No sé decir adiós
España (2017) *
Duración: 96 Min.
Música: Pablo Trujillo
Fotografía: Santiago Racaj
Guion: Pablo Remón (Argumento: Lino Escalera, Pablo Remón)
Dirección: Lino Escalera
Intérpretes: Nathalie Poza (Carla), Juan Diego (José Luis), Lola Dueñas (Blanca), Pau Durà (Nacho), Miki Esparbé (Sergi), Noa Fontanals (Irene), Oriol Pla (Marc / "Coco"), Marc Martínez (Marcelo).
José Luis tiene un fuerte ataque de tos mientras enseña a conducir a Dani, un alumno de su autoescuela, diciéndole este que debe cuidarse mientras sigue contándole que su objetivo es irse al ejército para vivir un poco.
José Luis le pide entonces que pare y se baja del coche estando a punto de ahogarse.
En un bar de Barcelona Carla ha entablado conversación con dos desconocidos, un chico y una chica, enseñándoles el muchacho, Marc, al que todos llaman Coco un tatuaje con la palabra "Libertad".
Envía tras ello al chico a buscar a un camello para meterse una raya, diciéndole mientras sale a la otra chica, Gloria, que el chico le gusta y querría acostarse con él.
Cuando vuelve el chico, diciendo que al camello no le quedaba ya nada, ella decide actuar y precipitar las cosas haciendo que Gloria se vaya al tirarle la copa, aunque a la chica no le gusta lo que hizo y discute con ella.
Pero consigue su objetivo y se va a casa de Coco, con el que se acuesta.
Se vuelve luego en autobús y ya en casa se toma una raya de cocaína mientras escucha sonar el teléfono sin hacerle caso.
Acude luego a una reunión en la oficina con un compañero y su jefe, recibiendo entonces una llamada de su hermana que le dice que la llamó allí porque no les cogía el teléfono.
Coge un avión hasta Almería, donde le espera su hermana Blanca, que le dice que tiene mala cara. Le cuenta que su padre tenía dolores, pero no le daban importancia hasta que de pronto se cayó, estando ingresado, aunque aún no saben qué le pasa.
Blanca le dice que tiene otro color de pelo, diciendo ella que es el de siempre, pero como no la ven nunca no se lo había visto.
Va al hospital, pero su padre no está en la habitación. Lo encuentra en el pasillo golpeando una máquina porque echó dinero, pero no le salió nada, contándole su padre que la estuvieron llamando pero no daban con ella, contándole ella que estaba en el campo y no tenía cobertura.
Luego, mientras esperan, Blanca le cuenta que está haciendo teatro y quiere ir a una escuela pese a su edad.
Le dice también que está preocupada con su hija, pues se pasa el día estudiando, algo que a ella le parece raro, aunque sea bueno.
Esa noche se queda Carla en el hospital con su padre, quedando Blanca en sustituirla por la mañana, sin hacer caso a su padre le dice que está bien y no es necesario que se quede.
Al día siguiente las recibe el médico, que les dice que su padre tiene un cáncer de pulmón muy avanzado y metástasis en la cabeza, razón por la que se desmayó, diciéndoles que podrían plantearse más adelante algo de quimio, pero eso solo le alargaría la vida algún mes más y con peor calidad, entregándoles un folleto informativo sobre cuidados paliativos y donde les explican cómo prepararse para lo inevitable.
Pero Carla no admite bien la noticia y le dice que prefiere llevarse a su padre a un hospital de verdad donde les propongan algo y les den soluciones.
Cuando vuelven a casa con su padre Blanca trata de hablar de cosas banales, contando que quieren cambiarse de coche, pero eso no le sirve. De pronto empieza a llorar y se tiene que parar en medio de la carretera, teniendo que explicarle a su padre, asustado, que tienen que darle quimioterapia.
Carla llama a Ricard, su jefe para contarle la situación y decirle que necesitará una semana de vacaciones para estar con su padre.
