Pastel de pera con lavanda
Le goût des merveilles (2015) * Francia
También conocida como:
- "La magia de los sentidos" (México)
Duración: 100 Min.
Música: Christophe Julian
Fotografía: Philippe Guilbert
Guion y Dirección: Éric Besnard
Intérpretes: Virginie Efira (Louise Legrand), Benjamin Lavernhe (Pierre), Lucie Fagedet (Emma), Léo Lorléac'h (Félix), Hervé Pierre (Jules), Laurent Barco (Paul), Hiam Abbass (Mélanie Ferenza).
En el mercadillo local de Drôme Louise Legrand vende peras y todo tipo de productos hechos con las mismas como dulces, licores o mermeladas, ayudada por su hija Emma, aunque esta pretextando que tiene que estudiar se marcha dejándola sola.
Luego, en el bar le pregunta a su amigo Paul cómo lo hacía Franck, señalando este que a Franck nadie podía decirle que no, quejándose de que la central de compras no le pagó aún las peras del año anterior, preguntándole si debe llevarlos a juicio, diciéndole Paul que no, pues de lo contrario no tendrá a quien vender sus frutas y ellos lo saben y por ello se aprovechan, diciéndole Paul que deje que le ayude él, aunque ella rechaza su ofrecimiento, pues a todos sus problemas no quiere añadir un hombre.
El dueño del bar le pide antes de marcharse que le diga a su Emma que está de acuerdo en que trabaje allí viernes, sábado y domingo, diciéndole luego a Paul tras verla salir que no tiene ninguna oportunidad con ella y pierde el tiempo.
Mientras conduce de vuelta a su casa llama a su hija y se queja de que no la consultara sobre lo del trabajo, y cuando suena de nuevo el teléfono y trata de encontrar en su bolso, se distrae, lo que le impide ver a un hombre al que atropella.
Conmocionada, se queda parada sin saber qué hacer, cuando de pronto ve que el hombre se levanta y sale corriendo.
Sale del coche tratando de encontrarlo para auxiliarlo, viendo al llegar junto a él que tiene una pequeña herida en la cabeza, preguntándole si quiere que le lleve al hospital, asegurando él que no va a moverse, ofreciéndose a llamar a un médico, pues piensa que tiene solo un corte, a lo que también se niega, diciéndole ella que vive justo al lado, ofreciéndose a llevarle a su casa, pues no quiere dejarlo allí, aunque él dice que puede quedarse allí. Diciéndole el hombre entonces que le gusta su vestido.
Decide ir a su casa a buscar algo para curarle, pidiéndole a Emma que llame al doctor, y cuando sale con el botiquín ve que el hombre al que atropelló está frente a su casa contemplando los árboles y observando que ha puesto botellas en ellos, contándole ella que las cuelgan antes de que salga el fruto para el licor de peras, pues se vende más si lleva una pera dentro.
Sale Emma diciendo que el doctor no está, pues salta el contestador.
Ella le pide al desconocido que entre para curarle la herida, pudiendo probar él sus tortas, aunque a él le gustan más los pasteles.
Ella le dice que se llama Louise y trata de curarle la herida, aunque al intentar pasarle el algodón con antiséptico él se aparta, comprendiendo ella que no quiere que le toque aunque sí que le cure, por lo que le deja el algodón para que lo haga él mismo.
Le pregunta qué hacía en el campo, respondiendo él que correr.
Louise busca mantas para dejarle que pase allí la noche, ya que amenaza tormenta, no entendiendo Emma que lo haga, diciéndole su madre que si quiere que se vaya tendrá que llevarlo ella en su moto.
El desconocido, Pierre, lleva un portátil y le dice que las temperaturas están por encima de la media, no habiendo riesgo de que hiele, preguntándole por el hombre con el que está en la foto que ella le dice es su marido, observando cómo el hombre apaga y enciende una bombilla, explicando ella que lo llevará a su casa al día siguiente.
Cuando ella se va a dormir, el hombre pone la foto del marido boca abajo, tras lo que recorre la cocina colocando todo lo que ve descolocado para sentarse finalmente frente a la lavadora a la que mira mientras da vueltas
Mientras tanto, dos coches se encuentran en el campo, llamando uno de sus ocupantes a Pierre a gritos, diciéndole a una mujer que lo busca desde hace horas, pero que de noche no podrá encontrarlo. Le cuenta que le llevaba en el coche y le dijo que parara, dejándolo bajar para hacer pis y entonces desapareció corriendo por el campo.
