Te cuento la película

Vidas pasadas

Past Lives (2022) * USA / Corea del Norte

Duración: 105 min.

Música: Christopher Bear, Daniel Rossen

Fotografía: Phedon Papamichael

Guion y Dirección: Celine Song

Intérpretes: Greta Lee (Nora Moon / Na Young), Teo Yoo (Jung Hae Sung), Seung Ah Moon (Nora joven), Seung Min Yim (Hae Sung joven), John Magaro (Arthur Zaturansky), Ji-Hye Yoon (Madre de Nora), Choi Won-young (Padre de Nora), Min Young Ahn (Madre de Hae Sung), Jojo T. Gibbs (Janice), Emily Cass McDonnell (Rachel), Federico Rodriguez (Robert).

Una pareja observa en un pub de Nueva York a tres personas que están al otro lado de la barra. Un hombre y una mujer asiáticos y otro hombre blanco, y se preguntan qué relación habrá entre ellos.

Se plantean si el chico blanco y la chica serán pareja y el otro coreano el hermano de ella, o si serán simplemente compañeros de trabajo.

24 años antes

Dos niños regresan a casa del colegio. La niña, Na Yung, llora por haber sido segunda en los exámenes, no comprendiendo el chico, Hae Sung, que lo haga, pues normalmente es ella la que queda siempre primera y él no llora.

Ya en casa, su madre les pregunta a ella y a su hermana qué nombre elegirán cuando se trasladen a América, eligiendo ella Nora.

Su madre le pregunta si le gusta alguien del colegio, diciendo ella que le gusta su amigo Hae Sung, porque es varonil y se va a casar con él, proponiéndole su madre tener una cita con él.

Llevan las dos madres a los niños a jugar juntos al parque, pues como pronto se marcharán quiere que tenga buenos recuerdos de su infancia.

La madre de su amigo le pregunta por qué quieren ir a América, pues su marido es un buen director de cine y ella es doctora, diciéndole que quieren abrir nuevos horizontes.

Regresan luego los dos chicos en el coche juntos de la mano, dormida ella sobre él.

En el colegio, Na dice que quiere irse porque los coreanos no ganan el premio Nobel.

A la salida del colegio regresa de nuevo a su casa con Hae, como cada día, y como cada día se despiden con un simple "que te vaya bien", de él.

La familia parte tras ello hacia Canadá, con Na con el nombre de Nora.

12 años después

Ahora Hae Sung está haciendo el servicio militar y ella va a estudiar a Nueva York.

Ahora, gracias a las redes sociales, Nora y su madre pueden ver qué fue de las personas que recuerdan de Corea, tratando también de encontrar a su amigo Hae Sung, viendo que este escribió meses atrás en el Facebook de su padre que estaba buscando a su amiga de la infancia Na Young.

Entra en su perfil y le escribe.

Él, que está bebiendo con sus amigos y muy borracho, ve el mensaje, preguntándole sus amigos quién le escribe a las tres de la mañana, no viendo él quién es.

Al día siguiente se despierta resacoso y es entonces cuando ve el mensaje de Na Yung que le pregunta si se acerca de ella y entra en su Facebook, viendo su foto actual.

Ella recibe la respuesta y a la salida del trabajo regresa a su casa para conectarse con él por videollamada.

Sonríen al volver a verse, reconociéndose pese a los años transcurridos.

Ella dice que lo buscó por casualidad y vio que él también la había buscado, diciéndole que él que lo suyo no fue casualidad, que puso mucho empeño en encontrarla, aunque no lo consiguió porque se cambió el nombre, explicándole ella que ahora se llama Nora, diciéndole que ahora ni siquiera su madre la conoce por ese nombre.

Le cuenta que escribe teatro. Una dramaturga, como su padre.

Él va a la universidad y le cuenta que ya no es tan empollón, recordando cuando lloró porque sacó él mejores notas, recordando ambos que lloraba mucho de niña, y ella que él siempre estaba con ella cuando lo hacía.