Nacho, el marido de Blanca sugiere llevarlo a ver a un curandero, pues asegura que conoce casos que les fue muy bien, pero Blanca es partidaria de seguir las recomendaciones del médico y darle los paliativos para que no sufra.
Por la noche Blanca le pregunta a su padre si sabe lo que tiene, él dice que sí, pero no quiere hablar de ello, prefiriendo seguir viendo la televisión.
Carla, que salió para dar una vuelta llega a la mañana siguiente tambaleándose y le propone a su padre hacerle el desayuno, aunque él le dice que debe irse a dormir.
Ella le cuenta que se encontró con Marga, una antigua amiga que está embarazada y se casó con un guardia civil.
Blanca acude a una de sus clases de interpretación, quedándose Carla con su padre, observando desde la ventana cómo viven en medio de una urbanización que no llegó a terminarse y frente a una piscina que nunca funcionó.
José Luis trata de pintar una pared, pero se cansa mucho y no puede hacerlo, observando Blanca que los tratamientos no funcionan, planteándose que quizá sería mejor dejarlo morir tranquilo, planteándose si la enfermedad no se deberá a las cosas que se calla.
Le dice a su padre que es mejor no ir más al hospital porque no ha mejorado mucho y él lamenta no ver crecer a Irene e ir a la universidad.
Pero Carla no se resigna. Esa noche despierta a su padre en secreto y se lo lleva hasta el aeropuerto, aunque una vez allí él le dice que no subirá en un avión y que prefiere ir en coche.
Debe alquilar un coche, pero como Carla no conduce demasiado bien, su padre le va echando la bronca porque se salta los desvíos o fuerza las marchas.
Blanca, al ver que no está su padre trata de hablar con ella por teléfono, pero Carla no se lo coge.
Cuando se lo cuenta a su marido este le dice que Carla es una mala persona.
Esta para en un área de servicio y se toman un gin tonic cada uno y Carla se toma además una raya de cocaína. José Luis le cuenta que el alcohol le ayuda con los dolores y se toma una segunda copa.
Paran luego a dormir en un hotel, dándose cuenta de que no sabe qué pastillas le tocan, pues algo de lo que se ocupaba Blanca, debiendo confiar en la memoria de él, que antes de dormirse le cuenta que una vez se acostó con la tía Trini pese a que su madre vivía todavía. Fue un año en que fueron a la playa y su madre no fue, reconociendo que se acostó con ella dos veces y quiere que lo sepan por si se muere.
Al levantarse al día siguiente pasean por la playa antes de continuar el viaje, que el padre hade cabeceando o dormido.
Una vez en Barcelona lo lleva al hospital.
Blanca llama directamente a su padre y se lo coge y le cuenta que está en un hospital en Barcelona y decide preparar su maleta, preguntándole su marido qué hará con su trabajo, preguntándole ella qué hace él y si va a trabajar alguna vez, excusándose él diciendo que está buscando, pero no encuentra nada.
Carla regresa a su trabajo, siendo recibida por su compañero Sergi, que le pregunta por su padre, para decirle después que durante su ausencia se ocupó él de uno de los asuntos que llevaba ella, el referido a una nave que parecía difícil colocar en el mercado y que consiguió vender, diciéndole que deberían salir a celebrarlo, aunque ella le dice que es él quien tiene que celebrarlo, ya que cerró la venta, preguntándole Sergi al verla malhumorado si se encuentra bien, diciéndole ella que deje de preguntarle si se encuentra bien y que no va a salir a tomar nada, pues no es de buen compañero pisarle los clientes.
Cuando se va a marchar del trabajo recibe una llamada del hospital informándole de que su padre se ha escapado y deambula por la ciudad solo.