Pregunta si quiere llamar a la policía, señalando la mujer que si lo hacen lo meterán en la cárcel.
Cuando se levanta Emma al día siguiente, ve a su hermano, que le cuenta que ha dormido allí un hombre que está fuera columpiándose, observando la muchacha que ha ordenado todo lo del salón, diciéndole su hermano que también su cuarto.
Fuera, desde el columpio, Pierre observa la frenética actividad de las hormigas y de los pájaros y el movimiento de las nubes mientras Louise analiza las flores de sus frutales.
Luego le prepara el desayuno y le dice que no era necesario que ordenara, respondiendo él que le gusta más así.
Emma pregunta por sus apuntes, diciendo Pierre que los dejó en la mochila en la entrada y así no se verían sus malas notas, diciéndole que en francés se merecía menos nota.
Louise le dice que tiene que ir al centro y puede dejarle donde desee.
Mientras van hacia el pueblo ve cómo él coloca una pegatina en el cristal del coche, diciendo que no le gustan los coches y que la pegatina le ayuda a superar el miedo.
Una vez en el pueblo le dice que no tiene tiempo para llevarle a su casa, por lo que lo dejará en el banco, viendo que coge su cuaderno de sudokus y resuelve uno en un momento, mientras le recuerda que lleva 8 minutos de retraso, aunque cuando llegan son ya 23, por lo que le pide que vaya a la parada de taxi, aunque él le dice que prefiere que lo lleve ella, que insiste en que no puede hacerlo.
Pero en vez de irse se queda contemplando la máquina barredora y a los barrenderos limpiando los restos del mercadillo del día anterior.
Mientras Louise espera para su reunión en el banco ve cómo se sienta a su lado Pierre, que no le hace caso cuando le dice que debe marcharse, viendo cómo abre su portátil, diciéndole que nació un martes, pues ha visto que nació el 25 de abril de 1978 y ese día era martes y tiene 37 años, un bonito número primo, aunque el que él prefiere es el 619 pues si lo gira sigue igual.
Desde abajo ve a Louise protestando frente al director de la caja agrícola, diciéndole que no le puede hacer eso, recordando él que su préstamo hipotecario caduca en 15 días, señalando ella que las tierras fueron de la familia de su marido desde 5 generaciones atrás y asegura que le pagarán, señalando él que aun así los cultivos son insuficientes y necesita un nuevo modelo económico, diciéndole que trate de verlo de forma positiva, pues podrá saldar su deuda y comenzar de cero.
Observa cómo Pierre sale de la sucursal mientras ella alega que esa casa es todo lo que le queda y que hizo todo lo que ellos le recomendaron, diciéndole el banquero que puede que no esté hecha para arboricultura.
Al salir, sube a su coche pensativa, fijándose después de un rato en que Pierre sigue en la plaza, sentado en la fuente, por lo que lo vuelve a recoger y lo lleva hasta la dirección que él le señala, una librería donde le dice que le va a preparar un café, observando ella que una vez en la cocina tras un biombo él se pone desodorante.
La sorprende mirándolo el dueño de la librería Jules.
Mientras toman café, Louise le pregunta al hombre si hace mucho que se conocen, indicando este que desde que sabe andar, pues su madre vivía arriba y cuando esta murió lo contrató para que lo ayudara y se hizo una pequeña habitación en el almacén.
Ella le pregunta qué le ocurre, pues ha comprobado que es diferente, respondiéndole Jules que Pierre es honrado, honesto fiel, no miente nunca, no le interesa el dinero y no le desea mal a nadie, por lo que en efecto es diferente.
Pierre le regala un libro, observando Louise que aunque tiene teléfono no responde cuando lo llaman, teniéndolo cubierto de círculos de pegatinas, indicando Jules que le regaló el móvil, pero que nunca responde, tras lo que le pregunta a Louise qué le ha hecho, pues suele mostrarse incómodo con los desconocidos ante los que se pone nervioso y recita los decimales del número Pi, preguntándole que si la ha pellizcado, pues cuando quiere a alguien da pellizcos.