Le pregunta si sigue llorando, diciendo ella que no, que lloró mucho cuando se fueron de Seúl, pero vio que a nadie le importaba.

Él le cuenta que estudia ingeniería.

Pasan horas charlando, contando él que le gusta hablar con ella, hasta que él debe marcharse a clase, siendo para ella ya medianoche.

Él le dice, azorado, que la ha echado de menos, diciendo ella que también ella a él.

Configura su teclado para poder escribir al correo en coreano.

Pese a que le contó que ella no suele despertarse antes de las 10, lo hace a las 7 para poder hablar con él, conversando con ella desde el autobús mientras va a clase.

Él le recuerda que soñaba con ganar el Nobel, diciéndole que ahora prefiere el Pulitzer, diciéndole él que es como cuando tenía 12 años, que quiere hacerlo todo y tenerlo todo, añadiendo ella que además tiene un mal pronto.

Le cuenta otro día que va a pasar un mes a una residencia artística en Montauk.

Hablan también de cine y ve, por consejo de ella "Olvídate de mí".

Ella le pregunta si irá a Nueva York, diciéndole él que va a ir a China para aprender mandarín que le irá bien en el trabajo, tratando ella de animarle a ir a Nueva York y aprender inglés.

Contactan cada día y hablan de sus inquietudes, transmitiéndole él un día con su móvil, una panorámica de Seúl desde un teleférico, diciendo ella que ojalá estuviera allí.

También él la anima a ir a Seúl, insistiendo ella en que vaya él a Nueva York a verla, diciendo él que no podrá hacerlo al menos hasta un año y medio más tarde, cuando acabe el intercambio, diciéndole ella que tampoco podrá ir a Seúl en año y medio.

Ese día él la ve muy seria. Ella le dice que ha emigrado ya dos veces y quiere conseguir culminar sus sueños allí y últimamente no hace más que buscar vuelos a Seúl, por lo que le propone darse un descanso y dejar de hablarse durante un tiempo, lamentando él que sea así después de haber tratado 12 años en encontrarse, diciéndole ella que será algo temporal.

Unos días más tarde llega en un taxi a Montauk para la residencia artística.

Él, por su parte vuelve a ver a sus amigos en un bar, preguntándole estos si ya hizo la maleta, diciendo que sí. Que se irá el domingo y pasará todo el verano fuera, llegando ese día dispuesto a emborracharse.

Llega a la residencia otro taxi, y en él otro joven, que se presenta a ella como Arthur.

Durante su estancia en la residencia empieza a pasear y pasar tiempo con él, hablándole de su pasado y contándole que hay una palabra coreana, in-yeon, que significa providencia o destino para las relaciones entre personas, que viene del budismo y las reencarnaciones.

Así, si dos desconocidos se rozan por casualidad en la calle, y su ropa se roza sin querer, significa que hubo algo entre ellos en vidas pasadas, y si dos personas se casan, es porque hubo algo entre ellos en sus vidas pasadas, aunque sea un leve roce y han pasado por 8.000 capas de in-yeon superpuestas a lo largo de 8.000 vidas.

Nora y Arthur comienzan a salir tras ello.

También Hae Sung conoce a una joven en China.

12 años después

Arthur y Nora viajan a Nueva York desde Toronto, donde visitaron la familia de ella, comentando en la aduana que ambos son escritores y están casados.

Ella acude a una firma de libros de Arthur y le cuenta ella que esa semana va su amigo Hae Sung de vacaciones.

En Seúl, este les cuenta a sus amigos en el bar, ahora ya trajeado, que se va de vacaciones tras romper con su novia, y, ante sus insinuaciones, les dice que Nora lleva 7 años casada, riéndose sus amigos porque se prevé que llueva todos los días en Nueva York por fuertes tormentas durante su viaje.

Llega, en efecto, con lluvia, a su hotel y sigue lloviendo los siguientes días.

Pero el día que queda con Nora sale el sol.

