
Nymphomaniac. Volumen 1
Nymphomaniac. Vol. 1 (2013) * Dinamarca / Francia / Alemania / Bélgica
Duración: 117 min.
Música: Varios
Fotografía: Manuel Alberto Claro
Guion y Dirección: Lars von Trier
Intérpretes: Charlotte Gainsbourg (Joe), Stellan Skarsgård (Seligman), Stacy Martin (Joe adolescente), Shia LaBeouf (Jérôme), Christian Slater (padre de Joe), Uma Thurman (Sra. H), Sophie Kennedy Clark (B), Connie Nielsen (Katherine).
La lluvia golpea algo en la oscuridad, que vemos es el cuerpo de una mujer que yace en el suelo ensangrentada.
Un hombre, Seligman, se dispone a salir de su casa para ir a comprar cebo a una tienda, no reparando hasta su vuelta en la mujer que yace en el suelo y a la que trata de reanimar, pidiéndole que no se mueva mientras va a llamar para que envíen una ambulancia, afirmando ella que no la necesita, y que si se va a llamarla ella se levantará y se marchará antes de que esta aparezca, negándose por el mismo motivo a que llame a la policía.
El hombre le pregunta si quiere algo, respondiendo ella que desea un té con leche, ayudándole a incorporarse y subiéndola a su casa para servírselo.
Una vez en su casa la acuesta y le sirve el té, diciéndole que lavará su ropa, aunque ella le pide que no lave el abrigo pese a que huele mal.
El hombre le pregunta qué le ocurrió, afirmando ella, Joe, que es una mala persona y fue ella la que se lo buscó, pidiéndole él que se lo cuenta, afirmando ella no saber por dónde empezar.
Se fija entonces en una mosca en un anzuelo que el hombre tiene en la pared, contándole él que pesca con mosca y que adora la pesca desde que, cuando era un niño leyó un libro sobre la pesca con caña.
Ella le dice entonces que su historia es muy larga y moralista.
Capitulo 1: La perfecta pescadora
La mujer le explica que ella descubrió su coño a los dos años, recordando que cinco años más tarde se encerraba en el baño con su amiga "B" con la que jugaba a las ranas, juego consistente en, tras llenar el piso del baño de agua deslizarse por el mismo sin ropa interior, frotando sus sexos contra el suelo.
Le cuenta que ella quería mucho a su padre, que era médico, pero que odiaba a Katherine, su madre, de la que dice que era una cabrona fría a la que odiaba y que se pasaba el tiempo haciendo solitarios.
Recuerda que más adelante disfrutaba trepando por las cuerdas del gimnasio, en las que permanecía mucho tiempo por la agradable sensación de tenerla entre sus piernas.
Seligman le pregunta por qué insiste en que los niños pecan, y ella le dice que no habla de los niños, solo de ella, aunque él le dice que no ve pecado alguno, aunque reconoce que él no es religioso.
Se recuerda con 10 años estudió el sexo de las mujeres en un libro de medicina de su padre y luego paseando con este y dejando que les diera el aire en la cara mientras él le hablaba de los árboles y de sus hojas, y en especial las del fresno.
Seligman le explica que la mosca de la pared es una ninfa, explicándole ella como una ninfa, para ella era muy importante librarse de su virginidad.
Con 15 años conoció a un muchacho, J, que tenía una moto y del que le gustaban sus manos, y al que, tras visitarlo le pidió que la desvirgara, reconociendo que entonces ella tenía una idea más romántica de las cosas y no le agradó como fue, pues, recuerda que él la embistió tres veces por delante, tras lo que la giró y la embistió 5 veces más por el culo.
Para ella fue humillante y le dolió mucho, por lo que juró que no volvería a acostarse con nade, aunque le duró poco tiempo.
Un par de años más tarde, Joe y su amiga B se vistieron con ropa muy sexy gracias al dinero de la hucha del hermano pequeño de aquella, haciendo una apuesta tras subir en un tren, por la que, la se hubiera acostado con más hombres al llegar a su destino se ganaría una bolsa de caramelos de chocolate.
Las dos caminaron por el tren, explicando Seligman que lo hacían como si lo fueran por un río, mirando a los hombres, calibrando a los hombres como si fueran peces, eligiendo los más grandes y dominantes las mejores posiciones.
B le recomienda que haga preguntas con "q" en un vagón con varios hombres, tratando ella de entablar conversación en un compartimento con varios hombres haciendo varias preguntas, hasta que pregunta quién sabe dónde está el servicio, ofreciéndose uno de ellos a acompañarla para mostrárselo, haciendo en él el amor, recordando que fue fácil, pues bastaba con mirarles a los ojos y sonreír, aunque B le ganaba por 5 a 3, hasta que de pronto las conquistas cesaron, explicándole Seligman que suele pasar lo mismo con los peces, que a veces no come ninguno y otras comen muchos a la vez, y explica cómo hacer que la mosca parezca indefensa para llamar la atención de los peces y conseguir que piquen.