Cuando Louise decide marcharse, Jules le pregunta cómo podrá localizarla, diciendo sin dudarlo Pierre su número de teléfono, su nombre completo y fecha de nacimiento.
De regreso, Emma le pregunta qué le dijeron en el banco, diciéndole ella que encontrarán una solución, aunque Emma le pregunta si les quitarán la casa, diciendo ella que deben mucho dinero, pidiéndole que la deje trabajar, pues lo necesitan, a lo que se niega, diciéndole Emma que quizá sea mejor así, pues está harta de los árboles, las colmenas y los mercados, diciéndole ella que su padre no hubiera querido que lo dejaran, pidiéndole Emma que deje de decir eso y que si se quedan que no sea por él.
Tras ello Pierre juega al ajedrez con Jules, que le dice que el hombre que fue a buscarlo regresó esa mañana y le advierte que volverá.
Llega una clienta preguntando por un libro, que él sabe exactamente dónde está, incluso puede recitarlo.
Louise vende parte de sus colmenas y Paul le propone comprarle algunos terrenos como solución al problema de su hipoteca, diciendo ella que ya no le queda mucho, hablándole él de la parcela de la colina, pues allí los melocotoneros no dan casi nada, pero ella recuerda que es un sitio magnífico que Franck llamaba el Jardín del Edén, aunque Paul le dice que él tiene tierras a ambos lados y a ella le cuesta más de lo que aporta, aunque reconoce que tendría que quitar los árboles.
Cuando regresan a casa ve que le han llevado de la floristería 37 ramos de flores, preguntándole el niño a Paul si ha sido él, a lo que responde que no.
En su ordenador Pierre ve cómo muchos 3 y 7 se van juntando hasta formar un gran 37. Mira luego las noticias meteorológicas, dándose cuenta de que va a helar.
Louise duerme cuando la llama su hija, viendo desde la ventana a Pierre colocando unas enormes velas que enciende, asegurando que va a helar, pidiéndole que despierte a Félix, su hermano y se vistan, yendo luego hasta el almacén para recoger velas y cargarlas en el remolque, llevándole un abrigo a Pierre, que dice que pica, y entre los 3 colocan las velas mientras el niño conduce el tractor.
Al día siguiente amanece, en efecto el campo helado y cuando se acuestan los niños le da un trozo de pastel de pera de los que preparó para vender en el mercado.
Le ve mirar otra foto de su marido, contándole ella que murió en un accidente de parapente, pues le gustaba todo lo peligroso, ya que le daba la sensación de estar vivo.
Él se ofrece a ayudarla, aceptando ella su ofrecimiento para que sustituya a Emma, aunque antes se da un baño, viéndolo ducharse mientras canta desnudo.
En el mercadillo Pierre demuestra tener conocimientos sobre todos los productos, lo que para unos clientes es atrayente, y para otros negativo, pues no quieren que se ponga en duda su virilidad cuando él recomienda un reconstituyente.
Luego él se agacha y le ata el zapato, lo que una vieja que lo ve interpreta como un signo de que hay entre ellos una relación.
Louise lo ve mirando las nubes, y él le dice que le recuerdan a los números y trata de encontrar un 37 aunque no lo ve, señalando que tiene una nalga más grande que la otra, diciendo ella que no sabía que se notara tanto, indicando él que le presta atención.
Llega entonces un hombre pidiendo una tarta y de regreso a casa ella le pregunta por qué le dijo eso al hombre, indicando él que porque era verdad, diciéndole ella que no se le dice eso a la gente, insistiendo él en que tenía la nariz grande, explicándole Louise que para vivir en sociedad no siempre conviene contar la verdad, aunque él va preocupado por la velocidad a la que conduce y le dice que van a morir, estando a punto de sucederles en efecto, ya que hay un camión atravesado en la carretera, debiendo frenar bruscamente logrando parar justo antes del impacto, saliendo Pierre del coche aturdido mientras varios conductores discuten, y suenan los cláxones.
Tanto ruido le confunde y se aleja, constándole a Louise encontrarlo sentado en unos escalones.
