Títane
Títane (2020) * Francia / Bélgica
Duración: 108 min.
Música: Jim Williams
Fotografía: Ruben Impens
Guion y Dirección: Julia Ducournau
Intérpretes: Agathe Rousselle (Alexia), Vincent Lindon (Vincent), Garance Marillier (Justine), Laïs Salameh (Rayane), Myriem Akheddiou (Madre de Adrien), Bertrand Bonello (Padre de Alexia).
Un hombre conduce el coche y va subiendo cada vez más la música para no escuchar los ruido que hace su hija con la boca.
Enfadada con él, la niña, Alexia, comienza a dar patadas a su asiento, y, cuando le grita pidiéndole que pare, ella se quita el cinturón para coger algo de detrás.
Temiendo que le ocurra algo, su padre se enfada y se vuelve hacia ella pidiéndole que se ponga el cinturón, despistándose de la conducción, por lo que acaba chocando.
Como consecuencia del accidente a la niña le colocan una placa de titanio en la cabeza.
Al salir del hospital, en vez de besar a sus padres, corre a besar y abrazar al coche.
Años más tarde, ya adulta, y con una visible cicatriz en un lado de la cabeza, Alexia trabaja como azafata en el salón del automóvil, tratando de llamar la atención de los asistentes, haciéndolo ella sobre el Cadillac que representa y con el que simula hacer el amor, sintiéndose excitada por él, consiguiendo así llamar la atención de mucha gente y repartir muchas tarjetas.
Terminado el trabajo, las azafatas se duchan, enredándosele el pelo en el piercing que una compañera, Justine, que trataba entablar conversación con ella, lleva en un pezón.
Cuando sale, más tarde, la esperan algunos hombres que le piden autógrafos, persiguiéndola de hecho uno de ellos hasta el aparcamiento, diciéndole cuando llega al coche que solo quiere su autógrafo.
Pero luego le dice que está enamorado de ella y le propone ser amigos, cogiendo su cara y besándola desde fuera, viendo que ella responde positivamente, no dándose cuenta de cómo, mientras se besan la chica se quita un pincho que lleva en la cabeza y se la clava en el oído haciendo que vomite y muera.
Vuelve tras ello al salón para ducharse y poder quitarse el vómito, escuchando mientras lo hace un ruido en la exposición y fuertes golpes, por lo que, aún desnuda sale al salón donde antes estuvo trabajando, viendo el coche con las luces encendidas, por lo que, tras abrazarlo, sube, comenzando el coche a moverse como si alguien estuviese haciendo el amor dentro.
De hecho es Alexia la que hace el amor sobre la palanca de cambios, teniendo un fuerte orgasmo con el mismo mientras el coche rebota.
Despierta al día siguiente con hematomas en la parte interna de los muslos y escucha hablar en el telediario de otro asesinato en la región de Provenza, tras aparecer el cuerpo de un hombre de 47 años, que es la cuarta víctima del año tras los asesinatos de otros dos hombres y una mujer en circunstancias similares, aunque no es aún oficial la hipótesis de que se trate de un asesino en serie.
Como le duele la tripa, le pide a su padre que la examine, aunque le dice que no tiene nada.
Vuelve a ver a Justine y se besan apasionadamente, aunque Alexia acaba mostrándose violenta al morder insistentemente su pezón, hasta que la chica se levanta enfadada, pues le hace mucho daño, pareciendo Alexia extrañada, que se marcha, no entendiendo Justine que sea ella la ofendida.
Aunque en realidad va a vomitar, observando cómo su tripa ha comenzado a hincharse y al pasarse la mano por la vagina la ve manchada de grasa.
Se inquieta por ello y, confusa se abraza a Justine, haciéndose luego una prueba con un predictor, viendo que está embarazada, por lo que trata de atajar el problema introduciéndose en la vagina su pincho del pelo, aunque cuando se saca el pincho, no tiene sangre, sino grasa.
Cuando sale, Justine trata de arreglar las cosas besándola, aunque mientras permanece luego tumbada tranquilamente sobre ella le clava en la cara su pincho del pelo, acabando luego con ella tras clavárselo repetidamente.
Pero como se trataba de una fiesta hay más gente en la casa.
Baja un hombre en calzoncillos y se dirige con el pincho de la chimenea, preguntando él qué piensa hacer con él, incrédulo de que sea capaz de hacerle algo, aunque ella se lo clava en el pie, pese a lo cual se resiste y consigue hacerse él con el pincho, pidiéndole a otra chica que llame a la policía, aunque ella se hace con una banqueta y lo golpea insistentemente con ella, hasta clavarle una de las patas en la boca, acabando con él.
Con el gancho sube arriba para acabar con la chica, aunque una vez arriba se encuentra con otro hombre, que sale de una de las habitaciones, preguntándose ella cuántos están allí, acercándose a él, al que se presenta abrazándolo como si necesitara su protección y diciendo que está agotada, acabando con él clavándole el pinchó por la espalda.
En ese momento la otra chica trata de huir y la persigue, aunque la chica consigue apartarla y golpear su cabeza, pudiendo huir gracias a ello.
