militares y los llevan a enterrar a un lugar algo apartado en medio del bosque, fijándose mientras lo hacen en que todos menos uno de los soldados son casi unos niños.

Y cuando empiezan a enterrarlos se percatan de que uno de los georgianos vive aún, por lo que lo llevan también a su casa, decidiendo llamar a Juhan, el médico.

Al enterarse de que uno de los georgianos sobrevivió el checheno advierto a Ivo de que sus esfuerzos son inútiles, pues acabará con él como ellos acabaron con su amigo Ibrahim, recordándole Ivo que, a cambio, ellos mataron ya a dos de los suyos.

Cuando el médico sale de visitarlos les dice que el checheno mejorará en una semana, pero el georgiano no lo sabe.

Aprovechando la presencia del médico enganchan la furgoneta a su coche y se la llevan de la zona para llevarla hasta un barranco al que la precipitan haciéndola desaparecer.

Los tres hombres se quedan mirándola pensando que explotaría como en el cine, lo que no ocurre, por lo que concluyen que el cine es una estafa.

Pero Margus está preocupado y le dice que los dos heridos arruinarán su negocio.

Cuando regresa a su casa, Ivo encuentra al checheno con un cuchillo tirado frente a la puerta del georgiano que no pudo abrir debido a su debilidad.

Ivo le dice que no puede entender que se pueda matar a un hombre inconsciente, concluyendo el checheno que acabará con él cuando pueda tenerse en pie.

Margus le dice que chechenos y georgianos luchan por sus mandarinas, diciéndole Ivo que lo hacen por las tierra, señalando Margus que en esas tierras están sus mandarinas, diciéndole Ivo que está obsesionado con las mandarinas, asegurando Margus que en cuanto las recoja se irá con el dinero a Estonia.

El médico regresa para visitar a los enfermos, viendo que finalmente el georgiano despertó, por lo que se encargarán ellos de darle de comer.

Tras ello Ivo le dice al checheno que nadie matará a nadie bajo su techo, y que si quiere matar al georgiano allí tendrá que matarlo a él primero, ante lo que el checheno le dice que eso no puede hacerlo, ya que le salvó la vida, prometiéndole que no lo matará en su casa, pero que en cuanto salga lo hará.

El médico por su parte les dice que se irá de vuelta a Estonia a la mañana siguiente, aconsejándoles que hagan lo mismo, diciéndole a Ivo que debería pensar más en su nieta, tras lo que se despide de ellos dejándoles las medicinas que necesitan los enfermos junto con las instrucciones.

El checheno, ya mejor, se levanta al día siguiente, asegurando estar cansado de estar tumbado, aunque asegura no tener hambre cuando le sirve la comida y el té, disculpándose por lo que dijo el día anterior, pues asegura que ellos honran a la gente mayor.

Ivo le cuenta que enterraron a su amigo en el bosque, contándole el checheno que se llama Ahmed, que es mercenario y que se alistó en la guerra para ganar dinero para su familia.

Le pregunta tras ello por su arma, que Ivo le dice escondió en un lugar seguro, aunque cuando esté mejor se la devolverá, al igual que las de los georgianos, que son sus trofeos.

Ivo le dice que cuando da su palabra de honor prefiere morir a incumplirla, respondiendo Ahmed que igual que él, preguntándole Ivo si puede dejar de cerrar con llave la puerta tras la que oculta al georgiano, a lo que le responde afirmativamente.

Le pregunta a Ivo por qué no se marchó a Estonia, diciéndole que no es de su incumbencia.

Los dos hombres empiezan a recoger las mandarinas, aunque debido a su edad van muy lentos, aunque Margus está seguro de que irán los soldados a ayudarle como prometieron.

Cuando mejora el georgiano sale también de la habitación, aun con la cabeza vendada, observando cómo al salir él, Ahmed se encierra en su habitación, aunque sale para tomar el té mirando desafiante a su enemigo, Nika al que le advierte que si no quiere morir no debe salir de la casa, ante lo que Nika reacciona lanzándole su taza de té, aunque luego le pide perdón a Ivo por su comportamiento.

Acude Margus a su casa preocupado de que los soldados no vayan, diciéndole Ivo que es absurdo tratar de vender mandarinas en tiempos de guerra, ante lo que Margus reacciona enfadándose y marchándose a su casa.

Dispuesto a limar asperezas, Ivo va a verlo para pedirle perdón, y cuando Margus le hace ver que ha dejado a los dos enemigos solos en su casa, Ivo le asegura que se fía de la palabra de ambos, por lo que rechaza la propuesta de Margus de llevarse uno a su casa.

Por la noche se reúnen en casa de Ivo y juegan a las damas mientras Nika trata de reparar una cinta que llevaba de música, pidiéndole a Ivo que apague la radio, pues la música chechena que suena le vuelve loco, pidiendo Ahmed que no la apague, ya que a él le gusta.

