Mientras duermes
España (2011)
Duración: 102 min.
Música: Lucas Vidal
Fotografía: Pablo Rosso
Guion: Alberto Marini
Dirección: Jaume Balagueró
Intérpretes: Luis Tosar (César), Marta Etura (Clara), Alberto San Juan (Marcos), Petra Martínez (Verónica), Iris Almeida (Úrsula), Pep Tosar (padre de Úrsula), Margarita Rosed (madre de César), Oriol Genis (administrador), Amparo Fernández (Sra. de la limpieza), Carlos Lasarte (Vecino del 4º - B).
César trabaja como portero en un elegante edificio de Barcelona, conociendo desde su puesto los secretos y las idas y venidas de cada vecino, siempre acosado por el administrador que le reprocha cada mínimo retraso, y le recuerda que sabe lo poco que dura en cada trabajo.
Y es que César tiene un grave problema. Es incapaz de sentir felicidad, y lo único que le alivia es ver sufrir a los demás.
Por eso no puede soportar la permanente sonrisa de Clara, la joven vecina del 5º-B, a la que nada parece afectarle pese a que él sabe que alguien la acosa enviándole amenazadores mensajes por correo postal, electrónico y por SMS. Y lo sabe porque es él su autor.
Además se cuela cada noche, en su casa aprovechando que tiene llaves de todos los pisos, y se esconde bajo su cama, para, una vez dormida aplicarle cloroformo y acostarse con ella.
Pondrá además en sus cremas bacterias que hacen que ella se levante cada día con erupciones cutáneas que ella simulará con maquillaje, sin perder su humor.
Y cuando se cura él le destrozará un reloj al que ella tenía mucho cariño, provocando finalmente una invasión de cucarachas que horrorizan a Clara, que decide irse a casa de su madre mientras él le fumiga la casa.
Le cuenta además que la policía está sobre los pasos del acosador y César decide alejar las sospechas entrando en las oficinas que hay en el portal y enviando su último mensaje desde uno de sus ordenadores, lo que hará que la policía lo detecte, acusando del hecho al hijo de la limpiadora, tras encontrar en el armario de la limpieza varios sobres amarillos, como los que le llegan cada día a Clara, junto con el móvil desde el que enviaban los mensajes.
Alejadas las sospechas, y cuando esperaba como cada noche bajo la cama de Clara, con cuerdas y otras herramientas, decidido a ir más adelante, Clara aparece con Marcos, su novio, y además, el cloroformo se le cae encima, siendo incapaz de escapar del piso.
Al intentarlo por la mañana, es sorprendido por Marcos, aunque sabe reaccionar a tiempo y simula haber entrado a buscar sus herramientas.
Sólo conocen sus aventuras nocturnas, la madre César, que ingresada en el hospital no puede moverse ni hablar y que sufre cuando él le cuenta sus avances con Clara y Úrsula, la niña que vive enfrente de Clara y que lo chantajea.
La renovada felicidad de Clara hace que César vuelva a pensar en lanzarse desde la terraza, observando desde allí la llegada enfadada de esta, por lo que corre a esconderse bajo su cama, oyéndola discutir con Marcos debido a que está embarazada de 4 semanas, pese a que no se acostaban desde hacía seis.
Pero cuando parece haber conseguido su objetivo, Marcos descubre lo que escondía bajo el colchón, por lo que Pelearán y César acabará clavándole a Marcos un trozo de espejo en el cuello, haciendo que se desangre, aunque él hará que parezca un suicidio.
La policía lo interrogará aunque solo Úrsula sospecha de él, ya que el administrador le había despedido unos días antes y estaba a punto de abandonar la portería, aunque no dejará que Úrsula hable. Entrará en su casa y le hace ver todo lo que sabe de su vida y de sus amigos y familia, y le advierte que le puede causar mucho daño si habla.
Algunos meses más tarde Clara, con su hijo recién nacido vuelve a recibir un sobre amarillo en que César confiesa todo, y el diario de sus maldades, consiguiendo por fin haber amargado para siempre la vida de Clara.