Regresa a su casa en mal estado, viendo cómo su padre la observa desde la ventana sin hacerle caso alguno.
Va hasta el garaje, donde quema toda la ropa que llevaba manchada de sangre, echándole gasolina, y observando cómo las llamas van creciendo y empezando a quemar el garaje entero sin hacer nada por evitarlo, por el contrario, sube hasta la habitación de sus padres y los encierra con llave.
Se marcha luego haciendo autostop, recogiéndola un tipo que la lleva hasta el aeropuerto, viendo cómo es buscada por asesinato.
Tratando de librarse de ser detenida, ya que su fotografía circula por todas partes, decide cortarse el pelo y se afeita las cejas, tratando de disimular con una venda su pecho y su tripa, apretándose todo el cuerpo, deformándose finalmente la nariz a base de puñetazos, aunque tras observar que ese método no es efectivo, se la golpea contra la pila.
Va luego hasta la comisaría donde se hace pasar por Adrien Legrand un joven de 17 años que desapareció siendo niño y que desde entonces es buscado por sus padres.
La policía llama a Vincent Legrand, el padre del desaparecido, que cuando llega se niega a hacerse la prueba de ADN, convencido de que es su hijo de verdad.
Se la lleva, y, aunque observa que no dice ni una palabra, aunque, le dice, ya le hablará.
Y cuando poco después intenta escaparse del coche en una parada, Vincent logra alcanzarla y le dice que al primero que lo toque lo matará.
Vincent, capitán de bomberos, la lleva hasta la estación, donde vive y trabaja.
La instala en una habitación, donde se puede quitar las vendas que la oprimían.
Vincent entra en la habitación para darle las buenas noches y le pide la ropa para lavarla, negándose a marcharse pese a la negativa a dársela, dándose la vuelta para que se la entregue cuando cree que es todo por pudor.
Alexia ve luego cómo le cierra la puerta con llave y que no puede escapar.
Vincent ve entre la ropa el pincho del pelo.
Vincent se inyecta esteroides para tratar de mantenerse, teniendo su trasero amoratado.
Cuando despierta, Alexia ve que le devolvió la ropa, incluyendo su sujeta pelo, pero que sigue encerrada.
Debe colocarse nuevamente las vendas y su "padre" le coloca una placa en la nariz para curarle la herida.
Luego coge una maquinilla y le rapa el pelo del todo para tratar de arreglar el desaguisado que se hizo ella sola y le coloca una gorra para que tenga mejor aspecto.
Les presenta al resto de bomberos a su "hijo" Adrien, y como él es Dios para ellos, Adrien es Jesús, y hablará cuando tenga algo que decir.
Mientras comen, vuelve a pedirle que le hable, sin resultado, observando cómo de sus pechos parece haber salido algo, pero ella no le permite tocarlo, preguntándole si es que le da miedo, y para demostrarle que no debe temerle, comienza a bailar "She´s not there" y le obliga a bailar con él, siendo cada vez más violento el baile, y le golpea la cara, haciendo que se enfade y responda, sacando incluso su pincho, aunque Vincent le dice que allí no hacen punto y le pide que pelee como un hombre, consiguiendo dominarlo.
Le pregunta tras ello por qué se quiere ir, pues está en su casa. Y le entrega la llave.
Aprovechando esa libertad, decide huir, yendo hasta un autobús, aunque al ver que sube a este un grupo de jóvenes que empiezan a acosar a otra chica, por lo que incómoda al ver lo que le espera fuera decide bajarse y regresa a la casa.
Encuentra a Vincent inconsciente tras abusar de los esteroides y se plantea acabar con él, con su horquilla, aunque finalmente se arrepiente y no lo hace.
Con la maquinilla se rapa el pelo del todo y trata luego de reanimarlo, llamándolo papá, aunque no consigue que reaccione.
Busca en un armario, donde encuentra cosas de Adrien, viendo antiguas fotos de este con sus padres. También encuentra un vestido de la madre amplio que se prueba, viendo que le va bien para su tripa.
Vincent la sorprende con el vestido y ríe al verlo, mostrándole una foto de su álbum donde sale Adrien, de niño, con el mismo vestido, asegurando que nadie puede decirle que no es su hijo, tras lo que la abraza y la besa.
Lo lleva con él a su siguiente misión con Rayane, otro de sus hombres.
Atienden la llamada de una mujer porque su hijo de 45 años no respondía y es drogadicto, viendo, mientras atienden al hombre, cómo la mujer sufre una parada cardiaca, debiendo hacerle ella un masaje cardio respiratorio al ritmo de la Macarena., consiguiendo que la mujer recupere así el sentido.
Pasado el susto y a la salida, abraza a su padre, sintiéndose este emocionado por la reacción.
Pero mientras van de regreso, Rayane mira en su móvil y observa el retrato robot y la mira, preguntándole de dónde ha salido realmente.
Ve luego en la estación cómo los bomberos bailan, sacando a su padre para que lo haga también, sonriendo al verlos.