Cuando se reencuentran, después de tantos años, ella le abraza, aunque a él le cuesta más hacerlo por pudor, sintiéndose ambos emocionados tras ese reencuentro, y ninguno sabe qué decir, pues la última vez que hablaron fue 12 años antes.

Cogen el metro, y van luego hasta las orillas del río. Ella le cuenta que poco antes de casarse estuvo en Corea con su marido y que le envió a él un correo, pero no le contestó y fue decepcionante, pues quería verlo y le habría gustado conocer a su novia.

Él dice que se han tomado un tiempo, pues no sabe aún si quiere casarse, pues en Corea, si alguien quiere casarse con un hijo único debe tener un buen trabajo y él tiene un sueldo de clase media.

Lo lleva hasta el puerto, donde, le cuenta, se veía siempre allí con su novio y donde tuvieron sus mejores momentos y sus peores peleas.

Ella dice que es demasiado idealista y por eso lo tiene más difícil para casarse.

Le pregunta ella por qué la buscó 12 años atrás, diciendo él que tenía ganas de volver a verla porque estuvo enfadado cuando se marchó y lo dejó solo y que la buscó porque se acordó de ella durante la mili.

Ella recuerda que entonces eran solo unos críos, diciendo él que 12 años después también lo eran.

Regresa de noche a su casa, donde está Arthur, que le pregunta cómo ha ido, diciéndole ella que tenía razón él, que ha ido para verla.

Le cuenta que aún vive con sus padres, algo, dice, muy coreano, y al ver su forma de ser, ella se siente muy poco coreana, aunque, a la vez, se siente más coreana, pues no es como sus amigos coreanos de Estados Unidos.

Le pregunta si es atractivo, diciendo ella que sí, preguntándole si se siente atraída por él, diciendo ella que cree que no. Que solo es el niño que tuvo en la cabeza durante muchos años, y que luego fue una imagen en su ordenador y ahora es una persona real, y es algo muy intenso, pero no cree que sea atracción, sino que le echa de menos a él y a Seúl, y cree que él echa de menos a la niña llorona que conoció, contándole que lloraba mucho y él se sentaba con ella mirándola.

Le cuenta que regresa a Seúl en dos días.

Arthur se muestra un poco celoso, aunque dice que no tiene derecho a estar enfadado ni puede prohibirle ver a un hombre que voló 13 horas para ver al amor de su infancia, y sabe que no se va a fugar con él de vuelta a Seúl, asegurándole ella que no va a dejar sus ensayos por ningún hombre.

Por la noche, y en la cama, Arthur le dice que es muy buena su historia en la que él no pinta nada. Una historia de amores de la niñez que se reencuentran y descubren que son almas gemelas y él el malvado marido americano que se interpone entre ellos, mientras que su historia es muy aburrida.

Recuerda que se acostaron juntos en la residencia para artistas porque los dos estaban solteros y como los dos vivían en Nueva York se fueron a vivir juntos para pagar menos alquiler, y se casaron para que le dieran la residencia a ella.

Que él es solo el chico al que ella abandona cuando va su ex amante a rescatarla, diciéndole ella que no es su ex amante.

Ella le dice que esa es su vida y la está viviendo con él, que se pregunta si cree que se han cumplido los sueños de su familia, diciendo ella que ese es el lugar donde ha ido a parar y donde debe estar.

Arthur dice que ella hace que su vida sea mejor, pero no sabe si él hace lo mismo con la suya, diciéndole ella que es solo una chica coreana que le quiere, diciendo Arthur que a veces le cuesta creer que le quiera.

Le dice luego a ella que solo habla en coreano cuando habla en sueños, algo que ella no sabía, y le da miedo, porque sueña en un idioma que él no puede entender, como si hubiera un mundo dentro de ella al que no puede acceder, y quizá por eso empezó a aprender coreano.

Queda de nuevo con él al día siguiente, esta vez en el muelle, para subir al barco desde el que podrá ver la Estatua de la Libertad.