Carla coge un taxi sin rumbo tratando de encontrarlo por la zona cercana al centro, hasta que se le ocurre preguntarle al taxista si hay algún bingo cercano, pidiéndole al taxista que la lleve al más cercano, viendo que en efecto está en el bingo e incluso ha entablado conversación con s compañera de mesa, debiendo quedarse ella a jugar unos cartones con él antes de llevarlo de vuelta al hospital, dejándolo al llegar a este en la puerta ante la insistencia de su padre de que se vaya, aunque una vez dentro el hombre se cae sin poder llegar a la habitación.
Blanca va directamente a visitarlo cuando llega a Barcelona, encontrándolo en su habitación con un golpe en la cabeza debido a la caída del día anterior.
Carla, arrepentida de su reacción con Sergi del día anterior sale a cenar con él y se disculpa, preguntándole él por qué le sentó tan mal que le preguntara cómo estaba, señalando ella que porque apenas se conocen, a lo que Sergi le responde que aunque se conozcan poco puede preocuparse por ella, diciendo Carla que no es normal, y que cuando lo hacen es porque quieren algo.
Tras la cena van a tomar unas copas, acabando Carla muy borracha, y empieza a hablarle de su padre, contándole que ya no lucha, y ella piensa que en la vida es cuestión de querer, tras lo que le cuenta que ella está muy unida a su padre y que es muy bueno viajar con él y hacer cosas juntos, haciendo que Sergi se siente molesto con esa conversación, por lo que le dice que no es necesario que hable de ello, aunque ella se lo toma mal y dice que si habla de ello es porque le apetece, y le pregunta si lo está molestando, tras lo que le da un beso, pidiéndose otra copa.
Sergi le dice que es mejor que se vayan a casa, pidiéndole al camarero que no se la ponga, pues ya bebió bastante, aunque ella insiste en tomársela y su compañero se marcha dejándola allí.
Llega de madrugada a su casa borracha, encontrándose a Blanca sentada en la puerta esperándola.
Ya dentro Blanca le dice que le ha hecho mucho daño y además le dice que su padre está peor que nunca pese a habérselo llevado de su casa.
Carla le dice que allí está en tratamiento con los mejores médicos, aunque Blanca le pregunta si acaso le van a curar.
Se pregunta tras ello qué hace en medio de los dos como una imbécil, pues no aguanta ni a uno ni a la otra y dice que se siente como una paleta, diciendo Carla que si se quedó en el pueblo fue porque quiso, diciéndole Blanca que no lo sabe, porque ni siquiera le ha dado tiempo a pensarlo.
Le dice que pensaba que esas cosas les unirían, mientras la ve tomarse un Trankimazin, contándole que lo que dice Nacho es que ella es mala, sin más y piensa que a lo mejor tiene razón.
El padre está cada vez peor y le dan opioides que irán alternando con antibióticos, lo que les informa hará que tenga momentos en que le costará mantener la conciencia.
Permanecen ambas en la habitación, no bajando Carla a cenar pese a que no comió nada.
Blanca le cuenta durante la espera que estuvo en Madrid viendo escuelas de interpretación, pero que los cursos son tres días a la semana, martes, jueves y viernes, pero solo podría jueves y viernes, pues los martes no puede dejar la autoescuela, y recuerda que no sería empezar de cero pues ya dio clases de interpretación en Almería cuando acabó el instituto, aunque Carla no se acuerda.
Se dice a sí misma que puede seguir sus clases con Marcelo, pues Madrid quizá es demasiado grande para ella.
Carla se queda dormida en un sillón en la sala de estar, contándole Blanca que su padre ha pasado muy mala noche y deliraba por lo que le dice a Carla que vaya a verlo, pues está muy mal.
Carla entra e intenta hablarle, pero su padre no reacciona, decidiendo ella intentar animarlo poniéndole la tele, aunque ve que no funciona, por lo que sale y le echa la bronca a la chica de recepción exigiendo que se lo arreglen, y pidiendo que llamen al director, pues para eso pagan.
Cuando regresa, todavía airada a la habitación se le muda la cara, pues se da cuenta de que ha pasado algo.