La mujer que lo buscaba unas noches, una psiquiatra le explica a Jules que se trata de una evaluación y que durará solo unos días, ante lo que el librero alega que cuando diagnosticaron a Pierre que era Asperger de niño y le llevaron a un centro especial, él dejó de hablar, por lo que le pide que le deje vivir su vida tranquilo, pues no necesita ser curado, diciéndole la doctora que no es él el más indicado para decirlo, pues la especialista encargada de evaluarlo es ella, ya que vive en 10 metros cuadrados enterrado en libros y no cree que sea esa la vida que quiere.
Louise llama a Jules para contarle que Pierre ha sufrido una crisis y necesita ayuda.
Félix lo ve sentado y le pregunta qué le pasa, diciéndole Pierre que su madre le ha dicho que debe descansar y que ya no quiere que la ayude, diciéndole el chico que puede ayudarle a él si es bueno en mates, diciéndole luego al ver cómo la mira que cree que está enamorado de su madre y por eso le manda flores, aunque él se limita a sonreír.
Mientras Louise sulfata los árboles llega Paul que le pregunta si ha pensado en su propuesta, asegurándole que conseguirá salir de esa y que su problema no son los parásitos, sino el banco.
Se acerca hasta ellos Félix, que le dice a su madre que Pierre es buenísimo en matemáticas mientras este se acerca a ellos, presentándose Paul, aunque Pierre no le da la mano y asegura que no le gusta Paul.
Louise le pregunta que si le vende la parcela podrá pagársela inmediatamente, pues con eso y tras llamar a la central de compras, para ver si van a pagarle irá a contar al banco la propuesta de Paul, señalando Pierre antes de alejarse que no tiene que vender.
La escucha luego mientras habla por teléfono con la central quejándose de que no respeten sus compromisos y señalando que no es culpa suya si la fruta se estropeó por culpa de cómo la almacenaran, fijándose al colgar en que tiene la casa llena de flores y todas en buen estado.
Emma se dispone a salir y le pregunta su madre si no cena con ellos, indicando ella que tiene que preparar su exposición con Natalie.
Louise se fija en que sus papeles están en diversas filas con pegatinas de distintos colores, señalando Pierre que los ha clasificado por urgencia, preguntándole por qué se portó así con Paul.
Louise está muy nerviosa y al sacar la comida del horno se le cae, por lo que estalla y rompe a llorar, y para calmarse decide subir a ducharse, viendo cómo sube Pierre y se sienta junto a la bañera, preguntándole ella qué hace, y que solo tardará 5 minutos y podrá entrar después, indicando él que va a desnudarse y que debe estar muy guapa desnuda, aunque ella le pide enfadada que salga del baño.
Cuando baja recibe una llamada de Jules.
Félix le dice que Pierre está fuera y le pide que no se enfade por lo de los deberes, pues fue culpa suya que le pidió ayuda.
Encuentra a Pierre enfadado, aunque le lleva la chaqueta que él dice que pica para que no se resfríe, señalando él que no es de su talla, contándole ella que era de su marido.
Pierre le dice que entiende que no le quieran, pues no es fácil convivir con él, aunque Louise le dice que los hay peores y que nada es fácil, aunque todos tienen trucos para salir adelante y le dice que sus manías con las pegatinas o su afán por conocer el tiempo no son peores que emborracharse o santiguarse.
Le dice luego que Jules va a ir a buscarle, aunque él dice que está bien allí, diciéndole Louise que no puede quedarse, pues las cosas no funcionan como lo que ellos han vivido, pues lo normal es conocerse poco a poco, no entrar de golpe en la vida de nadie, asegurando él que la conoce muy bien, sabe cómo se llama, sabe que lucha por salvar su cultivo y sabe que se pregunta si ese es su lugar, llevando el reloj de su marido para no olvidarse de él y sabe que cuando está triste hunde su cara en su bufanda que todavía huele a él y es cabezota, caótica, frágil y hermosa.
Pese a todo ella le dice que no es posible, pues también está Emma que está en un momento difícil, diciendo Pierre que hablará con ella, aunque Louise le dice que está en casa de una amiga, diciendo él que solo necesita su número de teléfono.
De pronto entra en casa, coge el ordenador y le pide a Félix el teléfono de su hermana, pellizcando a Louise al salir.