Lo interrumpe Rayane, que lo llama aparte para hablarle de su hijo, aunque él dice que no se habla de su hijo, pese a que Rayane le dice que es importante, no permitiéndole que lo haga, aunque luego se dirige a Alexia para pedirle que vuelva al agujero del que salió, aunque, sin hacerle caso se dirige a Vincent y hace que baile con ella, cogiéndola él, feliz, sobre sus hombros sin saber que con ello oprime su tripa causándole dolor.
De pronto un día, ve que hay una mujer también, diciéndole Vincent que es su madre, que ha ido a verle y hace que la mujer la abrace, aunque lo hace con reticencias.
Luego, mientras comen le pregunta cómo está y si se ha adaptado, diciéndole Vincent que no habla.
Ella le pregunta si quiere que luego vayan a dar una vuelta los dos solos.
Le dice luego a Vincent que no sabe cómo lo hace, viviendo allí con su ropa y sus juguetes y con su habitación vacía y le pregunta por qué se tortura así.
Vincent le pide a Alexia que les deje un momento a solas. Le dice entonces a su exmujer que no se lo llevará, diciendo ella que no quiere hacerlo.
Alexia siente un fuerte dolor en un lado de su tripa que le lleva a rascarse constantemente, hasta hacerse un agujero. Empieza a tener dolores y se golpea la tripa.
Empiezan a dolerle también los pechos y, al apretárselos comienza a salirle grasa.
La sorprende la exmujer de Vincent desnuda, viendo que es una mujer y está embarazada.
Se acerca a ella y le aprieta la tripa mientras le pregunta qué haría si estuviera en su lugar y no pudiera llorar por su hijo, aunque luego le dice que es una pobrecita y que se ha metido en un lío.
Le dice que no sabe cuáles son sus razones para alimentar su locura, y le dice que haga lo que quiera, pero que cuide de él, pues lo necesita.
En televisión informan de que siguen sin localizar a la autora de los asesinatos de la Provenza.
Vincent la llama y le pide que le ayude con las inyecciones.
Alexia le habla por vez primera para preguntarle si está enfermo, diciendo él que está viejo, aunque luego le dice que es él quien debe cuidarlo y no al revés y le pregunta si confía en él.
Le dice que harán que crezca, afeitándole la barba.
Durante una de las actuaciones de los bomberos, Vincent es alcanzado por una piedra, lo que preocupa a Rayane, que para comprobar si está bien le pregunta cómo se llama, y como no le responde le pregunta si sabe al menos cómo se llama la chica, haciendo que Vincent se enfade.
Se dirige luego a una caravana, de la que saca una bombona, preguntándole Rayane si está seguro de que hay solo una. Le entrega la bombona a Rayane y sale corriendo.
Desde el camión, Alexia escucha una fuerte explosión.
Tras caer por efecto de esta, Vincent se levanta, y se acerca al lugar del que vino la explosión, no pudiendo hacer nada ya por Rayane.
En la ducha, Alexia, ve cómo sale de su vagina sale aceite en abundancia.
La sorprende allí Vincent, y aunque trata de taparse deprisa, es demasiado tarde, diciéndole Vincent que le da igual quien sea, pues siempre será su hijo, sea quien sea y la abraza.
A ella se le cae la toalla y puede ver sus pechos, pero solo recoge la toalla y vuelve a colocársela.
Baila con el resto de los bomberos de forma incluso violenta, animándolo algunos de ellos a que suba a lo alto de un camión mientras los demás lo jalean y le piden que baile.
Ella lo hace de forma sensual, como cuando trabajaba en el salón del coche, sorprendiéndolos a todos, que no se esperaban eso y se sienten incómodos. Le pasa también a Vincent cuando llega, y se marcha avergonzado.
Cuando se queda sola, Alexia tiene sexo con uno de los camiones.
Se quita todos los vendajes que la oprimen y comienza a tener dolores de parto, viendo cómo su tripa comienza a abrirse como si lo hiciera por cesárea.
Entretanto, en su cuarto, Vincent se lanza alcohol sobre el pecho y se prende fuego, aunque luego se arrepiente y trata de apagarlo.
Alexia regresa desnuda a la vivienda y entra al cuarto de Vincent, recostando su cabeza sobre su pecho y le dice que le quiere, aunque cuando le besa en la boca, rechazándola él, que decide marcharse.
Ella le pide que no la deje sola, pues tiene miedo, viendo, al quitarse las sábanas su tripa, y cómo sufre fuertes dolores, llegando incluso a vomitar grasa.
Vincent regresa y la acuesta boca arriba y le abre las piernas y le pide que empuje fuerte y le dice que todo irá bien.
Ella le dice en ese momento que se llama Alexia.
Su tripa se abre por varios puntos mostrando placas metálicas y soltando grasa.
Le pregunta a Vincent cómo es al escuchar su llanto, pero con los esfuerzos se le abre la cabeza por el lado donde tenía la placa de titanio y muere.
Vincent trata de reanimarla y le hace la respiración boca a boca, pero sin resultados. Solo escucha el llanto del bebé.
Vincent lo recoge y lo recuesta sobre su pecho, mostrando que su columna vertebral es de titanio y le dice que está allí.