Joe decidió cambiar de estrategia, contando al entrar en un compartimento de que Betsy está muy enfermo, contando luego que Betsy es su hámster enano, llamando así la atención de dos hombres, acostándose con uno de ellos.
Agotados los candidatos, deciden ir a primera clase, donde el revisor les pide las 8 libras del billete tras ver que no llevan, decidiendo su compañero de compartimento pagarles los billetes de primera, aunque rechaza acostarse con B.
Entonces Joe perdía por 10 a 6 con Be, aunque su amiga le dice que le dará cinco puntos extras si consigue seducir al pasajero que les pagó el billete y hace el amor con él en el departamento en que viajan.
Joe entabla conversación con el hombre, fijándose en que lleva un regalo, que él le explica es para su esposa, dándose cuenta Joe de que lo compró en la estación, excusándose él al decirle que su mujer y él desean tener hijos y él tenía prisa por volver a su casa, pues su esposa está ovulando y por eso compró el regalo deprisa.
Joe le dice que comprende por qué rechazó a B, tratando de seducirlo ella, y, pese a que el hombre le ruega que se detenga ella se lanza y le hace una felación allí mismo, consiguiendo así la bolsa de caramelos.
Joe se sorprende al ver que Seligman no le reprocha su forma de actuar, afirmando por el contrario que es una historia cómica, ante lo que ella le recuerda que hirió a otras personas, respondiéndole Seligman que retener el semen hace que los espermatozoides mueran, y que a lo mejor ayudó a aquel hombre a que tuviera hijos, alegando ella que descubrió su poder como mujer y la utilizó sin preocuparle los demás, respondiéndole Seligman que si tiene alas lo mejor es que las use para volar.
Seligman sale para buscar más té y cuando regresa la cree dormida, aunque ella no desea dormir, presentándose solo entonces a su interlocutor como Joe, y él a ella como Seligman, diciéndole que es judío, aunque anti sionista y que su nombre significa feliz, preguntándole ella si es feliz, diciéndole él que sí, pese a que se corta primero las uñas de la mano derecha, explicándole ante la incomprensión de ella que él divide a las personas entre los que se cortan primero las uñas de la mano derecha y los que se cortan primero las de la mano izquierda, a los que considera despreocupados y con tendencia a disfrutar más de la vida, diciéndole Joe que ella se corta primero las de la mano izquierda, viéndolo desde el punto de vista del placer, pensando que quienes lo hacen así, hacen primero lo más difícil y luego ya solo les queda disfrutar, afirmando Seligman que nunca lo había pensado así.
Capítulo 2: Jerôme
Ya adulta, Joe hace el amor con diversos hombres, diciéndoles a todos que ellos fueron los primeros en conseguir que ella tuviera un orgasmo, haciéndolos así felices.
Recuerda que por entonces creó con B un club al que llamaron "El pequeño rebaño", formado por un grupo de chicas que se reúnen, y se burlan de la religión católica, en la que B fue criada rezando: "mea vulva, mea máxima vulva" y se masturbaban juntas por rebeldía contra el amor, comprometiéndose a combatir a una sociedad obsesionada con el amor prometiendo no acostarse dos veces con el mismo hombre, algo a lo que ni siquiera B consiguió ser fiel, respondiéndole a Joe cuando se lo recriminó que el amor es el ingrediente mejor del sexo, diciendo ella que el amor es mucho más peligroso que el sexo, pues por cada 100 crímenes cometidos en nombre del amor, sólo uno se comete en nombre del sexo.
Le cuenta tras ello que comenzó a estudiar medicina, como su padre, pero que le costaba concentrarse, por lo que lo abandonó, decidiendo buscar un trabajo, algo que era muy complicado, ya que carecía de cualquier tipo de experiencia.
Solicitó trabajo como secretaria en una imprenta, diciéndole la entrevistadora que sería muy difícil obtenerlo dada su falta de conocimientos para ejercerlo, aunque lo consultará con su jefe, Jerôme, para poco después decirle que este ha decidido contratarla, pues parece que para él no tener experiencia es bueno para el puesto.
Solo entonces, y cuando se lo presentan, comprueba que Jerôme es la persona con la que perdió la virginidad unos años antes, el cual le dice que está seguro de que le parecerá sorprendente verlo allí, porque seguro que pensaba que no llegaría a nada y que ocupa el lugar de su tío mientras este se encuentra en un balneario, diciéndole que ha pensado mucho en ella desde que la desvirgó.