Luego se adentra en el cultivo con el ordenador y allí utiliza un programa de localización
Comienza tras ello a caminar entre campos de girasoles, lavanda y trigo hasta llegar al bar del pueblo, donde Emma discute con el dueño que le echa en cara que maltratara a un cliente, quejándose ella de que este quería meterle mano.
Cuando entra Pierre, el dueño del bar le dice que está cerrado, pues se trata de una fiesta privada y trata de obligarle a marcharse, diciéndole Emma que le conoce, a lo que el camarero dice que o se marcha o le echa él ante lo que Emma le dice que es gilipollas si no ve que tiene un problema, viéndoles cómo discuten por la forma de hablar de ella.
Pierre empieza a notar entonces cómo la música y las luces le marean y sale del local y Emma tras él, echándole ella en cara que perdió el trabajo por su culpa y además no van a pagarle.
Él le dice que ha ido a hablar con ella porque madura muy rápido y dijo que estaba en casa de su amiga Natalie.
Emma le pregunta cómo la encontró, mostrándole Pierre su ordenador, y en él a ambos allí sentados hablando, diciéndole él que el satélite localiza su teléfono.
Ven entonces cómo dentro del bar dos tipos ríen y tratan de atraerla, diciendo ella que hasta sus sonrisas son sucias, indicándole Pierre que si hace clic en su ordenador conseguirá que sean menos sucias, viendo Emma de pronto cómo salta la alarma antiincendios del local y los empapa a todos, que deben salir corriendo de la fiesta.
Jules, que había ido a buscarle le cuenta a Louise que Pierre es un hacker amateur que pirateó el ordenador del servicio de digitalización del Ministerio del Interior para regalarle unos correos históricos, acabando condenado a 5 años de prisión, queriendo el juez que lo vea una psicóloga que determine que es responsable, y que justamente el día que lo encontró tenía cita con ella para una evaluación y se fue porque trataba de evitar una situación estresante, pues vive las situaciones más intensamente que los demás, pero si determinan que no es autónomo querrán quedarse con él, y si no va lo internarán.
Cuando llega con Emma en la moto de esta, le pide que no cuente nada a su madre.
Jules le dice que tienen que hablar con él, yendo enfadado hacia Louise tras la charla para decirle que no quiere irse, respondiéndole ella que lo sabe pero que es necesario, preguntándole si cree que no es normal, a lo que le responde que es justamente lo contrario, que debe demostrarles que es capaz y asegurándole que todo irá bien y que no podía quedarse allí para siempre, pues no hay sitio, indicando él que lo había para su marido, a lo que ella le dice que es diferente, preguntándole él si quiere casarse, a lo que ella le responde que no, y que lo mejor será que se vaya, haciéndolo él enfadado.
Es internado tras ello en un centro junto con disminuidos.
Mientras la doctora le habla él se limita a mirar una pecera sin escucharla ni hablar pese a que ella le deja escoger el tema de conversación e incluso le ofrece que la ayude a navegar por Internet.
Félix se muestra preocupado por si lo meten en la cárcel, diciéndole a su madre que estaba bien allí, enfadándose esta al ver que sus dos hijos lo defienden.
Mientras examina los parásitos de los árboles se ve a sí misma mirando la forma de las nubes, recibiendo una llamada de Paul al que le dice que aún no le pagaron los de la central de compras y el banco quiere el dinero antes del martes, invitándole ella a comer el domingo.
Ese día le lleva un ramo de flores, aunque durante la comida Emma dice que si tienen menos árboles ganarán menos, señalando Paul que la competencia extranjera es cada vez mayor y deberá pensar en ganarse la vida de otra manera que no sea desollándose las manos con la fruta, habiendo otras alternativas como el ecoturismo y que deben unir fuerzas, preguntando los chicos qué quiere decir, indicando Paul que cuando estudiaban, su padre y él eran amigos y jugaban juntos. Su padre era el capitán y él era el portero y uniendo sus fuerzas ganaron juntos muchos partidos.
Emma concluye que lo que Paul quiere decir es que está ya harto de ser portero y quiere follarse a la mujer del capitán, recriminándole su madre sus palabras, levantándose de la mesa diciendo que tiene trabajo sin hacer caso a su madre que le pide que regrese.