Comienzan luego a discutir por el territorio, defendiendo el georgiano que este les pertenece, mientras que Ahmed defiende que es territorio de Abjasia.

Llega entonces un grupo de soldados abjasios liderados por Aslan, pidiéndole Ivo a Ahmed que diga que Nika es su compañero Ibrahim al que hirieron los georgianos, para salvar su vida y que no puede hablar debido a las heridas de su cabeza.

Aslan le dice que vieron una furgoneta georgiana y le pregunta si sabe dónde están los georgianos, diciéndoles Ivo que los mataron los dos chechenos que están en su casa.

Ivo les invita a vodka, pero ellos dicen que deben ir a luchar.

Ahmed les cuenta que hirieron a Ibrahim en la cabeza y por ello chocó contra la valla, lo cual le impide hablar, aunque a Ahmed le dio tiempo a disparar su bazooka.

Antes de que se marchan le cuentan que su superior le prometió enviar a un grupo de hombres para la recolección de las mandarinas, asegurándole Aslan que en dos días enviarán a los hombres cambio de cajas mandarinas.

Esa noche hacen una barbacoa y comen fuera, lo que no impide que sigan discutiendo, hasta que Ivo les dice que igual que los salvó pude matarlos, y les pegunta quién les dio el derecho de matar, respondiendo ellos que la guerra, asegurando él que son hijos de la muerte y que da igual que se maten allí o en el campo de batalla, pues cuando se recuperen volverán al frente y morirán allí.

Margus les cuenta que se va a echar a perder buena parte de la cosecha, asegurándoles ellos que le ayudarán.

Mientras hablan escuchan varias explosiones que ocurrieron cerca, corriendo Margus hacia su casa, seguido por los demás para ver que esta ha comenzado a arder, por lo que se siente muy triste pese a haber salvado su vida.

Ahmed le ofrece entonces su dinero a Margus para que pueda volver a Estonia, aunque este rechaza un dinero ganado de ese modo.

Para entonces Nika está mucho mejor y ya se mueve bien, escondiéndose, mientras desayunan la cruz que lleva al cuello para no ofender a Ahmed que le asegura que ellos respetan la religión cristiana.

Le pregunta tras ello por los otros soldados, que Nika reconoce apenas conocía, contándole Ahmed que Ibrahim era como un hermano para él, pues crecieron juntos, diciendo Nika sentirlo, ante lo que Ahmed dice lamentar también haber matado a sus compatriotas.

Ivo le pregunta a Nika por qué mira tanto el retrato de su nieta, diciéndole este que porque es muy guapa, afirmando Ivo que es más guapa en persona y que lo es todo para él, preguntándole por qué no se va entonces, a lo que le responde que le gusta estar en ese lugar, aunque señala que también lo odia.

Nika le cuenta que antes de la contienda era actor de teatro, aunque sintió que era su obligación alistarse y luchar por su país.

Ivo le dice que cuando acabe la guerra irán a Tiblisi para verlo actuar y que Ahmed y él le aplaudirán fuertemente.

Llegan entonces unos soldados rusos que al ver a Ahmed le preguntan si es checheno, a lo que este contesta afirmativamente, pidiéndole que lo demuestre hablando en checheno, llamándolos este cabrones en checheno, un idioma que ellos no entienden, aunque cuando les dice lo que los llamó el mando a cargo del grupo ordena que acaben con él.

Lo evita Nika, que desde dentro de la casa, y tras recuperar las armas que Ivo tenía escondidas bajo la cama dispara contra los rusos, logrando que Ahmed escape, y entregándole un arma, consiguiendo así entre ambos deshacerse de los soldados, aunque se dan cuenta entonces de que Margus murió durante la refriega.

Entonces uno de los soldados, que no había muerto, le dispara a Nika, acabando Ahmed con él, aunque sin poder hacer ya nada por Nika, que muere.

Ivo fabricará con la ayuda de Ahmed los dos ataúdes para Margus y Nika, enterrando a Margus entre los mandarinos y a Nika junto al hijo del propio Ivo, que le cuenta a Ahmed se unió a la guerra y lo mataron los georgianos.

Le pregunta Ahmed por qué entierra entonces a un georgiano junto a su hijo, preguntándole Ivo si es relevante quién lo matara.

Pregunta Ahmed si a él también lo habría enterrado junto a su hijo, asegurándole que también lo hubiera hecho.

Ahmed se despide tras ello dispuesto a regresar con su familia, a los que asegura, echa mucho de menos, colocando mientras conduce la cinta de música que Nika rebobinaba con su bolígrafo y que escuchará emocionado camino de su casa.

Calificación: 4