Le muestra tras ello las instalaciones, subiendo juntos en un viejo ascensor que él detiene y trata de besarla, lo que ella no le permite, asegurándole que no saldría bien, pues no es su tipo, comprobando cuando trata de poner en marcha de nuevo el ascensor que este se ha estropeado de verdad, debiendo salir por la parte de arriba.
Sorprendentemente no fue despedida, por lo que al día siguiente decide recoger la oficina de Jerôme y tenerle preparado el desayuno a su llegada, recriminándole él lo hecho, obligándola a salir y llevarse el desayuno y haciendo que llame al despacho y se lo ofrezca, para, solo entonces, y tras pedírselo él, llevárselo.
Empieza a acostarse con sus compañeros de la oficina, considerando Jerôme que inició la guerra, llevando a Joe a veces al centro solo para que le sujete el abrigo, saliendo mal parado al demostrarle ella que es más hábil que él para aparcar.
Se da cuenta tras un tiempo que ha empezado a desear a Jerôme, relacionándolo todo con él, lo que le hace sentirse humillada, pues el sexo se lo podía exigir a los hombres, pero considera que el amor es estúpido ya que apela a los sentidos más bajos, haciéndote decir que sí cuando quieres decir que no.
Volvió entonces a pasear por el bosque de su infancia haciendo siempre el mismo recorrido sin conseguir olvidarse de la imagen de Jerôme por lo que por entonces no permitía que los hombres la tocaran al hacer el amor, terminando por dejar el sexo, mientras trataba de encontrarse a Jerôme por todas partes.
Sabía donde vivía, pero nunca se atrevió a llamar a su casa, decidiendo escribirle una carta en la que le explicaba lo que sentía por él, aunque tardó un mes en reunir el valor para dársela, y cuando lo hizo se encontró con que en lugar de Jeròme, ocupaba su despacho el tío de este, que le cuenta que su sobrino dejó el trabajo tras casarse con Liz, su secretaria, con la que partió para realizar un viaje alrededor del mundo, quedándose con la carta para entregársela a su vuelta.
Poco después el tío de Jerôme, menos comprensivo que este acabó por despedirla por su falta de conocimientos para ocupar su puesto.
Por entonces ella se masturbaba en el vagón del metro pensando en Jerôme, tratando de buscar detalles de los pasajeros que le recordaran a este - las manos de uno, el pelo del otro, los ojos de otro, etc. hasta completar el puzle con su cuerpo, aunque con el tiempo se le fueron olvidando los detalles del mismo.
Ahora, ya sin Jerôme, Joe intensificó su búsqueda de los hombres, viendo todo tipo de penes como si de una colección de estos se tratara.
Capitulo 3: Mrs. H
Después de haber tenido tantos amantes, Joe ya no se acuerda de quién es quién, por lo que empezó a clasificarlos en función del azar, puntuándolos entre 1 y 5 en función de del número que le saliera al lanzar un dado al ver el listado de llamadas, de manera que si le sale un uno es muy cariñosa cuando los llama de nuevo, si cae en dos es menos cariñosa, y así hasta el cinco, en que los rechaza, ignorando las llamadas si le sale un 6.
De entre todos ellos recuerda a un total de 5 representativos de diferentes personalidades.
Recuerda a H, que era un cabrón pegajoso que le hacía promesas, aunque ella sabía que nunca dejaría a su familia.
Pero un día, y mientras se prepara para recibir a su siguiente amante llaman a su puerta y se encuentra allí a H, con una malita y afirmando que ha dejado a su mujer y a sus hijos.
Pero Joe ve que en la escalera están los hijos de H y su mujer, que asegura que ha ido para asegurarse de que llegaba bien y para darle las llaves del coche, pidiendo permiso para entrar en la casa con sus hijos, entregándole las llaves del coche a su marido mientras le dice que volverá en el autobús con sus hijos, siendo conveniente que se acostumbren lo antes posible a un nivel de vida inferior, tras lo que le hace ver a su marido que ha destrozado las vidas de sus hijos, uno de los cuales lleva un cojín, que la madre cuenta que bordó él mismo como un regalo para su padre.
Se dirige tras ello con los niños hasta el dormitorio mostrándoles a los niños la cama, que, les explica a sus hijos, es el lugar preferido de su padre, pidiéndoles que la memoricen bien para cuando vayan al psicólogo, aunque luego dice que es una tontería, pues carecerán de dinero para poder pagarse un psicólgo.
Toman luego una taza de té, llegando entonces el siguiente amante de Joe con flores, sugiriendo que tendrán que hacer un ménage a trois, reconociendo que ella no es tan tolerante, preguntándole tras ello a Joe cuántas vidas es capaz de destruir en un día, afirmando entonces Joe ante los niños que ella no ama a su padre.