Félix por su parte le dice que si tala los árboles de su padre lo matará.
Ella le dice que hablará con ellos y que le venderá la parcela y talará los árboles, pues si lo hace él lo odiarán toda su vida.
Luego, y antes de marcharse, ella le pregunta qué piensa de sus nalgas, preguntando Paul si quiere que se quede, diciéndole ella que solo quiere que le diga si ha notado algo en especial y qué piensa, indicando él que están muy bien.
Jules visita a Pierre, contándole la doctora que desde que está allí ni siquiera ha abierto un libro y si no sale de su cerramiento tendrá que recomendar su internamiento.
Jules se reúne con él, que lleva 4 días sin hablar, no haciendo una excepción con él, encontrándose su habitación y todo lo que hay en ella, incluido el techo, cubiertos con pegatinas que hacen diversos dibujos.
Jules trata de implicar a Pierre con el ajedrez, aunque no reacciona, ante lo que Jules le cuenta su historia con Capucine, cuando coincidieron en la misma terraza y se fijó que estaba leyendo sin un vaso de vino, tras lo cual vivió ocho maravillosos días antes de que se marchara a América por su trabajo. Tras aquello él volvió a su vida, pero nada tenía sentido, y no se atrevió a llamarla.
Le devuelve a Pierre su teléfono y le dice que llamó a Louise y le dejó un mensaje diciéndole que iba a verlo, sonando entonces el teléfono, y haciéndole ver que podría ser ella, aunque para comprobarlo tendría que coger la llamada.
Le cuenta que ella tiene problemas económicos y es una pena que nadie pueda ayudarla, pues lo perderá todo y luego ya será tarde.
Le dice que sabe que las decisiones son difíciles, pues no sabe si ella querrá verle o hablar con él, ni sabe si es ella la que llama y se preguntará si estaría mejor con ella o allí solo enganchando pegatinas en las paredes.
Ve entonces cómo Pierre finalmente reacciona y le dice que le dará jaque mate en 9 jugadas. Suena tras ello el teléfono y lo coge, viendo que el que llamó fue el propio Jules, que lo ha engañado, pero ha conseguido que reaccione.
Pierre le dice que sabe que Capucine era el apellido de su mujer, a lo que le dice Jules que en efecto, que se casaron porque al final él decidió hablar con ella.
Louise actúa como dijo, arrancando personalmente los árboles de la tierra que desea vender a Paul, cuando de pronto ve en la lejanía a Pierre acercándose con cierta timidez, bajando del tractor y saliendo a su encuentro.
Él le dice que la central de compras le ha pagado el dinero que le debían aunque ellos aún no lo saben, preguntándole ella qué ha hecho, temiendo que acabe en la cárcel, señalando él que el dinero es suyo y si van a la justicia perderán. Y le dice además que puede denunciar el préstamo hipotecario, pues contiene varias irregularidades y que sus cultivos pueden ser rentables, aunque debe dejar de trabajar con la central de compras, y que hay un proyecto por el que la gente puede apadrinar los árboles por Internet, pues son su patrimonio y sus raíces, asegurándole que a su marido le habría gustado, aunque ella indica que no será suficiente.
Le dice tras ello que él no hace parapente y no va a irse ni a morir y que se siente mucho mejor cuando está a su lado y cuando no está tiene la sensación de caerse y romperse en pedazos y que quiere volver a verla de nuevo, diciendo ella que está allí.
La doctora acude a casa de Louise y le pregunta si está segura de lo que propone, pues la generosidad no es suficiente, contándole ella que unos días atrás ayudó a un hombre herido en la carretera y que este le ha salvado de la ruina y ha devuelto la sonrisa a sus hijos.
Jules apunta que además dejaría de vivir entre libros mientras le oyen cantar feliz en la ducha.
La doctora sugiere entonces hacer un informe al juez proponiendo una tutela temporal con 3 meses de prueba para ver si ese ambiente le beneficia, como si viviera con su madre, señalando Louise que no irá a vivir allí porque él los necesite, sino porque ellos lo necesitan a él.
Un tiempo después Louise camina por el campo con el vestido que llevaba el primer día y sale al encuentro de Pierre y caminan juntos, llegando él incluso a hacer un amago de coger su espalda.