Vestida para matar
Dressed to Kill (1980) * USA
Duración: 105 min.
Música: Pino Donaggio
Fotografía: Ralph Bode
Guion y Dirección: Brian de Palma
Intérpretes: Michael Caine (Dr. Robert Elliott / Bobbi), Angie Dickinson (Kate Miller), Nancy Allen (Liz Blake), Keith Gordon (Peter Miller), Dennis Franz (Detective Marino), David Margulies (Dr. Levy), Ken Baker (Warren Lockman), Susanna Clemm (Betty Luce), Brandon Maggart (Cleveland Sam), Norman Evans (Ted), Bill Randolph (Chase Cabby), Fred Weber (Mike Miller).
Kate Miller acude a visitar a su psiquiatra el Dr. Robert Elliott, al que le manifiesta sus frustraciones con su marido, que la hacen sentirse insegura, por lo que le pregunta al terapeuta si se siente atraído por ella, a lo que este contesta afirmativamente, aunque negándose a tener una relación con ella por estar casado.
Acude tras ello al Museo Metropolitano de Arte donde se fija en un hombre que la espera en un taxi a la salida para devolverle un guante que perdió. Y sin oponer resistencia dejará que el hombre la bese teniendo un rápido encuentro sexual en el taxi que continúan en el apartamento de él.
Tras pasar juntos la tarde decide dejarle una nota, encontrando al hacerlo un informe médico que indica que tiene una enfermedad venérea, por lo que se marcha, aunque, antes de llegar al portal se da cuenta de que olvidó su alianza y vuelve a subir, siendo atacada al abrirse la puerta del ascensor con una navaja de afeitar por una mujer rubia y alta.
Poco después el ascensor se para y una mujer ve a Kate muerta y a su asesina, aunque, las puertas del ascensor se cierran y ella se queda con la navaja, que perdió la asesina.
La testigo, Liz Blake es poco después interrogada por la policía, que sospecha de ella debido a que se dedica a la prostitución.
Entretanto el Dr, Elliott encuentra una extraña llamada en su contestador de una mujer que dice estar atrapada en el cuerpo de un hombre, y que como él no la quiso ayudar emitiendo un informe para que pudiera cambiar de sexo le robó su navaja de afeitar.
La policía no cree a Liz, pero la asesina sí, y la persigue, por lo que tratando de ocultarse de ella se cuela en el metro donde, para librarse de unos macarras que tratan de violarla debe ir cambiando de vagón, topándose al hacerlo con la asesina que está a punto de acabar con ella, evitándolo un muchacho que rocía a la asesina con un espray salvando a Liz.
El muchacho que la ayudó es Peter, el hijo de Kate, que se dedica a investigar por su cuenta el asesinato de su madre y que a partir de ese momento colaborará con Liz, al saber que es inocente, para detener al verdadero ladrón.
Para ello necesitan hacerse con la agenda del psiquiatra, lo que legalmente es complicado, por lo que el propio policía le sugiere a Liz que la consiga ella.
Con el respaldo de Peter, Liz visita al psiquiatra, ante el que se desnuda proponiéndole que se acueste con ella, a lo que este se niega. Pero ella insiste, y, pretextando ir a maquillarse al cuarto de al lado examina su agenda, para ver el nombre de la última persona que visitó al psiquiatra, ya que Peter la vio salir de la consulta el día que salvó a Liz, y que lo hizo porque iba siguiendo a la mujer rubia.
Entretanto Peter, que vigila desde la ventana ve que está allí la rubia y trata de avisar a Liz, aunque alguien se lo impide. Ve cómo la rubia se acerca a su amiga e intenta matarla, no llegando a hacerlo porque alguien le dispara a ella, descubriendo que es el propio Dr, Elliott, con el que acabó la agente Luce, a la que el jefe de policía puso a seguir a Liz.
Otro psiquiatra les explica que cuando Elliott se excitaba y le hacían sentirse masculino se convertía en Bobbi y asesinaba a quien le excitaba.
Liz se tomará unas vacaciones en casa de Peter aprovechando que no está su padrastro, y mientras se ducha escucha unos ruidos, siendo sorprendida por Elliott, que tras escapar del sanatorio mental acaba con ella.
Se despierta entonces Liz dándose cuenta de que era solo una pesadilla.