Finalmente la señora H decide marcharse con sus hijos, uno de los cuales se abraza a su padre negándose a marcharse, debiendo separarlo su madre, que dice que no desea que su padre se sienta culpable, tras lo que lo abofetea antes de salir gritando.
Seligman le pregunta cómo le afectó aquello, afirmando ella que no sintió nada, pues la ninfomanía la volvió insensible, sintiéndose sola pese a acostarse con tantos hombres.
Recuerda entonces que cuando era niña tuvieron que operarla y anestesiarla, siendo entonces cuando tuvo por vez primera aquella sensación de soledad
Joe observa que Seligman tiene un libro de Edgar Allan Poe, explicándole él que el escritor murió con delirium tremens, lo que provoca pánico y paranoia en las personas que, tras un largo tiempo abusando del alcohol someten a su cuerpo a un abstinencia prolongada, viendo alucinaciones, afirmando Joe que ella sabe lo que es el delirio.
Recuerda un pasaje de la "Caída de la casa Usher".
Capítulo 4: Delirio
Joe va a visitar a su padre en el hospital y le cuenta que ha discutido con su madre porque no quiere ir al hospital, aunque su padre la defiende diciendo que tiene miedo a los hospitales y que ya se despidieron en casa, acusándola Joe de cobarde.
Le pregunta si tiene miedo, pero él le dice que no, pues como médico ha visto morir a muchas personas y sabe lo que le espera, permaneciendo ella junto a su cama, despertándose él gritando debido a las alucinaciones.
Cuando se vuelve a dormir una enfermera entra y le dice que ella lo cuidará si quiere ir a dar un paseo, bajando al patio, donde arranca una pequeña rama de fresno que le sube a su padre, que vuelve a contarle las historias del fresno como cuando era niña, asegurando que es el árbol más hermoso del bosque con sus yemas negras.
Poco después tiene otro ataque de pánico, debiendo ponerle una camisa de fuerza entre los médicos y las enfermeras, que la echan.
Triste deambula por el hospital hasta encontrarse con un trabajador del mismo con el que se acuesta sobre una camilla.
Cuando se despierta junto a la cama de su padre, ve que este se ha hecho sus necesidades, debiendo acudir varias enfermeras a limpiarle y a cambiar sus sábanas.
Tratando de olvidar todos los sinsabores vuelve a hacer el amor en el hospital.
Cuando finalmente murió su padre, Joe se quedó sin sentimientos, reconociendo que fue vergonzoso para ella, pues pese a la tristeza lubricó, cayendo por sus piernas.
Seligman le dice que es habitual en momentos de crisis reaccionar de forma sexual, y que debe dejar de ver como negativo todo lo que le ocurre.
Joe mira su reproductor de casetes y le pide que ponga el que esté puesto, que es Bach, que le explica fue el maestro de la polifonía, y que su música estaba relacionada con la secuencia de Fibonacci, tratando de encontrar una metodología divina en el arte y en la arquitectura
Joe le explica que se cree que las ninfómanas no tienen suficiente con una persona y se acuestan por ello con muchas personas diferentes, aunque para ella es la suma de las diferentes experiencias sexuales.
Capítulo 5: La pequeña escuela de órgano
Joe reconoce que en aquella época se acostaba con 7 u ocho hombres cada día, por lo que, para poder mantener dicho ritmo todos debían ser puntuales, recordando en especial a tres amantes como componentes de su melodía.
Uno de ellos era F, el bajo, que siempre llegaba pronto, le llevaba flores y sin palabras sabía lo que quería ella y dónde debía tocarla, siendo el orgasmo de ella su meta, por lo que le dejaba más privilegios que a los otros, como permitirle bañarla.
El segundo instrumento era G, el único de sus amantes al que no le importaba esperar, y que se movía como un felino, excitándola mucho.
Gracias a su logística podía mantener hasta 10 relaciones diarias, trabajar y realizar sus paseos siempre por los mismos lugares, como si fuera un animal enjaulado.
Un día, durante su paseo por el parque se encontró varios trozos de una fotografía rota en pedazos que trata de recomponer, comprobando que las fotografías son de Jerôme y su esposa, observando al levantar la cabeza que él está allí, explicándole a Joe que fue Liz quien rompió sus fotos en un ataque de ira, pareciéndole a Seligman poco creíble tanta coincidencia, primero en el trabajo y luego en su paseo.
Joe recuerda cuando B le dijo que el ingrediente secreto para el sexo era el amor.
Y finalmente llegó el esperado momento de acostarse con Jerôme y completar con él, el tercer órgano de la polifonía.
Ella le pide que llene todos sus agujeros cuando comienzan a hacer el amor, aunque él nota que le ocurre algo, diciendo ella que no puede sentir nada, tras lo que rompe a llorar.