Le pregunta qué premio le gustaría ganar ahora, diciendo ella que un Tony.

En el barco se hacen muchas fotos y luego ella le muestra fotos de su boda, diciéndole que la adelantaron para que pudiera obtener la residencia.

Lo invita luego a su casa, y él pregunta si Arthur sabe que va, diciendo ella que sí, que quiere conocerle, saludándolo de hecho en coreano y él en inglés.

Salen luego los tres a cenar pasta, que es lo que dice que le apetece, y comenta Arthur que él nunca fue en el ferri, extrañándole a ella que no hayan ido nunca juntos.

Van luego al pub donde la pareja de enfrente especulaba con su relación.

Le habla del servicio militar y del trabajo en Corea, donde indica, deben hacer horas extras, pero no las pagan, y tienes un jefe como en la mili, que es muy parecido.

Que el trabajo es muy duro, física y mentalmente, pero él es muy fuerte mentalmente.

Le dice a ella que hicieron bien en emigrar, porque Corea se le queda pequeña para satisfacer sus ambiciones, y le dice que está muy contento de haberla visto y le da las gracias por haberle presentado a su marido, pues se nota que la quiere mucho y le dice luego que no sabía que le haría tanto daño que su marido le cayera tan bien.

Le dice que cuando dejaron de hablar la echó mucho de menos, diciendo ella que también lo echó de menos, aunque. Él le recuerda que conoció a Arthur, recordando ella que también él tuvo novia.

Dice que verla de nuevo le hace pensar cosas raras como qué habría pasado si él hubiera aceptado ir a Nueva York 12 años atrás y lo que habría pasado de haber seguido ella en Seúl y su hubieran crecido juntos.

Se pregunta si habrían salido, o si habrían roto, o, si se habrían casado, o si habrían tenido hijos, pero al ir allí, se ha dado cuenta de que se fue porque ella es así y que si le gusta a él es precisamente por ser como es, una persona que se va.

Ella le dice que la Na Young que recuerda no existe desde hace mucho tiempo, allí, pero que existió y 20 años atrás ella la tuvo que dejar atrás con él, que dice, que, aunque él solo tuviera 12 años, estaba enamorado de ella.

Nora le dice que hubo algo entre ellos en alguna vida pasada, pero en su vida actual no son ese tipo de in-yeon para ser esa persona para el otro, pero ahora por fin están juntos en la misma ciudad por vez primera en 20 años y están sentados con Arthur.

Hae Sung le dice que tiene muy claro que Arthur y ella tienen en esa vida las 8.000 capas de in-yeon y que, para Arthur, ella es el in-yeon que se queda.

Se plantean qué fueron en su vida pasada, en que quizá les obligaron a estar juntos y fueron malos uno con el otro, o se engañaban, o se sentaron juntos en un tren, o fueron uno un pájaro y el otro la rama.

Un momento en que se queda solo con Arthur le pide perdón por haber estado hablado entre ellos en coreano, diciéndole él que no le importa, pues no se habían visto en mucho tiempo.

Arthur le dice que nunca se había imaginado estar formando parte de eso y que estaría sentado con él, diciéndole Hae Sung que ellos dos también son in-yeon, diciéndole Arthur que se alegra de que haya ido.

Regresan al apartamento para que él recoja su maleta, bajando ella a acompañarlo.

Caminan sin hablar, uno al lado del otro. Esperando el coche que va a recogerlo.

Esta vez es él quien la abraza antes de subir al coche y marcharse.

Recuerda aquella otra despedida cuando eran niños, y él se pregunta si eso es parte de una vida anterior, planteándose que quizá en otra vida posterior serán otro in-yeon y se pregunta quiénes serán, diciendo ella que no lo sabe, y él tampoco, y se despide diciéndole "hasta entonces", partiendo tras ello.

Cuando regresa a su casa, Arthur la espera en la escalera de la entrada y la abraza, mientras ella, llorando, le dice que lo siente, subiendo juntos hasta casa.

Calificación: 4